Entonces, creo que eso es todo, espero que calcule la mejor ruta y luego la extrapola para darme dos rutas opcionales por si hubiera problemas en algún momento. - le digo a Catalina.
Además haremos escala en las Islas Canarias para aprovisionarnos y recoger las tropas. - Miro ahora a Leonardo - Necesito un recuento de todo el polvorín y las armas que embarquemos. Asi como de cuantos hombres disponemos que tengan un buen dominio de armas de fuego, ya que es básico que todo soldado sepa disparar... pero estaría bien contar con diestros tiradores.
Paso a mirar a Don Juan - Quiero a los artilleros listos para llevar a cabo tácticas de combate. Hable con don Fernando para preparar los horarios y los ejercicios. Las maniobras de disparo se realizarán durante el tiempo que permanezcamos en Canarias.
Además llevará a cabo una inspección exhaustiva de los cañones, los arneses, las portillas...
Necesito que nuestros disparos sean precisos, no queremos desperdiciar munición y no les daremos oportunidad a nuestros enemigos para acercarse. Si tiene cualquier idea para mejorar el tiempo de reacción entre disparo y disparo comuníquesela a don Fernando.
Miro ahora a Isabel - Nadie puede negar que este barco es viejo... ha visto demasiados combates, y es por eso que ha estado tanto tiempo haciendo misiones de escolta y patrulla en el golfo.
Necesito estar seguro de que el barco aguantará el viaje, las inclemencias del tiempo, los combates y que ejecutará cualquier maniobra en el mejor tiempo posible... hará una revisión del timón, la quilla, las bandas. Cambie el ancla y pida sogas a la comandancia, tela para las velas, de repuesto y supervisará el refuerzo del casco del barco, así como del puente. Y del buen funcionamiento de las portillas.
Miro ahora a Iñaki - Sé que no hace falta decirte qué tienes que hacer - le dice con confianza - así que añadiré a los recursos de que dispones una jugosa suma para alimentos y bebida. El refuerzo del casco seguramente reduzca nuestra capacidad de carga asi que prefiero calidad antes que cantidad.
Una tripulación bien alimentada rinde mejor.
Finalmente me giro encarandome a don Fernando - Como contramaestre supervisará a cada uno de los oficiales y le solicitaré un informe antes de la partida del Arcangel del puerto de Cadiz, un nuevo informe a la llegada de las Canarias y por supuesto cada día de nuestra estancia allí hasta nuestra partida en dirección a la Española.
Además, usted, Leonardo y yo nos encargaremos de realizar un adiestramiento y entrenamiento previo a las tropas de refuerzo. Quiero estar seguro de con qué contamos.
Por último, necesitaré un informe semanal del estado de nuestro barco, ya lo he dicho, es viejo. Y uno mensual de los recursos de que disponemos, materiales, polvorín y alimentos. - y añado antes de que se me olvide - Y les veré a usted y a doña Catalina diariamente para revisar las cartas de navegación y la ruta.
Cruzo los brazos a la espalda - Pueden retirarse... - y en el ultimo segundo agrego - Salvo usted, señorita Santamaría.
Leo se pone en pie saluda y sale de la habitancion.
El recuento del que habal en Capitan esta echo desde hace mas de 3 semanas.
Sabe de lo que dispone el barco y sabe lo que la comandacia esta retrasandose en traerle. Asi que ese mismo dia, ira a reclamar el material, y lo llevara a el barco, como si ha de hacerlo el mismo.
Pero por dentro se sorprende, y se alegra de que tanto el Capitan como el hayan pensado en lo mismo. Pensaba entrenar a las tropas, necesita que esten perfectamente entrenadas, y no solo en el manejo de las armas, sino coodinadas entre ellas. Odia los accidentes, y no quiere tener a un soldado despistado. Asi que les exigira lo mejor de si mismos. Igual que se exigira el. Pero le reconforta saber que el capitan, que es un increible esgrimista, la apoyara en esas tareas. Sin lugar a dudas, el tambien puede aprender algo en este vieje.
Va camino del polvorin. Sabe de cada arma que hay dentro. Pero aun asi no quiere dejar margen de error. Hoy volvera a comprovarlo todo. Aunque no duerma.
En cuanto el capitán termina de hablar, Catalina hace un gesto de asentimiento y sale hacia cubierta con uno de los libros de navegación recién comprados bajo el brazo y un cuadernillo para tomar notas, se sienta en un lugar donde no haya mucho ruido y no moleste a nadie y, estudiando y apuntando, espera pacientemente a que el cuarto de derrota quede libre para poder comenzar verdaderamente con su tarea, aunque no puede evitar ir haciendo cábalas mentales sobre las rutas a seguir.
