El barón Bertalan Alexander, tu sire, te había ordenado ir a Venecia. Según los espías su rival, el Voivoda Slotan Bratovich, había enviado a uno de sus chiquillos como a la serenísima para conseguir información sobre la cruzada. Al Barón no le interesaba la cruzada, solo quería frustrar los planes de su enemigo.
El viaje comenzó por los destartalados caminos de montaña se hizo largo, estos caminos estrechos estaban pensados para el paso de mulas o caballos no para el paso de los grandes carruajes de viaje. Una vez en las llanuras fluviales de Hungría el viaje se hizo mucho más rápido y cómodo, los caminos estaban debidamente acondicionados, muchos de ellos databan de tiempo de los romanos, y abundaban las posadas y los pueblos donde hospedarse.
El viaje transcurrió sin ningún incidente reseñable, un par de salteadores de caminos y algún intento de timo en un par de posadas. Tras varias semanas de viaje llegaste a la orilla del lago de Venecia donde se encontraban los embarcaderos.
Finalmente, después de un largo viaje llego a un lugar mucho más al oeste que ha estado nunca, la ciudad más grande que ha visto en su vida y en su no vida. Aunque aún está lejos se ve enorme.
El sirviente la vuelve a la realidad entregándole su humilde petate con una muda de recambio, es muy delatador el acabar manchada de sangre. También lleva una bolsa con tierra de la fortaleza de su Sire que coloca debajo de su cuerpo desde que fue abrazada. Debajo de sus faldas lleva su única arma una daga en su funda atada con cintas a su muslo, nada inusual en una joven para defenderse en un mundo tan violento.
Le doy un par de monedas al sirviente pese a que no tengo ninguna obligación de hacerlo. – Toma para ti, tomate unas jarras de cerveza a la vuelta. Ha sido un buen viaje.
Karmen no tiene la opción de usar la intimidación para asegurase que la sirvan y de todas maneras no cree que sea el mejor sistema para sobrevivir.
Una vez sola intento calcular la hora para saber de cuanto tiempo dispongo para encontrar a mi contacto y que me proporcione un refugio. O lo mas urgente sea un refugio para pasar este primer día en Venecia.
Caminas pérdida por los embarcaderos a orillas del lago donde una amalgama de islas naturales artificiales y naturales forman la serenísima ciudad de Venecia. Una pequeña barca negra se encontraba atracada en el embarcadero, y en ella había solo un hombre que hacía las veces de remero y de timonel. El hombre grito en una mezcla de latín, italiano y romance. ¿Alguien quiere ser llevado a la città? Le ponte está cerrado por la notte.
Las nubes de momento me dificultad calcular de cuanto tiempo dispongo y abstraída contemplando la majestuosidad que evidentemente refleja Venecia, aunque sea solamente entrevista en las sombras. Ya nunca podré volver a ver nada bajo la luz del sol. En ese instante desde una de las barcas un de los barqueros se ofrece a llevarme.
Me acerco hacía el borde del agua simulando encogerme algo temerosa como correspondería a una niña, la mano aferra la daga sin sacarla a través de las faldas.
– Se lo agradecería y pagaría, se me hizo de noche. – Señalando el contorno de la ciudad con la mano izquierda. – Cuanto más perfecto es algo… – Puede que el destino haya vuelto a guiar mis pasos.
Claro, prego. Indico el hombre mientras acomodaba la barca para partir. ¿Palazzo Ducal? Pregunto una vez te encontraste asentado en el fondo de la estrecha embarcación, pero al oír la frase contesta. …..más dolor y placer siente. Con mano hábil el marinero comenzó a maniobrar la barca hacia la ciudad mientras silbaba y tarareaba una pequeña copla.
La góndola, que era como se llamaba aquella curiosa embarcación, se encamino por uno de los dos canales principales de la ciudad, el canal de San Marco. El canal estaba atestado de barcas de muy diversos tamaños y boato. Había pequeñas embarcaciones de pescadores junto a grandes galeras con acabados repujados en pan de oro, o sobrios navíos mercantes junto a góndolas con doseles de seda. Los edificios que bordeaban el canal eran lujosos palacios de mármol sujetos sobre pilares de madera con sus propios embarcaderos.
