Partida Rol por web

Ya habían pasado varias horas desde que habían zarpado. Hacía buen día, la comida de Sea llenaba a cualquiera, y no parecía que habría ningún problema para llegar a la isla.

Hablando de Loguetown, el gritó de Dante se hizo oír.

-¡Isla adelante! -llamó mirando al horizonte, donde se empezaba a visualizar la isla Loguetown.

Ya solo les tocaba esperar a llegar y atracar, pero ni siquiera se habían acercado cuando las aguas delante de ustedes se movieron. Poco a poco se iban acercando a aquel movimiento de aguas, y cuando ya estaban lo bastante cerca... Aquella cosa surgió.

-¡Graaaah! -una larga serpiente escamosa salió de las aguas y inclinó su cuerpo hacia el barco, mostrando los colmillos de su gran boca mientras clavaba sus rojos ojos en ustedes. No llegaba más alto que las velas del barco, pero eso ya era algo grande, y su boca definitivamente podía tragarse a alguien de un bocado.

-¡Es un rey marino! -soltó Dante. -. ¿¡Como es posible!? ¡Deberíamos estar a una distancia segura de su territorio!

Antes de que alguien pudiese pensar en algo, la criatura se arrojo a clavar un gran mordisco a la proa del barco, tirando de esta con la intención de arrancarla, cosa que seguramente lograría si nadie hacia nada pronto.

-¡Un cañón! ¡Necesitamos un cañón! -entrando en pánico, Dante empezó a correr en círculos. El cañón que buscaba estaba a unos pasos de él, pero el momento no le permitía verlo.

Estando al timón tenía dibujada una sonrisa muy tonta. Me sentía feliz y tranquila mientras podía notar la brisa correr alrededor de todo el barco. Era una sensación muy agradable, y pese a saber que había una molestia en el barco, nadie podía quitarme ese sentimiento... Al menos no mientras estuviera tranquila en el timón...

O eso pensaba. Fue escuchar a Dante al principio y le miré con molestia y enfado. Sin embargo miré a través de los mastiles para ver al fondo una isla - LogueTown. La isla del principio y el fin... Nunca en este año había pensado que llegaría hasta aquí... Pero mirame... Masaru, aquí empieza mi sueño... Nuestro sueño - Tontamente puse una mano en la pasarela junto al timón acariciandola como si fuera muy importante para mi, con cariño... Pero entonces empezó a ocurrir.

El mar empezó a agitarse en una zona a la cual ibamos sin poder evitarlo y cuando salió aquel monstruo marino lo miré alarmada - ¿Pero que? - Fue Dante quien alarmó a toda la tripulación mientras miraba el panorama desde el timón - Hay que hacer algo, sino el barco resultará dañado... - Miré todo el barco mientras Dante seguía gritando sin sentido, hasta que ví el cañón. La idea surcó mi cabeza por completo cuando vi a mis compañeros.

-DENNA - grité a la primera. - ¡Empuja el cañon a favor del movimiento! - ¿Qué movimiento? Lo sabría pronto pues lancé con brusquedad el timón para que girara en un sentido a la máxima fuerza y tuvieramos una inclinación perfecta para mover el cañon sin dificultad. - ¡KAITO, cargalo! - Miré al segundo y luego a Sea - ¡SEA, apunta y dispara! - No sabía porque pero de entre todos ella era la que sentía que pudiera tener mejor puntería. Esperaba no equivocarme - DANTE HAZ ALGO UTIL - grité a este último esperando que usara su escudo y por una vez dejara de ser solo un inutil borracho.

