Partida Rol por web

Edgar corría y corría, era el que más cerca de la traidora estaba y pudo ver claramente como giraba hacia la derecha en la intersección. Mantuvo el ritmo con éxito sin darse cuenta de que se estaba quedando solo, pero lo tuvo en claro. Tenía el lanzallamas preparado y en cuanto giró por el pasillo.

Aunque no estaba muy contenta con el resultado de su búsqueda, la sororita se giró hacia la mujer que  habia vuelto con ellos del plano astral; o como quiera que se llamase aquel  mundo de pesadilla. La miró de arriba a abajo y, con el aburrido tono de voz anunció:

- Mi señora, os protegeré con mi vida si es necesario. Me niego a dejaros sola.- ajustó sus fieles bolters mientras  afirmaba su posición y buscaban una cobertura  mas adecuada. Aunque en un principio no había signos preocupantes de una inminente incursión, Eva no iba a permitir que volviesen a perder a la psiquica.

Esta vez, Edgar adelantó a todos, incluyendo a la huidiza Irelia, que sorprendida se quedó mirando como el storm trooper le acababa de coger terreno y la había llegado a adelantar... ahora, Edgar, tenía una oportunidad dorada, si Irelia no lograba evitar el obstáculo que le suponía Edgar, se vería atrapada por completo. 

Gracias... Eva - fue lo que le respondió Isabella a la sororita, la única que se había parado a pensar en protegerla.

El stormtrooper gruñó con desesperación. Era evidente que él ya no iba a cazar a la traidora, y además, Aurelia le había dado una orden, que debería cumplir. Por ello, se dirigió a buen paso de vuelta al almacén, con intención de asegurarse de que no le ocurriera nada a Isabella... Y más después de lo que les había costado liberarla. Mantener el secreto de la misión ahora dependería de los otros. 

Aurelia seguía corriendo aunque a un ritmo mas comedido. No era capaz de soportar un sprint largo mucho tiempo. Su armadura, su equipo y ella misma no estaban hechos para correr, si no para resistir. Si el soldado imperial lograba detener a Irelia, aunque fuera por poco, podían tener una oportunidad de salir de esta nave de pesadilla y acabar con los traidores.

-¡DETENLA COMO SEA!-Las palabras parecían mas un ruego que una orden. 

Pero esta vez, Irelia, superada en la carrera por aquel asqueroso StromTrooper decidió pasar a la acción. Estaba herida y era plenamente consciente de que no podría esquivarle ni saltarle ni evadirle... pensó en saltar por el respiradero pero había perdido buena parte de su potencia de carrera y por ende casi toda la inercia; por ello sacó a relucir su cuchilla extrañamente flexible y se lanzó a la carga contra Edgar.

Aquello no era normal, aquello no era algo a lo que jamás se hubiera enfrentado Edgar ni por asomo. La cuchilla relampageo con un color azul intenso y se flexionó un par de veces. Edgar trató de evitar el ataque enemigo, de la traidora, pero erró por muy poco o ella era una avezada combatiente. 

La cuchilla atravesó la armadura como si no existiera y llegó hasta la carne del soldado, atravesó órganos y hueso como si fueran papel, pero el daño transcendió más allá de lo físico y llegó a herir la psique de Edgar, el dolor era indescriptible, las ganas de vomitar por aquel ataque tan brutal no tardaron en aparecer, pero, para sorpresa de Irelia, Edgar seguía en pie, en pie, pero muy mal herido...

Locken estaba harto de eso, y escuchar el grito de su compañero no lo ayudó. Sabía que no podría hacer nada con el rifle de fusión, así que dejó caer el arma y que colgara sobre la correa, desenfundó la espada de energía y se dispuso a combatir contra una combatiente experta en esas lides.

Corrió y vio las heridas de su compañero- ¡EH, ZORRA! ¡MÍRAME A MÍ! -gritó intentando evitar el daño sobre su hermano.

Edgar se sintió como si fuera un saco de carne, pues no se había esperado esa velocidad, aunque fuera una sororita. Los cortes profundos dejaron graves heridas en el stormtrooper que solo pudo ver como Demetrius corría para casi interponerse entre él y la sororita mientras empuñaba su espada de energía.

