Sí, capitana. Al verse descubierto, Markus acató la orden con desgana. Tras guardar su cinta en uno de los bolsillos, se acercó a Vargo y se agachó junto a uno de los cubos y empezó a esparcirlo con muchísima tranquilidad, mirándo de reojo a Mery para ponerse a trabajar con más garbo cuando ella estaba atenta, para que no notase las pocas ganas de limpiar que tenía.
Tras cederle a su capitana lo que había encontrado, volvió al trabajo.. al que al poco rato se juntó Markus - Jujuju.. ¿qué haces aquí, pirata herido? jujuju.. - le comenta con sarcásmo y aguantándose la risa
En silencio observo la escena esperando a que Crow haga su examen sobre el trozo de plano que encontró Markus. Pero con el rabillo del ojo, presto atención a mis compañeros. Los cuales, parece que se divierten baldeando la cubierta.
Finalmente me giro y, con una leve sonrisa, digo.
Vamos. Acabad con eso y prestad atención. En cuanto nuestro compañero el navegante exponga sus conclusiones, cuantos mas seamos para pensar sobre el asunto, mejor.
Me giro entonces y mirando a nuestra capitana añado.
Aunque claro. La capitana ya sabe cuales van a ser mis conclusiones.
Y me encojo levemente de hombros.
¿Un pirata supremo?. Si realmente existe alguien así, creo que estamos tardando en ir a destriparlo.
Yo nada, mirar como limpias, porque otra cosa... Bromeó Markus con su compañero mientras seguía atento a la capitana, quien parecía ocupada.
¡Tu cállate y ven a ayudarnos, cabrón! - le grita, puesto que Vries le ha interrumpido mientras se estaba riendo y, encima, con sarcásmo..
Ah, pensaba que eras tu el que limpiaba.. porque yo desde luego.. no lo estoy haciendo.. ¡Jajaja! - le comenta de modo que solo pueda oirlo él para luego hechárse a reir otra vez.
Y ahora es mi carcajada la que se oye por toda la cubierta de nuestro navío.
Y mirando de nuevo al par de limpiadores, añado.
Daos prisa con eso. Tenemos asuntos mas importantes que tratar.
Peter, el mecánico y manitas del puerto, se va hacia la ciudad, repitiendo mentalemente las cosas que el pirata le ha dicho.
Parece que el pirata ese sabe bastante de barcos...
- Creo que tendré que hablar con él para intercambiar ideas. -
Cojo lo mapas y los examino concienzudamente...por todos los lados, aparte de como se "leen" normalmente.
Mi cara con la ceja levantada y una mano ocupada esporadicamente para beber un poco de Ron de mi petaca.
Tirada: 1d20
Motivo: navegación
Resultado: 13
Observo el detenido examen que hace nuestro navegante del plano que encontramos. Y también observo con una sonrisa como, de manera totalmente automática, va metiéndose un sorbo tras otro de ron.
Y mientras esperamos las conclusiones que pueda sacar, yo me acerco a nuestra capitana y digo.
Señora, creo que sera adecuado pedir tres barriles de ron por lo menos. Pues creo yo, que es muy posible que acaben siendo necesarios.
El tiempo pasa deprisa...
Vargo y Markus terminan de limpiar la cubierta sin esforzarse demasiado, ya que piensan que cuando estén en altamar, la lluvia hará el resto. Peter y el otro Peter, que regresó de la ciudad con los repuestos, comienzan a hacer las reparaciones necesarias del barco, mientras que el pirata Crow mira con detenimiento los dos pedacitos de mapa que habéis encontrado todo, con la atenta mirada de la Capitana que no les saca ojo de encima.
Crow descubre, pese a no tener idea del lugar que indica el mapa, que ambos pertenecen a uno mucho mas grande, es decir, ambos son parte del mismo mapa. Observando con detenimiento, Crow llega a la conclusión que el mapa consta de 5 pedazos, dos de los cuales están en su poder.
Recostado sobre la baranda por donde Vargo había lanzado los cadáveres, Raven esperaba pacientemente el próximo movimiento que planteasen el Navegante o la Capitana con respecto a los mapas o la entrega del ron.
Mientras, hacía un apaño en la cinta rota y se la ató de nuevo cuando estuvo satisfecho con el resultado del arreglo.
Bien...Interesante. Aun así, sea lo que sea, ahora lo primero es ir cuanto antes al puerto a recoger el resto de tripulación y el ron... Se pasó una mano por el pelo, intentando desenredar algún que otro entredo en sus rizos.
Se volvió hacia el resto y se asomó, preguntando a ambos reparadores si necesitaban ayuda. Permanece atenta, quizás no le han escuchado a causa de estar atareados...Así que simplemente espera apoyada ne la barandilla.
Me ocupo junto a mi tocayo de ir estibando los repuestos pedidos en la bodega de nuestra nave. Ya hemos bajado a través de la escotilla usando el cabestrante las velas y las cadenas de repuesto.
De nuevo, baja el cabestrante ahora cargado con barriles de comida, agua y las cuerdas y jarcias.
Me asomo a través de la escotilla y observo como mi tocayo va asegurando la carga en la bodega situada en la tercera cubierta. Asiento satisfecho y miro entonces en dirección a la capitana.
Señora, casi hemos terminado aquí. En cuanto este otro Peter salga, asegurare la escotilla y estaremos listos para zarpar.
Y nada mas decir esto, me giro para ver como el otro Peter sale de la bodega trepando por la escala de cuerda.
Alzo el cabestrante y aseguro la maroma con un triple nudo. Cierro la escotilla y corro los dos cerrojos de bronce que la aseguran.
Hecho todo esto, me aproximo a la capitana y añado.
Podéis dar la orden de levar anclas cuando os plazca, capitana.
Tras varias horas de trabajo de los dos Peter´s y de los demás, el barco se encuentra en perfectas condiciones para salir a navegar sin ningún problema. En ese momento, comenzáis a ver como por el camino que desciende de Kingston, comienzan a bajar hombres cargados con fardos y bolsas. Al parecer, han llegado las compras de la ciudad, pero no hay ni rastros de vuestros compañeros.
Unos chinos se acercan al barco, diciendo que las bolsas que portan son para el Doctor Spade y que deben ser guardadas en un lugar fresco y sin que le de la luz directa del sol.
Cuando el último de los cargadores termina de entregar la mercancia en vuestro barco, véis la silueta de los cuatro hombres que faltan, bajando lentamente la pendiente que lleva a la ciudad, junto con el sol de la tarde, que ahora se oculta en el mar, tornando todo con un color rojizo.
Al poco tiempo, ya os encontráis todos juntos sobre el barco y comenzáis los preparativos para zarpar.
Un criado del gobernador viene junto con uno de sus guardaespaldas y se acerca a la capitana. El criado le explica que su patrón no puede presentarse por que se encuentra muy enfermo, pero que aún así, un trato es un trato y le entrega un pequeño cofre con el adelanto del trabajo, y le recuerda que si quiere recibir lo que falta, debe entregar a tiempo el cargamento. Acto seguido, se va sin decir una palabra.
PASAMOS A LA NUEVA ESCENA