Estaba claro que cada uno iba a su bola, esto no iba ninguna parte pero Gruñon hizo una observación imparcial.
-Odio las pitufinas.
Al escuchar el achaque que dio pitufo gruño y me sentí un poco ofendida y le respondí. -Pero gruño no digas que odias a las Pitufinas… Pero dinos que tenemos que hacer y ¿porque quieres que encerremos a pitufo Vanidoso? Algún motivo tienes que tener el que tenemos que encerrarlo.
-MMmmm... Odio tener que explicarme.-Miro a pitufina aun molesto.
-Al igual que he soñado contigo a mi lado frente a un pitufo oscuro, he visto a vanidoso al lado de ese monarca pitufil. Estoy seguro de su vanidosa maldad.
Reflexiono y levanto mis manos como balanzas, mientras levito apoyado en mis puntillas.
-Lo que han dicho mentiroso y gruñon parece de sentido. La vanidad lleva a la envidia, la envidia al odio, y el odio al lado oscuro. Algo muy extraño hay allí. Pitufemos hermanos, pitufemos.
Pitufo reportero veia con interes como el resto de pitufos esperaban el recuento de votos. Mientras los sacaba apuntó en la pizarra.
Vaya vaya. Tenemos votos extras, y alguien al parecer sigue tachando votos. Dice mientras apunta en la pared y se ve el empate entre Vanidos y Leñador. Que haremos, pitufines. Tocará pitufar a la suerte, de quien encerramos ahora.
Empieza a pitufar con el dedo con los ojos cerrados, apuntando a los dos, y cuando los abre, apunta a Leñador. Te ha tocado Leñador, tendras que cambiar la leña por algo de comida. Le dice con ligera sonrisa.
Leñador indignado se iba acompañado de Reportero hasta el almacén, pero en sus manos llevaba a su fiel compañera, la motosierra. Como si de indignación fuera, la enchegó e intentó abrir la puerta, pero gracias a la ayuda de Pitufo Robot, se la pudieran quitar de las manos. Sino todo iría al traste con lo hecho hasta ahora.
El cambio de turno se hace el domingo a las 21h.