Partida Rol por web

- Un viaje duro.-

Dijo el Bith al respecto de lo tardar en salir. Para luego acercarse al tipo con la mano dentro de su zurrón.
Uno del que con la misma salía una granada que unos créditos.

Hurgo dentro y saco el dinero que hacia falta.

- ¿Se sabe como acabo la “pelea”?.- dijo haciendo un gesto hacia el cielo, donde un rato antes el imperio y la rebelión, perdón, la nueva republica, estaban peleando por el control del planeta.
 

— Oh... no... — Dijo el droide al ver a otros droides estar toqueteando la nave. Pasando completamente de los nuevos ejemplares de especímenes orgánicos, que asumió que eran personal de seguridad. — Tontos droides de Quinto Grado. — Dijo, y se dirigió hacia donde esos estaban, dejando a los orgánicos lidiar con otros orgánicos. — Tengo que asegurarme de que no hagan nada que la nave no necesite, para reparaciones y mantenimiento ya estoy yo designado ¡Y apuesto a que tengo mejor programación!

Una serie de pitidos graves contestaron a la unidad B-1.

(Habla en Binario) -Mi programación está autorizada en todos los sistemas galácticos reconocidos. Las bobinas acopladoras del circuito negativo tienen un desajuste de 0.9 micras. Han sufrido un sobrecalentamiento hace poco. 

El droide de energía GNK siguió con su trabajo mientras las luces de su panel frontal bailaban con las lecturas.

-¿Qué pelea?.- Dijo el guarda mientras recogía el dinero y lo metía de nuevo en otro zurrón. -Yo no sé nada de ninguna batalla galáctica planetaria.

— Por supuesto que ya sabía eso, ¡Tuve que repararlas en pleno funcionamiento! — B-1 entonces se cruzó de brazos y miró hacia otro lado. — Sigue haciendo tus lecturas preliminares, es para lo que has sido programado, después de todo, pero yo seré quien realice las reparaciones pertinentes.

Una vez más, si él Bith hubiera tenido pareados se hubiera molestado en parpadear dos veces con lentitud. Si el trabajador del espacio puerto no tenia noticias de lo que pasaba en órbita, o bien era idiota. No había que descartar esa opción. O por otro lado, no venían muchos clientes últimamente, y con últimamente eran un par de días galácticos.

- Bueno, sea quien sea, ¿seguro que no enteraremos no?.-

Dijo dando por zanjada la conversación, lo que hubiese ocurrido seguramente seria de relevancia en el futuro, pero no inmediato. Era hora de moverse y conocer que se tramaba en aquel lugar.

Estaba claro que Pitien tenia un contacto que abordar, pero aquella roca malograda parecía estar en problemas, y prefería enterarse de a quién no hincharle las ganadas.

- Alguna Cantina de Calidad para tomar algo, o simplemente sigo el ruido.-

Dijo al aire, esperando que alguno de los foráneos se dignara a responder en lo que salían del espacio puerto.

Bueno, al menos no habían tenido problemas en negociar el precio, y su compañero robótico estaba entrando en una zona que a él le resultaba más cómoda, ajustándose a lo que esperaba de un droide. Y la conversación con el guarda parecía un tanto estúpida, así que simplemente, Pittien miró con desprecio al ver que no aceptaban créditos imperiales ("Qué vergüenza, por el Emperador"), y dijo: 

- Vamos a tomar algo, mientras planeamos lo que debemos hacer, si os parece. Aunque sería interesante - Dijo, bajando la voz- saber quién ha ganado la batalla. Mi hijo está prisionero, y depende de quien gane será bueno o malo para él... y el Plan. Quizás sepamos más en alguna cantina, con un visor de holonoticias. 

Se encogió de hombros mientras veía como revisaban la nave aquellos droides y B-1 se enfadaba con ellos. Se empezaba a poner nervioso. Hacía años que seguía esa pista y se sentía más cerca que nunca. 

Tras dejar toda la nave en el atraque, ahora teniamos que tomar algo y ir preparando todo con el plan para rescatar al hijo de Pittien, la idea de la cantina me gusta, aunque todavía no ha dicho nada del plan, "Pittien, todavía no has dicho nada del plan" le digo en voz baja a mi compañero, esperaba que no me estuviera metiendo en algo demasiado gordo, sobre todo por si podía salir con vida, aunque si al final era una buena cacería, merecía la pena.

Kemlo siguió a sus compañeros fuera de la zona del espacio puerto, con o sin indicaciones, era improbable que tras unos minutos andando no se dieran de bruces con una calle comercial y una cantina, o una cantina sin calle comercial.

