La turba, cabreada ya por no entender la situación y no tener todas sus cosas de vuelta, preguntó de muy mala gana - ¿Qué demonios pasa aquí? ¿Dónde están nuestras cosas?
Blake abraza al pobre ai pon pon para consolarlo - no te preocupes, todos cometemos errores pequeño amigo, yo te cuidare lo prometo - de repente una turba enfurecida encabezada por maxwell se abría camino, no sabía si sentirse agradecido de que hubieran llegado si los "primos" lo estuvieran matando o temeroso de que lo fueran a matar a él - quédate detrás de mí - le dice al pequeño aipom - ¡Tranquilos todos! ¡Hemos encontrado sus objetos, unos primeapes se los han llevado y se han ido por ahí -dice señalando el camino que estos tomaron - no deben estar muy lejos de aquí y aunque escaparan, tenemos a alguien que nos ayudara a encontrarlos! No hay necesidad de que se molesten, la situación esta controlada, dije que recuperaria sus pertenencias y las voy a encontrar! - el sudor recorría su frente y un frío helaba su espalda, pero defendería lo correcto.
Se edito mal el texto en una parte jaja espero se entienda
La Baronesa de Maxwell encabezaba aquella turba enfurecida hacia aquel grupo; pese a que se sorprendió un poco al ver al macaco morado junto con su compañero, así como la desaparición de las otras dos criaturas musculosas; no le dio la más mínima importancia, con su dedo acusador señaló al mono morado.
-¡Él es el ladrón! -Dijo con una sonrisa- ¡Me importa poco acerca de con quién estaba trabajando, o si lo que está ocurriendo ahora es cierto o una vulgar actuación, él fue el que entró a robar a vuestras habitaciones!.
La Baronesa de Maxwell había sido contratada para encontrar al ladrón, no para desarticular una mafia o entrar en problemas familiares de nadie; y así lo había hecho. Por lo que dejando que la turba se adelantara, esta se giró y caminó de vuelta a las residencias. Su trabajo había finalizado.
La turba vio la escena que estaban representando Treecko y Aipom, la cual era una perfecta recreación de "La piedad" de Miguel Ángel. Tras las palabras de Maxwell no dudaron ni un segundo en ir a darle más de hostias al mono morado, pero al acercarse distinguieron el pañuelo morado que este portaba al cuello. Nadie se atrevió a ponerle un dedo encima, pues todos entendieron que no debían hacerlo. - Estáis locos. - dijeron refiriéndose a Maxwell y a Blake y tras eso se retiraron, con bastante miedo reflejado en sus caras.
Al volver con Doña Moña, ni os mira, pues está ocupada arreglándose las uñas, le contáis el desenlace y con un ligero "Meh" os entrega el dinero, después de todo ella lo único que quería era que limpiarais su nombre. No sabíais que hacer con Ai Pon Pon, por lo que decidís llevarlo a base y que lo juzgue el propio Miru.