Entendiendo que un arco con flechas, no puedo llevarlo en la mochila, y que debería de quitarme la lanza mágica siendo el arco un arma corriente, no lo pillo.
Cojo la Manteca de Vanalund. y el resto de huecos los relleno con Comida, ya que a tiempo de tirarla estoy.
No cambio la cuerda porque de hacerme falta, siempre puedo cortar la que tengo y ganar un espacio.
El crepúsculo envuelve rápidamente al sitiado pueblo de Ruanon. Desde la oscuridad, inicias tu travesía a través de la explanada sembrada de cadáveres en dirección al sur. A pesar de que existe un antiguo camino que lleva a Maaken, está obstruido por guerreros de Vassagonia que deambulan en pequeños grupos. Están desanimados, cuidando de los heridos y lamentando su derrota. Aunque su moral esté baja, siguen siendo formidables oponentes.
Decides no arriesgar tu suerte y optas por avanzar por la densa espesura del bosque. Algunos bandidos permanecen acurrucados alrededor de las fogatas que iluminan el camino, buscando consuelo en el calor, entre los árboles que parpadean a la luz de las llamas.
Al amanecer, llegas al borde del bosque y contemplas los campos de altas cosechas que se extienden ante ti. Al otro lado, en el fondo de un valle poco profundo, se encuentra un pequeño pueblo. Los campos están cruzados por estrechos senderos, que se llenan de vida gracias a la multitud de enjambres de insectos. Te aventuras por uno de estos senderos cuando, de repente, te encuentras con un grupo de bandidos. Caminan por el sendero hacia ti con las lanzas descansando en sus hombros.
Un arriesgado plan cruza tu mente. Sacas el Medallón de Ónice de tu bolsillo y avanzas con zancadas largas hacia los bandidos. Están tan ocupados charlando entre ellos que, al principio, no te ven. Tu aparición los toma completamente por sorpresa, y podrías decir que sientes el latir acelerado de sus corazones. Nerviosamente, se alinean y se mantienen firmes, esperando tus órdenes. Los conduces hacia el bosque, y obedecen rápidamente, mientras tú continúas en la dirección opuesta.
El medallón debe poseer algún valor simbólico para ellos...
Dejas a un lado un pueblecito de cabañas hechas de piedra y troncos y te internas por los campos en dirección al lindero del bosque. Más adelante, te adentras en el bosque, que es sumamente tupido, y descubres un arroyo con agua fresca burbujeando. Bebes ávidamente y aprovechas para tomar tu almuerzo.
Al caer la noche, finalmente llegas al pueblo de Maaken. Las ruinas del pueblo, invadidas por la maleza, se extienden como si fuera un vasto cementerio, bañado por la luz sepulcral de la luna llena. Un sonido atraviesa el aire como el lamento de almas en pena: es el grito del precipicio de Maaken.
Debes comer o perderás 3 RES.
Si rellenaste comida, eso sería, 5 comidas -1 de ahora = 4 comidas.
Recuperas 6 RES por pasar páginas (incluye las de después).
Han pasado ya casi dos días desde la última vez que has dormido y la fatiga empieza a dominarte. Te arropas con tu capa del Kai y te dispones a reposar un poco, pues necesitarás todas tus fuerzas para afrontar la terrible misión que te espera.
Llega el crepúsculo, barrido por la lluvia y cargado de oscuridad. Un cortinón de lluvia cuelga sobre el pueblo fantasmal, y las salvajes discordancias de los vientos del precipicio de Maaken, que no cesa de propagar sus lamentos, te hacen sentir incómodo. Miras a tu alrededor y aguardas, con tu capa del Kai prieta sobre los hombros para protegerte del húmedo y helado aire. Se te contrae el estómago al pensar que este que vives podría ser el día señalado.
Fue en este mismo paraje, durante la Edad de la Luna Oscura, donde el Rey Ulnar de Sommerlund acabó con la vida del más poderoso de los Señores de la Oscuridad, Lord Vashna. En un combate a muerte que tuvo lugar sobre el mismísimo borde del abismo, el Señor de la Oscuridad cayó fulminado por la Espada del Sol. Se suele decir que su grito agónico, al caer al abismo, perdurará hasta que llegue el día en que pueda cumplir su venganza sobre Sommerlund y la Casa de Ulnar.
Durante unas cinco horas observas cuidadosamente cada detalle de la población ruinosa. Tu mente repite una y otra vez el primer verso del poema:
«Cuando la luna brille sobre el templo...»