Casi todos los espacio puertos eran iguales, era lo bueno y lo malo de estos. Una vez visto uno, vistos todos.
Puede que el nivel de seguridad fuera distinto, que las mafias fueran distintas, que los ladronzuelos fueran distintos, que los almacenes fueran distintos.

Pero siempre había un poco o mucho de todas esas cosas, y las cantinas para pilotos y demás escoria galáctica, como ellos mismos, no solían andar del todo lejos de las zonas de aterrizajes.

Se giro y silbo de manera sonora y vibrante para llamar la atención de la tartana droide que era parte del grupo. Los Bith eran bien conocidos por su capacidad para la música. Y había entre su especia varios virtuosos de el cuerno Kloon, un tipo de trompeta.

El secreto es que su raza bien podía prescindir de ella para hacer la música, aunque se ganaba en detalle con ella. Kemlo sabia silbar, pero odiaba profusamente la música en general, y a los Bith músicos en concreto.

-Vale...no lo has cogido. ¿Tu primer trabajo verdad?.- Dijo el guarda al ver que os poníais en marcha. -10 créditos por saber quién ha ganado y otros diez por saber qué pasará después. Además, si queréis dar vueltas por ahí y perder el tiempo buscando en tabernas y prostíbulos..., no tengo objección, pero por 30 más os diré a quién tenéis que buscar en esta ciudad ahorrándoos gastar suela.-

El Bith se giro y nego con la cabeza y una mano.

- Los créditos no crecen en los arboles. Y mis suelas aun aguantan. Gracias.-

Era él gracias menos agradecido de aquella parte de la galaxia sin lugar a dudas. Pero estaba hasta las narices de gente que ofrecía información obvia.

Pittien sabía que ahora había que moverse con cuidado, para que su "Plan" no se estropeara. Necesitaban información para conseguir un plan de acción para cumplir su Plan: recuperar a su familia. Habló con ellos ya dejando atrás al guardia.

-Petch, Kemlo, ahora lo que dice Kemlo es lo más importante: conseguir información en algún lugar. Mi hijo desertó de la academia imperial para los rebeldes, y está prisionero aquí por parte de los imperiales. Yo dejé mi puesto para buscarlo, y los imperiales creen que soy un traidor, y los rebeldes, creen que sigo a sueldo del Imperio. - Seguía sin decir "nueva República", porque no consideraba legítimo ese gobierno - Por eso necesitaba dinero, para seguir buscando. Y al final está la pista. Ahora habrá que ver dónde lo retienen, quien ganó la batalla, para saber a qué nos enfrentaremos. 

Tras el resumen, sencillamente indicó que, por él, la cantina más cercana sería el lugar ideal para empezar a enterarse... e hizo el gesto de ir hacia allí. 

— Oh... — Dijo, luego de acercarse a estos tras ser llamado por el agudo y potente silbido del bith. Entonces el droide, al escuchar el informe de estado que dio el humano, tras mantener silencio inmóvil por un momento le dijo. — Pittien Dompa, creo que las limitaciones de mi procesador no me están permitiendo resolver ciertas aparentes inconsistencias: Usted parece demostrar simpatía y aprecio por el Imperio, pero según lo que dice ahora el Imperio le ha quitado a su hijo y después le ha arrebatado a usted todo lo que usted había conseguido, sin mostrar estos aprecio por sus años sirviendo al Imperio. Aun así, usted sigue siendo simpatizante del Imperio. ¿Es toda esta información correcta? ¿Puede señalizar, por favor, donde esta el error?

Con cierta sensación de hastío, y mirando que no hubiera ningún extraño en las cercanías, le contestó al droide: 

-No hay inconsistencias, la verdad. Era capitán y formaba pilotos para el Imperio, cuando eran sensatos. Luego, mi hijo desertó de la academia a los malditos rebeldes, y a mi me "enviaron", o sea, castigaron, en una base militar digamos, apartada, secuestrando a mi mujer. -Dijo con cierto enfado. - El Imperio, en su buena época, no me hubiera apartado. Así que decidí ir a buscar a mi hijo. Así que para los rebeldes soy un imperial, pero para los imperiales he desertado. -Señaló alrededor, indicando que le exasperaba aquella situación - El buen Imperio habría puesto orden en todo. La verdad que si. 

