Partida Rol por web

Noches venecianas

Ambientación histórica

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27/12/2018, 18:24
Narrador

¿Por qué una Cuarta Cruzada?

En el año 1187 de nuestro era, las tropas Cruzadas de Guido de Lusignan, que aglutinaban a Templarios y Hospitalarios, y las del rey de Jerusalén, Reinaldo de Châtillon, salieron al encuentro de las tropas del sultán de Egipto, Saladino, enfrentándose en la  batalla de los Cuernos Hattin. Las tropas cruzadas fueron masacradas, Lusignan fue hecho prisionero, Reinaldo fue decapitado y se perdió la reliquia de la Vera Cruz. Apenas dos meses después de la fatídica batalla, Saladino toma Jerusalén. La ciudad santa que con tanto esfuerzo y sangre había sido conquistada durante la Primera cruzada (1099) volvía a estar en manos infieles.

Esta pérdida fue un desastre, se pidió un nuevo esfuerzo por recuperar el Sagrado Sepulcro y restaurar el Reinado cristiano en Tierra Santa. Los grades reyes europeos, Federico Barbarroja, rey alemán del Sacro Imperio Romano, Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León, aunaron esfuerzos en la llamada cruzada de los Reyes, la Tercera Cruzada. La cruzada comenzó mal, Federico murió antes de que su ejército llegara a la Tierra Santa. Los cristianos solo consiguieron recuperaron Acre, y se acordó una tregua para permitir a los cristianos peregrinar a Tierra Santa. Aquellas victorias eran algo, pero, tristemente, no era nada que las negociaciones no hubiesen conseguido con un menor coste de vidas.

Era cuestión de tiempo que otra cruzada se pusiera en marcha. En 1198 un hombre vigoroso de 38 años llega al papado de roma y es nombrado Inocencio III, el sucesor número 176 de San Pedro al frente de la iglesia católica de Roma. En agosto de ese mismo año, Inocencio III hizo una nueva llamada a la cruzada para reconquistar el Sagrado Sepulcro. Pero ninguno de los grandes reyes europeos quería dejar su reino para iniciar un lago viaje peligroso e incierto. Con la muerte de Ricardo corazón de León, las hostilidades entre la Inglaterra Angevina y la Francia Capeta habían vuelto a avivarse, y ninguno de los dos rivales tenía intención de dejar a un lado sus batallas por otro viaje costoso a Oriente. Y Alemania se encontraba sumida en el caos de las luchas intestinas de los diferentes contendientes por el trono, y ninguno de ellos quería darles la oportunidad a sus contrincantes de ocupar su puesto.

 

No fue hasta finales de 1199 cuando los nobles menores decidieron dar un paso adelante y asumir el liderazgo de la cruzada sin el respaldo financiero de los grandes reyes. Aquellos que lo hicieron eran un grupo enérgico de nobles que habían decidido llevar la cruz después de encontrarse en un torneo en Écry. Los más famosos eran los condes Thibald de Champagne y Louis de Bois. Unos meses más tarde otros tres nobles se les unieron: el conde Balduino de Flandes junto con sus hermanos Enrique y Eusiace. Los tres condes provenían de familias de cruzadas, y compartieron el liderazgo y organización.

Después de un tiempo de reclutamiento, consideraron que lo mejor para la cruzada sería una ruta marítima. Mucho más rápida y segura, que una ruta terrestre. Por ello, se buscó un puerto europeo desde el que partir. Uno de los mayores puertos cristianos, que por aquel entonces era Venecia.

 

Notas de juego

Seguro que alguno se preguntara: ¿y la Segunda Cruzada? ¿Dónde está la segunda Cruzada?

La segunda cruzada (1144-1148) fue convocada en respuesta a la caída del condado de Edesa, uno de los primero estados cruzados fundados durante la Primera Cruzada. La Segunda Cruzada contó con el liderazgo de Luis VII de Francia y el emperador Conrado III. Los ejércitos de ambos reyes marcharon por separado a través de Europa y en cierto modo fueron retardados por el emperador bizantino Manuel I Comneno. Después de cruzar el territorio bizantino, ya en Anatolia, ambos ejércitos fueron derrotados, por separado, por los turcos. Una parte del ejército consiguió llegar a Jerusalén y en 1148 participaron en un desacertado ataque sobre Damasco. La cruzada, en resumen, fue un fracaso para los cruzados y una gran victoria para los musulmanes.

