Partida Rol por web

Matriorca avanza renqueante entre los cadáveres de gnolls. Se acerca uno a uno a los cadáveres y los comienza a registrar.

Jefe... ¿Qué hacemos ahora? ¿Seguimos hacia los lagos o buscamos cobijo? Ruzgal cayó en el campo de batalla y merece ser enterrado.

El comentario sobre Ruzgal carece de sentimiento. Es sólo una frase distraída en medio de lo ocupada que la mantiene el pillaje. ¿Qué se le va a hacer? Un orco es un orco, y está acostumbrado a ver morir a sus compañeros en el campo de batalla. Y cuando está muerto, poco hay que se pueda hacer.

 Tras unos asaltos Trash regresa a la normalidad, sudando y jadeando, al moverse destellos de dolor cruzan su rostro, se mueve hacia donde yacen los restos del sacerdote.

- Parece que los dioses nos han avandonado...- Dice mirando los restos.- Pero aún y así ha sido una buena pelea.

 Poco a poco va recuperando la respiración y va sobrelevando mejor el dolor de las heridas.

 - No tengo claro lo de sepultar a Ruzgal, sería como anunciar que estamos dando vueltas por los alrededores, a parte de que el tiempo es escaso.- Posa su mirada en vosotros esperando vuestras reacciones.- En cualquier caso tomaremos todo lo que tengan de utilidad esos chuchos, tal vez tengan provisiones.

 Sin decir más se acerca a uno de los gnolls caídos y empieza a desbalijarlo.

 - Pronto tendremos que proseguir la marcha, con suerte por el camino encontraremos un lugar en el que descansar.- Para un momento mirando de nuevoel cuerpo del orco caído.- Pero pensándolo mejor, carecemos de suerte... como de casi cualquier cosa.

Todas las hienas llevaban escudo grande de madera, hacha de batalla y vestían un cuero desaliñado, cinco de ellas tenían arcos cortos y un total de 45 flechas entre todas. Llevaban yescas y pedernales, un par de pajarillos recién cazados, una cuerda de cáñamo (4m) y algunas bolsitas con un total de 19 piezas de cobre.

- Enterrarlo? No creo, Gruumsh lo recibirá de cualquier manera - aseguró Briskas - No tiene sentido que nos demoremos por eso - Sin embargo al ver como sus compañeros revisaban a los gnolls y separaban, como provisiones, solo un par de pájaros sonrió para sus adentros - NO, no, se están olvidando de lo más importante... la carne! - señaló los cadáveres de las hienas - Será correosa, pero nos alimentará - comentó mientras sin demasiado respeto por su compañero revisaba su cuerpo desmadejado

Repentinamente se detiene y se encara con sus compañeros - Por cierto, cuando os digo que no permitais que mis arañitas se os acerquen os lo digo en serio, una vez que las llamo no puedo controlarlas... solo puedo hacerlas desaparecer. Si se quedan lejos de ellas es mejor para todos... como aprendió "este" - completa mientras señala al clérigo muerto - Si me hubiera hecho caso estaría vivo - menea la cabeza

Ruzgal vestía una cota de escamas, llevaba una ballesta ligera y 10 virotes en su estuche, escudo pesado de madera, antorcha, maza pesada, mochila, odre de agua, pedernal y acero, petate, saco y el símbolo de Grummsh de madera

 Trash arruga la nariz ante la idea de comer gnoll.

 - La de los humanos es más tierna. Pero no estará de más llevarnos una pierna.- Mirando los cadáveres saca una de las nuevas hachas de batalla y la tantea un poco.- Creo que las cabezas nos serán útiles, por lo menos más que a esas bestias, tal vez sirva para sembrar miedo a los suyos, por lo menos el tiempo suficiente para golpearles primero.