— Oh, gracias por la aclaración. Que afortunado es, entonces, que usted y yo, y mi dueño, no nos hayamos encontrado antes. — Dijo con sinceridad el B-1, y siguió andando con el grupo en silencio por unos cuantos metros más pero entonces volvió a mirar hacia el humano. — ¿La "buena época del Imperio" terminó antes o después del asesinato de decenas de miles de millones de orgánicos con un arma de destrucción de planetas? — No parecía haber sarcasmo o dobles sentidos en la pregunta, sino que era dicha como una pregunta cualquiera.

El Bith iba caminando el silencio mirando a todos lados con una mano siempre dentro de su zurrón de “artefactos” agradables.

La charla no tenia mal aspecto, el mismo se había preguntado lo que el droide decía, pero había reconocido ante sí mismo, que le importaba tirando a poco o nada la respuesta del ex imperial.

La vida tenia la molesta costumbre de cambiar cada tanto. Hoy eras un humilde minero espacial, a la siguiente un mercenario con nave propia, y a la vuelta caminabas por Ord Mantell con un droide parlanchín.

Las cosas para el alienigena no era ni mejores ni peores, solo distintas, y la situación del humano parecía que cambiaba según andaban.

Nada mas salir del espaciopuerto os encontrásteis con una calle hastiada de gente, puestos ambulantes de dudosa comida en buen estado y bares. Era como el paraíso de la información pero menos lujoso y algo mas harapiento. 
La mayoría de los transeúntes vestían ropas gastadas que habían sido remendadas una y otra vez. Sus miradas evidenciaban su sufrimiento. Algunos os veían con pena, mientras que otros con envidia. Sea como fuere allí se encontraba la pobreza de lo que había sido un planeta grandioso en época del imperio, ¿o todavía era imperial?¿cómo había llegado a pasar eso?. Tal vez todas las respuestas fueran aclaradas mas tarde.

La "Cita Previa" era la cantina que estaba mas cerca, situada justo delante de la salida del espaciopuerto. Tan solo había que cruzar la calle y estábais allí. 

Una mano sujetó la pierna de Pittien que lo hizo detenerse. Al mirar abajo, un ser de escasa estatura vestido con harapos negros raídos la sujetaba. Era una especie alienígena poco común. Piel grisácea, ojos grandes en una cara redonda que contenía una boca pequeña. Su mano de tres dedos se retiró de la pierna del humano.

 -Tu búsqueda...- dijo en un tono audible aunque debido al gentío necesitásteis esforzaros un poco. -...tu búsqueda te conducirá por un difícil camino. La supervivencia de tus seres queridos se verá amenazada, así como tu lealtad hacia ellos.- 

El ser dio media vuelta y se marchó, perdiéndose entre la multitud como por arte de magia.

No sabríais decir si era el encuentro mas extraño que habíais vivido hasta ahora, pero si el más singular. Contando incluso la entrevista con un piloto de trapo de cierta nave.

Pasado el sobresalto inicial, llegásteis a la cantina. Las pocas mesas que había estaban ocupadas por tipos de aspecto parecido a vosotros, con blásters y armaduras de lo mas variopintas. Algunos de ellos se os quedaron mirando cuando llegásteis, pero al poco descubrísteis que no os miraban a "vosotros" sino a vuestro droide de combate B-1.

Incluso el camarero.
 -¡Eh..., ese droide no está permitido aquí!. ¡Bastantes guerras tenemos ya como para traer una adentro!.-

El Bith se giro para mirar al droide.

- Da una vuelta al perimetro. Mi comunicador esta encendido, infórmame de si hay otras entradas o alguna banda esperando para un asalto. Y no te metas en lios primo vircio.-

Y sin mas, lo dejo en la puerta como quien deja a un perro apestado afuera. Era un droide para bien, y para mal. Para bien si había que reparar el casco de la nave en mitad de una batalla espacial. Para mal, cuando la gente recordaba la guerras pasadas y lo que aquellos trastos bien programados podían hacer.

Sobre el enuentro con el extraño alienigena, nada dijo, eso no iba con él. 

La cantina no era nada fuera de lo común, pero parecía que nuestro piloto no gustaba, habían pasado muchos años desde que la confederación de comercio se revelo, pero los droides B1 causaban sensación todavía, así que estaba con Kelmo, aunque la verdad, lo del alienígena me pareció extraño, por lo que me acerco a Pittien, "¿Quien es ese?, o de que raza es, nunca había visto una especie como la suya" le pregunto al humano.

— ¡Roger, roger! — Exclamó el droide, se dio media vuelta y se dirigió hacia la entrada por la que acababa de pasar mientras decía: — Sabía que debí haberme quedado en la nave.

Una vez en el exterior obedeció las ordenes de Kemlo, andando alrededor mientras recorría el perimetro del edificio.