Partida Rol por web

Miró a su alrededor como siempre hacía en un lugar nuevo: con mucha expectación. Le encantaba viajar porque así conocía paisajes, costumbres, arquitecturas y personas tan distintas de un río a otro que era increíble; pero lo era. En aquella ocasión la curiosidad casi la quemaba, como si fuera algo material. ¿Quién era aquel ser? ¿De qué la conocía?

- Sí, eso es muy importante. Fíjese que no tengo ni la más remota idea de las ideas "remotables". Me refiero a eso de que me conoces -el timbre de su voz parecía indicar que para ella esa era una cuestión tan importante como la misión que les había traído allí. Leanan era un conjunto extraño de actitudes, donde a veces poseía una infinita paciencia y otras podía llegar a morderse las uñas impacientemente (cosa que estaba remediando gracias al buen consejo de Canela, o eso creía, que consistía en impregnar sus uñas de un solución altamente picante)

El ser saliendo de las oscuras sombras de la extraña construcción de ramas y hojas se acerca a Leanan. Su cara verde y arrugada, esbozaba simpatía, sin embargo parecía devolver el color de las pareced como si fuera fabricado en espejo.

¿Ya no me conoces? ¿Tanto tiempo ha pasado? - Se sentó en el suelo aparentando abatimiento. - Soy tu compañero de juegos de infancia. Que mi aspecto no te engañe.

Una vez dicho esto saltó desde el suelo y se puso cerca de Lord Devirius. A ti te vi cuando te ibas de Rétoran junto con el emperador lunar y ese cobarde comerciante y la bruja Lezmar.

Indicó con el dedo unos rudimentarios asientos hechos con ramas domadas con varas, que al menos proporcionaban un buen asidero a las posaderas y a una altura razonable del suelo.

Ya os he dicho de qué os conozco. Pero la otra pregunta es de quién os hablaba. ¿Pues de quién va a ser? Del mal de nuestros dos mundos. Ellos los han abierto, algo que solo Pifo podía hacer y ahora ellos lo quieren para ellos. Han rasgado la venda de Pifo, que separa nuestros mundos. Los Neths ya vienen, con sus tropas, saben que estáis aquí. Lo se porque en mi mundo lo hemos visto ya. Todo sucede un día antes que aquí.

Parecía embriagado al contarlo, como un niño al que acaban de explicar de donde vienen los niños y lo quiere compartir con sus compañeros de escuela.

Trece barcos se acercan, pero el catorce, uno muy veloz, viene a ayudaros, trea a ese cobarde comerciante.

Yo no os podré ayudar mañana, pues mi apariencia es terrenal y breve, pronto volveré a mi esencia y si no los detenéis vagaré sin ningún mundo y desapareceré en el mundo como otros muchos.

No acabo de entender este galimatías. - Se rascó la cabeza el esforzado capitán de la guardia. - Podrías explicarnos las cosas más sencillamente. ¿Qué se ha rasgado exactamente? ¿Qué mundos? el de los vivos y los muertos.