Todo iba bien hasta que empezaron a acercarse a la isla, casi se cayó al suelo pero logró estabilizarse cuando aquel monstruo enorme aparecía con ganas de destrozar y comer... Las órdenes de Dante eran una mierda quedándole claro que no le iba a hacer mucho caso aunque sí que tenía razón en algo, necesitaban un cañón y entonces fue Hitomi la que empezó a dar órdenes, claras y repartidas bastante bien por lo que no esperó un solo segundo. - ¡Voy! Corrió hacia el cañón que estaban preparando sus otros dos compañeros cuando escuchó que le pedía a Dante que hiciera algo útil mientras miraba la dirección y estudiaba lo más rápido que podía el viento y la potencia así como el mejor punto al cual darle.... Probablemente los ojos, eran blandos y el cañón podría atravesarlos fácil hasta llegar a su cerebro y matarlo de una...

-¡¡Si quieres ser útil acercate al bicho y clavale una espada entre las escamas, eso debería hacerle aflojar las mandíbulas!! Cualquier animal tenía actos reflejos fuera lo fuerte que fuera por lo que no sería una excepción con ese bicho o eso esperaba la verdad, necesitaban unos dos o tres minutos mientras colocaban, cargaban y disparaban el cañón por lo que una distracción de ese estilo sería bueno para evitar que rompiera el barco en ese tiempo. -¡En cuanto lo hagas huye! " Si no quieres acabar hecho puré por el cañonazo..."

¿QUÉ ES ESA COSA GIGANTESCA? ME ENCANTA, pero quizás Hitomi tenga razón y sea mejor apartarnos de su camino, pero... ¿matarla? Yo no quiero matarla jo.

- ¡VOY!

Sigo las instrucciones de mi capitana al pie de la letra, empujando el cañón a favor del movimiento que hace el barco.

- ¡VAMOS KAITO AYÚDAME!

Sin embargo miro hacia Sea de reojo, si ella va a lanzar el cañón seguro que acierta y le da al pobre Rey del Mar, seguro que solo tiene hambre, no puedo permitir que lo mate...

Cuando acabo de hacer lo que me toca me pongo cerca de ella, cuando dispare pienso empujarla para que falle, a ver, asustaremos al bicho y se irá, pero no pienso dejar que lo maten. Eso sí, lo haré disimuladamente, como que por culpa del movimiento del barco me he caído sobre ella, no deben sospechar de mí, hum.

La reacción de Kaito fue rápida, si bien en un inicio su sorpresa era reflejada en su rostro no demoró en tomar acciones ofensivas, el ver una criatura de tal tamaño atacar el barco y tomar la parte delantera con sus fauces le hizo actuar pensando en cada mili-segundo que pasaba, escuchó las ordenes de Hitomi pero sentía que no estaba tomando la decisión correcta al solo preparar un cañón para atacar e intentar mover el barco aun estando en la boca de la criatura, lo más seguro es que no podrían lograr nada de ello. Necesitamos que suelte el barco antes de que lo destroce... Sintió que la habilidad de Dante era más útil para ello pero éste no había reaccionado a tiempo y estaba más preocupado del barco que de tomar las riendas de todo, quizás podría utilizar su habilidad, la cual no había sido explicada aún del todo, para impulsarse hacia un ojo del rey del mar, hacerle daño con sus espadas y lograr que soltase el barco además de poder dejarle a tiro de gracia del cañón, aunque para ello necesitaba ayuda de Dante. 

Saco sus espadas gemelas con rapidez e inicio a correr hacia Dante mientras le daba instrucciones. -¡¡Dante!! ¡¡Utiliza tu Akuma no Mi para impulsarme hacia el ojo del Rey del mar!! -Estaba pensando en utilizar a Dante como trampolín y poder alcanzar con mayor facilidad el ojo de la criatura la cual aún tenía el barco en sus mandibulas, no importaba si aquello no era adecuado para el momento, necesitaba actuar acorde a lo que sentía que era la mejor opción y enfocarse en solo un cañón causaría más daños en el barco, quizás incluso no podrían lograr llegar a muelle con un barco en mal estado. -¡Luego ayuda a Sea y Denna! -Si nadie iba a enfrentarlo directamente entonces tendría que ser él. Dio un salto para que Dante pudiera colocar esas especies de escudos que había demostrado antes, ahora mismo era necesario trabajar en equipo por primera vez en una batalla real. Luego lanzó un ataque con ambas espadas al ojo izquierdo de la criatura.