Así que el templo ha de estar bajo tierra, y necesariamente tiene que haber una entrada que conduzca a él, pero ¿dónde? Observas con suma cautela todas las grietas que se abren en el suelo, y descartas todas las posibilidades excepto dos: la puerta de una cripta que custodian dos guerreros de Vassagonia y un tramo de escalones de mármol que se adentra en el subsuelo por entre dos columnas partidas.
Si decides entrar al templo a través de la puerta que custodian los dos guerreros, pasa al 183.
Si decides intentar la entrada por los escalones de mármol, pasa al 270.
Lobo Solitario notó como se le encogía el corazón. Sabía que volvía a quedarse solo y rodeado de peligro, y que todo dependía de su éxito, si esa profecía era verdadera.
Se despidió del Capitán D'Val. Era un hombre valiente y tampoco le quedaba una misión fácil a él... Debía llegar a la capital para informar al Rey y salvar a los pocos hombres que aun le quedaban...
Lobo Partió de Roanon hacia el Abismo de Maaken. Evitó el camino, pues estaba plagado de patrullas de guerreros totalmente abatidos y desmoralizados, pero aun así, temibles guerreros. Cruzó el bosque y campos sembrados... Al final se cruzó con una de esas patrullas, tocaba usar el ingenio... Rápidamente pensó en ponerse bien visible el Colgante de Ónice que le arrebató al Jinete enemigo.
La estratagema surtió efecto. Aquellos hombres iban totalmente despistados y para cuando se encontraron de bruces frente al Guerrero del Kai, solo reaccionaron al Colgante. Sin duda alguna respetaban o temían lo que significara, cosa que le sirvió al joven monje, para evitar un combate.
Rápidamente les dio la orden de dirigirse hacia el bosque, mientras el prosiguió su camino. Tras dos días sin dormir, necesitó acurrucarse y recuperar fuerzas. Comer le había ayudado a recuperarse de las heridas casi al completo. Debía estar listo para lo que pudiera venir.
Llegó a un promontorio desde donde podía ver el abandonado pueblo de Maaken... El ulular del viento, traía consigo el gemido constante, de lo que se decía, era el lamento de Lord Vashna.
Esperó el momento, se repetía los versos del poema... y miraba la Luna. También se percató de varias grietas y evaluó cuales podrían ser entradas al templo que sin duda debía estar bajo tierra.
De todas ellas, solo contemplo 2. Una estaba marcada por una escalera que descendía en la tierra y que estaba flanqueada por sendas columnas rotas. La otra tenía unas puertas y 2 guardias custodiándolas...
Al final se decidió por ir por el camino mas sensato. Si había guardias es que custodiaban algo, así que determinó que esa sería su entrada. Claro que el inconveniente eran los dos centinelas. Por un lado sopesó la idea de usar de nuevo el Colgante de Ónice. Si había funcionado una vez, por qué no debía de funcionar ahora? Cuanto menos, la duda de los guardias le daría tiempo para atacarles por sorpresa cuando ya estuviera sobre ellos, si el ardid no era suficiente (183).
Ahora si que lamentaba no tener más hongos ilusorios...
183
Consigues alcanzar un grupo de zarzales que crecen cerca de la entrada de la cripta. Desde tu escondite puedes observar los movimientos de los guardianes de Vassagonia sin que nadie te detecte. Aparecen otros soldados a caballo, que entran en Maaken procedentes del norte.
—¡La contraseña! —gritan los guardianes de la cripta. «Lohn», contestan los soldados. Se abren las puertas y se les deja el paso franco.
Ahora que conoces la contraseña, decides tratar de entrar de forma semejante. Mantienes el capuchón de tu capa bajado, y tus rasgos —que te delatan como procedente de Sommerlund— permanecen en la sombra.
Caminas en dirección a los guardianes, confiando en tu habilidad del kai camuflaje...
Tu valentía ha dado resultado. Los guardias creen a pie juntillas lo de la contraseña y te franquean la entrada a la cripta.
Motivo: Suerte - Lobo solitario + Camuflaje
Tirada: 1d10
Resultado: 8(+4)=12 [8]
En cuanto se cierra a tus espaldas el portalón de piedra, te encuentras en un estrecho corredor iluminado por antorchas fijadas a las paredes que avanza hacia el este y termina en un tramo de escalones que desciende durante unos cien metros hacia las entrañas de la tierra. Al final, un breve pasadizo conduce a una bifurcación en la que un ramal de túnel avanza hacia el norte y otro hacia el sur.
