Partida Rol por web

Me acerco a Linus y digo:- Encantado, bien venido a los Dragones de Arena, este es mi compañero Vlad Von Buster. Sea bienvenido, por cierto, no traerá algo de avituallamiento? aquí el rancho es un poco "especial", aunque a decir verdad, un poco de munición extra, o unos arreglillos a nuestras armas ya tan usadas serian de agradecer y le proporcionaríamos un viaje mas placentero. termino diciendo con una sonrisa.
No sabia si podía hacer esas cosas, pero había oído muchas historias sobre los technosacerdotes y quien sabe que podría llegar a hacer. y como solía decir, si no lo preguntas no lo sabrás.

Norragh miró hacia la...¿persona?...¿personas? no...definitivamente persona.....una....que estaba hablando con el jefe Emil. Le costaba un poco aún enfocar la mirada, pero ya se le estaban pasando los efectos del misterioso brebaje que le habían dado a beber....guiñando un poco los ojos, levantó un brazo hacia el tecnosacerdote...."Metanicus.....mi gutta tú......tú arregla bum-bum si Norrag rompe, ¿verdá?, ¿verdá?" dijo con su semi-sonrisa bobalicona, pero sin separarse ni un centímetro de Ava.....mientras con el otro brazo adelantaba hacia el tecnosacerdote su arma enfatizando su pregunta....

Entre las palabras que habían dicho el General y Emil, Norragh logró entender de nuevo "vehículo".....puso cara de pena y su mirada acusadora penetró salvajemente la nuca de Emil....

Pía miró al recién llegado con una curiosidad fría, como un entomólogo analizando una particular variedad de hormiga...no muy agradable. Las máquinas son máquinas. Las gentes son gentes. Y una máquina que no es máquina y es gente que no es gente es un servidor. Todo lo que hay a mitad de camino es una peligrosa línea despojada de elementos a los que la doctora daba demasiado valor científico.

¿Podía morir un tecnosacerdote? ¿Morir de verdad?

Sin embargo, el sargento ya le había presentado, así que se limitó a saludar con una leve inclinación de cabeza.

Tenía esta misión para averiguarlo...

Tienen lo que tienen Sargento - fue lo primero que le respondió el General - se les dará munición de nuevo, provisiones y equipo de construcción suplementario... no disponemos de medios para darles un equipo completo de ingenieros o de constructores del Mechanicum para construir una fortaleza - lo cierto era que la voz del General sonaba algo molesta, esperaba más de los hombres de Krieg, mucho más que lo que el catalogaba como lloros - la artillería pesada de la valkiria será todo el apoyo aéreo del que dispondrán - luego trazó un amplío circulo con su mano derecha - ¿enemigos? aquí estamos rodeados de enemigos del Imperio y nosotros esperando una muerte gloriosa en la lucha, así que Sargento Emil, no me defraude demonios, pueden atacarle cualquiera, y ya ha visto la de enemigos que tenemos aquí... - gruñó - xenos, pieles verdes, traidores o las bestias mecánicas inmortales, cualquiera puede atacar la posición y me da igual quien lo haga, debe mantenerla y contactar con la flota - y nada mas terminar aquella frase, un escuadro de valkiria, volando en formación de punta de flecha se acercaron a gran velocidad al punto en el que estaban - ah, su transporte y escolta... - eran tres transportes, artillados y en buen estado - una valkiria para ustedes, las otras dos llevan equipo y las piezas necesarias para el señor Medraut ¿comprendido? o tiene alguna duda más 

- Así se hará general - respondí sin inmutarme por el tono de voz de mi superior. Tenía mis ordenes y no iba a fallar.

- Ya habéis escuchado las ordenes, recoger vuestro equipo y dirigiros a la Valkyria. Os quiero a todos dentro en menos de un minuto - ordene con voz firme para dirigirme hasta donde se encontraba el ogrete. Esperemos que sea sencillo convencerle para que entre dentro.

- Tronchahuesos adentro, va a ser un viaje corto, no te preocupes - dije golpeando su hombro derecho para dirigirme luego a Pia - Doc, este cerca de él, espero que no se ponga nervioso o se altere, si ocurre en el vuelo, tome las medidas necesarias para que se mantenga calmado.

Linus hizo un gesto de saludo generalizado ante las presentaciones que el Sargento Emil hizo por todo su escuadrón. Aun así tanto el ogrete como el soldado O'Connor mostraron mayor interés y curiosidad por la presencia del tecnoadepto.

