Una elfa noldo de la casa de Gil-Galad decide poner rumbo al oeste agotada por la vida en la Tierra Media tras haber pasado en ella desde los días de la Primera Edad. Desde los Puertos Grises realizará un último viaje hasta las Tierra Imperecederas, pero antes debe cruzar los peligrosos terrenos que se encuentran entre el bosque Negro y las Montañas Nubladas.
En el otoño del año 2946 de la Tercera Edad, el grupo de aventureros había pasado unos días en la casa de Beorn tras lograr convencer al fugitivo Odorico de regresar y someterse a la justicia del señor de la Carroca y evitar la tragedia en Vado de Piedra rechazando a los bandidos de Valter el Sanguinario. Tras unas semanas de descanso, afrontaran un nuevo encargo de Beorn, a quien no le gusta demasiado que las visitas se alarguen en el tiempo más de la cuenta.