Partida Rol por web

Denise, presa de la excitación, el pánico y la furia, estalla en un furibundo griterío.

-¡MALDITA SEA, LOCKLY! ¿QUÉ PUÑETAS IMPORTA? ¡Lo único que quiero es salir de aquí! ¡Si la ruta de Gloria es más corta, tomémosla, joder!

Ambos se te quedan mirando, como aguardando a que te decidas por una sugerencia o la otra. Ni siquiera en un momento de extrema urgencia como aquel logran ponerse de acuerdo. No es fácil aceptar órdenes de aquel que hasta que no vio que os necesitaba, no hizo nada por ayudaros. Y el hecho de que la lanzara al pozo para conseguir el medallón, no contribuye a que se fíe de él. Pero es útil, maneja bien las armas y lo necesitáis... ¿O no? La mente de Denise es un cúmulo de dudas.

-Lockly, iremos por este camino!- gritó Gloria con determinación mientras golpeaba con el brazo la mano que la estaba agarrando. No se fiaba de aquel hombre y no deseaba caer en lo que podría ser una emboscada preparada.

-Este camino es más corto y recuerdo por donde hay que pasar. No es momento de internarse más en el complejo, si no de salir de él cagando leches!

Miró a Denise e inició de nuevo el camino que habían escogido. Solo tenían que vigilar con el líquido viscoso y alguna sorpresa más que seguro aparecería en el camino. Pero era mejor ir por un lugar que, mínimamente, conocían que ir por un trayecto totalmente nuevo.

Comencé a correr como alma que lleva el diablo, persiguiendo a Trace por el camino que ya conocía. El suelo era terriblemente resbaladizo, así que traté de mantenerme firme, intentando no tropezar con nada ni con nadie...

Fue entonces cuando vi lo que parecía un pedazo de la cabeza de mi amiga Gianna, allí tirado, en el suelo, ajeno al resto de su cuerpo, que yacería sabría Dios dónde. Entonces perdí el equilibrio y...

-¡JODEEEEER!

Directa al agua.

Entonces vi la cara de horror de Trace y Lockly. Y entonces temí lo peor. Y entonces comencé a sentir cómo una especie de planta acuática se enrollaba en torno a mis piernas, haciéndome daño. Y entonces...

Fue el ver a Denise estallar en mil pedazos lo que logró hacerlo perder el equilibrio. Por fin una fisura en la aparentemente impenetrable coraza de Lockly salió a la luz. Ya lo había visto en la expedición Williamson, por eso había evitado aquellos caminos la segunda vez. ¿Cómo se llamaba aquel estúpido niñato, aquel alumno desgarbado y alelado, con aquellas piernas demasiado largas para su corto cuerpo? ¿Cuál era su nombre?

¡Qué más dará!" pensó Lockly, furioso. "Él está muerto, todos están muertos, y en un futuro demasiado inmediato todos lo estaremos, por culpa de la tozudez de Trace..."

Al estallar la hija de Williamson, restos de sangre os salpicaron a ambos. Lockly perdió el equilibrio y se cayó al agua, agarrándose con sus poderosos brazos al borde del camino, intentando subir de nuevo. Ya se esperaba la muerte, pero las plantas aún estaban abandonando el destrozado cuerpo de Denise y aún no le habían hincado el diente.

Gloria chilló impresionada al ver de nuevo como alguien de su equipo caía en aquellas aguas turbulentas y se perdía en el fondo bajo el "abrazo mortal" de aquella planta del demonio.

"Otra vez no, otra vez nooo..." se desmoronó por uno segundos la periodista. Pero poco tiempo estuvo sumida en la desesperación, ya que Lockly siguió los desdichados pasos de Denise y también acabó atrapado por las raíces vivientes de aquella planta sanguinaria.

Fuera un ese motivo o por una locura transitoria, Gloria no reaccionó. Miraba como aquel hombre que tanto daño había hecho al resto del grupo, matando incluso a alguno de ellos, la miraba con ojos de súplica y miedo a la vez.

Gloria agarró el arma que Lockly había dejado escapar a escasos palmos del agua. Se la cargó a la espalda. Y miró a los ojos a aquel malnacido.

-Por tu culpa, Lockly, hemos acabado en esta situación. Por tu culpa y tu maldita avaricia!

Gloria se arrodilló delante del desesperado hombre, lejos de posibles peligros que salieran del agua en forma de ramas, y continuó con una pequeña sonrisa en la boca...como si Gloria estuviera desquiciada en aquellos momentos.