El gondolero dirigió por el gran canal, y luego entro por uno de los canales laterales donde se acumulaba las inmundicias de la ciudad. Los canales se estrechaban hasta el punto de que solo podía pasar una de las góndolas. Finalmente la góndola se detuvo delante de una puerta que estaba casi a la altura del agua. ¡È qui!
Al abrir la puerta una bocanada de olor a vino caliente especiado, perfume empalagoso y el pegajoso calor de las velas de cera inundad tu nariz. La puerta da a una posada, un lupanar. El ambiente general era alegre pero discreto, todo el mundo parecía divertirse con las mujeres de vida alegre que deambulaban por la sala y los reservados. No era como otras posadas que habíais visitado, no había gritos ni borrachos babeando sobre la barra, todo transcurría con una impecable etiqueta.
Me sorprende gratamente que sea el barquero que tenia que encontrar, sin duda tanto él como el carretero habían recibido instrucciones del lugar del encuentro. Había pensado en alimentarme de él, pero al desconocer el valor que pueda tener no lo hago. Puede que ofendiera a mi contacto haciéndolo, hay nobles con la piel excesivamente fina.
Quedo desconcertada cuando me indica cual es mi destino, recogiendo mi petate mientras le entrego una anodina veneciana que en nada indica desde donde vengo.
La primera impresión es profundamente desagradable temiendo que alguna de “mis entrañables hermanas” haya efectuado algún cambio. Muchas de ellas me llamaron puta a la primera oportunidad que creyeron no ser oirás por nuestro Sire, y lo han seguido haciendo. De momento me muestro sumisa pero algún día les demostrare que nuestros sentimientos son mutuos. El que no sea un lugar sórdido me tranquiliza en gran medida.
Avanzo poco a poco simulando timidez mientras busco alguien que pueda ser mi contacto.
Tirada oculta
Motivo: Leer el alma
Dificultad: 8
Tirada (5 dados): 1, 7, 10, 3, 7
Éxitos: 0 Fallo
Leer el alma, percepción + empatía para dificultad 8.
Busca vampiros, o sus principales servidores los ghouls.
Avanzas por la sala, cuando una de las mujeres. Es mayor mucho mayor que todas las mujeres de la sala, y su vestido esta mas ajado y es de colores pardos, no de los vivos colores del resto de muchachas. Aunque en su rostro empieza a mostrar los estragos de la edad, sus ojos verdes siguen denotando una gran belleza y personalidad. En otro tiempo debió de ser una mujer muy hermosa. No eres de por aquí. ¿Verdad? Una mujer nunca entra en esta casa, y mucho menos por la puerta del embarcadero. ¿Decime, que os trae por aquí bella signorina?
La mujer se quedo unos instantes contemplandote, ese tiempo de permitio contemplar tambien su alma y descubrir que era una mujer normal, no era una vampiresa, ni unghoul. Finalmente la mujer volvio a hablar. Mi nombre es Adriana Occhiverdi. Permitame llevarla a un reservado donde podamos hablar traquilamente. ¿Vino, agua, o simplemente nada? Sonrie con picardia. I morti non bevono. Susurra entre dientes.
Una mujer se me acerca nada más entrar. En un primer instante considero que ser mi contacto, centrando en ella mis poderes de Auspex, para descartarla al percibir que es humana.
Sus primeras palabras me confirman lo que me ha indicado el Auspex, pero sus últimas me hacen valorar lo valiosa que podría ser si lograra su apoyo. ¡Karmen, descarta las primeras y segundas impresiones! Un paso en falso y acabaras en el fondo de un canal ya que no eres tan vieja como para combatirte en polvo.
Esas ultimas palabras hacen que asienta afirmativamente. – Nada efectivamente. Vayamos al reservado.
La mujer te lleva a una habitación pequeña con una mesa y un par de sillas cerrada por una cortina de lana espesa. Debes de ser Karmen Vjera, tu signore me comunico tu llegada. Le debo de comunicar que las reuniones para decidir el rumbo de la cruzada se están realizando en el palazzo de Narses, el signore morti de Venecia.
También ha llegado Zoltan Bratovich, uno de los hijos del señor de Slotan. Tu signore también me pidió que investigara a ese sujeto.
