Partida Rol por web

Muy bien, vamos allá - Dijo Hugo mientras se ponía en el suelo debajo del agujero del techo tocando el suelo con sus manos - Todos subid al Hugo express, proxima parada... la libertad. - dijo con cierto tono de estar esperanzado en salir todos con vida. - Agarraos a lo que podais, incluso a mi si quereis - eso último lo dijo mirando a Maria.

Finalmente Hugo cerró los ojos y empezó a respirar hondo mientras se concentraba en hacer que el suelo se levantara cual una columna hacia arriba para llevarlos a todos juntos a la batalla final

Tras un largo e intenso debate, decidieron continuar adelante, el gran "hombre de hojalata" decidió adentrarse hacia la estancia que habían dejado minutos atrás. Allí se habían enfrentado contra una especie de hombre lagarto que había absorbido la luz y cuyo veneno había sido capaz de matar. Pero ahora, ese ya no era un problema, el verdadero era, según Malcolm, el ilusionista que se encontraba en la planta superior de la sala. Pero se equivocaban. 

El problema real es que la sala del dibujo de la lámpara ya no era la que era. No había rastro de los cadáveres, ni tampoco de la astillas que habían compuesto la escalera de madera para subir a la planta superior. Ya no había nada de todo aquéllo. Tan solo había un hombre 

Hola Robson. Dijo aquel hombre saludando al policía. ¿Cuánto tiempo sin vernos, verdad? ¿Cómo están tu mujer y tu hija? Preguntó de forma retórica y entonces empezó a reírse a carcajadas. Exactamente con la misma risa que solía hacerlo el malvado de cualquier película de acción.

Luego miró al hombre de metal, le miró fijamente y sonrió. En ese momento también le sonrió a él, y le hizo una pregunta muy directa. ¿Ya sabes quién soy, verdad? En el fondo de ese cuerpo de metal, sabes perfectamente quién soy. ¿Y vosotros? Dijo mirando al resto. Seguro que tenéis una ligera idea de quién soy y de qué hacéis aquí. 

Ha sido una pena que hayáis acabado con los gemelos, pero esta vez no os dejaré que vayáis tan lejos. 

Los ojos del ser metálico se entrecerraron cuando vió a aquel tipo que les habló claramente provocándoles.

Una parte de él quería seguirle el juego ¿estaba sugiriendo que era él quien había provocado el accidente que había asesinado a su familia y revelado sus poderes? Aquella posibilidad hacía que la parte más instintiva y pasional de Malcolm quisiera ir allí y reventar la cabeza del individuo como si se tratase de un melón maduro. No debía ser tan difícil.

Pero la mente que dominaba al titán de fuego no era la de un descerebrado. Malcolm Holmström era uno ingeniero... y uno de los buenos. Su mente era cuadriculada, racional, lógica. Si había algo por encima de los deseos de venganza era los deseos de respuestas, o mejor dicho, de soluciones ante las incógnitas que representaba toda aquella situación.

Con voz bronca y enfadada exclamó: [color=#FF0000]¡Demasiado obvio![/color] -no sólo lo hizo para llamar la atención de su mente, sino también la de sus compañeros haciendo un gesto con la mano para que no se apresuraran, especialmente a Robson. Era obvio que no tenían la iniciativa... de nuevo.

[color=#FF0000]¿Pretendes que nos lancemos a por ti provocándonos? ¿Soy el único que no le ve sentido? ¿Para qué nos trajiste aqui? ¿Para darnos muerte? Hubiera sido más fácil hacerlo mientras dormíamos en nuestra casa... Demasiadas molestias, demasiados riesgos. Eres más listo que todo eso ¿no es así?[/color] -entonces con la otra mano chasqueó los dedos metálicos de la mano que no había usado para hacer el gesto a sus compañeros.

[color=#FF0000]A menos que pretendas usar nuestros bajos instintos para enfrentarnos entre nosotros. Es la única forma en la que puedes ganar...[/color] -añadió sin desdibujar su rostro iracundo.

