Matthias frunció el ceño.
-Disculpe, señora, pero soy su tutor y el chico ha pasado por una experiencia traumática. No quiero que se despierte y se encuentre sólo o en compañía de desconocidos. ¿Seguro que no puede hacer una excepción?
-Señor, este joven ha sido fuertemente sedado. No es probable que despierte hoy. Cuando lo vayan a despertar, pídale al doctor Collins que le deje estar presente.
-De acuerdo -dijo.
Le pidió directrices para encontrar al susodicho Doctor y, de paso, pedirle que le dejase marcharse de aquel antro maloliente. Tenía muchos asuntos de los que encargarse. Primero atender a su alterada y preocupada mujer, y por la noche acudir a ver a Tommy para anunciarle lo desastroso de la misión. Aunque, con suerte, todavía podía acudir a ver al guardia nocturno del puerto.