¿Calidad antes que cantidad? ¿A qué calidad se refiere? Esa palabra es muy peligrosa en terminos culinarios; creo que la idea está en la vaiedad. Eso variedad. La tripulación estará bien alimentada y no se aburrirán comiendo todos los días lo mismo. ¡Ese es el truco! Imagino que la vida en el barco puede llegar a ser muy monótona, como para que, llegado el momento de comer, tengan todos los días más y más de lo mismo. Eso sería terrible. Sin embargo, si todos los días les sorprendo con algo, subirá la moral de nuestra tripulación y estarán bien nutridos sin ningún lugar a dudas. También necesitamos un par de gatos, las ratas deben criarse bien gordas en EL Arcangel.
¿Ratas, dije ratas? mmmmmm
Sorprendida espero de pie a que todos salgan de la estancia para ver qué necesita de mí el capitán.
Mientras pienso que todo lo que me ha pedido lleva tiempo revisado, pero hoy mismo volveré a mirarlo y pediré el material que necesito, así como el que el capitán ha solicitado.
La escena de la "Bronca" vendría a continuación del fin de esta escena.
posteemos nuestra respectiva salida, y marca a Catalina que se queda afuera esperando.
Bueno parece ser, que Don Fernando comentó mi idea al capitán. Ya es tarde así que iré a comunicarles a los suboficiales que mañana tengan lista a la gente para los ejercicios, espero que unos cuantos de ellos sepan leer y escribir para enseñarles algo de tiro.
Con su permiso mi capitán- digo tras levantarme y saludar.
Me encaminó hacia la segunda cubierta.
Salgo de la estancia con la cara desencajada, me voy hacia mi camarote, necesito descansar despues del largo viaje.
Catalina... la saludo claramente angustiada.
Al cabo de unos minutos salgo. Serio, con el gesto severo. Saludo a Catalina - Todo suyo. - y me alejo en dirección al mío.
Hola, Isabel... ¿cómo ha... No me da tiempo a terminar la frase y ya mi amiga me ha dado la espalda y pone rumbo a su camarote con rapidez, parece que no tiene muchas ganas de hablar... mi rostro se entristece un tanto.
Todavía estoy pensando en ello cuando de pronto me topo con la figura de Don Rodrigo, que entreveo no está de muy buen humor, me dedica dos palabras y un gesto, a lo que yo respondo gracias, señor. Me quedo allí barada unos segundos, mirando ambas espaldas y pienso, la tenemos buena... Salgo de mi encallamiento dando carpetazo al asunto y sin mayor pérdida de tiempo me interno en el cuarto de derrota.
Don Fernndo se levantay se cuadra con gesto marcial y se dispone a salir del camarote.
Primero un buen baño y luego se pondría manos a la obra.
Creo que esta escena ya se puede cerrar, espero a que los demás digan algo, pero me da que todo está bastante completo.
En mi cuarto tomo un baño, me pongo de nuevo mi uniforme y me dirijo a revisar lo que el capitán me ha pedido.
por mi se puede cerrar ya.
Al día siguiente por la mañana.
¡¡Zafarrancho de combate!! ¡Todos a sus puestos!
Las dotaciones se dirigen con rapidez a sus respectivas piezas mientras los cabos encargados de la pólvora surgen de una de las portillas.
¡¡Montejo muevete coño, que no estas llevando huevos, joder!! ¡¡Arenzano, esparce el serrín por la cubierta!!
Finalmente tras muchos más gritos y golpes de los sargentos, todos los cañones estan listos para disparar sobre el imaginario atacante.
He tenido que girar tres veces el reloj de arena, no esta mal, pero necesitamos mas velocidad.
Escuchadme, os habeis movido como viejas artríticas, a estas alturas el enemigo nos habría pasado por la piedra a todos. No os preocupeis, tendremos mucho tiempo para corregir eso.
Sargento Pedrell, tras el rancho me reuniré con todos los suboficiales para enseñaros algunos rudimentos teóricos sobre el tiro.
Venga, vamos a repetir el ejercicio....¡¡Zafarrancho de combate!!
Transcurre la mañana y la tarde.
Ya tengo todos mis enseres en el barco, y aunque no estoy de guardia prefiero pernoctar en el barco para acostumbrarme a el y por que ya no me quedan conocidos en Cádiz.
Una vez en mi camarote, tras ponerme comodo, saco la flauta y comienzo a ensayar las partituras del Orfeo.
Es que me aburría un poco.