Partida Rol por web

Rachel absorta en las acciones de Michael tarda unos segundos en darse cuenta del gesto de éste pero rápidamente comienza a golpear los huesos como les ha indicado.

Los demás siguen las instrucciones del shamán. Sólo el homúnculo permanece inmóvil en el regazo de Istyarem. El ritual es largo y repetitivo. Casi parece que nada está surtiendo efecto, cuando...

Un palpitante fulgor verde esmeralda se derrama por los orificios del cráneo. Cuencas, hueco nasal y dientes adquieren una apariencia espeluznante.

- ¿Quién me llama? - demanda una voz inhumana, casi un coro de almas en pena hablando al unísono. El fantasmal fulgor palpita al son de las palabras.

Soy el Shamán Halcón, El Jinete de las Olas, El DestripaLeyendas y éstos son mis hermanos. Dice abarcando con un gesto a los presentes Hemos habitado en la misma casa, señora Evergreen, y necesitamos su ayuda. Queremos rescatar el espíritu de su hija y necesitamos toda la ayuda que podamos reunir.

- Sí... Te recuerdo... - las voces son un murmullo atronador, el fulgor se intensifica unos instantes lo que, combinado con el denso humo, da la sensación de estar en un espectáculo láser. - ¡Willow! - exclama repentinamente - ¡Mi pequeña! ¿Dónde está? ¿Por qué ya no está en la mansión? - casi parece como si se formaran relámpagos dentro del cráneo.

La maldición se liberó, pero creemos poder traer su espíritu de vuelta. Para ello necesitamos su ayuda. Para nosotros es imposible comunicarnos con el interior de la mansión.
 

¡No!¡No! - las voces van subiendo de volumen y tono en una espiral demente - ¡Magnus debía protegerla! - relámpagos cegadores salen disparados por los orificios de la calavera, la cual empieza a levitar varios palmos sobre la superficie en la que la había despositado Michael - ¡Mi pequeña, marioneta del Señor Oscuro!- aulla de dolor - ¡Maldita sea tu negra alma!

Prácticamente hay una tormenta sobrenatural en el sótano. Al humo y los relámpagos hay que sumarle un viento que azota en todas direcciones, un viento que nace de la misma calavera flotante. El dolor, la ira y el odio inundan el recinto, y los aullidos espectrales no dan pie a oír nada más.

Hasta que, por fin, cesan.

- Dime, pues - hablan las voces, ahora recompuestas -, Shamán Halcón, El Jinete de las Olas, El DestripaLeyendas, dime ¿qué necesitáis de mí para poder salvar a mi hija?

Lo primero es comunicarnos con el interior de la casa. Para nosotros es imposible.