Partida Rol por web

Blake y Tate llegan a la plaza, pueden ver como Miru va de camino al ayuntamiento, aunque está lo suficientemente lejos como para que aún gritando su nombre no os oiga. La plaza es como un parque circular, con algunas casetas blancas para protegerse de la lluvia y donde poder pasar una agradable tarde merendando.

Lo que os sorprende es lo vacía que está para lo grande y bonita que es, pues solo podéis encontrar una Braixen que deambula por la plaza con cierta cara de preocupación.

Tate, en compañía del Treecko, exploraban la desértica plaza. No dejaba de verse las manos de forma reflexiva -En verdad nos convertimos en Pokémon- le comenta.

Cuando levanta la mirada ve, a lo lejos, a Miru; ese extraño Pikachu con sombrero que había confrontado hace rato y que, de repente, se había vuelto amigable con ellos. Agita su cabeza para aclarar sus ideas, y se dispone alcanzarlo para hacerle varias preguntas sobre lo que estaba ocurriendo.

-Voy a por él, quiero hacerle algunas preguntas- Le comenta su plan a su verdoso amigo.

Tate se proponía alcanzar al Pikachu, pero este se ve obligado a detenerse cuando toma su interés una Braixen, que se encontraba deambulando por la plaza en solitario y que denotaba una evidente cara de preocupación. Vuelve la mirada hacia la dirección del ayuntamiento, sin embargo ya había perdido de vista al Pikachu, así que sin más decide acercarse a la Braixen.

-Te ves algo preocupada, sucede algo?- Le pregunta, sin mucho tacto a la Braixen.

Caminando por el lugar, le parecia extraño que estuviera igual de solitaria que por la noche, casi se sentia como un pueblo desierto, al escuchar a tate observa tambien sus verdes manos color pasto - lo se, es como de locura ¿no? Normalmente uno pensaría en ser entrenador pokemon, no en pokemon - le responde.

De prongo observa al pikachu correr a toda potencia y salir disparado a tate tras el, mientras tanto observa un braixen caminando preocupadamente, por lo cual se acerca a hablar con el -¿ te sucede algo? Pareces bastante... Preocupada? - comenta mientras observa volver a su energético compañero y escucha preguntarle lo mismo - que rápido eres - dice al soprenderse verlo andar de haya para acá.

¡Oh! Unos apuestos y fuertotes pokémons. - dice observando la virilidad que desprendíais. - La verdad es que si, ando buscando el club de aventureros, me acabo de mudar a este sitio y tenía entendido que allí habrían pokémons bastante fuertes que podrían llevar las cosas a mi mansión, que me la han dejado tirada de precio. - parecía que Doña Moña no entendía que al desaparecer el club de aventureros, el pueblo se quedó casi vacío y por ello compró la casa tan barata. - ¿No sabréis por casualidad donde está ese club de aventureros? Me gustaría dejar una misión en su tablón de anuncios.

-Un club de aventureros? Mmm... donde escuche algo parecido- Tate se rascaba el mentón pensativo, tenía la idea en la mente pero se le había escapado.

-Tu sabes algo de eso, este...- Voltea la mirada hacia el Treecko -Hey, como te llamas?- Le pregunta señalandolo y con el ceño fruncido, en una expresión de duda.

Gremio? Es por haya señorita, venimos de ahí de echo, prácticamente somos parte de el he he - digo mientras me rasco la cabeza - llamame blake, esto... Tate? - respondo pensativo - a propósito señorita, antes de mudarse aquí ¿escucho algo de este pueblo o algun problema que fuera muy preocupante por los pokemon? Podría decirse que no somos de por aquí tampoco ... Y posiblemente de la región - dice mientras observa a tare con cierta pena o preocupación. 

Muchas gracias caballeretes. - dijo ante las indicaciones de los chicos. - La verdad es que no tengo ni idea de este pueblo, me acabo de mudar, lo único que sé es que el precio de las casas está tiradísimo ¡y yo me he hecho una mansión ho ho ho! - esa risa, por alguna razón, os recuerda a Maxwell, por lo que no podéis evitar sentir un ligeros escalofrío. - Quizá si preguntáis por las residencias, los aldeanos sepan algo. Bueno voy a poner mi anuncio en el tablón del club de aventureros, nos vemos preciosos. - os lanzó un beso a cada uno y se dirigió hacia la base de operaciones, dejándoos solos en la plaza.

-eso fue... interesante, quizás algun aldeano sepa algo como ella dice tate - dicho esto se dirigió a tocar la primera puerta que vio, pensando que en caso de no abrir seguiria tocando otra, en alguna debía de haber algun pokemon que decidiera quedarse aquí.

Era gracioso que ni siquiera se percato el momento en que recorgio un pedazo de hoja que llevaba en su boca, creo que sus institos de treecko funcionaban a la perfección. 

En tanto se fue la Braixen, Tate quedo con una cierta curiosidad por lo que estaba ocurriendo, ahora no solo quería descubrir el por que se convirtió en un Riolu, sino tambien queria saber que había sucedido en esa pequeña y solitaria ciudad Pokémon -Quizás. Vamos a las residencias- Le propone a Blake más como una orden, aunque sin mala intención. 

Seguido, y luego de hacer una rápida ojeada al ayuntamiento, se dirige a la zona residencial.

Llegáis a la plaza, la cual desde vuestra llegada, tiene algo más de vida pues el pueblo no es muy grande y la gente que lo habitaba, poco a poco se ha ido yendo. Dit decide seguiros, parece que le apetece pasear con vosotros. Ya en la plaza podéis ver a Naminé y a Christian en la tienda Keckleon, aunque parece que están a punto de irse. Por la ventana de la biblioteca podéis ver como Jacobo y Tate hablan con la recepcionista. Por último Dit se pone a hacer unas poses muy raras, parece que quiere ir a entrenar su flácido y elástico cuerpo.

-Hemos llegado y Ditt está con nosotros, ha le tome cariño. Lo mire mientras lo veo hacer poses raras.

-El pequeño quiere entrenar y vos quieres ver qué podemos comprar?

Caty observaba los curiosos movimientos de Dit, que parecia querer entrenar, pero su atención se la llevó Drake por completo cuando mencionó las compras. Sus colas empezaron a moverse de lado a lado lentamente. Estaba contenta, ¡nunca habia ido de compras!

- Vale, vamos a la tienda. - dijo Caty disimulando su entusiasmo. Así de paso saludarian a Naminé y a Christian. - Dit, ¿te vienes? - preguntó Caty al Ditto.

Dit se sube encima de Caty, parecía que no le apetecía mucho ir a comprar, pero tampoco quería quedarse solo, así que se dejó llevar por la Vulpix, pues su pelaje y cuerpo eran cálidos.