El "salto" fue demasiado transicional.

Entre otras cosas porque al parecer todo era, o había sido una ilusión. No había cadáveres, ni agujero... nada. Pero cuando llegaron al fondo de la otra habitación Robson entró en Shock.

Alli estaba.

Ese grandísimo hijo de puta, ante sus propias narices. Miles de imágenes vinieron a la mente de Robson. La rabia empezó a consumirle poco a poco. Sus ojos no podían creer que, tras tanto tiempo de búsqueda, al fin le tenía delante. Y por un momento imaginó como sería aplastarle la cabeza contra la puta pared. Imaginó su puño golpeando sin cesar la cara de ese hombre, partiendo primero la nariz, haciendo que los labios se desgarrasen y los dientes empezaran a deformarse hasta partirse de la propia mandíbula. Y aún así no pararía hasta que un "crack " indicara que su cráneo se había partido desparramando los sesos por todo el suelo.

Robson empezó a respirar fuerte y rápido, cada vez mas y mas. La adrenalina empezaba a nublar su oidos hasta el punto de no llegar a oir al hombre metálico. Sus ojos convirtieron la visión periférica en un túnel de luz en el que el centro de todo era ese hombre. No notaba el tacto de Carolina, delante de la cual estaba a modo de protección. Solo notaba como sus propias uñas se hundían en la palma de sus manos con fuerza mientras unas pequeñas heridas hacían brotar la sangre de ellas, dejando los nudillos blancos por la tensión.

-...Victor...- Dijo Robson en un gruñido, con voz ronca, y audible para todos.

Robson sacó el arma. Sin mas. Encañonó a Victor y ...

Un momento. Un momento!! No puede ser tan fácil.

La mano de Robson empezó a temblar. No. Seguro que no era tan fácil. Ya le engañó una vez. Seguro guardaba un as en la manga...

- Ni se te ocurra volver a nombrarlas con esa boca de mierda que tienes!- Digo agriamente.- Eras mi amigo y me traicionaste! Te las llevaste!! -

Los ojos de Robson miraban fíjamente a ese hombre y apenas pestañeaba.

-Voy a matarte, Victor! Por ellas!!!-

Creía que ahora tenían la convicción para enfrentarse a lo que fuera que les deparara tras formar un plan de ataque, incluso el susurro de Robson le proporcionó cierta confianza, provocándole una tierna sonrisa. Sin embargo al llegar a la sala que debía conducirles a la puerta final había algo distinto: buscó los cadáveres con la mirada, pensando que se habían esfumado o que todo aquello habría sido obra de un truco de magia, tal y como Malcom había advertido, pero en el centro había un hombre que no conocía, aunque parecía no ser recíproco.

Miró las facciones de aquél hombre, intentar localizarlo dentro de sus recuerdos y ponerle un nombre, una profesión o una localización, pero estaba segura de que nunca le había visto, entonces, ¿quién era? - ¿Él nos trajo aquí?

Parecía conocer al policía y al hombre de Metal, pero estaba claro que buscaba provocarnos, algo que aparentemente consiguió.

Se sorprendió por la reacción de Robson, sin saber muy bien qué había pasado con su familia. Sin embargo temía que se abalanzara contra él y resultara herido, no podía permitirlo, por lo que aprovechando que todavía estaba detrás suya pasó los brazos por su pecho y le abrazó por la espalda.

- No le escuches. Es lo que busca, provocarte.- Susurró, apretándole el abrazo para que no pudiera moverse y, si resultaba herido, poder protegerlo.- Ellas no querrían verte así.

