Partida Rol por web

Estación científica del Consorcio de Mundos Civilizados establecida en el planeta T/63-3 para investigar la cultura de la raza de los zort subterráneos.

Si resultan ser una raza sintiente, el planeta quedará bajo la protección del Compacto de las Civilizaciones y no podrá ser explotado por las megacorporaciones mineras ni convertido en una base militar del Imperio Transgaláctico.

ARCHIPIELAGO OCCIDENTAL, ISLA TALBOT:

- Playas de arenas blancas, temperatura media del agua del mar 30ºC, helechos, árboles alienígenas similares a palmeras, el relajante sonido de las olas... Parece un entorno paradisiaco, más digno de una serie romántica de holovisión que de un estudio científico serio.

- La estación Talbot en sí es un edificio de dos plantas.

Planta baja: Provisto de cocina, un amplio comedor/Sala de Reuniones, pequeño gimnasio, piscina cubierta y sauna. La parte de atrás del edificio incluye un garaje, un hangar para lanzaderas, taller mecánico, y zonas de maquinaria dedicada al mantenimiento de la estación.

Primera planta: Ocho dormitorios privados (el del Doctor Talbot es el más espacioso y lujoso), laboratorio principal, dos laboratorios secundarios pequeños, pequeña biblioteca, sala de comunicaciones, pequeña armería, asesos comunales y aseos privados en cada dormitorio, pequeño observatorio.

Terrarium: Trastero y terrado para tomar el sol (hay cuatro tumbonas).

Nivel subterráneo: Recogida y procesado de residuos orgánicos, que son usados de combustible en los generadores de potencia ecológicos del Doctor Doombringer. Sistema central de calefacción/ ventilación. Trastero pequeño. Laboratorio biológico. Despensa y bodega.

- En las aguas alrededor de la isla pueden verse a menudo hasta una docena de pesqueros automatizados. Minelva Krouss los supervisa desde la sala de comunicaciones.

- Aproximadamente la mitad de lo que pescan esos botes-robot no es comestible para ninguno de los miembros de la Estación Científica. Por fortuna todo se aprovecha, pues los desechos son procesados en las máquinas del Doctor Doombringer y convertidos en combustible ecológico.

Entre tuberías retumbantes, entre óxido y cables desnudos, medio axfisiado por el calor, El Dr. Keyron Doombringer revisaba por enésima vez todos los contadores, válvulas y empalmes de las instalaciones. Aquello eran los intestinos de la estación y allá se procesaba la pesca y el combustible. Dicho en otras palabras, allí la estacion digeria su alimento. El Doctor, bajo su máscara de gas, sonreia enigmáticamente. ¿Qué pensamientos cruzaban por su mente desviada?, nadie lo sabía, pero daba golpes inconscientemente con una llave inglesa en las tuberías de metal.

DOCTOR DOOMBRINGER:

- Perteneces a la raza Silhouette, una especie humanoide de piel negro-carbón. Sus ojos son completamente blancos. A su alrededor las sombras parecen espesarse de un modo antinatural y siniestro. En su planeta los días tienen 28 horas, durante las cuales 20 horas es de noche. Además, su mundo está vinculado a una dimensión de sombras donde moran bestias de sombra.

Esta extraña raza fue conquistada por los Kreeghor hace varios siglos. Antes de su caída habían logrado colonizar varios planetas utilizando tecnología de propulsión mediante Grietas dimensionales. Bajo el mandato del Imperio Transgaláctico, los Silhouette han prosperado. Se han convertido en una parte importante de la Armada Imperial y muchos han alcanzado puestos relevantes en el gobierno, la industria y otros sectores de la sociedad.

Tienen reputación de espías al servicio del Imperio Transgaláctico, y de hecho muchos pertenecen a la infame División de Seguridad.

También hay muchos fuera del Imperio, esperacidos en pequeños grupos en diversos planetas y a lo largo de las rutas espaciales. La mayor concentración fuera del Imperio está en los Mundos Unidos de Warlock y en la Federación Paraiso donde trabajan como guardias de seguridad y en el sector del entretenimiento.

- Es una mañana apacible y tranquila en la estación.

- Minelva está en la estación de comunicaciones, intentando dirigir uno de los botes pesqueros hacia un nutrido banco de peces...

- Ni siquiera sabe si serán comestibles. Buena parte no lo son y acaban convertidos en desechos orgánicos para las máquinas del Doctor Doombringer, quien seguramente esté trabajando en el sótano.