-Sabes una cosa? Es posible que nade salga vivo de este lugar... Dudo mucho que yo sola consiga llegar de una pieza a algún lugar donde poder volver a casa. Esto se ha acabado para ti y para mi, jodido cabrón... Pero sabes la diferencia? Pues mira: mientras tu acabas hecho trizas en manos de unas malditas plantas, yo tendré la posibilidad de pegarme un tiro y morir con algo de dignidad.

La mujer se puso de pie y comenzó a caminar hacia la salida, por el camino que habían escogido.

-Lockly...púdrete en el infierno!

Sales corriendo del complejo, mientras escuchas a Lockly maldecir a tus espaldas mientras trata desesperadamente de salir del agua. Corres como un gamo, sin echar la vista atrás. Hasta que no dejaste la verja de la entrada al complejo a varios metros tras tu espalda, no te aventuraste a detenerte y contemplar Bendal Dolum, con el rifle de Lockly al hombro.

Fue entonces cuando el horror se apoderó de todo tu ser. El edificio principal de Bendal Dolum estalló en mil pedazos, esparciendo cascotes un kilómetro a la redonda. Tuviste que cubrirte el rostro y la cabeza con los brazos para evitar que alguno de los pedruscos te dejara ciega o inconsciente. Afortunadamente, salvo algunos cortes y magulladuras en tus extremidades, no tuviste que lamentar más daños. ¡Por fin un insignificante golpe de suerte tras todo el mal!

O eso creías, ya que no estabas preparada para contemplar el horror.

Nadie lo habría estado.

De Bendal Dolum, una vez el desprendimiento puso punto y final, pudiste ver emanar una criatura incorpórea con infinidad de extremidades en forma de humo, idénticas a las que habían asesinado a Miguel en Kalkamal la Perdida. Aquel brazo de humo que había agarrado al amigo retrasado de Devlin no era más que una mera extremidad de una criatura muchísimo mayor, aquella a la que sabría Dios cómo el loco de Morgan había logrado liberar.

Contemplabas la inmensa criatura que permanecía atrapada bajo el complejo de Bendal Dolum, saliendo a la luz del sol, agistando sus brazos al cielo, viendo a través de ella, pues su cuerpo era prácticamente transparente, y emitiendo al final un alarido que te destrozó los tímpanos, haciéndote caer de rodillas al suelo con las manos cubriendo tus orejas.

Fue entonces cuando percibiste algo más mundano, algo mucho más real. y también doloroso. Una bofetada. Una excelente y violenta bofetada propinada por todo un experto en la materia. Lockly estaba ante tus ojos, calado hasta los huesos y con un fragmento de planta aún enrollado en la pierna, justo donde él la había cortado para librarse del resto de la "agradable" muestra de la flora de las aguas del complejo. Aún mantenía en mano el puñal con el que había infligido el corte de gracia a la planta, y aún su rostro se hallaba contraído por el pavor de lo acaecido en el agua, de lo cerca que había estado de morir, y de la criatura que su jefe había liberado en Bendal Dolum.

-Montañas de oro y piedras preciosas. Un tesoro inmenso, decía. Una cámara de ofrendas a un viejo dios pagano. ¡Maldito seas, Morgan!

Te miró, con los ojos crispados y los dientes apretados. Guardó el puñal en la vaina y te tendió una mano para ayudarte a levantarte.

-Vamos, pequeño montón de mierda. O salimos de aquí pitando, o acabaremos como Miguel. Me necesitas para salir de aquí, y yo te necesito a ti. Hagamos una tregua hasta la salida del bosque y, después, no volveremos a vernos nunca más. ¡Nunca más!

Notó como el corazón se le paraba unos segundos al ver como aquel maldito hombre había esquivado a la muerte. Sería posible que aquel cabrón tuviera siete vidas como los gatos?

Agarró su mano para levantarse, dolorida, del húmedo suelo de la selva. La explosión la había hecho volar unos metros y aún se sentía aturdida y algo mareada de todo lo sucedido. Y asustada...asustada de no saber si aquella criatura formada de humo, tendría algún sentimiento de venganza hacia ella.

-Esta bien, Lockly, te daré algo de la poca confianza que me queda en ti. Pero quiero que sepas que, a la mínima cosa que hagas que me dé mala espina, acabarás con un tiro en las pelotas. Te ha quedado claro? Ahora mismo me da exactamente vivir, morir o lo que sea. Pero si yo no salgo de aquí, te juro, que tu tampoco!

Agarró el rifle y, apuntando a Lockly, marco un gesto con el arma.

-Tu delante, por favor.