- Las cabezas... Si... buena idea, no creo que al resto de los gnolls le guste descubrir como tratamos a sus compañeros - comenta Briskas antes de enunciar lo que ha encontrado en el cuerpo de Ruzgal - A ver, una ballesta, unos virotes, una maza pesada, una cota de escamas, un escudo pesado de madera. No, no tiene nada que me interese a mi -

Matriorca refunfuñó para sí. Éstas no eran las costumbres, Ruzgal debía ser enterrado. No tenían manos suficientes, así que se podría decir que era una excepción. En cierto modo, ella misma era una excepción a las costumbres, y lo dejó estar.

Tomó los virotes y el odre de Ruzgal. De los gnolls tomó los dos pajarillos y el trozo de cuerda. Zarandeó el cáñamo en el aire y quedó pensativa.

De donde quiera que vengan o en el lugar al que iban, habría un desnivel que pretendían salvar con la cuerda. No cogen prisioneros, no es una cuerda para atar a nadie. ¿O acaso la usaban para colocar trampas y así cazar? No, si fuera así deberían tener provisiones de carne de animales grandes.

Cogió un pegote de barro del suelo y se lo puso sobre la herida que le había hecho el gnoll.

El barro no cerrará tus heridas, Trash, pero evitará dejar un reguero de sangre fácil de rastrear.

Y cuando todos estuvieron listos, siguió guiando al grupo hacia los lagos estacionales.

Pasa una hora, el sol se alza un palmo, registrais los cuerpos y descansais un poco, al menos hasta que vuestras heridas dejan de sangrar. Os colocais en pie, y de nuevo Matriorca a la cabeza, con la mano de visera oteando el camino que tomaréis y señala inequívocamente algo que altera visiblemente el paisaje.

No muy lejos desde el oeste se acerca algo levantando una estela de polvo, seguramente la caravana de la que hablaba PrerrZaff, pero es imposible verlo desde tan lejos, se acercan a buen paso, caminando un rato más hacia el norte podreis interceptarles, aunque si quereis llegar antes tendreis que recorrer la estepa como pájaros, ya que es dificil saber a qué velocidad se mueven.

Atrás queda Ruzgal, a merced de los voraces buitres y cuervos que ya comienzan a preparar el funeral planeando sobre vosotros, aterrizando a escasos metros y esperando que abandoneis el buffet

 Trash mira a sus dos acompañantes, luego otra vez la lejana nuve de polvo.

 - Debemos alcanzarlos, pero antes de lanzarnos al ataque tenemos de ver cuantos son, estamos muy débiles, si llevan guarias será mejor olvidar esta caravana. Malditos perros!

 Se pone en marcha, con las cabezas, unidas por tiras de cuero y restazos de ropas que tenían los gnolls, parece un grotesco racimo de uvas, llenas de crostas de sangre.

Jefe, no llegaremos a tiempo. Si ninguna partida de gnolls sale al encuentro de la caravana, significará que todos los soldados de Greejal han muerto, y la cabeza de Greejal cuelga de tu cuello. Misión cumplida.

Si hay más gnolls de Greejal por aquí, ellos frenarán la caravana para nosotros. No hay porqué correr.

 Trash otea el horizonte y de nuevo a la anciana, vuelve a maldecir.

 - Por mucho que me disguste tenes razón, anciana.- Dice con cierto gesto de dolor en el rostro.- Además estamos menguados y debilitados por el asalto de esos chuchos. Mejor será concentrar nuestros esfuerzos en encontrar un refugio para descansar y sanar nuestras heridas.

 Prece reflexionar un poco.

 - Además, se mire como se mire es mejor así, por lo que respecta a estos gnolls si eran los que nos anunciaron, vaya desilusión, si no lo son, quiere decir posiblemene formaban parte del mismo grupo que Greejal, puede que intenten descubrir que asó con ellos o puede que les den por desertores.

 Mira el paisaje circundante, en busca de acidentes geográficos relevantes.

 - Necesitamos un refugio.

