Partida Rol por web

La ceremonia ha concluido - dijo Anton mostrando su icono que lo identificaba como Inquisidor de alto grado - con el poder que me ha otorgado la santa Inquisición, el Trono de terra y los nobles de nuestro gran mundo natal, os nombro miembros de la Deathwatch de pleno derecho - fueron unas palabras escuetas, la verdad que es a Anton se le veía algo impaciente y sobre todo por el hecho de que no tenían demasiado tiempo que perder.

Sin previo aviso palmeó las manos protegidas por los guantes de acero de su servoaramadura y los servidores se marcharon - en el almacén de la nave hay pertrechos para reabastecerse. - señaló a Jaden - pero a usted, Jaden Kolis, le esperan en la zona de popa de la nave, no pierdan mucho el tiempo, deben iniciar el primer ataque, así que parlamenten pero decidan con presteza

Jaden miró con curiosidad al inquisidor pero solo contestó con un-Entendido-salió a paso ligero de la sala de ceremonias y antes de salir se dirigió a sus compañeros de escuadra-Id al almacén a recoger lo que necesitéis, no se que pueden querer de mi pero no debería durar mucho tiempo.

Jaden abandonó la estancia dejando a sus hermanos solos junto al Inquisidor, el cual, algo impaciente, hacía repiquetear sus dedos acorazados sobre la pared en la que se había apoyado. Los marines debían decidir y no había demasiado tiempo que perder, es más, directamente, no tenían nada de tiempo.

Jaden, nada más entrar en el almacén que le habían indicado se encontró de bruces con uno de aquellos marines de leyenda, concretamente el Salamandra - pasa Jaden Kolis... lo se todo de ti, y eso es mucho - empezó con una profunda voz cavernosa. Se había quitado el pesado casco, y este reposaba en el suelo, junto a su pie derecho. Su rostro era negro como la noche y sus ojos de un color rojizo, como si le hubieran incrustado dos rubíes - se que eres obstinado, recto y ambicioso en tu saber, pero estas demasiado lejos de Marte... - carraspeó con fuerza - mi capitulo, desde su fundación, fue un experto forjador... mi padre, Vulkan, nos legó muchos secretos, pero miles más se perdieron... fueron tiempos difíciles - sacó un extraño objeto, pero reconociste la ranura de inmediato, sería un sistema de datos, transferencia a través de tus implantes - esto es conocimiento, esto, es poder - sentenció - lo que dijimos ahí fuera no es mentira, mis hermanos y yo moriremos al final de esta batalla... compartiré esto contigo pero solo si me haces una promesa de honor, una promesa jurando sobre la lealtad al Imperio de todo tu capítulo 

Ariarkus sabia bien lo que debía hacerse a partir de entonces por lo que mientras esperaban mas información se dispuso a acercarse a los servidores de la armería para ver a que podía acceder en aquel santo lugar para la labor que tenían en marcha. Sobre todo quería reponer sus armas actuales pues le habían servido bien y no tenia intención de deshacerse de estas.

Sus pasos hacia allí le llevaron.

Deuteros, orgulloso de su nuevo juramento, siguió a los que antes eran sus camaradas; y ahora sus hermanos; hasta la armería, donde se dispondría a mirar que tenía a su disposición.

Jaden se quitó también el casco, no le parecía correcto entablar conversación con alguien a solas y llevar puesto su casco. Sin embargo cuando escuchó las palabras del salamandra le hubiera gustado volver a ponerselo. Adoptó un semblante mucho mas rígido de lo normal y con voz seria contestó:

-Tu mismo lo has dicho hermano, soy obstinado asi que haré honor a esta característica mía y te preguntó: ¿Acaso no he demostrado mi lealtad al imperio del hombre infinitas veces? - sabía que esto no era mas que una formalidad, pero no le gustaba que dudasen de el, y aun menos de los Angeles Oscuros- Y puede ser que alguien al que antes llamase hermano se haya desviado de la luz, algo que no durará mucho, eso puedo jurarlo, pero créeme cuando digo que no permitiré que nadie dude de mi capitulo.

Viendo las intenciones de alguno de aquellos marines, el Inquisidor se envaró en toda su estatura, que no era mucha comparado con un marine y os miró con el ceño fruncido - las armas y el equipo después, diablos... - se empezaba a impacientar un poco pero se mantuvo lo más sereno que pudo - marines espaciales, tenemos que iniciar las hostilidades de una vez, estais perdiendo un tiempo del que no disponemos... ¿que base xeno atacareis? sino sabéis eso no sabréis que munición escoger, ni - soltó un exabrupto en un idioma que ninguno conocía y sonó algo extraño - tan grandes y poderosos y os comportáis como humanos, pensando en lo vano y material id al condenado almacén de armas. Os quiero fuera de la nave y haciendo la guerra

El Devastador Salamandra miró al Inquisidor.- El honor de la escuadra ha sido puesto en entredicho, Inquisidor. Es nuestro deber restaurar esta afrenta. Como ha dicho el hermano Jaden, debemos lavarlo con la sangre de los Herejes. De uno en particular. - Las hombreras del Marine se movieron replicando su encogimiento de hombros.- Sé que queda fuera de nuestra esfera de especialidad, pero nadie dijo que el camino del honor sea fácil.

- Como dicen mis hermanos - dijo el nuevo capellán reafirmando las palabras de Jaden y Laocastus -, el honor se paga con sangre y a los enemigos solo se les concede la muerte. Para matar necesitamos armas y si usted dice que nos reabastezcamos eso es lo que pretendemos hacer - no entendía como primero les decía una cosa y después otra -. ¿Quiere que matemos al enemigo? Señalemos uno y nosotros haremos el trabajo, con espada o bolter, con lanzamisiles o cuchillo. Si nos da información de a que nos enfrentamos entonces podremos hacerlo mejor, con armas más adecuadas y más rápido pero no nos subestime tampoco, hemos llegado aquí con poco equipo y aún así nos hemos enfrentado y vencido a todas las amenazas imaginables. Los marines somos una fuerza versátil y adaptable a las circunstancias. Además, perfectamente podemos hablar de aspectos de la misión mientras nos pertrechamos.

