Aquí vamos a empezar a crear vuestra nave para que navegéis. ¿No queréis crear la nave super destructora de barcos?
GALEON
Del mismo modo que la fragata y el bergantín, el galeón surgió como una variante de menor tamaño de la galera, como se deduce de los Annali Genovesi que mencionan galeones de 80, 64 y 60 remos, que se usaron por su velocidad y maniobrabilidad en misiones de descubierta en los siglos XII y XIII. Es muy probable que en tiempos de las cruzadas galeones y galeotas fueran el mismo tipo de embarcación. Posteriormente el término se usó para denominar embarcaciones sólo de vela. Aunque está documentado que los venecianos usaron embarcaciones de guerra sin remos en tiempos tan remotos como la Batalla de Durazzo en 1081, las flotas de combate fueron siempre de remos hasta que los descubrimientos y las nuevas rutas del siglo XV exigieron nuevas embarcaciones para cubrir las largas distancias. Las proporciones de los buques del siglo XIV se obtenían a partir de la vieja fórmula catalana tres, dos y as, es decir, eslora triple que la manga y ésta doble que el puntal, para el galeón se pasa al 4:2:1, algo más corto y ancho que una galera y más largo y menos alto que una nave, si bien esta altura era elevada considerablemente por la presencia de un considerable acastillaje (cubiertas y estructuras elevadas usadas como plataforma de tiro) a proa y a popa, característica que heredaron de las galeras, pero el elemento más característico que conservaron de éstas es el espolón que se prolonga en el largo bauprés, aunque ya desprovisto de su función ofensiva y sin refuerzos de hierro, pasando a convertirse progresivamente en beques; plataforma abalconada desde la que se maniobra la jarcia de la proa y que alberga los jardines o letrinas de la tripulación. En un manuscrito veneciano del siglo XVI se describen las dimensiones de un galeón: eslora entre perpendiculares 41,3 m, eslora en la quilla 30,5 m, manga 10 m.
El galeón fue en su versión definitiva un buque más largo y estrecho que la nave y más corto y ancho en proporción que la galera, generalmente de menos de 500 toneladas aunque algunos como los galeones de Manila podían alcanzar las 2000 t. El número de palos variaba con la época, siendo en los galeones antiguos grandes típicamente de cuatro, trinquete, mayor, mesana y contramesana o buenaventura, con velas cuadras en el trinquete y mayor y latinas en los otros dos. Los palos de mesana se inclinan hacia popa hasta mediados del siglo XVII. No se usan velas cangrejas ni de cuchillo. A esto se solía añadir una cebadera en el bauprés y en buques grandes también un tormentín. El velamen tiende a fraccionarse con respecto a buques anteriores del mismo tamaño y se mejoran los aparejos de la jarcia de labor. También se fraccionan más los palos añadiendo masteleros y mastelerillos, innovación introducida por los flamencos en 1570. Las cofas reducen su tamaño. A partir del siglo XVII el bauprés se desplaza hacia atrás desde la parte delantera de la roda, situándolo detrás de esta, a través de una fogonadura de la cubierta. Desde 1620 se coloca una vela cuadra en el palo de mesana sobre la latina, a estos barcos se les empezará a denominar fragatas (si bien difieren mucho de lo que se llamará con el mismo nombre a partir del siglo siguiente).
Un documento fechado el 31 de Agosto de 1602 habla de galeones de Candía (Creta) con velas latinas en los cuatro palos, aunque probablemente se tratara de grandes jabeques y no de auténticos galeones. La arboladura se fue simplificando progresivamente a sólo 3 palos en ejemplares más recientes, que fueron evolucionando hacia lo que posteriormente sería el navío de línea.
El casco también sufrió modificaciones respecto a la carraca, reduciendo el arrufo y sustituyendo la popa redonda que persistía en muchos grandes buques, por el espejo plano. La manga era ancha en la línea de flotación y tendía a estrecharse, con las amuras inclinadas hacia adentro, dando de este modo una estabilidad que permitía instalar artillería más pesada. Para bajar el centro de gravedad se rebaja en ocasiones la parte trasera de la cubierta inferior para compensar el arrufo que hacía subir los cañones montados en esa parte. También se generaliza el uso de portillos al instalar los cañones en una posición más baja, cerca del centro de gravedad. Por otra parte, el castillo de proa se desplaza hacia atrás de la roda, reduciendo el riesgo de que la presión del aire hiciera zozobrar la nave y facilitándole ceñir el viento (navegar con viento de cara).
