Partida Rol por web

Los Pozos de Bendal Dolum

02A. Apurando una copa

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19/07/2012, 13:16
Denise Williamson

21 de Junio de 1920

Aquel maldito cuchitril solía estar lleno por las noches. Puede que la Ley Seca imperase en la ciudad, pero tampoco era menos cierto que el alcohol corría por las venas de sus ciudadanos tanto si el Estado lo quería como si no.

Allí estabas, sentado en la barra de aquel tugurio de mala muerte. Bourbon. Delicioso bourbon. Hacía tres meses que no dabas con un líquido embriagador como aquel. Habías probado en otros bares clandestinos, pero todos ofrecían algo que parecía más aguarrás que auténtico whisky americano. Pero un amigo te había hablado de una cloaca inmunda, llena de podredumbre y que olía a matarratas, sudor y vómito, pero que servía el mejor bourbon de la ciudad. Estaba equivocado. El sitio apestaba a mala muerte, pero no ofrecía el mejor bourbon de la ciudad, era el mejor alcohol del mundo entero.

Cada gota de aquel carísimo e ilegal vaso te estaba sabiendo a gloria bendita.

Miraste a tu alrededor. Borrachos, gente sucia y maloliente, gente de la peor calaña. El lugar más miserable del planeta. Pero qué demonios, ¡había bourbon! ¿Qué era la podredumbre y la miseria comparada con el placer de deleitarse con un poco de aquel brebaje divino?

Nadie había entrado en aquel clandestino local desde hacía al menos una hora. De pronto, el inmenso portero y matón que evitaba que se colase allí nadie que no debiera, el apoteósico gigantón, aún más alto y fornido que tú mismo, abrió la puerta, supuestamente, a juzgar por lo que todos pensabais, para que entrase un nuevo individuo de baja estofa dispuesto a echar un trago a la salud de la ley.

Pero todas las miradas se quedaron fijas en la puerta al ver entrar a una mujer. Era muy alta y delgada, esbelta, de facciones duras aunque bellas, y vestida elegantemente. Aquella criatura pegaba más en el palco de una ópera que en aquel maldito tugurio, y aquella discordancia entre su refinado aspecto y la miseria del local hicieron que todos y cada uno de los presentes se fijase en ella como si de una aparición fantasmal se tratase.

La mujer, con paso firme y decidido, oteó el local completo, y tras unos instantes de duda, tomó una determinación y se encaminó segura hacia la barra. No se detuvo hasta llegar hasta ti, y mirándote fíjamente con los ojos inquisidores como puñales, te dirigió unas palabras.

-Estoy buscando a Allan Quarter. Me han dicho que podría encontrarle aquí. Y me apuesto un bourbon como el que está bebiendo a que se trata de usted.

Se quedó mirándote con firmeza mientras aguardaba por una respuesta.

 

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19/07/2012, 22:38
Allan Quarter

De repente la situación paso a no ser nada divertirá. No le disgustaban las mujeres, todo lo contrario, hacía tiempo que le hacía falta un buen… como igual falta le hacía acabarse aquella copa.

En un instante todo el sudor se agolpo en sus manos, disimulado por la falta de luz del local. La miro con firmeza, y luego ladeo la cabeza, mirando a ningún lado.

Señora, si es cierto lo que dice, acepto esa copa.

Tras sus palabras bebió de un trago lo que le quedaba y dejo el vaso en la barra. Era una negociación, y el necesitaba un nuevo trabajo.

Su última partida de caza había sido un fiasco, por culpa de los federales, ahora resultaba que la fría Alaska era un lugar protegido para ciertos ciervos. Pero que podía hacer el, su negocio cada día daba menos dinero, y quería ir al sur, a cazar pumas.

Y precisamente por eso tardo un poco más en responder. Estaba claro que si aquella mujer le buscaba a él, era para hablar de negocios. Aun no sabía cuales, pero a juzgar por su aspecto, eran lucrativos.

Y si se mostraba muy ansioso, corría el riesgo de perder poder y aumentar el precio. Sabia cómo funcionaba el mundo. Todo el mundo tenía un precio, y todo el mundo ofrecía menos del valor real.