- El Doctor Talbot probablemente esté disfrutando de su desayuno en privado en su habitación, escuchando música clásica.

- El Doctor Reynolds posiblemente ni se haya despertado aún.

- Theron está en el hangar, trasteando con sus juguetes de guerra que se supone son secretos, pero todo el mundo en la base sabe que los tiene.

Tras el ejercicio matutino tomo con calma y precisión mis alimentos mientras la música deleita mis sentidos. Lo importante es la música que alimenta el espíritu, calma los nervios y libera las endorfinas necesarias para favorecer las sinapsis neuronales. De ese modo se produce la libre fluctuación del pensamiento a nivel subconsciente provocando ideas originales y novedosas.

Será necesario para la siguiente tanda de experimentos y observaciones sobre la biología planetaria. Una incipiente impaciencia me corroe por empezar a trabajar con la especie que venimos a investigar pero previamente debemos analizar el entorno, su ecosistema y biomasa.

Metódicamente llevo los cereales a la boca, los mastico mecánicamente el mismo número de veces en cada ocasión y degluto con cuidado. Un zumo en sustitución de frutas naturales bastará luego. Como todo, tomo el desayuno con espíritu perfeccionista y método científico.

- El Doctor Emile Talbot es una eminencia en el campo de la Xenología y la Planetología, ha escrito diversos libros y ensayos al respecto, y sus obras son muy respetadas y se estudian en las facultades de muchos mundos de la Galaxia Thundercloud.

- El Doctor Talbot lleva dos años destinado en la Estación Científica de su mismo nombre, desde su fundación en realidad. Al Doctor le interesa desde un punto de vista científico toda la biosfera planetaria, las especies de T/63-3, su evolución, su genética común. Al principio de su estancia en el planeta le llamó la atención una abundante especie autóctona similar en cierto modo al topo común, y que uno de los técnicos originarios bautizó como "zorts" (mote que al final se impuso). Existe infinidad de variantes y subespecies de los zort en el planeta y su estudio le resulta fascinante al Doctor Talbot.

- En estos dos años por la estación ha pasado mucho personal diverso. Inicialmente había una cuadrilla de veinte técnicos y diez científicos junto al Doctor Talbot. Una vez construida la estación, la mayoría de técnicos se fueron. El Doctor Talbot podrá estar considerado como una eminencia científica, pero no es fácil tenerle como jefe. Eventualmente los científicos fueron pidiendo traslado a otros centros de investigación en otros planetas. Tan sólo se quedó el Doctor Doombringer, enfrascado en sus máquinas y fuentes de energía ecológicas.

- Posteriormente, han ido llegando ayudantes de investigación y otro tipo de personal. Algunos de vosotros lleváis tan sólo seis meses.

Terminado el desayuno me dispongo a comenzar la tanda de experimentos y estudios. Necesitaré la ayuda de Reynolds así que me dispongo a despertarle del mejor modo posible.

¡Ayudante Krouss! Comparezca en el laboratorio principal.

El sistema de megafonía funciona perfectamente y seguramente se habrá oído también en el dormitorio de Reynolds. A veces me planteo si debería usar algún "por favor" pero sería perder el tiempo con estos aprendices de brujo.

- Lo cierto es que ha sido en los últimos seis meses, con la llegada de Krouss y Reynolds, cuando se han obtenido los mayores avances en el campo puramente xenológico.

- De un lado, Minelva Krouss llegó acompañada de un cargamento de robots. Los robots pesqueros han contribuido sin duda a que la Estación sea más autosuficiente, tanto a nivel alimentario como energético, pues los residuos orgánicos que se producen ahora en exceso permiten funcionar más tiempo a las máquinas del Doctor Doombringer.

Más importantes han sido los "robots personificadores", media docena de máquinas con aspecto similar a los zorts y que ha sido posible infiltrar, al menos tres de ellos, en las profundidades para estudiar a la subespecie zort más prometedora: los zort subterráneos.

- Gracias a esas máquinas ha sido posible observar a los zort subterráneos en su hábitat y, más importante, grabar su lenguaje.

- En este aspecto ha sido de vital importancia el trabajo del Doctor Reynolds como xenocriptólogo, pues ha logrado descrifrar y traducir el lenguaje de los zort subterráneos a partir de miles de horas de grabaciones de "conversaciones" entre miembros de la especie.