Estoy en sus manos, si no es mi contacto realmente mí no vida podría acabar en unas horas a la salida del sol si piensa que la he descubierto. Y si realmente es mi contacto si piensa que me ha ofendido puedo tener el mismo final para protegerse de mí. De momento me mostrare confiada estando alerta.
Tomo nota mentalmente del nombre del Príncipe de Venecia y de quien debo eliminar.
– Si efectivamente soy Karmen Vjera, debía confirmar que erais quién esperaba encontrar. – No puedo decirle que nuestro señor la considera a ella de más confianza que a mí, sino no le habría dicho mi nombre y no comunicarme a mí el suyo. Ahora puede pensar que está por debajo de mí.
Bajando la voz. – Sabiendo quien soy estoy segura de que sabéis que para descansar necesito de un lugar no muy usual. ¿Podéis indicarme algún lugar adecuado? – Saco mi pequeña bolsa de monedas. – Aparte de indicarle a mi voivoda, signore, vuestros grandes servicios, puedo pagaros en monedas ese alojamiento. O si ansiarais subir un peldaño en la categoría de sus servidores le pediría permiso para ascenderos.
La mujer asiente con amabilidad al ver que sus suposiciones son correctas. Claro ragazza, puede quedarse en esta nuestra casa. Es un lugar seguro.
En estos momentos quiero seguir manteniendo mi libertà, pero el paso del tiempo es inexorable y puede que cambie de opinión en unos años.
Me incorporo de la silla, aunque antes de salir a la sala le digo. – Indicarme entonces donde reposare, después saldré a tomar un trago por las calles antes de volver a descansar. A menos que pudiera alimentarme aquí de alguno de vuestros clientes, vuestra casa vuestras normas.
Mirandola con agradecimiento mientras le entrego una de mis monedas. – Tomad Adriana. Con mi agradecimiento y el de mi voivoda.
Una vez me indica donde pasare las horas de sol dejo allí mi equipaje.
En el caso de que no considere oportuno que me alimente de sus clientes saldré a pasear intentando captar la atención de quien se acerque al ver una niña sola caminando por las calles de Venecia. Si son mas de uno me intento ocultar entre las sombras.
Según cual sea su actitud ante esa niña así será lo que recibirá. El éxtasis del “beso” que lo acompañará durante un tiempo en su memoria, o no vivirá para disfrutarlo más allá del tiempo que tarde en ahogarse prácticamente desangrado una vez saciada. No creo que sea el primer borracho que acaba en las aguas de los canales lo que difícilmente llamara la atención.
La mujer te enseña una habitación de la segunda planta sin ventanas, es un cuarto pequeño y casi sin muebles. Adriana te comenta que al ser Venecia una ciudad construida sobre una laguna es muy difícil encontrar sótanos.
Luego con vehemencia contesta. Un ladrón no roba en la casa que habita. Dándote a entender que no podías cazar en su local, lo cual tenía cierta lógica para alguien que pretendía pasar desapercibido pero para un señor del Terror de la tierra de más allá de los bosques era algo extraño y paradójico.
Esto es parte del prólogo, así que no hace falta tiradas. Simplemente narra cómo es tu “caza” tienes total libertada, siempre y cuando sea algo coherente.
Normas de Alimentación: Según el libro, se puede tomar un 20% con seguridad (2 puntos de sangre), y se puede uno seguir alimentado (el recipiente tiene que hacer una tirada de Resistencia pag. 341). Como director siempre he dejado: 3 puntos de sangre sin peligro, 4 habría algo de peligro y se necesitaría cuidados; y a partir de ahí en esta época supone la muerte del recipiente.
Tal como le indique acato sus normas sin ninguna señal de estar molesta. – Voy a dar una vuelta entonces.
Miro de salir lo mas discretamente posible y busco algún solitario eludiendo los grupos. Tengo que ocultarme de varios grupos de lo que aparentemente son prostitutas que han conseguido clientes y los están llevando hacía los lugares donde trabajan. También tengo que esquivar una patrulla de la Guardia del Dux.
Caminando por un canal con pequeñas embarcaciones de pesca el sonido de una puerta abriéndose hace que me detenga en la sombra de un portal. A unos metros un hombre se despide una mujer con un bebe en brazos, me quedo completamente inmóvil y al cabo de unos minutos se separan cerrando ella la puerta mientras el lleva al hombro una red de pesca.