-Efectivamente, con mis conocimientos estoy capacitado para reparar el armamento del que hacéis uso. Pero me temo que no soy un dispensador de munición, soldado O'Connor.- Dijo con total tranquilidad y sinceridad al joven soldado. Este tipo de presunciones ante las capacidades de los miembros del Mechanicus no suponían una molestia para Linus, pues era consciente de la ignorancia de la mayoría de los seres humanos con respecto a su orden. Si bien hacía falta una vida de dedicación para desentrañar los misterios del espíritu máquina, la opacidad del Adeptus Mechanicus tampoco ayudaba a un conocimiento de las labores de un tecnosacerdote por parte de personas ajenas.

Justo después, el General Diedritch avisaba de la llegada del transporte que llevaría a la unidad hasta su destino y el Sargento Emil no tardó en dar órdenes para embarcar de manera inmediata. El tecnosacerdote hizo una revisión rutinaria tanto de sus sistemas como de los de su servidor. No le llevó más de unos segundos verificar el correcto funcionamiento de todo, así que sin más demora se dirigió, junto con Remus, hacia la Valkyria.

El ogrete miró con desconfianza hacia el cielo conforme el estruendo de las valquirias se iba haciendo más audible. El "mecanicus" les contestó y Norragh, recuperando su lucidez poco a poco, entendió algo de sus palabras...."dispensador de munición"....entre las nebulosas memorias de su mente, le vino una imagen del mecanicus delante de sí mismo en mitad de una batalla, de su querida arma quedándose sin munición y de él proporcionando un puñetazo en la cabeza de aquella persona para que de su pecho saliera un cargador de las balas explosivas que él usaba....."Je..je...je..jeje....." se rió entre dientes, mirando a Linus con una sonrisa de oreja abierta y su único ojo entrecerrado...era notoria y conocida la protección que los Ogretes proporcionaban a sus miembros de escuadrón una vez estos eran considerados por el Ogrete como "adoptados", pero también era notoria la despreocupación o inclusive la agresividad con la que podían tratar a alguien de fuera de su escuadrón...dependiendo de las circunstancias...¿y quién sabía qué demonios pasaría por la cabeza de un Ogrete como Norragh?

Cuando los rugidos de las Valquirias comenzaron a ensordecer el ambiente de tal forma que comenzó a hacerse difícil oir, Emil se acercó a Norragh y le ordenó entrar en aquel pequeño y oscuro aparato...Tronchahuesos miró con mucha desconfianza las naves...luego a Emil, posteriormente a Pía y a Ava...y de nuevo las naves..."¿Cot'to? ¿Tú prometes Jefe Emil?" le dijo a su superior, con voz ñoña y lastimera.....parecía mentira como el enorme Ogrete, capaz de partir a un hombre con sus manos desnudas, se dejaba manejar por aquel humano que tenía delante...parecía que había algo más que respeto hacia él....o quizá fuera la presencia de las dos mujeres, que tranquilizaban a la enorme criatura...o que le impulsaban a resistir esa urgencia que tenía por salir corriendo de allí para proteger a sus dos "elegidas"....eran sus muñecas y nadie debía estropearlas.....el las cuidaría, las amaría....formaría una familia con ellas....

Los pensamientos del Ogrete se perdieron con él en la distancia mientras andaba hacia las naves, detrás del "dispensador de munición".....con una mano colgando, bamboleándose adelante y atrás al compás de sus pasos....

La orden del sargento pilló por sorpresa a Pía, que se contuvo de levantar una ceja ante la idea. ¿Cuidar del ogrete? No era una niñera. No era un planteamiento despectivo hacía sus ordenes, sino la conciencia de sus limitaciones. La doctora carecía por completo de los elementos empáticos necesarios para encargarse de una persona necesitada, por muy altas que fuesen sus habilidades médicas. El afán por su trabajo iba más allá de la compasión y cumplir una labor social.

- Si, mi sargento. Se limitó a responder Pía, acercándose al ogrete. ¿Medidas? La Guardia Imperial operaba sin morfina, y el desinfectante ya estaba a mitad de existencias. No tenía muy claro que creía Emil que la mujer podía hacer para mantener en su sitio a un trashumano de dos metros y medio de músculo, pero su trabajo no era cuestionar las órdenes.

