Sesión 39 (12/3/2021)
En la visión de los micónidos, Basidia os explica que está aprovechando la corrupción en la faerzress que ha provocado Zuggtmoy para comunicarse con vosotros desde Araumycos. Al parecer, la Señora Demonio de la putrefacción y la decadencia está a punto de completar el ritual con el que desea apropiarse del vasto reino fúnguico que domina la infraoscuridad al simular una pantomima de boda. Para alcanzar tal fin, Zuggtmoy ha aletargado a su consorte mediante las mismas esporas con las que controla a todos sus seguidores.
Tanto Basidia como Culona os imploran ayuda para que el mundo entero no se convierta en algo parecido a los horrorosos Jardín de Bienvenida o, peor aún, la torre de Yggmorgus. El soberano micónido afirma ser capaz de conectar vuestras mentes con la de Araumycos una vez alcancéis la parte central del reino de aquel vetusto ser y os ruega que acudáis a la mayor brevedad para desbaratar los malvados planes de la Dama de los Hongos. Además, Basidia asegura poder protegeros de las ponzoñosas esporas demoníacas. Eso sí, primero debéis alcanzar un punto indeterminado en las proximidades de Araumycos donde él vuelva a contactar con vosotros. Luego la visión acaba y volvéis a estar en la caverna que da a la torre de Araj.
Después de entregar a un satisfecho Vizeran los tres componentes obtenidos en el Laberinto, decidís teleportaros a las cercanías de Velkynvelve, pues los mapas del mago drow indican que el puesto fronterizo en el que comenzasteis vuestro periplo queda a algo menos de una decana del reino fúnguico. Sin embargo, el conjuro funciona mejor de lo esperado y, de algún modo, arribáis a Araumycos directamente. Aquí las cavernas están cubiertas profusamente por hongos y moho de una gran variedad de tamaños y colores, cálidos en su mayoría, y normalmente iluminadas por la tenue luz bioluminiscente que emiten las mismas setas.
En una de aquellas cuevas os encontráis con ocho demonios alados, Vrocks según Thoth, que os plantean una dura batalla. Algo más adelante dais con una gran profusión de hongos comestibles para jolgorio de Jiang, que sigue tomando notas en la libreta que jamás pierde de vista Murgo. En otro momento, Dak se hunde en una especie de moho movedizo, pero sus recursos le salvan la vida. Y, finalmente, os cruzáis con varias procesiones que se dirigen hacia el mismo lugar: un grupo de micónidos acompañados por siervos de las esporas, cubos gelatinosos que apuntan a algún invitado inesperado, etc.
Hasta que por fin recibís una nueva visión de Basidia...
Sesión 40 (26/3/2021)
En realidad no se trata de una visión, sino del mismo Basidia y un grupo de leales micónidos que se aproxima a vosotros para saludaros efusivamente. El fúngico soberano os agradece el haber acudido con presteza a su llamada de auxilio y os solicita que le ayudéis a despertar la aletargada mente de Araumycos. Para ello, primero debéis internaros hacia lo más profundo de la región, hacia el epicentro del ritual que tiene planeado llevar a cabo Zuggtmoy con el ánimo de hacerse con el control de aquel legendario ser vivo. Basidia y sus seguidores prometen velar por vosotros, tanto para conseguir una comunicación directa con Araumycos como para protegeros de las infectas esporas de la pérfida Señora Demonio.
Nada más comenzar la búsqueda os sorprenden dos budines negros que sólo el fuego arcano de Thoth es capaz de derrotar. Y algo más adelante encontráis un par de agresivas criaturas con forma de Otyugh, pero creadas con madejas de plantas y hongos. Al acabar con ellas, una nube de esporas y un chorro de líquido transparente os envuelve por completo. De pronto sentís que se os nubla la vista, una gran pesadez en las extremidades y una irremediable somnolencia. De hecho, en cuestión de segundos caéis postrados a la suave alfombra de musgo, que cobra vida y os arropa cálidamente.
Durante un momento contempláis vuestros propios cuerpos, como si de un viaje astral se tratara, hasta que una intensa luz brillante os ciega. Flotáis ingrávidos y desorientados en un extraño reino de neblina en el que no sois capaces de ubicaros. Entonces escucháis en vuestro interior a Basidia que os comunica con urgencia que el maléfico ritual ha comenzado. Al mismo tiempo, una fuerza invisible os llama y os conduce hacia una roca a la deriva que finalmente resulta ser una especie de cráneo sin mandíbula del tamaño de una montaña. Algo os impele a entrar en su interior. Pero cuando Jiang toca la blanca roca una encolerizada representación de Zuggtmoy os impreca y amenaza. Por suerte, algo distrae y consigue alejar de vosotros a la Dama de la Putrefacción, pues al parecer Juiblex ha decidido acudir también a la boda fétida.
Dentro del cráneo la presencia de Araumycos se hace mucho más tangible. La mente de la vetusta criatura os dirige por una caverna similar a las que acabáis de pisar en el plano material hasta un punto negro, una masa informe de puro dolor que está creciendo en su interior. Comprendiendo que debéis destruir el cáncer que lo corroe, todos menos Dak, que mantiene su habitual postura neutral y equidistante, os lanzáis al ataque. Murgo lucha contra los zarcillos que brotan por doquier para detener su avance. Pero es Jiang Pin quien empleando un poderosísimo conjuro hace estallar el mal y provoca un fuerte viento psíquico que os separa y deja en condiciones nada halagüeñas. Por fortuna, enseguida regresáis a vuestro cuerpo que, ayudado por la energía positiva de Araumycos, se encuentra recuperado tanto física como mentalmente.
Sin embargo, allá en lo más profundo escucháis sonidos de una brutal batalla y decidís asomaros a indagar. Y es en ese instante cuando observáis con horror a Juiblex y Zuggtmoy concluyendo su particular refriega. El Señor Sin Rostro engulle a la Dama de la Putrefacción antes de volverse hacia vosotros con intenciones claramente hostiles. Por un momento pensáis en salir huyendo, como hicisteis cuando os cruzasteis con el Demogorgon en Sloobludoop. Pero ahora ya no sois los mismos. E incluso la suplicante mirada de Basidia y sus allegados os impele al menos a replantearos la situación. ¿Dejaréis que Araumycos caiga en manos de un Señor Demonio?
Sesión 41 (4/4/2021)
No, claro que no. Ayudados por la valiente resistencia micónida, el poderoso influjo de las esporas protectoras de Araumycos y el inesperado don que os otorga Callarduran Buenasmanos mediante una nueva aparición estelar de Jimjar, os armáis de valor y decidís hacer frente al peor de los enemigos: un verdadero Señor Demonio.
En cualquier caso, a pesar de haber sufrido los ponzoñosos envites de la Dama de la Putrefacción, el Señor Sin Rostro demuestra ser un oponente formidable. No obstante, por suerte vosotros tampoco sois la minucia que Juiblex barruntaba. Y haciendo gala de recursos dignos de los mejores héroes conseguís derrotar y devolver al Abismo a la bestial criatura.
Lleno de júbilo, Basidia promete agradeceros eternamente el gesto que habéis tenido con su pueblo, que ahora debe centrarse en recuperar tanto la Arboleda Sin Luz como la dañada mente de Araumycos. Además, entre los restos del fiero combate halláis el último ingrediente que necesitaba Vizeran para elaborar el Corazón Negro: trece "hongos del diablo" pisados por un demonio. Así pues, os despedís del soberano fúngico y os teleportáis de vuelta a la torre de Araj.