Los galeones se construían con maderas nativas europeas, ya que las maderas tropicales, de cualidades superiores, aún no se habían ensayado para la construcción naval en Europa. Generalmente se usaba roble para la quilla, las cuadernas y otros elementos estructurales, pino para los mástiles y vergas y diversas maderas para el forro. Este solía realizarse a tope (con las tablas colocadas consecutivamente), aunque en algunas naciones del norte de Europa se usó en ocasiones el sistema de tingladillo, con las tablas solapadas.
Una importante mejora introducida en los galeones fue la prolongación vertical de la caña del timón. Antes de ésta el timonel se veía obligado a maniobrar la caña desde el interior de la obra muerta, sin ver las velas y guiándose con aguja o por las indicaciones dadas por un oficial desde cubierta. Sin embargo tras esta mejora el timonel tenía a su vista las velas, cosa importante en la navegación de bolina (contra el viento).
Aunque se suele considerar un invento español, parece ser que a principio del siglo XVI Francisco I de Francia había ordenado la construcción de cierto número de nefs-galères o galions. Igualmente entre las naves armadas de la Orden de Malta figuraba un galeón que tomó parte en el asedio de La Rochelle en 1628 en tiempos de Luis XIII, con el nombre de Galeón de la Religión. En su Testament Politique el Cardenal Richelieu, padre de la marina francesa escribe si Francia es fuerte en galeras y galeones entonces los españoles no podrán navegar sin riesgos por ninguna parte. Sin embargo a partir de 1671 en Francia no se cita ningún galeón en las listas navales, ya que este tipo de naves pasan a denominarse símplemente vaisseaux (bajel o navío).
BERGANTIN
Un Bergantín es un barco, generalmente de dos mástiles, con todo su aparejo formado por velas cuadradas; es decir, velas dispuestas en los mástiles colgando de vergas transversales respecto al eje longitudinal de la nave (el que va desde la proa hasta la popa).
El bergantín aparece en la segunda parte del siglo XVII y se empleó de forma generalizada hasta el siglo XIX. Se caracterizaba por la gran superficie vélica que era capaz de desplegar para su desplazamiento, de hasta 600 toneladas, siendo los bergantines buques extremadamente rápidos y ágiles en la maniobra, y apropiados para tráfico entre continentes.
Los bergantines fueron empleados como buques para tráfico mercante, pero también como corsarios, gracias a su gran velocidad, que les permitía escapar de navíos y fragatas, y alcanzar a toda clase de tráfico mercante. De esta forma las armadas incorporaron a su vez el bergantín, que portaba normalmente hasta una docena de piezas en cubierta, para exploración y lucha contra la piratería.
El bergantín-goleta es un buque de dos o más palos, que lleva un velamen mixto entre el del bergantín y el de la goleta; usualmente velas cuadradas en el trinquete (el mástil más próximo a proa) y el resto de los palos con velas de cuchillo. Otro derivado del aparejo de bergantín es el bricbarca, buque de tres o más palos con los dos primeros de aparejo cuadrado al estilo del bergantín y el resto de cuchillo, disposición usual en las corbetas. Por ejemplo, el Juan Sebastian Elcano, de la Armada española, es, por su velamen, un bergantín-goleta.
FRAGATA
La fragata es un buque de guerra con un desplazamiento de entre 3.000 y 5.000 toneladas, concebido para actuar en misiones de guerra naval, aunque puede disponer de sistemas para actuar como buque de apoyo en otras misiones.
El término fragata es muy anterior a la navegación a vapor y a las escuadras de naves blindadas de la segunda mitad del siglo XIX. Desde el siglo XVII las fragatas eran buques de tres palos, más ligeras que los navíos de línea que formaban el núcleo principal de las escuadras de vela, y que disponían como máximo de dos cubiertas y por lo normal artillada solo una o todo lo más con una pequeña batería en la segunda y con un número total de piezas que raramente excedía de 30, aunque en algún caso llegaba a 50.
Su misión en la época de la vela era muy parecida a la del crucero protegido o ligero de finales del XIX: proteger el tráfico mercante ultramarino, siendo muy importante su participación en la lucha contra corsarios por su velocidad; atacar el tráfico del enemigo en caso de guerra y en las unidades más grandes y mejor preparadas combatir en auxilio de los navíos de línea; desempeñaba una importante misión destacada en exploración por delante y los flancos de la armada en una época en la que no existían radares ni radios para enterarse de dónde podía estar el peligro.
Desaparecidas a mediados del XIX, en la Segunda Guerra Mundial vuelve a denominarse de esta forma a un tipo de nave algo más pequeña que el destructor, de 1.500-2.000 toneladas, y que, mientras el destructor crecía y asumía más roles, la fragata se mantenía especializada en lucha antisubmarina, como los destructores de la Primera Guerra Mundial.