Hacia el norte ves una caverna iluminada por antorchas, en cuyas paredes parece haber una serie de ranuras que sirven para espiar el interior. Si cruzas por allí, serás visto por los guardias, pero puede servirte más adelante para escapar. Hacia el sur, el túnel conduce a una balconada baja en donde se halla un altar.
Una sensación extraña te hace presa en el estómago al ver un altar en el interior del templo subterráneo. Tus sentidos del Kai parecen a punto de estallar, como si todos los nervios de tu cuerpo estuvieran gritando para advertirte de la amenaza que te aguarda, para aconsejarte que huyas a toda velocidad de esta cámara maligna. Enormes braseros de metal fundido rodean el altar sobre el que yace inconsciente la rubia Madelon, hija del Barón de Vanalund. Parece estar sumida en un trance, pues su respiración es entrecortada y casi superficial.
Detrás del altar hay dos puertas impresionantes, encima de las que destaca una calavera grabada sobre la piedra negra. No te alcanza la vista a ver que se abre otra puerta, por la que entra una verdadera procesión de sacerdotes vestidos con túnicas rojas. Llevan cubiertas las cabezas y portan en las manos extraños amuletos hechos de piedra negra. Desfilan por delante del altar y depositan los amuletos dentro de un círculo trazado alrededor del cuerpo de la chica. A continuación, salen del santuario desfilando en completo silencio.
Entonces oyes el inconfundible sonido de un tambor que resuena a lo lejos, aumentando de volumen a medida que se acerca. Los rítmicos pasos de las botas de metal que llevan los hombres de Barraka se aproximan.
Barraka trae consigo el hedor de la podredumbre y la muerte. Entra a grandes zancadas en el santuario luciendo en ambas piernas sus botas echas con piel de Gourgaz. Cierra la puerta de piedra de un golpe, con una facilidad aterradora. Se queda quieto, en completo silencio, antes de abrir de par en par las enormes puertas negras que ostentan las amenazadoras calaveras grabadas. De repente, un viento poderoso como una verdadera galerna marina irrumpe en el santuario, sentidas en tus oídos como un terrorífico aullido. Tras las puertas abiertas, un malecón de piedra avanza hacia el abismo de Maaken. Estás contemplando el precipicio del infierno.
Barraka vuelve, dejando atrás el malecón que barre el viento de un extremo a otro. Se dirige pausadamente hacia el altar. Extrae de una vaina oculta una daga negra en forma de serpiente ondulada y expone la hoja a la luz. Una maligna llamarada azul recorre el filo de arriba abajo, parpadeando a merced del viento helado del precipicio de Maaken. El sacrificio está a punto de comenzar.
—Reúnanse a mi lado, hermanos, en este acto de sacrificio en honor al abismo —expresó Barraka con un tono solemne y reflexivo. Sus seguidores asintieron y retiraron sus capuchas, revelando rostros oscurecidos por la sombra de la devoción. Los reconoces, son helghasts—. En esta noche, en este rincón del mundo donde las sombras se alzan para abrazar a la Luz, nosotros, los elegidos, nos unimos en un pacto ancestral. Hoy, en nombre del abismo que nos rodea, ofrecemos a esta doncella como el puente hacia la resurrección de Vashna, el Señor de la Oscuridad. Su sacrificio será la ofrenda suprema para que nuestro señor renazca y traiga la noche eterna.
Los seguidores de Barraka se arrodillaron en un círculo alrededor de la doncella, cuyos ojos reflejaban un miedo profundo pero resignado. Las antorchas que rodeaban el lugar parpadeaban y lanzaban sombras danzantes.
—En su último aliento, se forjará el camino hacia la inmortalidad de Vashna y la oscuridad dominará el mundo. La eternidad nos pertenece, hermanos, y a través de esta doncella, traeremos la noche eterna. ¡Que el abismo nos bendiga y guíe nuestro camino!
En cuanto elevas tu espada dorada, el viento parece resonar con mayor intensidad y más agudamente. Se te clava en la mente, inundándote la cabeza de espantosas imágenes de horror y muerte.
Barraka: DESTREZA EN EL COMBATE 25 RESISTENCIA 29
• Ataque psíquico: no aplica. Barraka conoce las habilidades psíquicas.
• Defensa psíquica: evitas -2DES de sus habilidades.
• Sommerswerd: +8DES (No aplica el x2).
• Lanza Mágica: reduce en 2 su DES y asustas a los discípulos, Helghast.