Broskas asiente a las palabras de la anciana y sonríe especulativamente - Exacto... sin apurarnos. Si hay mas gnolls y atacan la caravana esperemos que hagan el trabajo sucio. Si no hay más gnolls... En fin. Por ahora mejor que pensemos en descansar -

Tras pensarlo un momento añade - Claro que tampoco descartaría acercarnos, quizás los humanos y sus posibles atacantes de desangren entre ellos y nos dejan el botín listo para recoger. Antes que un refugio verificaría que pasó allí -

Era inevitable la tirada de Fortaleza xD

Vomitas, algo no estaba bien en ésa carne que comiste, comienzan a darte arcadas y comienzas a expulsar vómitos biliosos hasta que finalmente vomitas la comida ingerida, al menos 5 minutos de náuseas antes de la tortura que supone vomitar tantísimo.

Pierdes un punto de vida, esta noche no recuperarás el punto de vida si no comes

Un par de minutos y actualizo la escena para que puedas vomitar a gusto

Avanzais con calma, oteando con atención el horizonte, observando la caravana avanzar sin ninguna traba, y tan tranquilamente como vino, desaparece en la otra dirección. Nadie ha saltado sobre ella y ha podido seguir libremente su viaje.

Una pequeña traba sin importancia, al menos habeis terminado con los gnolls, algo habeis conseguido

Camináis un rato y cuando el sol comienza a estar en lo más alto encontráis un socavón en la tierra, lo más cómodo que podeis encontrar por aquí, al menos estaréis protegidos del viento que ahora a media mañana comienza a levantarse, no es fuerte, pero arrastra un frío que se clava en la cara como pequeñas agujas, y mirando al cielo podeis ver las nubes violentamente vapuleadas y desmenuzadas.

En vuestra tribu usábais unas tiendas echas principalmente de pieles, pero careceis de materiales suficientes, de todos modos estáis lo suficientemente agotados como para poder dormir largo y tendido incluso en la incómoda y fría tierra

 Una vez encontrado la zona para descansar, Trash se descarga del peso, primero las cabezas, un tanto alejadas y luego las piernas de gnoll, la mochila, el escudo, las hachas de guerra, la suya... Se sienta en el suelo y se recuesta usando la mochila como almohada, luego se incorpora, sacando parte la carne de uno de los muslos, le pasa unos trozos a la anciana y al brujo y da un mordisco a la dura carne que se deja para él.

 - Vijila anciana, o te quedarás sin los pocos dientes que te quedan.- Lanza un leve gruñido.- Pronto comeremos humano, más tiernos y gustosos.

  Come duranto un tiempo, masticando con fuerza la carne y lo tira cuello a dentrocon un trago de agua.

  - Tenemos que hacer guardias, yo estoy muy cansado, haré la última.

 Sin decir más se recuesta primero de panza, pero instantes después, ya sumido en unos profundos ronquidos, se gira sobre el lado derecho y se replega en una posición fetal, parece profúndamente dormido.

Las palabras del "jefe" se pierden ante un espectáculo que no esperabais. Briskas, que se mantuvo en último sitio durante la marcha flexiona su cuerpo y vomita en el medio del campamento - Que... puaj... esa... maldita... carne - traducen sus palabras entrecortadas en orco

- Ese conejo estaba envenenado - consigue decir varios minutos más tarde cuando su rostro vuelve a su habitual tono verdoso - Por eso lo pudistes cazar tan facilmente - señala con el dedo a Matriorca - Debería hacertelo comer - amenaza en vano, dado que no tiene fuerzas para obligar a nada a nadie

- Yo haré la primer guardia. Con este dolor de estómago no puedo dormir. Espero que esa pierna de gnoll no sea tan mala para mi salud como esos conejos - agrega mientras elije una porción de la corva que ha llevado Trash y le da un bocado - Y te despertaré más tarde para que hagas la tuya... aunque deberias hacerlas todas tu... esos conejos... - menéa la cabeza dudando si convocar unas arañas sobre la anciana para que sepa lo que es sentirse envenenado. Finalmente decide guardar sus fuerza para el día siguiente.

