Partida Rol por web

Me quedo desconcertada y sin palabras ante la respuesta de Zoltan a mi pregunta. Por lo que vi fue un estilete o algo igualmente fino y afilado lo que se uso para acabar con él untándolo con aquella sustancia. No usaron un mandoble u un hacha a dos manos que alguien de mi tamaño tendría problemas para usar incluso contra alguien inmóvil.

Antes de ordenar los pensamientos en una respuesta que no considerada ofensiva llegamos a nuestro destino que resulta ser una sala de audiencias, y no una cámara de torturas como me temia. Me coloco en un discreto segundo plano dejándoles la preeminencia a la dama y los caballeros.

Al no estar tan visible aprovecho para observar las reacciones de los asistentes ante las palabras del Príncipe Narses, así como los elementos que nos rodean. Es una posición discreta para pasar desapercibida, pero los cuerpos de mis compañeros no me permiten observarlo todo, debido a mi baja estatura.

Las palabras del Príncipe me dan esperanza, pero al ser desconocedora de los juegos de intereses de la corte no se a quién beneficia la muerte de Roland, aunque el beneficio sea poder solicitar una compensación de cada a Narses.

Estaban de mierda hasta el cuello. Pero no era la situación más peliaguda del mundo. Si no encontraban al culpable o por las intrigas no podían demostrar su inocencia siempre podían nadar hasta la costa. No corrían peligro de ahogarse.

El húngaro se agacho a la altura de Karmen, aunque el resto de sus compañeros podrían oírle. -Esa chica de la que hablaste podría ser la mendiga que me trajo aquí. No se a vosotros, pero a mi al llegar a la ciudad una cría me pidió limosna y me coloco la maldita flor en la solapa. Salvo que tengáis una idea mejor me gustaría llegar hasta la persona que tuvo la idea de poner flores a los recién llegados y esa cría es la única persona que conozco que puede saber algo.

De hecho más le valia a la mendiga hablar. Porque como la encontrase y ella no le dijera lo que queria saber... bueno entonces si que seria culpable de un crimen.

El otro caballero húngaro parece valorar mas mis opiniones. Le respondo intentando que apenas lo oigan los de nuestro grupo, aunque hay algunos entre nosotros con unos sentidos muy, muy sensibles.

– No pude verla bien, era una niña de mi tamaño, pero antes de que pudiera fijarme bien comenzaron las acusaciones y dejé de prestarle atención. No creo que Tommaso uno de nuestros principales acusadores nos de permiso para hablar con ella. – Señalando a Guillermo. – A mí también me ofreció la flor una mendiga, y con ella los guardias me dejaron entrar sin preguntarme nada. Me extraño porque nunca había estado aquí. Estaba convencida que era una señal para ellos. Podemos preguntarle a Guillermo si ha todos nos paso lo mismo, él debe poder saber quienes estaban de guardia en la puerta, así como las ordenes que tenían.

Te aclaro que la joven que vistes es una mujer de unos 18-17 años. No una niña.

Algo me dice que esa niña no existe o ya no está viva - respondo con la mirada fija en ambos acusadores, viendo con la misma extrañeza que los demás su repentina confluencia -. Nadie sería tan estúpido de dejar a una testigo que pudiera relacionarle con la conspiración y, por desgracia, eso implica que la niña murió anoche o, peor aún, fue producto de nuestra mente ofuscada por disciplinas que otros controlan con mayor destreza que nosotros.

Pienso por un segundo antes de hablar.

Deberíamos empezar por las tres patas de todo asesinato, medio, móvil y oportunidad. En este caso creo que podríamos empezar por ver cómo fue el crimen. Echemos un ojo al cadáver y veamos la escena del crimen. También deberíamos hablar con su clan. Seguro que tenía enemigos mucho mejores que un par de cruzados, un monje, una artista y una joven recién introducida en nuestra oscura sociedad.

Miro a los demás, esperando argumentos.

Te das cuenta que Lanzo esta totalmente disgustado con la decisión del Dux, pero Tommaso no está tan disgustado con la decisión. Parece que el comerciante parece aliviado con la decisión que a tomado el Dux.

Te das cuenta que Lanzo esta totalmente disgustado con la decisión del Dux, pero Tommaso no está tan disgustado con la decisión. Parece que el comerciante parece aliviado con la decisión que a tomado el Dux.

Tras la sentencia del Dux y la corroboran taxativa de Guillermo el grupo de vampiros se comienza a disolver. Aunque alguno parece reacio ha abandonar la sala, esperando un poco más de espectáculo, las miradas de desaprobación de Guillermo terminan por expulsarlo. Esta noche se hablara mas del asesinato que de las cruzadas en la asamblea.

Guillermo os informa que Roland fue encontrado en un pequeño almacén usado por los mercantes para guardar su mercancía cerca de la orilla del mar. Este almacén en particular pertenece a una familia de expatriados bizantinos que responden al nombre de Mouzakios.

Guillermo que hace las veces de guardián y guía os conduce de nuevo ante el cuerpo del desgraciado. El cadáver a sido llevado a una sala más pequeña y menos concurrida.