El peliblanco cruzó los brazos un tanto indignado al ver como le trataban, pero al ver como Kaito corría hacia él, adopto la posición de la última vez: mano derecha levantada a la altura de la cabeza, mano izquierda apuntando al frente a la altura del codo de la otra mano, rodillas levemente flexionadas... En cuanto el espadachín salto sobre Dante, una barrera rojiza muy delgada y casi invisible apareció alrededor del capitán, siendo más densa en la parte donde tocaba Kaito. El carpintero tuvo tiempo suficiente para saltar nuevamente antes de caer y así salir lanzado a la dirección que quería.

-¡Ahora el cañón! -como Kaito le había ordenado, Dante fue a ayudar a posicionar el cañón y cargarlo para Sea.

Mientras Denna, Sea y Dante preparaban el cañón, Kaito lanzó un certero ataque con ambas armas a uno de los ojos de la criatura, la cual soltó un rugido de dolor mientras soltaba el barco.

Aquella criatura clavó su vista en el carpintero, logrando mantener aún su ojo herido medianamente abierto, aunque ya empezaba a sangrar...

-¡Graaaah! -el Rey Marino arremetió nuevamente, pero esta vez deseaba atrapar a Kaito de un bocado. Si lo lograba existía la gran posibilidad de que se lo tragase... ¿O no?

Sabía ya desde el principio que no se seguiría a rajatabla nada de lo que se dijera, si bien la idea inicial seguía en pie la ejecución sería diferente por lo que tampoco se preocupó en nada siendo que en cuanto Dante cargó el cañón, apuntó hacia el bicho en la zona más alejada del barco pero debía ser bien rápida pues aquella cosa había fijado su mirada en Kaito y parecía muy segura de lo que iba a hacer a continuación. 

-¡¡Cuidado, cañón va!!

Vaya, ese Kaito es un bestia, mira que hacerle eso al pobre Rey del Mar, a ver, que yo entiendo que no está bien que se coma nuestro barco, pero igual solo es que tiene hambre, hay que entender que en el mar no será tan fácil cazar tantos peces como para llenar el estómago si eres un bicho tan grande, claro, es eso, tiene hambre, pobre, y nosotros intentando matarle, no puede ser, tengo que impedirlo, pero también tengo que intentar que no nos coma, a ver, piensa Denna, piensa...

Me caigo como quien no quiere la cosa sobre Sea haciendo que no impacte en el Rey del Mar, o eso espero.

- Ay, perdón, perdón, maldito oleaje, espero no haber estropeado la trayectoria del cañón...

Fase 1, completada.

Voy hasta Dante.

- Oye Dante, ¿estos bichos entienden nuestro idioma? - no es que él sea muy listo, pero si alguien lo sabe debería ser él.

Una vez me conteste voy donde Hitomi.

- Hitomi, ¿podemos de alguna manera ser más rápidos que él? ¿Dejarlo atrás?

De momento no tenía más ideas.

-¡BIEN! - Exclamé cuando aquel bicho venido del fondo abisal mismo soltó el barco - Ahora solo tenemos que evadirlo. - Dije mientras llevaba el timón hacia la dirección correcta.

Por desgracia el cañón falló cuando Denna chocó con Sea - B-bueno... un accidente lo tiene cualquiera - Pensé antes de que preguntara a Dante si había alguna forma de comunicarse y luego viniera directa hacia mi preguntandome por aumentar la velocidad - ¿Eh?... Bueno... - Me quité el pañuelo que llevaba alrededor del cuello para dejarlo vagar al aire - Poner las velas a favor del viento y usar una carnada sería lo más sencillo, pero no podemos desviarnos de nuestro rumbo. LogueTown está a poca distancia. Si nos aproximamos lo suficiente estoy seguro de que nos prestarán ayuda con un monstruo marino de estas caracteristicas Denna. Conseguirán ahuyentarlo

El golpe había dado en donde deseaba, había logrado que la criatura soltara el barco y eso era un logró más que merecido, aunque al parecer su premio era un ataque de cañón entre él y el rey del mar. El peliblanco giro la cabeza bastante cabreado hacia Sea y Denna gritandoles a diestra y siniestra. -¡Hey! ¡Cabronas! ¿Acaso quieren matarme? -Apunto a la criatura con su espada izquierda. -¿Como es eso de querer hablarle? Hay que matarla y venderle por partes. 