Si los dragones hubieran existido, la risa de Lorfig hubiera sido idéntica a alguna de esas enormes criaturas majestuosas - No he puesto en tela de juicio tu lealtad ni la de tú capítulo - agitó aquel artefacto que le ofrecía al tecnomarine - sino más bien te he pedido que me jures por tu honor y lealtad que completaras la tarea que te pediré cuando formalices tu juramento ante mi - lo miró fijamente, con sus ojos rojo oscuro clavados en el rostro de Jaden analizando cada mueca y gesto. 

Jaden arqueó una ceja al mismo tiempo que se cruzaba de brazos- Entonces te agradecería que no dijeses cosas que se pueden malinterpretar fácilmente-se relajó de forma visible, aunque no estaba completamente convencido-¿Quieres que haga un juramento a ciegas? No me gustan demasiado esas cosas, hermano- aun asi sus ojos siguieron de forma ávida el objeto que tenia Lorfig en la mano. En ese simple artilugio podría haber un sinfin de sabiduria, y como cualquier adepto de marte, a Jaden los nuevos conocimientos estaban muy altos en su lista de prioridades.

Así sea pues - fue lo único que dijo el Inquisidor mientras se dirigía al exterior de la nave, fuera del amplió salón que sirvió de teatro de ceremonias - vuestra thunderhawk estará lista, al anochecer atacaréis el campamento de los herejes.. yo voy a orquestar el ataque junto con los otros marines espaciales, ¿entendido? seréis el puñal que acabe con la cabeza de mando herética

No hermano, eres tú el que malinterpreta las cosas porque siempre crees que todos pondrán en tela de juicio tú lealtad y la lealtad de tu capítulo - no sonrió esta vez, se puso realmente serio - te estoy brindando la oportunidad de ser mejor de lo que ya eres, de albergar un conocimiento superior y perdido por muchos adeptos del Mechanicum... - bufó contrariado - sois todos iguales... cuanto ha cambiado el Imperio en estos milenios - negó con la cabeza - lo único que te pido a cambio de esto es que lo lleves a Nocturne, mi planeta natal... Laocastus podrá conseguirte una audiencia con el señor del capítulo... pero esto es secreto, la Inquisición lo tachará de herejía y el Mechanicum solo querrá poner las zarpas encima ¿entiendes? esto es parte del legado que dejó mi padre, mi primarca... - y cerró la boca esperando la respuesta de Jaden

- Entendido. - Saludó Laocastus. Revisó de nuevo sus armas, y se preparó para embarcar en la Thunderhawk.

Ariarkus regreso junto con un poco mejor de equipo, pero solo había logrado acceder a la armería para reponer en parte la munición necesaria para nuevos asaltos. Aunque mas que dispuesto para demostrar una vez mas su valía delante de sus hermanos.

Estaba claro que su nuevo enfrentamiento seria contra lo mejor de lo mejor por parte de los herejes y tenia bien claro que no permitiría una nueva vía de escape de esos malditos. Sus ataques serian aun mas demoledores si fuera posible.

Jaden suspiró. Ciertamente había estado viendo traidores en todos lados desde la traición de Estellios, y posiblemente seguiría viéndolos hasta que obtuviera su venganza- Tal vez si que he estado algo paranoico últimamente, aunque los hechos recientes no me han dejado otra alternativa. Ahora que las cosas se han normalizado un poco, debería calmarme un poco- lentamente, el tecnomarine hincó una rodilla en el suelo y recitó:

-Yo Jaden Kolis, tecnomarine de la Deathwatch y hermano del capítulo de los Angeles Oscuros, juro por mi honor que utilizare estos conocimientos para el bien del Imperio- levantó la mirada y la fijó en Lorfig- Y por encima de todo, juro devolver esta reliquia que se me ha confiado a el planeta natal de los Salamandras, Nocturne.

Dicho esto se levantó, y esperó la respuesta del salamandra.

Lorfig no dijo nada, le estrechó la mano a Jaden con bastante fuerza y le entregó lo prometido. Sin más le dedicó un leve asentimiento con una expresión que sin duda alguna significaba un "confío en ti" y se marchó por una puerta trasera mientras se colocaba el casco.

Ahora Jaden tenía en su poder un pizca de conocimiento tecnológico por el que muchos matarían...

     Numaios esperó a salir de la vista y el oído del inquisidor para compartir sus impresiones con sus compañeros. No quiso decir nada en su presencia para no crear disensión o darle algo que reprocharles. Negó con la cabeza con parsimonia mientras se dirigía hacia el grupo. - Sigo pensando que en éstos momentos os mueve mas el orgullo que el sentido común. Todos queremos echar el guante a esos herejes pero nuestra verdadera fuerza se muestra contra los xenos. Nuestro equipo, condicionamiento y entrenamiento se ha afinado hacia ese fin y así desperdiciamos todo ello. Vamos a enfrentarnos al único enemigo en la contienda contra el que todo eso no supone ninguna ventaja mientras que contra todos los demás podría inclinar la balanza. Dejó un momento para que sus palabras calasen en los presentes. - Además, el líder de la horda tiránida aun mancilla a nuestro capitán y algunos parecéis haberlo olvidado. No quiero abandonar el cuerpo de Benahia ni un momento mas de lo necesario al capricho de esas criaturas malparidas.