Tras la guerra se pasó a designar como fragata a cualquier buque hasta el tamaño de un destructor (aunque normalmente son algo más reducidas) y especializado en una misión, aunque pueda llevar sistemas para misiones secundarias. En las flotas europeas, las fragatas se popularizaron durante la guerra fría en tareas antisubmarinas y antiaéreas para proteger la flota. Incluso los norteamericanos construyeron fragatas, por ser más baratas que los cruceros y acorazados e ideales para tareas de escolta de portaaviones, como la famosa clase antisubmarina Oliver Hazard Perry, diseño vendido a varias marinas del mundo. En el caso español, por ejemplo, utilizado para las seis naves de la clase Santa María con capacidades de defensa antiaérea de corto y medio alcance y empleadas como escolta para el portaaviones Príncipe de Asturias.
La frontera entre fragata y destructor es bastante borrosa y muchas de las naves que en Europa se llaman fragatas multifunción se podrían denominar sin exageración destructores, dependiendo de la apelación que decida adoptar el constructor.
CARABELA
Una carabela es una embarcación a vela, ahora en desuso, ligera, alta y larga –hasta 30 metros–, estrecha, de aparejo redondo o latino y contaba con tres mástiles, sobre una sola cubierta y elevado castillo de popa; navegaba a 5,83 nudos ( unos 10 km /h). Gracias a estas características pudo afrontar con éxito los viajes a través del océano. Fue inventada por Portugueses y utilizada por españoles y portugueses en los viajes de exploración durante el siglo XV. Fue diseñada en la Escuela de Navegación de Sagres, fundada por Enrique el Navegante a principios del siglo XV.
Con este tipo de velamen, el pilotaje de una carabela requería mucha más destreza y conocimiento que con las embarcaciones más comunes de finales de la Edad Media y principios del Renacimiento, de las cuales la principal era la carraca o nao. Ello conllevaba una mejora significativa de la maniobrabilidad con cualquier tipo de viento; sin embargo, este tipo de vela no permite aprovechar al máximo el viento de popa como lo hacen las velas rectangulares.
Es muy probable que las carabelas hayan evolucionado de los dhows árabes cuando éstos se introdujeron en la Península Ibérica durante la ocupación musulmana.
En un principio las carabelas se utilizaron como embarcaciones pesqueras. Dada sus cualidades marineras así como por los avances en la construcción naval de los astilleros portugueses y españoles, sus prestaciones se extendieron a la carga y la exploración de nuevas tierras.
Cristóbal Colón descubrió América en 1492 a bordo de una nao, la Santa María, que servía de buque nodriza junto con las carabelas La Pinta y La Niña, de alrededor de 20 m de eslora por 7 m de manga.
En los años posteriores al descubrimiento y la conquista de las Américas, las carabelas fueron cayendo en desuso en la medida que aparecieron nuevos tipos de embarcaciones, especialmente los galeones, los cuales tenían como precedente a las naos y carracas; pero con enormes mejoras en sus prestaciones, especialmente en cuanto a capacidad de carga, resistencia y maniobrabilidad.
Empezaréis con una Carabela vetusta, que pertenecía al difunto marido de vuestra capitana, el cual lo heredó de su padre y así.
El barquito flota y se encuentra en buen estado, pero antes de empezar, podéis mejorarlo un poco. Paso a explicar los puntos que tiene cada barco y luego cuanto valen las mejoras.
Carabela: SIN NOMBRE.
PV: 1000.
Velocidad: 5,83 Nudos (10 Km/h).
Largo (Eslora): 30 metros.
Ancho (Manga): 8 metros.
Armamento: 10 Cañones, 5 en cada lado.
Cubiertas: 1.
Castillo de Proa.
Material: Madera.
Mastiles: 3.
Almacenaje: Medio.
MEJORAS:
Velamen:
NV 1: Adquirido.
NV 2: 300 PC. (+2,41 nudos, 5 Km/h.)
NV 3: 500 PC. (+2,41 nudos, 5 Km/h.)
NV 4: 1000 PC. (+2,41 nudos, 5 Km/h.)
Construcción:
NV 1: Adquirido.
NV 2: 300 PC. (+500 PV)
NV 3: 500 PC. (+500 PV)
NV 4: 1000 PC. (+500 PV)
Almacenaje:
NV 1: Adquirido.
NV 2: 300 PC. Medio-alto.
NV 3: 500 PC. Alto.
Castillo de Proa:
No se puede mejorar.
Armas:
NV 1: Adquirido.
NV 2: 300 PC. (+20)
NV 3: 500 PC. (+20)
NV 4: 1000 PC. (+20)
Cañones adicionales:
16 libras: 100 PC.
24 libras: 200 PC.
32 libras: 300 PC.