Al entrar de nuevo en la habitación de la oscuridad para dirigirse hacia arriba, otra sorpresa nueva sorprendió a todo el grupo. Hugo observo el lugar con detenimiento, mientras se ponía delante de María por si ese ser pensaba hacerles algo, poder protegerla, y aunque parecía tremendamente real, en el fondo, el sabía que no lo era así. Por mucho que se pueda ocultar la visión de lo ocurrido, el recuerdo y las heridas seguían allí ¿Sería esto uno de los trucos de ese ser? Y entonces se acordó de lo que dijo el ser de azul

La sala es capaz de replicar el contenido que haya tanto en ella, como en la inmediatamente inferior. 

-Igual quiere decir que ese tipo tiene poder desde arriba... por eso vemos la habitación tan arreglada y sin los cuerpos de quienes nos acompañaron... - Pensó mientras Malcolm y Robson hablaban con aquel tipo para que después Carolina intentara calmar al poli. - Tiene razón Robson, y no solo eso. - miró entonces a aquel personaje que estaba frente a ellos - Puede que ni esté realmente aquí. El tipo de azul dijo que la sala es capaz de replicar el contenido de si misma y todo lo que hay en la inferior, igual porque el mismo tipo también puede manipularla con la mente. En ese caso todo esto sería una ilusión y aún tendríamos que subir, pero está tratando de ganar tiempo de alguna forma. Yo voto por seguir hacia arriba. En el caso de que sea real nos intentará detener, pero si acierto, no podrá hacernos nada por ser una mera ilusión. - Intentó convencer a los demás que no deberían perder tiempo ante solo un juego de la mente

Tic Máster empezó a reírse con la típica risa de todo malo de película. ¿Una ilusión? ¿Eso es lo que creéis que soy? En ese momento chasqueó los dedos, y el saltimbanqui que habían visto al principio apareció con Deborah. Tenía un cuchillo apuntándola a la garganta y la tenía inmovilizada. ¿También crees que ella es una ilusión, Robson? 

Sí, quizá me lo haya pasado bien con vosotros provocandoos. Ha sido divertido recurrir a los poderes de mi compañero, dijo señalando al acróbata, pero necesitaba que aprendierais a desarrollar vuestros poderes para ahora poder robarlos. Aunque tenéis una forma más fácil de salir de aquí con vida. Podéis renunciar a ellos. Si sois capaces de entregármelos por voluntad propia, no os mataré, os dejaré salir de aquí con vida. Además, en ese momento miró a Hugo, muchacho, tú tienes el poder más interesante de todos. Con tu poder no necesitaré prácticamente ninguno más, quizá solo tengas que entregarme el tuyo, y todos saldréis con vida de aquí. Sí, te dolerá, pero vivirás. 

Estaba claro que Tic Máster tampoco tenía intención de pelear, solo quería los poderes de los allí presentes. Había montado toda aquella parafernalia para que redescubriesen sus poderes y aprendiesen a usarlos. Ahora que estaban potenciado activamente, Tic Máster quería hacerse con ellos. ¿Para qué? Eso no era muy difícil de adivinar.

Robson miró la cara de angustia de Deborah, estaba realmente asustada y lucía un aspecto deplorable. Pero no solo eso, en su cara había decepción, y es que la imagen que tenía ante sus ojos, Carolina abrazando por detrás a su amante, había sido un duro golpe de ver justo en ese momento de máxima tensión.

-Pues dudo que seas mi casera, porque es una señora...aunque...tal vez tengas inclinaciones un poco extrañas- habia hablado tan energicamente como usualmente lo hacia, pero a medida que sopesaba la situación su voz se fue haciendo más bajita, recordba las palabras de Hugo sobre ella, y como este se habia ruborizado, el nuevo enemigo que tenian delante de ellos, al parecer traia pasado con Robson, Carolina estaba aferrada a el, y Metal ardiente...bueno no podia adivinar su expresión porque estaba convertido en metal.

El saltimbanqui que los habia atraido en la entrada, estaba ahora ante ellos, sujetando por el cuello a...Deborah!, la policia que venia con Robson,  María miró sorprendida a uno y otro lado, y cuando el hombre dijo que el único poder que le interesaba era el de Hugo, María por instinto tomó por el brazo a Hugo con fuerza, y se puso delante de el, con una mano en la cintura, llevandose el cigarrillo a los labios, inhaló acaloradamente, y entonces le espetó al criminal.

