Partida Rol por web

La distancia aumenta y realmente parece que los perseguidores poco podrán hacer...la puerta de la tienda está casi al alcance de vuestros dedos y en cuestión de metros esta persecución puede llegar a ser sólo un lamentable mal recuerdo...

Parcticamente siento el corazón latiendo en mi garganta y ahogo los últimos soplos de aire que acuden a mis pulmones. No sé de donde saco fuerzas, pero sigo manteniendo el ritmo o, al menos, intentándolo mientras Mikey tira de mi madno con todas sus fuerzas.

"No puedo más" pienso, pero no quiero defraudar a Mikey y con mis últimas fuerzas trato de recordar como se corre mientras pongo un pie detrás de otro rápidamente.

Los dos llegáis por fin a la tienda de magia de Magnus y abrís la puerta, accedéis de inmediato y en ese momento os sentís seguros...podéis ver como vuestros perseguidores llegan por fin a la tienda pero no pueden acercarse a menos de un par de metros del escaparate...como si una barrera invisible pero poderosa impidiera su paso.

Detrás vuestra se escucha un ruido y podéis ver al anfitrión de la tienda que se acerca a vosotros.

- Una suerte que hayáis llegado.. - dice con cierto alivio - ...salimos a buscaros cuando vimos los movimientos de los esbirros de nuestro enemigo, pero no hemos tenido suerte aunque tu sire aún sigue en la calle buscándoos...

Mira que sólo estáis vosotros dos y os pregunta por Bastian.

- ¿Bastian no estaba con vosotros?

Llegamos... al fin llegamos y, una vez estamos dentro suelto mi mano de la de Mikey y apoyo mis manos en mis rodillas. Intento respirar, pero me cuesta. Una bocanada se sobrepone sobre otra con gran velocidad mientras escucho en mis oídos el latir fuerte de mi corazón y veo pequeñas lucecitas frente  a mis ojos. Toso, a la par que quiero repirar, y mis ojos comienzan a dejar escapar alguna lágrima. Si hubiéramos seguido corriendo, no habría podido continuar. Toso, respiro, toso, respiro.

Al fin, logro mantener un poco el ritmo constante de mi respiración y enderezarme. Me limpio los ojos llorosos con la manga de la sudadera y miro a Marcus. 

-Nos han seguido... unas cosas. Él se quedó luchando atrás con ellos. Grabriel está con él-le explico aun con la voz algo entrecortada.

En cuando atravesamos la puerta resoplo sonoramente, aliviado, aunque por suerte no sufro los mismos inconvenientes que mi hermana y yo sólo noto las piernas un poco cansadas -Respira, aquí estaremos a salvo...- le aseguro frotándole la espalda para que se tranquilice todo lo posible mientras recobra el aliento, entonces asiento a lo que dice y me centro en Magnus.

-Les estaban frenando para darnos tiempo a nosotros, creo que venían a por Carol pero tenemos esto- le muestro la espada, un mago como él quizá sepa darle un uso realmente útil que yo no puedo permitirme. Molaría mucho convertirse repentinamente en un héroe al sujetarla, como muchos de esos cómics que leo a menudo, pero me temo que las cosas no son así de fáciles -¿Puedes ayudarles...?- pregunto finalmente con tono preocupado. Quizá no me fío del todo de ellos porque apenas les conozco pero nos han ayudado a llegar hasta aquí enteros y me gustaría que también pudieran unirse a nosotros.

- No puedo ayudarles, si salgo podrían entrar y creo que su amo está con ellos... - dice señalando a un edificio donde podéis ver una sombra.

Sólo de mirarla sentís pavor y Mikey siente como su bestia interior se agita como pretendiendo salir y escapar de su cuerpo.

- Bastian puede arreglárselas sólo...pero Gabriel lo tiene muy difícil... - su voz suena a preocupación.

Afuera veis a Gabriel que corre hacia la tienda, uno de sus brazos parece estar colgando como si casi se lo hubieran arrancada. Pero él no tiene tanta suerte como vosotros y dos seres se lanzan sobre él dejándolo fuera de combate aunque aún con vida. Bastian parece arreglárselas mejor y al ver que Gabriel ha caído y que vosotros estáis a salvo desaparece en un abrir y cerrar de ojos.

Veis como se llevan a Gabriel y uno de los seres se acerca a la tienda y os dice desde el exterior.

- Si queréis negociar por su vida deberéis entregarnos la espada o a la chica. Una de dos...

Dicho esto se aleja y podéis ver como arrastran lo que queda de Gabriel. Se lo llevan hasta un callejón y perdéis todo rastro de él.

Mis ojos se abren demasiado, da la sensación de que se saldrán de mis cuencas.

"No pienso dejar que devuelvan la espada, no después de lo que Mikey ha hecho por ella" pienso.