Así que esperaba inflar un poco más la cuenta. Así que con la mano hizo un gesto al camarero, y se quedo mirando a la dama para ver si esta hacia algún gesto que indicara si le llenarían el vaso de nuevo.

La pelota está en su campo ahora.

Y sus ojos castaños se clavaron en los de ella, obviando el resto de su figura, pues sabía que para ciertas mujeres, ver que no eran deseadas era una buena bofetada, y provocándola quizás ella fuera más sincera sobre sus intenciones.

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25/07/2012, 00:12
Denise Williamson

La mujer llamó al camarero, quien se apresuró a aparecer frente a ella diligentemente.

-Sírvale a este caballero otra copa de lo que sea que estuviese tomando- extrajo un billete de su bolso y lo colocó sobre la barra- Y traiga otro para mí. Quédese con el cambio.

El hombre, al ver la generosa magnitud de la propina, sonriente como un colegial, desapareció para reaparecer al instante con las dos copas a rebosar.

La mujer tomó la suya con la mano derecha, y te miró con cierto aire divertido.

-Salud- sus labios apenas probaron el líquido. Estaba claro que toda aquella parafernalia no era más que una pantomima para demostrar que no era una pobre criaturilla como las que os rodeaban en aquel antro inmundo- Supongo que se preguntará quién soy yo, aunque estoy convencida de que intuye para qué le busco. Digamos que no es una visita de placer, pero por su rostro veo que ya me ha calado- bebió otro trago de su copa con parsimonia.

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25/07/2012, 00:59
Allan Quarter

El cazador disfruto viendo como la joven representaba bien su papel. Una mujer dura de negocios, que negociaba en un tugurio de segunda.

Sin duda, era un buen negocio, si había llegado hasta él y no se amilanaba sin motivo. Así que inconscientemente sonrió ante las palabras de la joven.

Se tomo otro minuto de silencio, por dos motivos, para disfrutar del trago, y para dejar que poco a poco los parroquianos fueran volviendo a sus conversaciones, pues no convenía que algunos estuvieran al tanto de los negocios de nadie.

Cuando hubo apurado la segunda copa, que sin duda le pasaría factura más tarde, miro de nuevo a la joven manteniendo esta vez la mirada.

El olor de sudor, alcohol y tabaco del local, podía hacer difícil respirar, y vio como lentamente los ojos de la joven se iban vidriando. No era lugar para hacer tratos de ningún tipo.

Bien, esto será así.

Dijo mientras se acercaba más de la cuanta a la joven, que inevitablemente se hizo hacia atrás.

Usted, sonríe, se bebe la copa, y sale conmigo del local. Una vez en la calle, cuando nos hayamos alejado de este sitio, me hará una propuesta. Sea clara, concisa, no me venda la situación, solo dígame el que, y lo que pretende pagarme.

Luego pasaran dos cosas. O bien, le diré que sí. Y me dirá donde nos volvemos a ver y cuando. O le diré que no. Y ahí es donde puede ofrecer más dinero, o buscarse a otro.

Luego de casi susurrar aquellas palabras, se separo de la mujer, era guapa a rabiar, y él lo sabía. Como también sabia, que no tenia oportunidad de encamarse con alguien así. Entre otras cosas, porque no era bueno dormir con la fuente de tus ingresos, era algo que a muchos les costaba aprender, y que él no pensaba poner a prueba.

Dejo que la mujer tomara la decisión de seguir adelante con el plan, o de plantarse, aunque algo le decía que la segunda opción, no iba a darse.

Luego espero a que dejara la copa. Aun tenia liquido dentro, y la invito a levantarse, en cuanto tomo la delantera, con un rápido movimiento apuro el líquido y le dijo adiós al barman, con una sonrisa. Se había sacado un buen pico, y prefería que lo asociara con él, para futuras visitas.

