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Nunca sigas a las Hadas... 2: El Sendero Rojo

Epílogo: La biblioteca

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01/07/2020, 20:53
Narrador

El griterío en la calle se escuchaba desde el interior. Las vacaciones de verano estaban a punto de terminar, y los niños de Noxville aprovechaban los últimos días que les quedaban de libertad, tratando de apurar hasta el último minuto de ocio antes de tener que regresar al tedio de las clases. Sin embargo, en el aula que servía de biblioteca en el colegio, algunos chiquillos buscaban entre las estanterías de libros, cogían algunos, los hojeaban y los apilaban en mesas.

¡Ey! —exclamó Robert—. ¡Mirad, ya tenemos otro!

Fue hasta la mesa donde Zaina y Jess se inclinaban sobre dos libros abiertos, sonriendo satisfecho mientras enseñaba la portada de un ejemplar de El Libro de la Selva. En ella, se podía ver a una pantera y un oso, que acompañaban a un niño humano cuyo nombre todos conocían muy bien. La gitanilla y la niña rubia sonrieron de oreja a oreja. A su lado, Siobhan asomó la cabeza desde detrás de una pila de libros, tomó una hoja de papel y con un bolígrafo tachó una línea.

Mowgli... —dijo la niña morena—. Jo, este se les ha resistido, ¿eh? Pero bueno, ya tenemos a otro en su cuento...

Mientras, Kate y Ander buscaban más libros y los leían sentados en el suelo, en busca de más señales de historias que hubieran sufrido cambios. Había sido todo un shock volver y encontrarse en el bosque de Noxville, sanos y salvos. Bueno, casi... Las heridas que habían recibido en su aventura eran muy reales, pero al menos habían sanado rápidamente. Y si les había quedado alguna duda de que lo que acababan de vivir era muy real, no tuvieron más que coger un ejemplar de Caperucita Roja o Alicia en el País de las Maravillas para darse cuenta de que, efectivamente, sus protagonistas habían desaparecido y los cuentos ahora no tenían ni pies ni cabeza. También Hansel y Gretel, Pulgarcito y muchos otros personajes infantiles. Y no sólo eso... todo el mundo parecía haberse olvidado de que esos personajes existían.

Pero Anette, Kolda, Melhi y Kalptisa debían haberse puesto en marcha sin perder tiempo, porque poco a poco los personajes empezaban a regresar a su lugar, y la gente de Noxville volvía a recordarlos como si nunca les hubiese olvidado. Zaina sonrió, mientras echaba un vistazo a la cerilla que había encontrado en su bolsillo nada más regresar a su mundo, y que había tomado como una cariñosa despedida de Anette. Sabía que no se había equivocado al contar con ella y con las Hadas buenas.

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02/07/2020, 03:27
Jess

Siempre me había gustado leer. Los abus tienen un montón de libros en casa, y desde siempre me gustó ojearlos y leerlos, si alguno me llamaba la atención. Ahora lo hacía con más motivo.

Cada uno de los cuentos me traía recuerdos. 

El mundo real parecía no haberse dado cuenta de lo que había sucedido, pero nosotros sí nos acordábamos. Fueron muchos sufrimientos, angustias y cabreos como para olvidarlo.

Aparecí en casa, y mis abuelos ni se habían dado cuenta de que falté. A pesar de mis huracanes, los cristales volvían a estar en su sitio, y todo era como si no hubiese pasado nada... pero sí pasó.

Al verlos me abracé a ellos con toda la angustia que necesitaba soltar, y casi tiro la sopera que la abuela sostenía para cenar. Encima que los salvamos... ¡me llevo bronca por bruta y por mi aspecto! Pero jamás la recibí más a gusto.

El reencuentro entre nosotros fue también especial, porque la magia nos seguía uniendo a todos. Teníamos que recordar a los personajes de cuentos, devolverlos al mundo, y eso era lo que hacíamos. Uno tras otro. No quería ver ningún rastro de destrucción de esos bichejos.

-Chicos... lo conseguimos -susurré, arriesgándome a que la bibliotecaria me mandase callar-. Nos costó mucho, pero les ganamos. Y cuando todos los personajes vuelvan a su sitio, nosotros también volveremos a nuestras vidas. Me flipó luchar con todos vosotros, ¡valientes! 

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02/07/2020, 12:26
Kate

Sentada está mientras lee alguno de los muchos libros que hay en la biblioteca. Muchos protagonistas aun están perdidos y atrapados fuera de sus cuentos. Es lo que puede ver en el cuento que está leyendo. El de Alibaba y los 40 ladrones no tiene a Alí Babá y no mola demasiado.

-Alí Babá aun está perdido.