El cuerpo de Roland sigue ofrece una vista espantosa. Su piel está gris y cenicienta, inusual incluso para un Cainita. Sus rasgos están hundidos y esqueléticos. Difícilmente se acerca al hombre vigoroso que parecía ser en el concilio. Todavía más perturbador es su boca, nariz y orejas que están llenos de un fino polvo negro, como si fuera ceniza volcánica pero sin olor sulfuroso alguno. Le faltan dos dedos de su mano derecha. Parece que han sido arrancados en vez de cortados. También observáis la pequeña incisión en el cuello, y los residuos pegajoso y rojizo del veneno de Sanguinaria.

Don Diego descarta mi idea, pero no me prohíbe llevarla a cabo. Nunca he matado a nadie, ni he sido curandera por lo que difícilmente encontrare ningún indicio en un cadáver.

Mientras alguno vuelve a examinar el vástago llevado a la muerte definitiva por mi parte me aproximo a Guillermo hablándole cuando percibo que es consciente de que estoy a su lado.

– Discúlpeme señor, yo nunca he dado instrucciones a unos guardias. Estaba convencida que al ser una desconocida que acudía a una reunión convocada por el mismísimo Principe de Venecia Narses como mínimo me preguntarían como me llamaba. Me extraño que nadie lo hiciera, pero lo relacione con la flor que me había entregado una niña, ya que no era la única que la llevaba. ¿Se les ordeno que dejaran entrar a los desconocidos que las llevaran sin necesidad de ninguna comprobación adicional?

Omito lo de que vi por un instante alguien que podría coincidir detrás de Tommaso. No estoy segura y lanzar acusaciones, sin ninguna prueba, podría incrementar las sospechas sobre nosotros.

Se nota que has recibido el don oscuro hace poco o vienes de tierras barbaras. Contesta Guillermo. El Dux, como buen señor, recibe en audiencia a todos los vástagos que acuden a su ciudad. De hecho es obligación de todo vástago que visita la ciudad presentarse ante el señor del lugar, es la cuarta tradición.

Entonces recito de memoria un parrafo, de la misma forma que lo haría un sacerdote en el altar. Dado que yo soy señor de Nod, tu dominio es tu preocupación. Tú eres su señor, y todos respetarán esto o sufrirán tu ira. Todos se presentarán cuando entren y tú los protegerás a cambio. Por derecho, tienes permitido Cazar en los límites de tu dominio, su sangre es tuya. Acepta su responsabilidad, ministro de tu dominio, y paga a otros con el mismo respeto que esperas. Así habló Caín.

El que me considere bárbara me ofende, aunque intento que no se note.

Haciendo una reverencia al estilo magiar, esperando que no se ofenda. – Siento haberos hecho perder vuestro tiempo. Allí es costumbre presentarse nada mas verse, sean mortales o vástagos. Por otra parte, considero que la única forma de aprender para quien nunca a tenido preceptores es la de preguntar todo aquello que desconoce o le extraña. Puede parecer ignorante, aunque lo que acaba de preguntar ya no lo desconoce.

Dudo mucho que dejen, así como así entrar a desconocidos. De todas maneras, no le contara las medidas de seguridad a unos desconocidos, y mucho menos si tienen dudas de que alguno de ellos sea un asesino.

Se nota que has recibido el don oscuro hace poco o vienes de tierras barbaras.

"Y a ti se nota que hace tiempo que nadie te ha dado un buen golpe en la cabeza que te haga recordar que es mejor ser educado, siempre." Pensó Akos que, noche a noche, veía que los cainitas, pese a su supuesta sofisticación y longevidad no eran mejores que los humanos normales. La misma mierda: gente encantada de oír su voz, de tener un cargo que reforzase su autoestima, chanchulleos y otras miserias.

"Seguro que el muerto era también un grandísimo hijo de puta" pensó mirando con disgusto aquel amasijo que una vez fue un compañero de raza. ¿Y que pretenden sus ilustrisimas mercedes que yo averigüe si solo soy un gañan que se dedicaba a cobrar por dar espadazos cuando tocaba y jugar a los dados cuando no?

Miró al techo y cerro los ojos unos segundos. Reuniendo paciencia para no dejarse llevar por la ira y la frustración. Luego miro el cadáver, vale, era un iletrado, pero a lo mejor si miraba con mucha atención y saltarse ningún trazo de piel podía llegar a ver algo raro.

Te das cuenta que Lanzo esta totalmente disgustado con la decisión del Dux, pero Tommaso no está tan disgustado con la decisión. Parece que el comerciante parece aliviado con la decisión que a tomado el Dux.

Lo más impórtate es no dejar de aprender, y no perder la curiosidad. Muchos se cansan de aprender y se vuelven perezoso con el paso del tiempo… Esos vampiros son peligrosos, destruirán todo aquello que rompa su calma. Contesto el lugarteniente del Dux dando por complicidad la charla. Tras lo cual indico que le siguierais hasta la escena del crimen.