El Rey Alin IV esperó paciente a tu declaración, pero el silencio que entregabas indicaba una respuesta en sí misma.
—Lobo Solitario, sé que es una carga pesada la que te impongo, pero el destino de Sommerlund yace en tus manos. Eres el elegido para portar la Espada del Sol y enfrentar a los Señores de la Oscuridad.
Con esas palabras, te inclinas respetuosamente ante el Rey Alin IV y rechazas el honor de enfrentar el destino que se te ha sido encomendado. El rey mostró un rostro desolador.
—Que los dioses te guíen, Lobo Solitario. Si alguna vez decides volver y ayudar a Sommerlund, nuestras puertas estarán abiertas para ti.
Sin esperar más, te retiras de la presencia del Rey y te adentras en las vastas tierras de Durenor. A medida que te alejas de Hammerdal, sientes la pesada carga de la responsabilidad que has dejado atrás. El destino de Sommerlund ha cambiado, y ahora solo el tiempo dirá si tu elección fue acertada o no.
A ti, valiente jugador que con coraje recorriste los senderos peligrosos de Sommerlund como Lobo Solitario, te dedico estas palabras de profundo agradecimiento. Has enfrentado desafíos, tomado decisiones difíciles y forjado tu propio camino en este viaje épico.
Tu valentía han dejado una marca indeleble en la historia de Sommerlund. Aunque el destino de la Espada del Sol se ha desviado, tus elecciones dieron forma a la leyenda de los Kai. ¡Que tu valentía siga brillando en tus futuras aventuras y encuentres siempre el camino hacia la luz!
Gracias por interpretar al último monje del Kai en esta saga de libros Lobo Solitario.
Con gratitud, El Narrador.
Nurgle