-Me rehuso totalmente...no nos hagamos tontos, de una forma u otra nos terminaras aniquilando, si has planeado todo esto, tomaste el tiempo de investigar nuestras vidas, etc, etc, no creo que seas lo suficientemente tonto como para dejar cabos sueltos, claro, te damos los poderes y después nos buscas uno por uno para aniquilarnos, no se si salga viva de esta, pero no pienso entregarte la única posibilidad que me daría una esperanza de sobrevivir y salir de esta. Mi poder es mio y de nadie más.-

"Y mas le vale que si no quiere terminar creyendose una gallina empolladora por el resto de su vida...estos muchachos comienzen a actuar.- Habló a sus compañeros una última vez sin referirse a nadie en particular.

-Me escucharon, con nuestros poderes aun tenemos una posibilidad...sin ellos estaremos mas indefensos que Deborah...no te preocupes cariño, saldrás viva de esta con nosotros.- terminó energicamente.

Era una puta broma. Debía serlo!

-¿Debbie?- Murmuró Robson inseguro de si realmente era ella u otra ilusión

Pero su mirada no dejo ninguna duda al respecto. Estaba decepcionada. No hacía falta tener superpoderes para saber que la estaba fallando por partida doble. Por un lado Robson estaba " al otro lado del cuchillo" y después Carolina le abrazaba, de una manera que Deb no conseguiría nunca.

Robson no era un persona demasiado cariñosa, precisamente, y cuando Deb y él empezaron algo, siempre fué por ella. Él se dejaba querer pero... era como un jodido cenicero andante sin sentimientos mas que para lo justo.

Eso es lo que Victor había conseguido hacer de él al asesinar a su mujer he hija. Había dejado un hueco muy grande y Deb  solo era la quitapenas oficial del inspector Robson, además de una compañera de trabajo. Puede que ella sintiera algo mas. Puede que esperara que Robson algún día se decidiera por tener algo.

Pero que se decidiera por ella.

Estaba muy claro que si Carolina estaba allí, abrazándole, y él se dejaba, era porque estaba realmente empezando a pasar página. Y con ella, a Debbie también.

-Deb!- Dijo paralizado completamente. - No la hagas daño!! Deb, te salvaré, no te muevas! Tu, maldito mimo de mierda, como la toques de una ostia te cambio de signo del zodiaco! Suéltala!!

Robson estaba apunto de saltar a por ellos, pero en estos casos, la razón policial le mantuvo estático. Eso y Carolina que le retenía allí como un ancla, no por la fuerza, sino emocionalmente. Si saltaba a por Debbie, dejaría a Carolina expuesta a lo que fuera. Y no podía permitirse perderla tampoco a ella... no sabia el por qué.

-¿Qué quieres realmente, Victor!? Dilo claro ya. No voy a jugar a tu juego. No te voy a entregar los poderes de ninguno! Si quieres los míos suéltalos a todos. A Debbie también!! Te lo daré si vienes tu a cogerlo! Pero el de ninguno mas.

Al fin y al cabo, para Robson, los poderes eran una maldición. Después de la muerte de su familia, sus poderes evitaron hasta en 4 veces que sus intentos de suicidio solo fueran eso, intentos.

Esa hora de morir, chico! Ha sido bonito! Si con ello consigo que todos estén bien... sobre todo... Corolina.

El ser se quedó unos segundos analizando lo que le mostraban sus ojos, pero ya había sido engañado varias veces. Y tenía la impresión de que estaba siendo engañado ahora también. Las palabras le sonaron casi a chiste asi que respondió: tú, monstruo, no eres digno de nada. -espetó con rabia. 