El run-run de las máquinas ecológicas lo mecía en la oscuridad. Allí, entre las tuberías, el vapor, los chispazos eléctricos, el goteo en las juntas, el Dr. Doombringer habitaba las sombras como una gran araña en el centro de una telaraña hecha de telas de acero, plástico y titanio. Una red que arrancaba en los niveles inferiores pero que se extendía por toda la base. Como si fuera una tela real, le traia noticias de los pisos superiores, pues cualquier cosa que sucediese en las instalaciones mas cercanas a la superficie acababa repercutiendo allá abajo.

La soledad, sin embargo, tenía sus incovenientes, y uno de ellos era la falta de conversación, así que el no tan buen doctor había empezado a hablar en voz alta.

-Niveles de cloruro revisados. Baremos dentro de lo permitido. Flujo de materia constante. Me gustaría comerme uno de esos peces crudo, sin procesar. ¿A que sabrán?

- Al Doctor Talbot le interesa toda la biosfera planetaria de T/63-3, y todas las subespecies zort, no solamente la de los zort subterráneos.

- Existen muchas variantes y subespecies. Los zort atigrados de la superficie, por ejemplo, son fieros depredadores muy astutos. Los zort zebrados, en cambio, son tímidos hervíboros, pese a su raíz común y obvias similitudes.

Hay incluso variedades acuáticas y una amfibia.

Casi todas las variantes zort tienen un lenguaje complejo, que supera en variedad y riqueza al de otras especies animales conocidas.

Suponer que ese lenguaje complejo implica inteligencia y civilización es quizá demasiado arriesgado.

- En el caso de los zort subterráneos, el Doctor Reynolds está convencido de que su lenguaje va mucho más allá de lo meramente animal, que son seres capaces de expresar conceptos abstractos, historia, filosofía e incluso poesía.

El problema a la hora de demostrar que cualquier subespecie zort pueda ser sintiente es que aparentemente no manipulan su medio ambiente ni producen herramientas o utensilios de ninguna clase.

De nuevo utilizo la megafonía para reclamar la presencia de otro ayudante.

Doctor Reynolds, preséntese en el laboratorio principal.

Necesito que este vago espécimen se ponga en marcha. Desgraciadamente mis capacidades son limitadas, no así mis necesidades. En tanto llegan mis ayudantes me dispongo a grabar con el dictáfono.

Todas las pruebas y datos indican que podemos estar ante una especie consciente, debemos buscar algún hecho diferenciador y desgraciadamente la falta de herramientas o manipulación del entorno no facilita la confirmación de las sospechas. Quizá cualquier muestra de arte elevaría a la especie desde el nivel de los animales al equivalente de protohomínidos.

Debemos enviar nuestros ingenios mecánicos a las profundidades en pos de esas esquivas pruebas.

Detengo la grabación un tanto decepcionado por la tardanza de mis ayudantes.

Odio ese término. Deberíamos denominarlos de otro modo, eso de zort no resulta apropiado.

El Dr. abandona por fin las cavernas de la base y se dirige al comedor. Tanto pensar sobre el sabor de los peces le ha despertado el apetito y avanza por los pasillos dejando un reguero de hebras de sombra que se desprenden de su piel. Tiene hambre y le rechinan los dientes afilados. Abre la puerta con su caminar encorvado y se adentra en terreno abierto, el comedor, donde habita el resto de la plantilla de la base. Alguno le saluda pero el doctor se limita  a inclinar levemente la cabeza. En su mente aún bailan los coeficientes de presión y los vectores de vibración de la caldera inferior.

Se acerca a la isla de la comida y se sirve lo primero que ve. Con la bandeja ya cargada se vuelve en busca de un lugar donde comer...

DOCTOR TALBOT:

- En virtud del Compacto de las Civilizaciones y de tu Carta de Investigación no se permite ninguna injerencia o intervención en una cultura autóctona. Debéis investigar sin conocimiento de la especie siendo investigada sobre vuestra presencia. Asimismo no está permitido ningún contacto o intento de comunicarse con la especie objeto de investigación.

DOCTOR DOOMBRINGER:

- Es posible que haya alguien más en el comedor, pero como todos son PJ's deberían de decirlo ellos.

IMAGEN DE ZORT DE ROCA ADULTO.

CAPTADO: EXTERIOR DE LA ESTACION CIENTIFICA TALBOT.