- Solo hasta un monte, Norragh. Mucho más corto que lo que viajamos para venir aquí. Se limitó a aseverar la doctora, mientras colocaba la mano simbólicamente en la espalda del gigante para hacerle avanzar a la nave. Poco podría hacer por la fuerza. Cuanto antes subamos, antes llegamos. Aunque eso no cambie el tiempo que estamos dentro.

al poner el primer pie en la Valkiria cientos de recuerdos se agolparon en mi cabeza, había intentado un par de veces ser piloto en la armada, pero resulta que me rechazaron un par de veces sin motivo concreto " no supera las expectativas"... resultaba un tanto nostalgico y lleno de ironia... aquí estaba una vez más luchando por un futuro que sabía que tenía los dias contados y con anterioridad pensaba que si no llegaba a ser piloto el mundo estaría acabado para mi.

Comencé a comprobar que los instrumentos estaban correctos, los arneses de seguridad  estubieran bien anclados y hubiera paracaidas para toda la compañia.

-Klauss, asegura en la bodega de carga que todo está sujeto, las Valkirias no se caracterizan por tener viajes de placer.

¿en algún momento esta guerra eterna acabaría?

Magnus escucho con atención lo que el Technosacerdote decía iluminando una oscuridad sobre ellos, ahora sabia que tendría que seguir cogiendo munición, entonces Emil dio la orden de entrar en la nave, cogió su equipo mientras decía: - Vlad, date prisa, que no nos van a esperar toda la vida. Cuando termino de cogerlo dio dos pasos y se giro para comprobar que su camarada terminaba de recoger y le seguía, por lo que avanzo a buen ritmo hasta entrar en la nave, vio dos asientos, coloco el equipo en los compartimentos adecuados para ello y se sentó mientras decía - Bueno, vayamos a ver esas maravillosas vistas desde la montaña, quizás me haga un patio trasero con un foso de tirador, que os parece?

Klauss se removió un poco quitando el polvo de su abrigo. Las ordenes ya habían sido dadas y como asistente volvió a cargar con el trípode que jamás quería usar Ava. Aquello le daba bastante rabia ya que nunca podría realizar su trabajo bien, ni municionar ni estabilizar el arma.

Se encogió de hombros ante las palabras de Ava y se dirigió hacía el punto donde iban a aterrizar las tres valkirias que ya estaban iniciando la maniobra de aterrizaje. 

El chorro despedido por los propulsores verticales fue levantando polvo y ceniza por todo el lugar. El estruendo era ensordecedor pero poco a poco iba bajando de intensidad conforme los transportes imperiales se iban acercando más y más a tierra. La maniobra no duró mucho y se posaron con cierta violencia sobre el sucio suelo.

Las rampas se bajaron y se podía ver como los pilotos iban comprobando los instrumentos de sus vehículos, chequeando los sistemas y cerciorándose de que todo estaba bien. Unos oficiales del monitorum salieron y comenzaron a sacar cajas con munición y armas.

Klauss se acercó corriendo - ¡EH! ¡AVA! - le gritó por encima del ronroneo de los motores que fueron dejados en punto muerto - ¡AQUÍ HAY UN LANZAMISILES! - gritó alegre alzándolo sobre su cabeza a la vez que el oficial le reprendía. 

Vlad asintió a Magnus con cierta marcialidad pero nada comparado con un General. Fue corriendo hasta colocarse a la altura de Magnus y juntos se dirigieron hacía los transportes. Vlad no pudo evitar reírse al ver la actitud de Klauss y de como el oficial del monitorum, con los ojos desorbitados le pedía a voz en grito que bajara el arma y la tratara con respeto.

Vlad fue directamente a los cajones de munición y relleno su propia reserva así como nuevos bidones para el rifle de fusión de Magnus - estamos rellenos de nuevo - comentó con calma. 

Franz se quedó cerca de su amada doctora, el enfermero se había pasado buena parte del tiempo mordisqueando su labio inferior después de haberse quitado la mascara. Tenía el pelo pegado por el sudor y agradeció el viento intenso que provocaron las valkirias, era como un secador y por ello, con los ojos cerrados por el chorro de aire y alzando un pulgar hacía Pia, Franz sonrió satisfecho por su nuevo peinado... aunque lo cierto era que apestaba a combustible.

Cuando Klauss realizó aquel gesto con el lanzamisiles se acercó a Pia con esa sonrisa mordaz - eh, ¿te has fijado? parece un bandido de esos de aquella luna de mierda donde pasamos unos meses... un Thusken o algo así, solo le hace falta hacer aquellos grotescos ruidos - pero no se había reído todavía - fijate, tu antes eras doctora... y ¿ahora? - soltó una carcajada ácida - ahora te han colocado de niñera de mutantes sobrehormonados humanos... - fingió que tenía una unidad de grabación en la mano como si fuera un periodista autorizado - y dígame Doctora Pia, como se siente con su nuevo trabajo ¿fascinante? ¿le viene "grande"? - y esperó que respondiera con esa sonrisa tan sarcástica.