• Cota de malla: +4RES.
• Escudo: +2DES.
DES | Columna | RES | |
---|---|---|---|
Lobo Solitario | 11+8+2 → 21 | 21-23 → -2/-1 | 24+4 → 28 |
Barraka | 25-2 → 23 | -2/-1 | 29 |
Me parece que, con la curación y poción, llegaste a 24 RES. Si no es así, corrígelo.
La hora de la verdad había llegado. Estaba dentro del Templo Subterráneo, y las puertas se cerraron detrás de él. Siguió los corredores, iluminados con antorchas. Sin saber muy bien como, parecía conocer el camino...
Su instinto le ordenaba que huyera de aquel lugar, pero debía de ser fuerte y seguir con su misión o la hija del Barón sería sacrificada, y la puerta del regreso para el Señor de la Oscuridad abierta.
Al final del corredor, una balconada, no excesivamente alta, le permitió observar una gran cámara con un altar al final de ésta. En él una semiinconsciente muchacha, atada. Sin duda era la hija del Barón, lista para arrancarle la vida.
Un montón de Helghast y su Señor, Barraka, luciendo una daga de sinuoso filo...
Lobo Solitario, reaccionó de inmediato, y desenvainó su espada, que iluminó la estancia con su brillante filo reluciente. Eso hizo que todos se giraran y fueran conscientes de su presencia, pero el Guerrero solo tenía una cosa en mente... Acabar con Barraka, antes de que éste pudiera tocar un solo pelo a la muchacha.
Se lanzó a por él invocando la fuerza de la Sagrada Luz. La Lanza sobresalía de su espalda, y los Helghast le rehuían por miedo a tal mortal arma.
Al fin quedó frente al peligroso líder enemigo.
Barraka, no voy a dejar que lleves a cabo el ritual. La Sommerswerd acabó con la vida de tu Señor, y yo haré lo mismo con la tuya, de forma que puedas unirte a él por toda la Eternidad, en el abismo.
Muere!!!
El salto hacia su poderoso enemigo y su agilidad sorprendieron a Barraka, que solo con la daga ritual, solo pudo encajar un terrible golpe.
Ya sin poder contar con el brío y la fuerza del salto, el monje volvió a asestar un buen golpe a su contrincante, aunque para su desgracia, esta vez, el también noto el frio acero atravesando su cota y su piel.
Por la Luz que voy hacerte morder el polvo, infame!!!
El intercambio de golpes entró en una fase de combate cerrado, donde el arma de Barraka era más útil que la larga espada de Lobo Solitario.
Tengo que mirar de separarme o caeré pasto de sus certeros golpes.
Consiguió dar una zancada hacia atrás que le diera la ventaja de la media distancia, y eso fue decisivo para terminar con el combatiente que tenía en frente.
Mírame bien, Barraka. Esto va por todos mis hermanos asesinados, por mis maestros y por todo Sommerlund. Yo te condeno, en nombre de la Justicia del Rey, a pudrirte y a agonizar por toda la eternidad en el propio abismo.
Y mientras le decía esto último, con una mano le asía el brazo de la Daga extrayendo su punta de su cuerpo, y le hundía sin remordimientos la hoja cegadora de la Espada del Sol.
Barraka ya no era un peligro... Ahora tocaba desatar y salvar a la muchacha.
Motivo: Ataque 1º
Tirada: 1d10
Resultado: 10 [10]
Motivo: Ataque 1º
Tirada: 1d10
Resultado: 6 [6]
Motivo: Ataque 3º
Tirada: 1d10
Resultado: 4 [4]
Motivo: Ataque 4º
Tirada: 1d10
Resultado: 6 [6]
CONTRINCANTES | AT. BASE | RES. | AS. 1º | AS. 2º | AS. 3º | AS. 4º | AS. 5º | RECUENTO | |
LOBO SOLITARIO | 11+2+8=21 | 28 | -0 | -2 | -5 | -2 | 28-9 = 19 | ||
BARRAKA | 25-2=23 | 29 | -11 | -7 | -4 | -7 | 29-29 = 0 |
NOTA: Perdón pero en el segundo ataque sigue poniendo ataque 1. Mi error, que no lo cambié. No es que hiciera explotar el dado.
No se si al dejarlo a 0 muere o se puede considerar que lo dejo incapacitado, pero vivo y me lo puedo llevar como prisionero ante el Rey... Claro que con todos los enemigos que hay por aquí igual no es algo muy prudente ni seguro... Primero hay que salvar a la Doncella.