- Oh, mierda…- musité en cuanto se me despertó del sueño, y menudo príncipe azul y amargo beso el responsable de aquello.

Ese “doctor” que cuando se dirigía a mí siempre antecedía mi apellido empezaba a desmerecer todo esfuerzo o estudio que había costado conseguirlo. Y es que a mis oídos siempre sonaba por sus labios como el de unos padres cabreados cuando se refieren a su hijo por nombres y apellido: "Jack Harlan Reynolds, recoge tu habitación". Aun así, como en aquel entonces, quejarse valía de poco.

El baño era la primera visita y el espejo el que normalmente me daba una agradecida bienvenida, pero aquel no fue uno de esos días. En cuanto contemplé mi reflejo di con la frente en el cristal. ¡Menudas ojeras! Si al menos hubiesen sido el resultado de toda una noche de juerga y no a causa del exceso de horas de trabajo hubiesen merecido la pena. Por suerte tenía algo que podía acabar con aquel atentado contra mi rostro, pero antes había que ducharse…

Finalmente me presenté en el laboratorio vestido con traje y corbata, la bata blanca doblada sobre mi brazo izquierdo, y un pitillo que esperaba a ser encendido en mi boca.

- El Doctor Reynolds se presenta en el laboratorio principal, señor.- saludé irónicamente con ademán militar a la vez que llevaba la mano al bolsillo en busca del mechero.

Con tono absolutamente irónico y serio espeto al recién llegado:

¡Vaya! Me honra usted con su presencia doctor Reynolds. Ahora si es tan amable de además preparar sus grabadores los instalaremos en las máquinas de la ayudante Krouss y los enviaremos a las profundidades. Me gustaría que amplíe el espectro de frecuencias a grabar y analizar. No quiero que dejemos nada al azar así que deberíamos cubrir frecuencias ultraaltas y ultrabajas para asegurarnos que no hay información complementaria circulando por esos canales.

Solo tras decir todo eso miro hacia Jack que está parodiando el saludo militar.

No sea pueril doctor Reynolds. Aunque no me gusten los militares especialmente debemos respetarlos. ¿Acaso se ha molestado en descubrir en qué consiste el saludo militar? ¿Sabe por qué llevan la mano a la frente?

Y por supuesto hablo sin dejar de trabajar.

Mientras Talbot me hablaba me dio tiempo a encontrar el mechero y a encender el cigarro. El suspiro que solté en la primera calada fácilmente podría haberse confundido con uno de resignación, pero tenía por costumbre no tomarme las cosas demasiado en serio. Además La mención a los militares me había hecho recordar experiencias bastante… entretenidas.

- ¿No le gustan los militares?- pregunté esbozando una sonrisa pícara.- A mí me gusta lo bien que les sienta el uniforme, y por supuesto lo que esconden debajo.- añadí antes de dar media vuelta y encaminarme a la salida.- Me voy a desayunar. Los grabadores están listos desde que guardé las últimas grabaciones, en el segundo cajón de mi escritorio. Del ajuste de las frecuencias me puedo encargar más tarde.

 No podían si no darme asco esos científicos debiluchos , desperdiciar todos estos recursos para una inútil investigación.

¿Hacia cuanto estaba al servicio de Talbot? El saber que alguien como el me manda me enferma, aun así debo de llevar esto hasta las ultimas consecuencias, me meti en esto y saldré sola de este trabajo.

Hacia rato que fingía ignorarlos y me mantenía ocupada haciendo arreglos de ultimo minuto a los robots pesqueros. Las palabras de los doctores sobre sus investigaciones me importaban un comino  hasta que mencionaron a los militares. Una vez el doctor Jack  se había ido empeze a desmontar los robots y es que hacia rato que había descubierto que desayunar con un montón de ñoños era aburridísimo.

Mejor, así puedo trabajar en esto sin fisgones

Con una de mis mejores sonrisas empiezo a hablarle a Talbot

-Doctor Talbot, debería ir a comer usted también, necesita todo el alimento posible para continuar sus valiosas investigaciones, aparte estos pequeños necesitan tiempo mientras los preparo –doy unas palmadas al robot que arreglo- coma algo con los demás y cuando regrese le aseguro que estarán listos, créame recuerde que nunca le he fallado.

Vuelvo a mi trabajo esperando oír cualquier tontería del doc, muchas veces podía ser muy testarudo.