Muy bien Emil, que tengan una gloriosa muerte en combate - fue lo que dijo el General a modo de despedida. Sin esperar respuesta alguna por el sargento de la unidad se dio media vuelta con el abrigo danzando al son del viento y se reunió con sus tácticos.

A lo lejos, un chimera se iba acercando a buen ritmo levantando una cortina de polvo conforme las orugas hacían avanzar al transporte. No tardó mucho en llegar hasta el general y su séquito y estos, tras bajarse la rampa de acceso se montaron en el interior del vehículo; luego, desapareció de la vista de todos. 

Vaya viaje de mierda que nos esperaba, caminamos hasta la zona de aterrizaje buscando un transporte que al menos consiguiera despegar, porque no era plan de morir estrellados, tendria que chequear previamente al piloto. La verdad que me estaba poniendo de mal humor, asi que esperando para embarcar mire a mi fiel companero Goldrino Neh y reze junto a el.

Aquello me ilumino el espiritu y la verdad que veia todo aquello con muchos mejores ojos, iba a ser difil, nos iban a llover tiros por todos lados, pero era solo cuestion de tiempo que el enemigo supiera de lo implacable de nuestros actos y de nuestra ferrea voluntad, en especial de la mia.

Vi como la soldada se tiraba chanzas, era algo habitual, aquel grandullon lo iba a pasar mal alli dentro. Asi que procure dejar a Emil hacer lo suyo, y separarme de un posible ataque de colera, rabia o miedo aunque de esto ultimo yo sabia un rato pero no era plan de estar ... bueno ya veriamos.
 

-Gracias Vlad, la vamos a necesitar. Cuando lleguemos deberemos escoger un buen sitio para colocarnos.
Luego pensó en distancias, tendría que tener espacio despejado, ya que su fusil láser llegaba a 255 metros y con el fusil de fusión a 60 metros. Para la distancias corta tenia la autopistol de su padre. Hoy seria un buen día. No sabia como acabaría. Pero si sabia que iba a gastar mucha munición.

Pía no pudo evitar asentir con una leve sonrisa ante la comparación de Franz. Muy acertada. Tan acertada como ofensiva. Pero el enfermero tenía para todos y patadas, y pronto le tocó a Pía, que aguantó el ataque con estoicismo. 

- Confío en que tu compañía estos años me ha servido de práctica. Pía no sabía bromear. Era un hecho constatado. Pero la presencia de Franz le había obligado a adquirir la capacidad de elaborar respuestas rápidas a sus chistes que pudieran ser consideradas "humorísticas". El tono de la doctora seguía siendo frío, pero al igual que Pía se había acostumbrado a Franz, Franz se había acostumbrado a Pía. Es lo que tiene el presupuesto de la Guardia Imperial, Señor Biggs. El pluriempleo está a la orden del día.

Franz sabía que no se sentía cómoda. Y también sabía que no lo iba a decir.

- Por cierto, solo espero que no estés intentado ligar con algún especialista con lanzallamas con ese perfume. Añadió, con una sombra de sonrisa, ante el olor penetrante que salía ahora del pelo de su camarada. Pronto tendrían que subir...y se acabaría aquellas chanzas. Habría que intentar disfrutarlas.

Me limite a cuadrarme con las ultimas palabras del general, no hacia falta responder. Eramos soldados de Krieg, nuestra muerte en combate llegaría mas tarde o temprano.

Eche un ultimo vistazo a mis hombres, que mantenían conversaciones triviales haciendo que la moral de la tropa fuese alta, en verdad que ibamos a necesitarlo con la cantidad de enemigos que nos rodeaban. Cuando el ultimo de los soldados, estuvo dentro, active el comunicador.

- Podemos irnos ya, piloto. Llevenos hasta esa maldita montaña.

- Nada mas aterrizar, revisar concienzudamente la zona y empezaremos a preparar trincheras y fosos, mientras el señor Linus cumple con su trabajo. Vamos a ponérselo difícil a esos bastardos - dije por el comunicador a todos mis hombres.
 

Norragh entró docilmente en la nave, justo después de reaprovisionarse en las cajas de munición que los hombrecitos que habían salido de las oscuras entrañas de las aves del cielo habían sacado. "Max....tú coger...nosotros hacer Bum-Bum con ésto....enemigos Emperador morir....Emil contento....nosotros comer más....¿bien?"

La sonrisa del Ogrete era proporcional al número de cargadores y granadas que iba cogiendo....