Camino hasta la calle, y una vez allí, New York le devolvió parte de su vida. El frescor, las aceras húmedas, las luces de los autos que circulaban como si fueran hormigas inconscientes dentro de un gran hormiguero de ladrillos y metal, le recordaba cuán lejos estaba de casa.

Muchas veces, había pensado que era más humano ir a vivir a una gran urbe, a la civilización. Pero al poco tiempo se daba cuenta de que no estaba hecho para lugares como aquel. Llenos de suciedad humana, donde nadie entendía a nadie, y mucho menos nada.

Fuera cual fuera el precio, estaba seguro que lo aceptaría, porque tenía que marcharse de allí cuanto antes. Aun así, miro con ojos divertidos y curiosos a la mujer que estaba a pocos metros de él. Siempre eran un misterio las mujeres, y aquella no lo iba a ser menos.

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28/07/2012, 10:58
Denise Williamson

La mujer asintió a tus palabras y apuró la copa sin dar visos de prisa alguna. Unos minutos después, se había reunido contigo en la calle.

-Me ha dicho que sea clara y que vaya al grano. Precisamente es como me gusta actuar- te dijo, resuelta. Intentaba aparentar más frialdad y dureza de la que se percibía que poseía de forma natural. La joven sacó un recorte de periódico del estiloso bolso que portaba, y te lo tendió- Léalo, si es tan amable.

Era un fragmento del Arkham News. Ya lo habías leído por encima, sin prestarle demasiada atención. Aquella noticia estaba en boca de todos:

    Si hace apenas medio mes anunciábamos con júbilo la partida de la expedición Williamson al corazón de la jungla de América Central, hoy, desgarrados por el dolor, nos vemos en la obligación de informar a nuestros lectores de que todos los miembros de dicha infortunada expedición han desaparecido sin dejar rastro.

    La expedición estaba compuesta por Tyronne Williamson, el eminente arqueólogo y uno de los más queridos profesores de la Universidad de Miskatonic, acompañado por el aclamado profesor Anthony Baldwin, mano derecha de Williamson, y por cuatro estudiantes y ciudadanos de nuestra querida Arkham: Peter Finch, Myrna Evans, George Tierney y Victor Fairbanks...

La mujer te dio tiempo para leer y releer la noticia. Una vez le devolviste el recorte, su voz tornó gélida, como quien está realizando una transacción comercial.

-Soy Denise Williamson, hija de Tyrone Williamson. Formo parte de la expedición de rescate que parte la semana que viene en busca de la de mi padre. Como usted comprenderá, tengo interés en rodearme de los mejores de cada campo para dar con él. Y usted, señor Quarter, es el mejor en el suyo. Ponga un precio. No voy a escatimar gastos para dar con la expedición. Sé que usted está preparando una cacería y que necesita desesperadamente fondos. Yo no soy rica, pero tengo una buena fuente de ingresos. Si su precio, aunque sea alto, entra dentro de lo razonable, estaré encantada de pagarle dicha suma si se aviene a formar parte de la expedición. Necesitamos a un hombre como usted.

Te miró, seria, expectante. Parecía fría y calculadora, pero en los ojos podía leerse un bastante evidente atisbo de urgencia, un sentimiento magnificado cada vez que de su boca salía alguna referencia al desaparecido Tyronne Williamson.

 

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28/07/2012, 20:11
Allan Quarter

Tras sus últimas palabras sería fácil aprovechar el dolor de perder a un padre para sacarle más incluso que lo razonable.

Sabía que si quisiera, sangraría la cartera de aquella mujer, y con el dinero en el bolsillo podría reanudar su vida.
Pero lo cierto es que no pudo. No pudo exigir una cantidad de dinero, para una persona que solamente quería recuperar a un ser querido.

El mismo había escuchado la noticia de la desaparición de su padre. Y el había supuesto que estaría muerto. E ir a buscarlo sin más seria un suicido. Sabía qué clase de trabajo era, y era una tontería no aceptarlo.

No, no cuente conmigo.

Empezó a andar, sabía que aquella mujer estaba poniendo su corazón en sus manos. Y que lo estaba tapando. Y se sintió como su padre. Y eso era algo que no podía permitirse. Su madre no lo hubiera querido así.