Avanzo detrás de él hasta dejar atrás la humilde vivienda, afortunadamente ha tenido que dejar su barca algo alejada. Mientras esta descargando la red simulo chafar accidentalmente unas cascaras de mejillones consiguiendo que se fije en mí. En ese instante simulo asustarme de que me haya visto quedándome inmóvil. El joven se acerca hacía mí despacio intentando tranquilizarme. – No, no huyas, no te hare daño. ¿Qué haces sola por la noche?
Me pongo a temblar como si tuviera miedo y frio. – No, no me llevéis con mi padre…
Al llegar casi a mi altura continúo suplicándole. – Le ha pegado a mi madre y se me ha llevado a la taberna donde siempre esta. Le dijo a un hombre horrible que se cobrara conmigo las jarras que le debía y las de dos lunas más. – Incrementando mis temblores. – Me asuste mucho de como me miraban y se reían todos, no me gustaba como me miraban me sentía sucia…
En el instante que se agacha para intentar tranquilizarme doy un pequeño salto colgándome de su cuello mordiéndoselo para alimentarme mediante el beso. Nada mas lo noto desorientado por el éxtasis que provoca en los vivos me separo de él para ocultarme en las sombras, después de haber eliminado los rastros de mis colmillos con mi lengua. No todos tardan lo mismo en recuperarse, ni después recuerdan o no lo sucedido. Afortunadamente al cabo de unos minutos parece recuperar la consciencia buscándome desconcertado a su alrededor. Se palpa el cuerpo y al no encontrar ninguna herida, ni nada en falta desata su barca surcando en silencio las oscuras aguas con el pequeño farol encendido. Vuelvo al lugar donde reposare las horas de luz, no saciada, pero con algo mas de alimento en mi cuerpo.
Me aumentare 3 los puntos de sangre hasta 9.
A la noche siguiente sales del local de Adriana Occhiverdi con dirección a la Piazza di San Marcos. Torres, cúpulas y líneas barrocas de los palacios, trazaban una línea negra y dorada al recortarse contra el negro cielo. Ninguna brisa alteraba la calma de la gran laguna; galeras y barcas se deslizaban por la parte baja del Lido y en el tibio gris blanco del muelle, las góndolas con sus cuellos negros y erectos parecían mirar fijamente al espacio cual grotescos monstruos marinos. Delante de San Marcos, las palomas desfilaban con afectada rigidez. El león alado en su pilar, alzaba una garra pontifical en dirección a los dorados caballos de la lejana basílica, ignorando a la corriente humana que transitaba por allí a esas horas.
Comienzas a caminar por la plaza cuando de repente una pequeña niña, más pequeña que tú, choca contra ti y cae al suelo. Parece haberse hecho daño pero presta se levanta y recoge las flores que se le han caído. Rápidamente, con ojos consumidos por el hambre y la falta de sueño, te ofrece una flor que coloca en tu abrigo y te tiende la mano en espera de una limosna. Prego...
Mientras me dirijo hacía el Palazzo de Narses tropiezo con una niña. Me quedo un poco desconcertada y decido asegurarme de que no resulte ser otra cainita que emplee tretas similares a las mías jugando la carta de ser alguien frágil e inofensivo.
Vuelvo a usar Auspex sobre ella mientras simulo concentrarme en la flor que me ha prendido en el abrigo.
Algo no encaja Karmen, no. No llevas vestiduras nobles para que pueda llegar a pensar que cuentas con monedas, no es usual que una mujer las tenga en todo momento y menos una niña.
– ¿Te has hecho daño?
Tirada oculta
Motivo: Leer el alma
Dificultad: 8
Tirada (5 dados): 7, 6, 10, 6, 2
Éxitos: 1
Leer el alma, percepción + empatía para dificultad 8.
Reserva de sangre:
6 por la tirada de dado + 3 por alimentarse, - 1 por el nuevo día 08.
En la niña no notaste nada raro, era una niña normal. No. Al ver que no iba a recibir propina, se levantó de un salto, y sacudió el polvo de la falda. Luego se perdió entre la marabunta de gente que atestaba la plaza.
Fin de Escena.