Ahora mismo no tenía mucho que hacer, no servía de carnada ni tampoco podía lanzarse al ataque contra una criatura en su propio terreno, decidió aceptar las peticiones de Hitomi y avanzar hacia las velas para poder ayudar a desplegarlas correctamente. -Apoyó a Hitomi, debemos ir a Loguetown, aunque seamos piratas lo más seguro es que si logramos acercarle lo suficiente tendrán que defenderse ellos mismos, aprovechemonos de eso.

-¡A faltado poco! -señaló Dante observando como por el pequeño accidente la bala de cañón falló estrepitosamente. Entonces todos empezaron a planear nuevamente que hacer, y él no se quedaría atrás. -. ¡Esa cosa... no entiende nuestro idioma. La verdad es que seria terrible que un humano pudiese domar una bestia como esa, ¿no crees, Denna? Son criaturas libres que actúan por sus instintos. Se han visto casos donde aparecen convenientemente cuando menos o más se les desea, pero son solo casualidades. En todo caso, eso de venderle por partes no suena mal... -en los ojos del peliblanco se podía ver ese pequeño destello al pensar en el dinero que daría un animal como ese, y seguramente en los de Kaito también.

-Somos piratas civilizados. Hagamos esto de manera pacifica... ¡Hitomi, rodea a la Cosa Esta Enorme y ve directo a Loguetown, no permitas que nuestro rumbo se desvíe mucho o perderemos valiosos segundos! ¡Denna, abre todas las velas! ¡Kaito, prepárate para atacar por si sale algo mal! ¡Sea... tu lo estas haciendo bien!

Con el ataque de Kaito y la desorientación causada por el cañón fallido, el rey de mar se mantuvo el suficiente tiempo quejándose atontado para poder ser rodeado y que así ustedes tomasen la delantera hacia Loguetown, pero aún estaban muy lejos como para poder recibir ayuda de cualquier tipo.

-¡ARRGHHHHGG! -la criatura nadó a toda velocidad tras el barco. Como se acercase lo suficiente podría clavar otro mordisco al barco, esta vez en la parte trasera cerca de donde se encontraba Hitomi con el timón.

-¿¡Denna estás bien!? No podía quitar la vista de la bola de cañón que se había disparado mal a causa de ese traspiés y con eso casi mataba a Kaito...- ¡No ha sido mi culpa! No por entero...Perdón... En cuanto pudo miró a Denna quien ya estaba yendo donde Dante y le sonrió. - ¡Me alegra que solo fuera un traspiés, al menos no te has hecho daño! Entonces se levantó y sacó su pistola yendo hacia donde estaba más cercano el bicho marino. - Esto no lo matará porque es muy pequeño pero si le doy en el ojo es posible que le duela como para que se vaya de nuevo a las profundidades y nos deje en paz... Estaba ya posicionada en la  Popa donde se podía ver como el rey marino perseguía el barco con intención de morder, la idea era que, en cuanto este sacara bien la cabeza y estuviera totalmente visible su ojo le dispararía. Así como se posicionó, tenía la vista clavada en la cabeza del bicho así como el arma lo apuntaba igual, debía seguir su trayectoria desde ahí... "Espero que esto lo despiste y nos deje en paz..."