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27/12/2018, 18:58
Narrador

Venecia

Llamada la "Muy Serena Comunidad de Venecia” (o La serenísima), Venecia es la segunda ciudad más grande de Italia, con más de 120.000 habitantes. Es también un hervidero de intrigas Cainitas. Los Lasombra católicos luchan con sus hermanos herejes, y el bullicioso puerto atrae Cainitas desde todo el Mediterráneo, todos ellos observados por Narsés, príncipe de Venecia. Por tanto, Venecia está en la posición única de ser tanto la encrucijada de Cainitas como de mortales. Es un territorio neutral donde occidente se encuentra con oriente y donde todo se puede conseguir por un precio.

Historia

Los principios de Venecia surgen con la huida de refugiados a las islas de la laguna entre Chiogga y Grado, donde Atila el Huno devastó el norte de Italia en 452 a.C. Las mismas islas habían sido habitadas incluso antes, desde la época de Roma. Y fue durante aquella era cuando el clan Lasombra se estableció por primera vez en la región. Los refugiados del interior aumentaron sorprendentemente su población original en los siglos V y IV, atrayendo así a otros Cainitas con ellos, incluyendo algunos Nosferatu.

Después de las conquistas del general bizantino Belisario, Venecia cayó bajo el mandato del exarcato de Ravena, una avanzadilla militar del imperio. El exarca Narsés permitió a los venecianos un alto grado de autonomía. Narsés cayó en desgracia tras la coronación de un nuevo emperador, pero permaneció en Italia en vez de volver a Constantinopla. Amargado, trabajó para minar la autoridad bizantina en la región ayudando a los lombardos, con el apoyo de un Lasombra romano llamado Galerius. Luego Galerius recompensaría a Narsés con el Abrazo.

En el siglo IX el comercio veneciano estaba bastante extendido. Incluso los sarracenos respetaban la bandera veneciana, y agentes venecianos surgían por todos los puertos del Este. Comerciaron tanto con los eslavos cristianos de los Balcanes como con los musulmanes de España y África. Los Papas Zacarías y Adrián intentaron prevenir el comercio con las tierras interiores, mientras que Carlo Magno los excluyó de los mercados de su imperio. Como respuesta. Venecia prohibió la venta de esclavos a los sarracenos y de cualquier mercancía que pudiese utilizarse en la lucha contra el Cristianismo.

Mientras el poder comercial de Venecia crecía, el estado se involucraba cada vez más en la política bizantina. Algunos dux se casaron con miembros de la familia imperial, mientras que otros experimentaban el desagrado imperial. En 1084, el emperador Alejo Comnenus buscó el apoyo veneciano contra el normando Robert Guiscard, y ofreció a Venecia una posición prominente a cambio de su poder naval. Garantizó a los venecianos la libertad de tributos e impuestos y libertad de comercio.

Los venecianos participaron en la Primera Cruzada sólo cuando vieron que los genoveses y los písanos volvían de oriente con botines de guerra. El emperador bizantino Alejo Comnenus consideró sus acciones ilícitas, y confiscó todas las galeras venecianas atracadas en los puertos bizantinos. Sin embargo, los venecianos derrotaron a los sarracenos en 1123 y se enfrentaron a los bizantinos, acabando así la supremacía de Constantinopla. Luego Venecia prestó especial interés por las cruzadas. Por ejemplo, la ayuda veneciana permitió a los cruzados llegar a Tiro en 1124, donde un tercio de la ciudad pasó a dominio veneciano. El mismo tipo de acuerdos lucrativos prevalecieron a lo largo de todo el medio este, convirtiendo a Venecia en uno de los estados más ricos del Cristianismo.

Geografía

Venecia es una amalgama de 117 pequeñas islas unidas por 378 puentes, la mayoría de piedra. Algunas de estas islas son naturales, mientras que otras son artificiales, construidas por medio de pilares puestos en el fondo de las aguas poco profundas. Por tanto, todas las casas de la ciudad están construidas sobre una red de pilares. Las islas están separadas por varios canales, tres de los cuales son más grandes que los demás. Éstos son el Gran Canal, que atraviesa la ciudad en forma de S, el Giudecca y el San Marco, que es el más ancho.