Matriorca saca su daga y empieza a filetear la pernera dada por Trash. El jefe siempre tiene razón, y en este caso mejor meterse trozos pequeños en la boca y no perder la dentadura.

Briskas le empieza a recriminar su caza del día.

¡Ni que el muslo de gnoll estuviera mucho mejor!

Sin decir nada sobre las guardias, asiente ante el orco de los bichos. La anciana se tumba en la tierra e intenta dormir lo suficiente hasta que Briskas la llame.

Pasa la tarde tranquilamente, pasan las horas y tan solo se escucha el viento ulular, el gorjeo de alguna perdiz en un matorral alejado y perdido, y el sol rápidamente se establece en lo alto, para comenzar a caer. El tiempo pasa rápido, el tiempo pasa muy rápido aún cuando deseas saborearlo, pasa rápido aún mientras dormís, mientras no sois conscientes de lo que a vuestro alrededor pueda estar sucediendo.

Anochece, comienza a clarear por el enorme manto de estrellas que se extiende sobre vosotros, la fina y dispersa capa de nubes es insuficiente para detener el resplandor de los astros, no obstante, aún sigue habiendo luna nueva, y la oscuridad es suficiente para ampararos con el cariño que necesitais, la oscuridad que os protege, la misma que tanto aterra a los humanos.

Os despertáis y mordisqueais las piernas de gnoll crudas, aunque tal vez, si vais a alimentaros bien, sea más prudente cocinarlas, pero ninguno de vosotros parece dispuesto a encender un fuego. Apenas os estáis desperezando, buscando la comida, preparandoos para poneros las armaduras cuando un montón de ladridos quejumbrosos os hacen aferrar las armas con premura

Asomando la nariz desde el socavón podeis ver más de una docena de gnolls que discuten y gimen lastimosamente, ladridos confusos y mal pronunciados, incluso en su propio idioma.

- Todos muertos, estaban todos muertos, algunos sin cabeza ni piernas

- Fué la tribu del Orco, ¿Verdad Greejal?, vimos un orco, habia un orco allí, hay orcos en Bejayla

- ¿Y de la caravana no hay noticias?

- Ninguna, estamos buscando su rastro para saber por donde pasaron, desde allí no vimos nada

- ¡¡Groaarrrr pienso cojer a esos orcos y empalarles su culo-verde, yo les maldigo a ellos, y a toda su raza!!

- Menuda noche de mierda, vaya plan, un montón han muerto por culpa de Grr.... esos orcos... ¡Malditos sean!

Conversaciones diferentes y desordenadas en el gran grupo que pasa de largo vuestro socavón, del que, sin armaduras, en desventaja numérica, y sobretodo, sin desayunar, creeis más oportuno no dar señales de vida. Escóndete hoy, para luchar mañana.

Pasais un tiempo en silencio, observandoos, seguramente pensando todos lo mismo, tal vez desconcertados, o decepcionados, o desesperados, son muchos, ¿Cuantos más habrá? Finalmente se pierden al oído y la vista dirección norte, y solo queda el cri-cri de los grillos, y toda una noche por delante

 Trash se sacude sin demasiada atención el polvillo que queda del fango que se aplico para cortar la hemorragia de las heridas. Sigue estando muy herido, pero la m uecade dolor no se cruza tan a menudo por su rostro como antes de parar a descansar.

 - El lugar ha sido útil, esta vez hemos vivido.- Dice a nadie en concreto, terminando de quitarse el plovo.

 Tras una pausa corta pequeños trozos de carne y os mastica ofreciendo a los otros por si quieren.

 - Somos pocos, estamos mal equipados y heridos.- Dice mirando a los dos.- Mejor será que centremos nuestros esfuerzos para encontrar un lugar para poder refugiarnos mejor y tal vez podams encender fuego en él sin llamar la atención. No podemos comer solo esta carne cruda. La prioridad ahora es encontrar un lugar donde reponeros y al que acudir posteriormente. Prepararos par apartir.