Nos quedamos tan cerca que se siente incluso más íntimo que el beso al que he tenido que negarme. Sus palabras dulces me acarician la mejilla antes de deslizarse hasta mi oído, forzándome a creer que de verdad piensa que soy increíble, que incluso entre princesas de apellidos más llamativos que Cruz podría llegar a verme…
Dejarse llevar por Aaron es demasiado sencillo. No sé hasta qué punto es todo auténtico, hasta sabiendo que él no es de engaños, pero cada pequeño detalle se siente tan apasionado que cuesta resistirse. Vuelvo a encararme con sus ojos, abiertos a mi escrutinio por este momento vulnerable y la intensidad del sol. Casi, sólo casi, consigue que me olvide de los mensajes de Clementine.
Me he visto atraída, es más, me he girado del todo hacia él para volver a acercar nuestros labios, pero soy yo quien también cierra los propios, deteniéndose a un par de meros milímetros de otro beso. Es insoportable el control que debo ejercer para no hacerlo de nuevo.
— Por favor, no —ahora suplico, tirando mentalmente de mi cabeza lejos de su boca. Tengo el corazón a mil y ni rastro de hambre por wagyu. — No hasta que veas a Clem otra vez. Es muy fácil hablar cuando es sólo un recuerdo.
Lo más difícil de todo seria resistir ese impulso, esquivar lo imparable. Las palabras de Mena ayudan mucho, especialmente la mención de Clem y la más que razonable promesa de que podrían darse una chance luego de comprobar como le afectaría estar frente a Clem. Pero aún así, ella no apartaba el rostro, compartían intenciones y sus ansias de afectos. Aaron pega su frente a la de ella, manteniendo la cercanía de sus rostros pero poniendo ese contacto como una barrera que no cruzaría por más que quisiera, pues no se trataba de solo un fogonazo, no era solo una chispa o un capricho, Mena y su forma de ser le gustaron de verdad y profundamente, no solo quería sus besos.
-Tienes razón... tienes toda la razón, Mena, pero... - Aparta el rostro para volver a verse, sus dedos acarician suavemente la mejilla de Mena. Ella puede notar como el fuego en sus ojos estaba por vaticinar que en otro arrebato de pasión la besaría sin importar consecuencias, pero se contiene, temía perder a Mena y peor aún temía lastimarla más pues no sabe que pasaría en adelante. -Es fácil hablar y difícil resistirse...- sonríe y baja la vista, suelta la mejilla de Mena. -De verdad me pareces increíble, solo me detengo por que sé que es complicado para ti también.- Retrocede y se aparta por fin. Se tenía que convencer que era lo mejor.
Vuelve a intentar verla con una sonrisa algo entristecida pero sincera -Pase lo que pase ¿Podemos seguir siendo amigos?...- no quería imponerlo pero lo intentaría; la verdad era que no quería estar lejos de Mena, así fuera como solo amigos y a pesar de que ahora fantaseara de que fueran algo más.
De algún modo era como si pudiera sentir el intenso tacto de sus ojos sobre mi cara, incluso si no le miraba porque me resistía a abrir los ojos. Fácil hablar, difícil resistirse… y aún así tengo suficiente miedo a salir escaldada de nuevo para convencerme de esperar. ¿Qué son unos días de distancia al lado de otra temporada de “Mena en el banquillo”? Ya tuve bastante de eso el año pasado.
Sólo cuando dejo de sentir la presión de su mirada cargada de lo que fuera, anhelo o un simple calentón, me siento confiada para volver a mirarle. Insegura, sí, pero firme en mi decisión. No soy la clase de amiga que se mete en medio y no quiero empezar ahora.
A lo mejor en la universidad puedo aprender a ser más egoísta. No en el cerrado y estricto mundo de la alta sociedad de Nueva York.
— Claro, eso me gustaría mucho —es así, ante todo quiero que seamos amigos porque disfruto mucho de la compañía de Aaron además de sentirlo un aliado latino en ausencia de mis hermanos. Lo demás es secundario, sólo que está bien saber que existe una opción de desarrollar algo más… en un mundo alternativo en el que no compito con Clementine por la atención de nadie.
Acabo dejando los cubiertos dentro de la caja y cerrándola, rindiéndome. El puré está delicioso, los espárragos en su punto, pero ha pasado tanto rato desde que se ha cocinado todo que el plato ha perdido parte de su atractivo y mi estómago se ha cerrado a la posibilidad de algo tan denso como un lomo fileteado de tan alta calidad. Lo guardo en la bolsa por respeto, porque papá nunca me perdonaría que tirase comida a la basura, pero creo que prefiero esperar a comer algo de fruta en casa de Clem.
— ¿Seguimos? —me empujo a sonreír, buscando espantar lo tenso de esta pausa en nuestro viaje. Algo de música, velocidad y viento a través de la ventanilla tendrá que aliviarnos, ¿verdad?
Su respuesta sería un gran alivio a la angustia que sentía, odiaba la sola idea de que Mena se aleje y no volviera a ver en su dirección. Aunque como alguien que tenía que estar atento a la alimentación no pasó de ser percibido que Mena no terminó de comer, que solo picó de lo que había, ladea una sonrisa -Perdona... - mira la bolsa par que sepa a que se refiere pero tampoco le daría mayor importancia, aunque si se entera de que ella tiene un desorden alimenticio le pegaría realmente duro.
La sonrisa de Mena era bonita, agradable y sobre todo en esta situación muy bien recibida; Aaron se puso de pie y le tendió la mano para ayudarla a levantarse. -Por supuesto, mi lady.- Es algo bobo, pero sus intenciones viniendo desde tan profundo de su corazón podían dotar de cierto significado especial a esta clase de gestos de Aaron.
Recogió su sudadera y camina junto a Mena para abrirla la puerta, intenta no verla demasiado, se sentiría tentado con facilidad (otra desventaja de la sangre caliente), entonces mira al lago una última vez -¿Es un bonito lugar, no?- comenta aunque en su mente guarda este recuerdo, no sabe que pasará más adelante pero si sabe que este será un agradable recuerdo.
Le cierra la puerta y camina rodeando la parte de adelante del coche, al entrar deja su sudadera en el asiento de atrás y enciende el coche, la música comenzaría a sonar.
Era uno de los temas de ese artista que había firmado con House of Torres y presentado en el evento en que se habían colado : Paco Amoroso, el talentoso cantante de trap experimental no se limitaba al género y a veces tenía temas o letras que salían de las temáticas usuales. Aaron sonríe ¿El Bluetooth del coche se había conectado a su móvil o al Iphone de Mena? mientras arranca no lo verificaría. -Jajajaja... no es mi favorita pero me gusta.- comenta arrancando la tremenda máquina. Mira el retrovisor pero por la manera anticuada en la que le enseñaron a conducir pasa su brazo detrás del asiento del copiloto donde estaría Mena, para girar la cabeza y ver hacia atrás mientras retrocede para salir, girar el coche y volver a la carretera.
Espero esté bien el tema del artista.