Partida Rol por web

Ziva no deja nunca abierta la puerta de su dormitorio, pero tampoco - salvo días como el de la discusión - niega el acceso al mismo a nadie. Salvo, quizá, a los animales, por muy bien que se lleve con ellos.

Quién haya entrado en su cuarto habrá notado una ausencia cuasi total de muebles. Una estructura metálica a dos alturas con un par de baldas y ruedas hace las veces de armario ropero. Allí su ropa - de buena calidad pero nada ostentoso, principalmente funcional y discreta - está impecablemente preparada, sus zapatos (botas militares y calzado deportivo, principalmente) ocupan la balda inferior. En una esquina del cuarto, la mas alejada de la puerta, hay una especie de saco verde que unas veces abulta mas que otras. Al lado tiene sus dos maletas de viaje.

Usa un jergón flexible para dormir en el suelo, alguna vez lo habéis visto enrollado dejando el suelo libre.

No hay adornos, ni objetos personales mas allá de la ropa y las maletas. La sensación que da la habitación es de ser un cuarto de viajeros, de alguien que viene a pasar unos días pero que inevitablemente se acabará yendo.

Istyar se habrá preocupado de hacer de su rincón algo confortable. Aún debajo de su cama tiene un montón de cajas y se ha preocupado de llevar hasta su habitación una estantería que podría haber estado en la biblioteca, para tener mas cerca los libros de Enokiano. No porque no puedan pedírselos, sino para hacer espacio en ésta para una pequeña mesa-escritorio.

Lo que más llama la atención de la habitación es el mural que ha dibujado en el techo.

Ojos. Un mar de miradas en el que es fácil perderse. Si le preguntan, ella dirá que la ayuda a meditar, y que es una vieja costumbre que tiene. Como quien se relaja viendo las estrellas del firmamento.

El cuarto de Rachel está a medio construir: empezó con una cama de 90 pero la ha sustituido por una de 135; ha colgado algunos posters de grupos de rock de los 80 como Vinxen o Bon Jovi; tiene un aparador donde guarda la ropa y sobre el cual tiene el equipo de música que se trajo del apartamento que compartía con Jenny; también tiene en una esquina un pie de micro antiguo con su micro de cable conectado a un altavoz con el que ensaya de vez en cuando. Todavía quiere poner un armario en condiciones, mesita de noche y una lámpara de techo decente.

No es raro ver parte de su ropa tirada encima de la cama o los zapatos por medio después de cambiarse pero Istyar le riñe cada vez que pasa.

La habitación de Leon ha sufrido algunos cambios menores dedsde que la habita; si bien éstos son puramrnte cosméticos y acorde a cierto órden espartano.

Lo más destacable en la habitación es el habitual órden imperante en él. el armario pese a no estar, ni mucho meno, repleto de ropa si que se halla organizado y claro. Bajo la cama guarda las bolsas y maletas para embalar todo y dispone de un pequeño escritorio con su silla, su flexo y varias pilas de libros y apuntes universitarios de bioquímica (a saber reclicado de dónde).

Leon gusta de escuchar musica rock y así lo hace a veces en una radio sólida aunque antigua. Da la impresión que cuanto busca y posee ha salido del pasado y un rastro, y probablemente haya sido retocado por el u otro, para ahorrar mano de obra.

Leon tiene a mano algunas fotos de su familia, de su otra familia y cosas similares. pero la impresión general es militar: aunque haya recuerdos parecen que fácilemnte podrían empaquetarse y trasladarse. Lo más desordenado son las revistas de armas, militares, de mujeres o vehículos que en ocasiones compra. Las cuales pueden terminar en un rincón apiladas.

También hay una caja junto a la cama ,pero cerca de la ventana, con un espuma; da la impresión que fuera para Moonchild y día a día trata Leon de convertirla en una especie de nido