Deja el libro en la montañita de libros pendientes de arreglar y coge el siguiente. Esa vez es la Bella y la Bestia. Algunos cuentos los ha leído más que otros y La Bella y la Bestia es uno de los que ha leído más veces. Es uno de sus cuentos preferidos y puede ver que está intacto. Avanza un poco en la historia y comprueba que todos los personajes están presentes en ella.

-La Bella y la Bestia está completa.

Sonríe y coloca el libro en la pila de libros completos.

-Por cierto... ¿qué os parece si escribimos entre todos un cuento con todo lo que ha pasado? Así mantendríamos vivos los recuerdos y los compartiríamos a través de las historias. ¡Todos sabrían quiénes son Kolda, Melhi y Amber!

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03/07/2020, 16:27
Ander

Ander cerró un libro. En su mejilla había una pequeña lagrimita. Se sorbió la nariz con un fuerte ruido, lo que significó un nuevo "tswsss" de la malvada bibliotecaria quien, por otro lado, sólo hacía su trabajo. 

La vuelta a la normalidad había sido al mismo tiempo un alivio y una terrible desgracia para Ander. Sonrió a sus amigos, todos concentrados en ayudar a salvar las historias de hadas de las garras de las hadas malas. No sabía qué pasaría después, ni si ellas buscarían su ansiada venganza. Lo que Ander sí sabía, era que se tomaría cada día como si de una fantástica historia se tratase. Él era su protagonista, y en su vida no podría caber nada que él no quisiera... o no se imaginara... 

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04/07/2020, 20:13
Zaina

Semiescondida tras una mesa, Zaina levantó el dedo pulgar en dirección al resto. La idea le parecía bien, al fin y al cabo, lo que decía Kate era la promesa que habían hecho a las hadas: contarían la historia de cómo Annete con su poder de teletransportarse iba recuperando el control del mundo de las historias. Y es precisamente lo que estaba haciendo en ese momento. Mientras lanzaba furtivas miradas por si la temible bibliotecaria la descubría, la niña estaba rellenando a bolígrafo los huecos de la gran aventura de Annete. Incluso había tachado la palabra "pequeña" del título de su cuento, haciendo que se pasase a llamar "La valiente cerillera". Sabía que iba a ser complicado: no solo tenían que ayudarla a poner los cuentos en orden, sino también prepararla para la lucha final. Satisfecha, volvió a mirar la cerilla. Estaba convencida que, de algún modo, gracias a esa cerilla y a que las dos tenían la mitad de la baraja de tarot, podrían comunicarse. Solo hacía falta descubrir la manera. Quizás las historias eran la manera.

La niña estaba escribiendo en aquel momento como la valiente cerillera, se disponía a buscar y domesticar a un peligroso kelpie que corría y nadaba entre las diferentes historias que se habían escrito. Por un momento Zaina dudo. ¿No sería demasiado para ella? No. Podía con eso y más. Además, aunque no tenía muy claro si el gran malo final sería el hada de fuego, estaba claro que un ser acuático de su lado, le ayudaría a vencerla y merecía la pena el riesgo. Por supuesto, Jess se encargaría de dibujarlo todo. Además, gracias a Ander, Zaina había descubierto la ciencia ficción y, aunque no le gustaba tanto como los cuentos de Mirza, los seres de los bosques y los cuentos clásicos era otro mundo nuevo por explorar y algo que les daba un montón de oportunidades.

 

—Por cierto, ¿os conté que el otro día Anette consiguió un lanzallamas?

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05/07/2020, 11:54
Narrador

Mientras la pandilla reprimía una exclamación de asombro y se reunía en torno a Zaina para que les contara en detalle lo del lanzallamas, la idea de Kate de escribir sobre lo que había ocurrido se quedó flotando en sus mentes. Era una gran idea, y reflejaba algo muy importante, tal vez lo más importante de todo. Un año atrás, después de la aventura vivida en la cabaña del bosque, ni Jess, ni Zaina, ni Siobhan habían querido hablar de la terrible experiencia ni recordarla. Pero ahora, era diferente. Ahora todos habían aprendido, habían entendido por qué ocurrían todas aquellas cosas y como resultado, ninguno de ellos tenía miedo. Bueno... tal vez un poquito. Pero también tenían la voluntad de enfrentarse a él, tantas veces como hiciera falta, para seguir protegiéndose a sí mismos y al mundo en el que vivían.

Las Hadas se habían ido, habían conseguido rescatar a John y todo estaba bien. Por el momento. Tal vez algún día, las Hadas malas volverían. Tal vez la Oscuridad no se rindiese, y mucho menos la malvada y rencorosa Hada de fuego sin nombre, que había decidido dedicar su existencia a la venganza. Pero mientras hubiese alguien que les plantase cara como ellos lo habían hecho, habría esperanza.

Por eso, esta vez, ninguno de ellos querría olvidar. A lo mejor... ya no eran tan niños.

Notas de juego

- FIN -