Kaito estaba de acuerdo conmigo en ir a Loguetown siguiendo la fuerza del viento sin desviarnos demasiado... Igual que Dante. Lo único malo, es que ambos dijeron cosas que no me cayeron muy bien, tanto fue así que mi expresión tornó a una cabreada. Me puse en posición con el timón tomandolo con una sola mano de una caña el timón, pisando fuerte en la cubierta y con fuerza moviendo el timón para sortear al monstruo y pasar de largo hacia Loguetown, al tiempo que gritaba - ¡NO - SOMOS - PIRATAAAAAS! - ESTOY HASTA EL COÑO DE QUE DIGAN QUE SOMOS PIRATAS - Estaba muy claro...

-¡DENNA, DESPLIEGA VELAS, CORTA LAS SOGAS SI HACE FALTA! - Como estaba cabreada, ya solo estaba gritando a pesar de que sabía lo que hacía. Podía oir como el monstruo marino iba tras nosotros - A ver si me alcanzas serpiente de mar. - Vi a Sea cruzar para vigilar, y también estaba sacando una pistola - Confio en ti para que protejas mi barco Sea. Yo me encargo de llevarnos a Loguetown.

No dejaba de oír mi nombre por todos lados, me estaba empezando a agobiar un poquito, encima nadie estaba de acuerdo conmigo en no matar a la pobre bestia. Agggg.

Pero es entonces cuando escucho lo que me dice Sea.

Esto no lo matará porque es muy pequeño pero si le doy en el ojo es posible que le duela como para que se vaya de nuevo a las profundidades y nos deje en paz...

Bueno si eso era verdad, entonces, me parecía bien.

- ¡Vale! ¡Suerte con ello! - y dicho esto salgo corriendo en dirección a las velas, tenía que desplegarlas para permitirnos viajar a la máxima velocidad y llegar a Loguetown lo antes posible, así despistaríamos al Rey del Mar y todos saldríamos ganando. Así que tenía que dar lo mejor de mí y cumplir las órdenes de Hitomi.

Sabía que Hitomi tenía serios problemas con los piratas pero todas las acciones que habían realizado hasta ahora concordaban con el hecho de que quisieran o no, eran piratas. Habían peleado con los rebeldes en contra de la marina además de estar con un pirata con recompensa por su cabeza. -Como sea, solo alejen a esa criatura. -Pronuncio mientras se quedaba de pie en la cubierta, con las espadas gemelas en ambas manos esperando a que el rey del mar no deseara probar un bocado de él. Si necesitaban ayuda de cañones esperaba que Logue Town tuviera unos bien grandes y listos para alejar a tal ser enorme, no podía arriesgar nuevamente su vida en un ataque en el cual tuviera la fauces listas para deborarle. 

Hitomi giró a toda fuerza mientras Denna subía hasta las velas. No fue hasta que el rey del mar estuvo lo suficientemente cerca que Sea finalmente lanzó un disparo certero justo en el ojo de la criatura, causando que liberase un grito ensordecedor antes de sumergirse en el mar, causando un leve levantamiento de las aguas que impulsó el barco en el momento justo en el que Denna desplegó las velas.

-¡Y nos vamos! -soltó Dante alzando su espada con una sonrisa victoriosa.

Mirando hacia atrás podían ver al rey del mar nadando por la superficie, yendo en dirección contraría a ustedes antes de volver a sumergirse completamente y perderse en el mar. Al final no tuvieron necesidad de recibir ayuda.

Y fue así como tuvieron el camino despejado hasta Loguetown, donde pudieron atracar sin mayores problemas. Como era de esperarse, el muelle era un lugar agitado: habían varios barcos de mercaderes y viajeros, además de que parecía ser una zona con bastantes locales con distintos productos, sobre todo comida.

-Hmm... Hace mucho que no pisaba este lugar... -comentó el peliblanco antes de mostrar una leve sonrisa.