Se giro y la miro muy seriamente, aun decidiendo que diría a continuación.

Sabe que es muy posible que su padre haya muerto. Y que todo lo que quiere hacer sea una futilidad. Y aun así quiere cruzar medio planeta, viajar a lugares que sin duda no están hechos para el hombre, solo para dar con un cadáver. Esta dispuesta a todo eso.

La mirada tensa de ella le dijo todo lo que necesitaba saber. Estaba a punto de perder el control…

Notas de juego

Le voy a decir que si, pero al menos que se lo curre un poco. Jijiiji.

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02/08/2012, 10:30
Denise Williamson

La mujer se quedó petrificada al conocer la respuesta a sus palabras. Su rostro denotaba la sorpresa ante la negativa a unirse a la expedición. Creía haber calado perfectamente a un tipo como Allan Quarter, estaba segura de que ofreciendo una buena suma de dinero, él accedería a ir, y no se esperaba aquella respuesta. Se quedó clavada en el sitio, sin saber qué decir.

Al cabo de unos instantes recuperó el aplomo. Rebuscó en su bolso y extrajo un papel arrugado que te tendió. Era una fotografía de la expedición, una de las que ya habías visto en el periódico.

-No es solamente por mi padre- murmuró, mientras agachaba la vista- El profesor Baldwin también es amigo de la familia. Y me preocupan las vidas de los cuatro chicos. Son cuatro jóvenes en la flor de la vida que no merecen ser abandonados a su suerte. Sus familias están destrozadas. Evidentemente que mi principal preocupación es mi padre, sería una necia si negara lo contrario, pero no puedo pegar ojo sin hacer nada por traerlos a todos de vuelta- recalcó el "a todos" con firmeza y convicción.

Volvió a guardar el recorte en el bolso y te miró fijamente con sus inmensos ojos de expresión fría. Pese al atisbo de temblor de su voz y a la preocupación de que era presa, se veía que era una mujer firme y decidida, que no se iba a detener ante una negativa.

-Está bien. Admito que en ningún momento pensé que pudiera rechazar una buena suma de dinero. Si lo hace para sacarme una cuantía desproporcionada, le digo que lo intenta en vano. Tengo dinero, pero no soy millonaria, y sé dónde está mi límite. Prometerle más sería mentir, ya que no podría pagarle y faltaría a mi palabra- al ver que tu rostro no mudaba de expresión, desvió sus argumentos hacia otro lado- O quizás es que no es usted como yo había pensado. Si el dinero no logra convencerlo, y sin intereses personales en la propuesta, imagino que estoy perdiendo mi tiempo- sacó un espejito y se retocó ligeramente el peinado, como si hubiese perdido el interés- Y sí, estoy dispuesta a recorrer medio mundo o el mundo entero si hace falta, si con ello puedo traer aunque sea a uno de ellos de vuelta- guarda el espejo y te vuelve a mirar fijamente- No me considere una estúpida flapper que no sabe a lo que se enfrenta. La expedición la organiza la Universidad de Miskatonic en colaboración con mi familia. Ellos se encargan de reclutar expertos arqueólogos. Yo me encargo de encontrar a quien vele por nuestra seguridad. Además, viajo en calidad de equipo médico de la expedición. Le aseguro que sé perfectamente en qué me estoy metiendo. Lo que le pregunto es si está dispuesto a que le "compre" para participar en ésta.

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02/08/2012, 16:12
Allan Quarter

Tsk

Escupió el hombre a un lado.

Señora, yo no me vendo. Y si esta lista para viajar hasta los confines del mundo, para buscar a un fantasma. Es que está loca, y desesperada. Sobre todo lo último.

Allan miro a la noche, a las calles, las luces de las farolas, los vehículos a motor que se movían con su característico soniquete. Aquel lugar no era para él, y lo sabía.

El ya había tomado una decisión, incluso antes de que la mujer volviera a hablar. Tenía que reconocer que había argumentando con todo, había pasado del dinero a la humanidad, y de nuevo al dinero, y quizás apelara a la locura finalmente para convencerlo.

