Partida Rol por web

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El torbellino recorre el pasillo a gran velocidad y los engendros que se remueven en su interior muestran sus babosos colmillos, deseando arrancarte los brazos. El intento oscuro de manipular tu mente cae en vano, pues tu poder mental es digno de un maestro. Pero a ti todavía te quedan fuerzas.

Das un salto de tigre, esquivando al engendro y alcanzas una de las antorchas de la pared para prender la gema. Dolorido por la quemaduras y a la vez usando tu propia curación para mantener la gema, te vuelves para hacer frente a tu enemigo empuñando en alto la cárcel brillante. Su rayo rojo centellea contra la negra armadura del señor de la Oscuridad. Este se encoge bajo la llamarada y cae de rodillas. Cuando Haakon comienza a extinguirse, su casco emite un repulsivo ruido de succión.

—¡NOOOOOO! ¡Señor Naar, he fallado, perdóname!

Un súbito estallido te sobresalta, pero ya no estás en peligro. La incandescente gema ha desaparecido de tu mano. Como su dueño, ha salido de la dimensión de este mundo, a la que nunca volverá.

Examinas el suelo en el sitio donde ha caído el señor de la Oscuridad Haakon, pero no queda ni rastro de su cuerpo. La atmósfera está extrañamente tranquila y serena como si se hubiera desvanecido una gran sombra maligna.

Te das media vuelta y te acercas al trono en el que permanecía sentado Haakon mientras aguardaba tu llegada. Detrás del trono hay una puerta con una antigua inscripción profundamente grabada en la piedra de color rojo sangre. Debajo de la inscripción aparece la huella de una mano humana. Guiado por el instinto y la intuición colocas tu mano en el rehundido de esa huella, que se ajusta a tu mano como un guante.

La puerta se abre silenciosamente y te revela el objeto de tu larga búsqueda: el Libro del Magnakai.

El libro reposa abierto sobre un pedestal, descubriéndote a ti solo sus secretos. Cuando alzas el libro sagrado, el aire mismo vibra con la fuerza que esconde entre sus tapas doradas. Cierras el libro latiéndote con inusitada fuerza el corazón y abandonas la cámara a todo correr.

Cuando llegas a las estribaciones de los montes de Koneshi, Banedon ha concluido también con éxito su misión. Él y Tipasa te están esperando. Al verte aparecer con el Libro del Magnakai asido fuertemente entre tus manos, apenas pueden contener su emoción.

—Esta noche de triunfo —dice Banedon, jubiloso— anuncia un mañana lleno de esperanza para Sommerlund. ¡El Kai ha renacido!

Tu búsqueda ha terminado. Has hallado el Libro del Magnakai y librado a Magnamund de la amenaza del señor de la Oscuridad Haakon. Tu destino es seguir el camino de los Grandes Maestros, aprender sus secretos y emprender la apasionante vía del Magnakai. Tu primer estudiante te espera bajo la custodia de los magos de Toran.

Estimado Banedon, permíteme que te corrija, La Orden del Kai no ha renacido, pues realmente, nunca llegó a perecer, más como ocurre con el Fénix, tras las cenizas hay un resurgimiento más poderoso si cabe. Y te recuerdo que el Monasterio quedó reducido justamente a eso, a cenizas, pero no la de todos.

Ahora con el Sagrado Libro del Gran Maestro, El Magnakai, Lobo Solitario podría concluir, con mucho estudio, su formación, y transmitirla a todos aquellos que acudieran al nuevo monasterio. Ya tenía a un discípulo, el hijo de un posadero...

Una cosa que iba a solicitarle a Su Majestad, el Rey, era que consintiera en abrir la oportunidad de formar parte del Kai, no solo a jóvenes hijos de nobles, si no a todo aquel que quisiera consagrarse en las nobles tareas de la Orden.

La Nobleza era algo que podía portarse dentro del corazón, más allá de títulos y prerrogativas, dádivas y riquezas. Sin ir más lejos, el mismo era el ejemplo... Cierto que venía de noble familia, pero cuando tomó la decisión de avisar al Rey de lo ocurrido, tan solo era poco más que un niño dando los primeros pasos en su aprendizaje... No tenía más que un nombre y su capa... Pero su corazón era el mismo que el del Señor en que se ha convertido: El Conde Fry de Sommerlund.

Abrazó a todos los presentes y se alegró de que su amigo Banedon, también logrará su objetivo.

Volvamos a casa amigos, tengo muchas ganas de ver al Capitán D'Val, y a Trimis... Quiero saber como se encuentra el Barón Oren de Vanalund y su hija Madelon, supongo que contenta de su compromiso...

Que tal se encuentra el venerable Loi-Kimar, me acordé mucho de él en este día... Una Serpiente vil, sirvienta de Haakon, me hizo recordar las vicisitudes que pasamos en Kalte...

Y aun me queda mucha gente a la que quiero dar las gracias... A un comerciante, a una troupé de hombres del circo con mucha vida en sus huesos, a 2 hermanos caballeros que entregaron su vida a la verdad...

Por la Luz, por el Rey y por Holmgard

Eres Lobo Solitario, el último Maestro del Kai de Sommerlund.

Ha estallado la guerra civil en Helgedad y tus enemigos mortales, los Señores de la Oscuridad, luchan por hacerse con el control de la Ciudad Negra. Has jurado restaurar el Kai en su antiguo esplendor y ahora buscas la Piedra de la Ciencia de Varetta, un tesoro que encierra el poder y la sabiduría de tus antepasados guerreros.

¡Debes apresurarte!

LA HISTORIA CONTINÚA

En Proyecto Aon

Saga del Magnakai:

CAPÍTULO I: La Piedra de la Ciencia