Partida Rol por web

El asesino se gira lentamente, las palabras de Francesco parecen no haber tenido efecto en él. No era necesario que se derramara más sangre hoy. Ziyad vuelve a levantar su pesado alfanje y se dispone a cargar contra el padre.

Si esto fuese una película de acción, Akos diría algo del estilo "Pero se va a derramar sangre, porque eres un malvado asesino" Pero el exmilitar no era ningún héroe dado a las arengas. Además posiblemente el fallecido se merecía lo que le había pasado, o no, en realidad le daba igual. Lo único que el húngaro quería era sacarse de encima la acusación y la amenaza de muerte que pesaba sobre él. Y aquel musulmán era una cabeza de turco perfecta. Todas las circunstancias y trasfondos de aquel conflicto y asesinatos le daban igual.

Akos tampoco era un hombre honorable y pío. No iba a interponerse entre el árabe y el padre, lo que iba a hacer era dejarle cargar contra el hombre de dios y darle un garrazo a la que pasase, Por el costado o a traición por la espalda. Su experiencia en batallas le había enseñado que el honor no gana ninguna refriega. El honor es una invención que los ganadores escriben en sus crónicas. Con suerte, su ataque seria suficiente potente como para detener al musulmán antes de que llegase a Francesco.

La garra de Akos destrozo la espalda del musulmán, que en un vano intento por defenderse trato de girar y atacar al guerrero nómada. El cuerpo de Ziyad cayó al suelo antes de que pudiera levantar su cimitarra, el poderoso ataque había frenado totalmente al siervo de ala que se deshacía poco a poco en el suelo de madera del muelle.

La victoria había sido agridulce, los dos posibles testigos habían muerto, aunque dejaban multitud de pruebas. Las dos dagas de procedencia egipcia que señalaban a Roland y Aimery como infiltrados Hijos de Set, y la gran cimitarra sarracena que probaba la existencia de un Assamita en la ciudad. El resto era polvo llevado por el aire.

El combate acabó y Francesco aunque contrariado por no haber conseguido detener con vida a uno de los dos vampiros dio las gracias a quien acababa de salvarle la vida.

Gracias, aquí tenemos nuestro premio 

dijo mientras recogia las pruebas en forma de daga y milenaria espada.

Creo que es suficiente para presentarnos ante el Dux y si con esto no nos escucha no lo hará con nada.

El combate había sido rápido y letal. Al húngaro no le dejo buen sabor de boca. Evidentementemente había faltado al honor, hecho trampas y sido completamente malvado. Por otro lado había ayudado a sobrevivir al monje. Pero algo en su interior le decía que aquel infiel era, en el fondo, una buena persona. Se recordó que lo importante ahora mismo era limpiar su nombre ante el dux, lo demás era secundario.

-Marchemos pues, espero que como decís esto sea suficiente.

Francesco recogió con cuidado las armas que suponían las únicas pistas para su salvación. El cielo continuaba empañado y la ligera lluvia había terminado por calar las pesadas capas.

Cuando volvíais hacia la ciudad recorriendo el muelle, podeis vislumbrar en lo alto de una de las iglesias que rodean la Sacca de la Misericordia una figura envuelta con un velo y túnica larga ensortijada. La mujer mueve la cabeza con tristeza y desaparece en la oscuridad. ¿Sería otro assamita, o simplemente una curiosa? Sea como fuera, el grupo llego sin mayores complicaciones al palacio del Dux.