Entonces decidió jugarsela, apostar por la reacción de Robson. Dos objetivos requerían división pero él no sabía qué era más importante para el policía. Iría a por lo que no fuera él... pero antes, le haría un regalo. 

Robson... -añadió, y acto seguido le puso la mano sobre el hombro para suministrarle parte de su calor. Si había entendido bien sus capacidades, absorbería aquella energía para convertirlo en fuerza. Lo que hiciera con ese poder sería su decisión. Él actuaría en contra de lo que quedara.

¿Hugo?

No se sorprendió que quisiera los poderes del chico. Las capacidades que había mostrado no parecían tener límites, el hecho de plasmar cualquier cosa temporalmente  modificando sus moléculas permitía una reestructuración inimaginable, desde construir una escalera con los átomos del aire hasta un sónar visual a través de los ojos, algo que ella misma había probado.

Sin embargo tenía suerte de que, por ahora, estaban siendo pequeños caprichos pero, ¿qué pasaría si esa habilidad cayese en malas manos? – Podría pasar una simple lata de refresco por un explosivo.- Miró al muchacho preocupada al saber que no podía cubrir todos los frentes que se estaban abriendo. Por suerte María pareció adelantarse y hacer lo mismo que estaban haciendo ella con Robson, protegerle.

En ese momento se percató en Deb y, de nuevo, en la aparición del hombre de azul. ¿No lo habían matado? No entendió nada ni se atrevió a mencionar al respecto, solo permaneció agarrada a Robson y ojeando tras su espalda el panorama, atenta a cualquier posible ataque del enemigo.

Pero parecía que Metal tenía otros planes. Se acercó a nosotros y puso su mano en el hombro de Robson. Desde su posición tan cercana pudo sentir el calor emanar del cuerpo metálico.

- ¿Pero qué? – Ella estuvo inconsciente cuando Robson sufrió su transformación y, posteriormente, ciega, pero intuyó que sabía lo que se hacía, que tenían un plan del cual no estaba enterada. Aprovechando que estaba oculta tras el policía, una de sus manos aflojaron la presión que tenía y buscó en su bolso el mango del cuchillo, asiéndolo con fuerza. Lo sacó y lo metió en el cinturón de Robson, escondiéndolo dentro de su chaqueta.- Sabrás qué hacer con ello.- Apoyó la frente en su espalda y le dio un beso en el hombro antes de soltarlo.- Te cubro.

Hugo comenzó mirando a aquel hombre cuyas intenciones había dejado claras desde un principio. Solo necesitaba un poder pues lo demás... podían ser perfectamente ramificaciones del de Hugo. - No lo había llegado a pensar... parece que realmente no pensaba en todo lo que es capaz de hacer mi poder, pero ahora me doy cuenta. - Entonces pasó a mirar a los suyos, viendo como Robson acumulaba ira, y como Metalico le daba energía. Carolina hacía algo por detrás pero él no era capaz de verlo.

Entre todo eso Hugo solo podía pensar, en que si eran reales tanto el payaso, como la chica que acompañaba desde un principio a Robson, como aquel hombre que los amenazaban. Solo podía hacer una cosa - Puedo volver lo irreal real... no solo las cosas nimias, sino cualquier cosa... Nunca lo he pensado y puede... que vaya siendo hora de atacar con la artillería pesada. - No vamos a darte los poderes, como bien dice Maria. Nuestras vidas son más preciadas de lo que eres tu capaz de hacer con nuestros poderes... pero... si dejas a los demás en paz - Hugo se fue arrodillando poniendo las manos en el suelo - aunque lo prometas, jamás lo cumpliras. - Si mi poder es suficiente para hacer cualquier cosa... ¡Robson, es tu turno! - Me concentré para crear un portal a los pies de Robson para que al cruzarlo se abriera otro portal delante de ese hombre para que le golpeara con todas sus fuerzas - Ni aún dandote mi poder ¿verdad? - Pues nuestros poderes juntos te derrotarán.