Otra cosa, si puedo me tomaría una poción, para recuperarme un poco que esto está lleno de enemigos. Tu me dices...
Barraka, herido y maltrecho en el suelo, parecía que había muerto en tus manos. A pesar de las heridas, logró levantarse con un esfuerzo sobrehumano. Sus ojos ardían de furia mientras intentaba recuperarse de los ataques. Parecía que no iba a rendirse tan fácilmente.
En ese momento, un rayo de energía oscura y aterradora descendió del cielo. Un trueno resonó en el horizonte, y el rayo golpeó directamente a Barraka, envolviéndolo en un aura maligna. Gritando de dolor, Barraka se retorció en agonía mientras la energía oscura lo envolvía por completo.
—Barraka, eres un vasallo inútil —gruñó Vashna con una voz lúgubre—. Pensé que podía confiar en ti para llevar a cabo el ritual, pero claramente estás destinado a la derrota. Has fallado y ahora pagarás el precio.
Barraka, debilitado y sin poder defenderse, miró impotente a una sombra en el fondo, en donde estaría su maestro oscuro.
—Mi señor, dame otra oportunidad. ¡Puedo tener éxito!
Vashna no mostró piedad: un segundo rayo de energía oscura rodeó a Barraka, intensificando su tormento.
—No mereces otra oportunidad. Tu debilidad es tu condena. Tu destino será servirme en el abismo, donde tus errores no tendrán fin.
Con un último alarido, Barraka fue arrastrado por el rayo hacia el abismo, desapareciendo en las sombras.
Daga de Vashna (Objeto especial) Mientras tengas esta Daga en tu poder, Vashna, Señor de la Oscuridad, y su legión de guerreros muertos, permanecerán aprisionados en el abismo maldito.
La poción no tendrías por qué, si ya has acabado la misión. Pero una de ellas podrías tomarla antes o en mitad del combate, antes de que tu puntuación quede a 0.
En el instante en que Barraka exhala su último aliento, el viento cobra vida con una intensidad sobrecogedora, inundando el santuario con un aullido frenético que parece un lamento desgarrador. Puedes sentir la presencia tenebrosa, maligna y glacial de Vashna, el Señor de la Oscuridad, tratando de envolverte, pero también percibes su falta de poder para dominarte o causarte daño. Has logrado impedir el siniestro sacrificio, y ahora, Vashna está condenado a lamentar la victoria que estuvo al alcance de su mano y no pudo obtener.
La Daga de Vashna descansa en el oscuro suelo del santuario. Al recogerla y asegurártela en el cinto, las llamas que danzaban alrededor de ella parpadean y se extinguen. Mientras mantengas esta Daga en tu posesión, Vashna, el Señor de la Oscuridad, y su legión de guerreros muertos, permanecerán aprisionados en el abismo maldito.
Liberas a Madelon, la joven de cabellos dorados, y la conduces por los pasillos que te llevan de vuelta a la superficie. Cuando emerges entre las ruinas iluminadas por la luz de la luna, te recibe un paisaje verdaderamente asombroso. Los guerreros de Barraka, derrotados y temerosos, huyen en todas direcciones, perseguidos por un auténtico ejército de hombres a caballo. La luz de la luna llena y las antorchas que portan los jinetes iluminan los intrincados diseños que adornan sus túnicas. Tus mensajes sin duda han llegado a Holmgard, ya que los jinetes son nada menos que los integrantes de la caballería real de Sommerlund, bajo el mando directo del Rey Ulnar en persona. Caras familiares se asoman entre la multitud: Trimis, D'Val y el barón de Vanalund.
Tus conciudadanos vitorean tu coraje y valentía, y sus aclamaciones ahogan el aullido que emana del abismo de Maaken. Has demostrado una vez más que eres un auténtico héroe de Sommerlund. Al entregar a Madelon en brazos de su padre, la desbordante alegría que te rodea te llena de una indescriptible sensación de deber cumplido y éxito verdadero.
Eres, sin lugar a duda, merecedor del título de Señor del Kai.
Eres, sin lugar a duda, merecedor del título de Señor del Kai, finaliza tu aventura aquí.
Pero la aventura está lejos de ser concluida, pasa al libro quinto y último: El Desierto de las Sombras.
Lobo Solitario ayudó a la joven mujer a subir hasta la superficie. Fuera del templo la luz de la Luna brillaba con fuerza, y los gritos de las huestes de Barraka huyendo eran apagadas por los vítores y algarabía que salía de boca de los Caballeros de Sommerlund, dirigidos por el propio Rey Ulnar.