Suspiré una vez habiamos atracado. Habiamos salido medio ilesos de aquel enfrentamiento y nada más atracar y estar más tranquila fui directa a la proa del barco - AAAAAAAAAAAAH - grité preocupada al ver el mordisco. - Mi precioso barco. - y además quería llorar - KAITOOOOOOOO. Arreglalo - grité y ordené casi como si fuera una cria exigiendo que repararan su juguete roto - ¿Eres carpintero no? Pues reparalo. Maldito bicho haciendole daño a mi preciosidad - Mi tiré en la cubierta casi como si quisiera abrazarlo - No te preocupes te vas a poner bien, Kaito te reparara y te dejará como nuevo. Solo espera y ya verás y no te va a doler nada. Confía en mi - Dicho esto lancé una mirada de capricho y tristeza a Kaito. Quería mi barco arreglado.

Una vez más tranquila por el pequeño destrozo iba a desembarcar cuando miré a los demás - Tenemos suministros para una buena temporada, aunque no estaría de más llevarnos algo más. Igualmente, el punto de encuentro será el barco ¿vale? Una vez estemos todos sin que tengamos que hacer nada más aquí podriamos partir a nuestro siguiente objetivo - Grand Line... - Pensaba para mi, pues quería ver el resto del mundo y estudiar todo lo que no había podido estudiar. Una vez dadas las ordenes casi como una capitana aún al reaccionar tan extrañamente cuando me lo dijeron, continué hablando - Yo voy a pasarme por la zona comercial. ¿Alguien se viene conmigo? - Pregunté mirando a las chicas principalmente. No iba a ir con Dante y Kaito tenía que trabajar en el barco.

Bueno al final no había salido todo ni tan mal, el Rey del Mar se había ido vivo, el barco no había sufrido daños graves y nosotros estábamos ilesos y en Longuetown, nuestro destino.

Observo a Hitomi preocuparse por el barco lanzando órdenes aquí y allá, no esperaba menos de ella. Me acerco a mi compañera.

- Yo me apunto, quiero ver la ciudad con mis propios ojos y ver que venden en el mercado - me giro hacia Sea - ¿vienes o te quedas con estos dos? - me giro hacia Kaito - ¡haz caso a Hitomi y repara nuestro barco y te traeremos algo bonito!

Tenía ganas de conocer aquel lugar así que esperaba que Sea se decidiese rápido.

Kaito ni siquiera había esperado a que anclaran cerca del muelle, con el solo hecho de estar cerca de tierra firme había saltado con una bolsa pequeña al hombro mientras lanzaba un enorme grito hacia sus compañeros escuchando algunos gritos que habían realizado antes de que éste bajara del buque. -¡Lo lamento! No sigo ese tipo de ordenes. -Levanto el brazo derecho mientras se alejaba lentamente del muelle, claramente burlandose de Hitomi a la par que ignoraba completamente a Denna, había olvidado que había dicho anteriormente de que dejaría el barco apenas llegasen a la proxima isla, ahora mismo simplemente tenía ganas de irse un rato al centro de Logue Town. -¡Hitomi quedate cuidando el barco! -Finalizó girandose lentamente sin detener su andar y esbozando una enorme sonrisa para luego volver a darles la espalda. Claro que le interesaba reparar el barco, aunque por ahora prefería pasar su tiempo en otra cosa y no siguiendo instrucciones, nunca había estado bajo el mando de nadie ni tampoco tenía pensado empezar ahora, quizás en el centro podría encontrar cosas interesantes con las cuales entretenerse.

"Un poco más arriba... Respira profundamente... ¡Ahora!" El disparo fue completamente certero, en el ojo del rey del mar el cual rápido y con un sonoro quejido marchó despavorido mientras Sea bajaba el arma y respiraba profundamente aliviada por el resultado.  -¿Hitomi?... Estaba como loca mirando el bocado que le había metido el bicho al barco y le pedía o... le ordenaba a Kaito que lo arreglara como fuera. 
Al parecer Denna apoyaba la idea de Hitomi pero tampoco le parecía muy justo así que se acercó a ellas y miró a los chicos. -¿No sería mejor que fueramos todos juntos?... Así Kaito podrá coger materiales buenos para reparar. A lo mejor con esa excusa no les parecía tan mala la idea. -Iré con vosotros pero... No puedo comprar nada ya que no tengo... nada.