Me lanzo a la puerta sin pensarlo, antes de que a Mikey le de tiempo a reaccionar y salgo fuera corriendo dispuesta a entregarme a ellos. Seguro que encuentran una manera de salvarme... Mikey... confío en él, él no dejaría que me hicieran nada malo.

"Mikey..." es lo último que pienso mientras corro entregándome a mi destino.

Quiero dejar de ser una carga y tal vez así les sea de ayuda.

"Por favor, Mikey, perdóname" pienso mientras intento poner un pie delante del otro rápidamente.

Las noticias de Magnus no son nada positivas ni agradables pero al menos parece ser que nosotros estaremos seguros aquí dentro, aunque no sé durante cuanto tiempo -Pero él nos ayudó...- aunque si me paro a pensarlo tampoco demasiado, creo que estuvo a punto de largarse en alguna ocasión así que aunque sea cruel y egoísta tengo que admitir que prefiero que sea él la víctima que mi hermana... o incluso yo mismo.

Bastian parece que se las ingenia para salir de eso sin problemas así que no tengo que preocuparme por él pero el desagradable espectáculo entorno a nuestro compañero de desventuras casi me revuelve el estómago así que compongo una expresión de miedo y tensión, acercándome un poco a la puerta hasta que se lo llevan y ahogo una exclamación, sobresaltado, todavía más cuando esa cosa nos habla y observo la espada en mi mano con los ojos abiertos de par en par.

-¿Para qué quieren la espada...?- pregunto a Magnus en un intento por aclarar mis ideas y la decisión a tomar, pues lo que tengo claro es que no entregaría a Carol, pero por desgracia mi hermana deja claro que no opina lo mismo y en un abrir y cerrar de ojos ya está saliendo de la tienda -Carol, ¡no! ¿¡Te has vuelto loca!?- si alguien tiene que morir prefiero que sea Gabriel o yo mismo pero desde luego no ella así que dejo caer la espada al suelo, no quiero que terminen arrebatándonosla también, e intento alcanzarla para volver a tirar de ella hacia dentro.

- La espada es lo único que pueda enviar al demonio de nuevo al infierno..por eso quieren la espada, es lo único que le provoca cierto temor...conoce su mordedura demasiado bien... - dice Magnus mientras se da la vuelta para coger algo de los estantes.

No se da cuenta de que Carol decide entregarse para salvar la vida de Gabriel.

Mikey no es capaz de detener a Carol y esta cruza la puerta y sale de la zona de protección creada por Magnus. El mago se da cuenta tarde de la acción de la joven y tampoco puede hacer nada...

- ¡Qué haces insensata! - grita cuando la ve fuera.

Dos de los seres que habían perseguido a la pareja de hermanos se acercan a Carol con sonrisa malévola pero no le hacen nada. Simplemente le indican que los siga:

- Síguenos, y no te pasará nada... - le dicen amablemente aunque con cada palabra que pronuncian Carol siente un escalofrío que le recorre de la cabeza a los pies.

Asiento lentamente y después de lanzarle una mirada a Mikey y decirle:

-Mikey... no me sigas... podreis solucionarlo... seguro... por favor-le digo con mis ojos azules plagados de súplicas.

Luego, avanzo tras esos seres con paso decidido y sin volver a mirar atrás.

Me siento terriblemente frustrado y dubitativo cuando no consigo alcanzar a mi hermana y ésta ya ha salido de la tienda uniéndose a esos seres que por lo menos parecen dispuestos a tratarla con un mínimo de respeto. Al menos mientras la necesiten porque llegado el momento estoy seguro de que no les temblará el pulso para sacrificarla o lo que sea que vayan a hacer así que miro a Carol preocupado pero finalmente arrugo el ceño y asiento -Te sacaremos de ahí. 

No me gusta ni un pelo lo que acaba de hacer pero sé que no puedo frenarles, no cuando ni siquiera sé blandir esa maldita espada así que en cuanto se alejan me giro con decisión hacia Marcus -Necesito que me digas como pararles- recupero la espada del suelo y entonces se la tiendo -Sabes usarla, ¿no...?- admito que dado su aspecto resulta un poco difícil de creer pero en este tiempo he visto cosas mucho más raras que un anciano con complejo de samurai y ahora mismo me vendría fenomenal esa baza.

Veis como Carol se aleja de vosotros y se la llevan junto a Gabriel a un sitio fuera de vuestro alcance. Magnus mira a Mikey y le dice:

- Conozco los poderes que posee y el daño que puede causar...y te ayudaré a que aprendas a usarla...aunque no tenemos demasiado tiempo... - dice con pesar

A lo lejos Carol solloza aunque se mantiene firme. Mikey deja escapar una lágrima de sangre por ella...