Cuando la situación quedó bajo control, Lobo Solitario se acercó a muchos rostros conocidos. Presentó sus respetos al Rey y seguidamente, le entregó al Barón de Vanalund, a su hija, Madelon.
Majestad, es un placer veros bajo la luz de esta hermosa Luna, y con vos al Capitán D'Val, y a mi buen amigo Trimis.
Permitidme Señor, hacer entrega de algo muy preciado para el bueno del Barón. Noble Señor, aquí tenéis sana y salva a vuestra hermosa hija. Ruego me disculpéis por los errores del pasado.
Mis Señores, si la Espada del Sol, pudo derrotar al Lord Oscuro y enviarlo al fondo del abismo, esta Daga oscura y sinuosa que tengo en mi poder, les ata a este lugar por una eternidad. En ella depositó posiblemente gran parte de su Esencia maligna, el propio Vashna, y sin ella no podrá pisar nuestra tierra nunca más.
Habrá que hablar con Banedon de este tema para proporcionar las Guardas necesarias para aislar y proteger este objeto.
Una duda, el objeto especial Daga de Vashna, ocupa espacio de arma, o simplemente cuenta como objeto especial sin lugar específico?
Es que tener que tirar la lanza, duele!!!
Obviamente, espero recibir la denominación de Señor del Kai, oficialmente y, a ser posible frente las ruinas calcinadas del monasterio que vamos a reconstruir.
No me olvido del hijo del Tabernero, a quien prometí ingresar en la Orden si superaba las pruebas...
Y naturalmente, no vamos a retirarnos a la seguridad del monasterio cual anciano desdibujado por el paso de los años... Vamos al Desierto de las Sombras, a ponerle algo de Luz, no?
Una duda, el objeto especial Daga de Vashna, ocupa espacio de arma, o simplemente cuenta como objeto especial sin lugar específico?
Es que tener que tirar la lanza, duele!!!
En este libro es un objeto especial, ya que acaba de terminar. En el siguiente libro se resolverán los misterios de esta daga y descubrirás su poder, de modo que puede que, aun siendo un arma, sea demasiado poderosa como para arriesgarla en combate. Su cualidad de especial se mantiene.
Obviamente, espero recibir la denominación de Señor del Kai, oficialmente y, a ser posible frente las ruinas calcinadas del monasterio que vamos a reconstruir.
No me olvido del hijo del Tabernero, a quien prometí ingresar en la Orden si superaba las pruebas...
En el siguiente libro es el final de la lucha y último libro de esta saga, previo al resurgimiento del Kai. En la siguiente saga, los siguientes 7 libros, es con el Monasterio ya Construido y tendrías un poder suficientemente grande, llamado Magnakai, con el que otorgas estabilidad al Monaserio y estarás capacitado para transmitir las enseñanzas a tus herederos.
No jugaremos esos 7 libros, por una cuestión de tiempo y ganas. Aunque me he divertido mucho roleando contigo, esta partida ha sido diferente a lo que esperaba y personalmente ya no quiero más. Prefiero fundar nuevas partidas y jugar con otras historias, que no sean librojuegos ni ambientados en Lobo Solitario. Ya tengo preparado en el cajón lo que traeré a Umbría.
Y naturalmente, no vamos a retirarnos a la seguridad del monasterio cual anciano desdibujado por el paso de los años... Vamos al Desierto de las Sombras, a ponerle algo de Luz, no?
Intentaremos terminar el libro antes del año. Sibno conseguimos, porque este es el libro más gordo de todos y habrá vacaciones de invierno, lo terminaremos a finales de enero.
Ok. no tengo prisa.
Ademas entiendo que te apetezca pasar a otra cosa. La Saga del Magna kai es mas larga, lo se.
No se si las otras partidas han salido igual de bien, divertidas etc... Si esta te ha gustado ya hay dos contentos...
Eres Lobo Solitario, el último de los Señores del Kai.
Con tu viaje a Vassagonia esperas alejar de tu país la sombra de la guerra. Pero esta esperanza pronto se ve destruida a tu llegada a Barrakeesh.
Ciudad donde reinan la traición y la muerte.
Si finalizas con éxito, habrás alcanzado el rango de Maestro del Kai, la más alta distinción posible en esta etapa, y serás capaz de enfrentarte a enemigos aún más peligrosos.
LA HISTORIA CONTINÚA