Lo que ella no sabía es que pensaba aceptar el trabajo de todas maneras. Solo mirarla minutos atrás había descubierto que ella iría, incluso sin nadie para hacer de guía, sin protección de ningún tipo.

Era esa clase de mujer, tan decidida como temeraria. Y respetaba aquella manera de actuar. Pero sin duda, se sentiría responsable si la dejaba ir sin la debida protección, y había pocas personas mejores para hacer su trabajo, si es que había alguna. Y sin duda ninguno que fuera buena persona.

Me hospedo en el Old Oak Station, un hotel en las cercanías de la estación central. Mande a alguien con el lugar donde se reunirá la expedición y la hora a la que debo estar.

Empezó a caminar dejándola atrás, quizás confusa, quizás molesta, eso le importaba poco, porque si él iba, al menos estaría más segura.

Ah, y págueme lo que quiera. Lo que usted busca, es esperanza, y eso no tiene precio. Así que tampoco puedo cobrarle por eso….

Su voz se alejaba al mismo tiempo que el sonido de sus zapatos se apagaba contra las aceras llenas de charcos, pues el tiempo en New York no era precisamente selvático, y estaba claro que funcionaba fuera de los límites de la naturaleza.

Allan Quarter iba camino de su pequeña y mugrienta habitación de hotel. Pues sabia dos cosas. Si ella lo había buscado en aquel cuchitril, tendría prisa y el viaje seria en breve.

Y si acertaba en eso, seguramente necesitaría dormir bien. Porque el viaje hasta centro América era largo. Tendría mucho trabajo que hacer.

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15/08/2012, 10:01
Director

A través de las pesadas cortinas de la ventana se vislumbraban los primeros rayos de sol de la mañana. Habías dormido como un tronco. En ese momento, rodeado de sábanas limpias y en el silencio de las primeras horas de la mañana, los sucesos de la noche te parecían algo muy lejano, casi irreal. El bourbon, la desesperada mujer, la propuesta cuya recompensa aseguraba el capital para llevar a buen puerto aquella cacería que llevabas tanto tiempo planeando... Parecía todo un sueño, como si nunca hubiese sucedido.

En ese instante, alguien llamó a tu puerta, y a tu respuesta se identificó como uno de los botones del hotel. Te hizo entrar un maletín pequeño, algo desgastado. Sin duda, aquella maletita había conocido tiempos mejores.

El botones te indicó que un mensajero había traído aquel maletín para entregártelo, y procedía de una tal Srta. Williamson, de Arkham. El mozo te dejó el paquete y, tras recibir una moneda de propina, se retiró cerrando la puerta.

Abriste el maletín. Contenía un sorprendente y abultado fajo de billetes. También había un sobre sellado con una W de estilo gótico en un escudo, posiblemente el símbolo familiar de los Williamson, su marca personal a la hora de enviar correspondencia. Dentro había unas señas de la Honduras Británica y una fecha (dos días más tarde). Estos datos venían acompañados de unas palabras escritos con una letra tan elaborada como la inicial del sello:

Recibirá un fajo igual al llegar a Honduras, y otro idéntico a la vuelta de la expedición. Como ve, le dije que iba a pagarle muy bien, dentro de mis posibilidades. En el aeropuerto tiene un billete a su nombre para el primer vuelo de la mañana de dentro de tres días. El vuelo le llevará a Honduras. Cuando llegue allí, coja un taxi hacia el hotel Gala, en donde le he reservado una habitación individual a su nombre. En dicho hotel se alojarán los demás miembros de la expedición. Al llegar allí, pregunte por el profesor Jeremy Morgan, o por mí. Le veré dentro de dos días

Atentamente

Denise Williamson

Ya no había marcha atrás. La propuesta de aquella desesperada loca había sido aceptada, y en unos días te verías rodeado de personas a las que no conocías en medio de la jungla, en una absurda expedición de rescate. Aquella locura acababa de comenzar.

Notas de juego

Fin de escena :)