Edgar no podía disparar a Sally, había sido una buena maniobra, pero no había tenido en cuenta la velocidad de aquella mujer, y ahora si la usaba freiría a un hermano que trataba de protegerlo, por eso mismo se separó un poco del combate, dejando caer el lanzallamas y que colgara de la correa y del tubo mientras sacaba la pistola hotshot, pues en las distancias cortas era más efectiva que el rifle.

Al ver el ataque de Irelia y la sangre derramada de un hijo del emperador Aurelia renovó fuerzas e hizo un sprint. Esto pasaba de la raya de la herejía mas absoluta y despiadada, no había ni pizca de la Irelia que ella conocía. Tampoco habría perdón.

-IRELIA-gritó la sororita.-DETENTE EN NOMBRE DEL EMPERADOR Y DE LA SAGRADA INQUISICIÓN.-Con el bolter en alto desenfundó su espada de energía mientras corría. El fulgor crepitaba sobre la hoja y la proximidad del Caos hacía que la hoja vibrara levemente en su mano. 

Una sonrisa asomó a los labios de Aurelia. Estaba lista para morir por la humanidad.

Jonah seguía volviendo a buen paso con la astrópata, aunque sin ser tan rápido como había intentado serlo al perseguir a aquella traidora. Sabía que Demetrius y Edgar las estaban pasando putas ahí delante, pero la orden de la sororita le había apartado, y ante una orden directa, no le quedaban más cojones que obedecer. De todos modos, confiaba en que ambos fueran lo suficientemente competentes para no acabar muertos, a diferencia de todos los idiotas de la escuadra que se acabaron dando aquel paseo...

Irelia, que no tuvo mucha dificultad en percibir que Aurelia iba en corriendo en pos de ella, se giró con extrema agilidad pero, por desgracia para la traidora, lo hizo en el peor momento; al hacer aquel giro, veloz y ágil, lo hizo justo en dirección hacía la imponente espada de la madre superiora. Irelia no pudo evitar el ataque, demasiado tarde para reaccionar y la espada de Aurelia mordió servoarmadura y derramó la sangre de Irelia. 

No había muerto pero estaba mal herida cosa que le importó poco ya que aún estando acorralada, trató de engañar a la sororita con una maniobra ejecutada con cierta torpeza no consiguiendo su objetivo; acto seguido trató de acuchillar a Aurelia con su extraña y mortífera espada logrando causar una herida mortal... al... aire. Se estaba quedando sin opciones.

Locken observaba como Aurelia había conseguido impactar a la traidora, y no dudó ni un instante en atacarla, pero algo en su cabeza aún le rondaba desde que aquel maldito brujo traidor casi acaba con él, y falló, falló estrepitosamente en su ataque.

El Emperador parecía haberle abandonado.

Dolía. Vaya si dolía. Empezaba a ver puntos rojos y le costaba enfocar la vista además de notar un pitido desagradable perforándole el tímpano.

Hija de la gran..

No tenía cuchillo, tenía una pistola. Era una locura y sin embargo el dolor, la ira y una breve enajenación le hicieron dirigir el cañón del arma hacia la silueta de la zorra traidora y abrir fuego sin cuestionárselo.

El disparo a esa distancia no era difícil de fallar, Edgar logró un impacto limpio en la espalda con su pistola. El extraño escudo evitó gran parte del daño que podría haber recibido, pero la potencia no fue suficiente como para perforar la servoarmadura provocando una melladura en la misma. Por fortuna para Edgar Irelia se estaba centrando en la hermana superiora y no en él... eso le daría una oportunidad para sobrevivir. 

La lucha aún no había acabado, de eso el stormtrooper estaba seguro. Además de que su "sentido de veterano" se lo estaba diciendo, la ausencia de un aviso por parte del resto del grupo era bastante reveladora. Pero su cometido, por mucho que lo lamentara, ya no era ese, sino unirse a la otra hermana en la custodia de la astrópata. Así que siguió avanzando hacia el almacén del que habían salido. 

Aurelia ahora se enfrentaba a su compañera, su discípula, su hermana de batalla. Había visto mucho y aunque la habían intentado entrenar para estas situaciones, nunca había estado en nada parecido.-Veamos lo que has aprendido en este tiempo conmigo.- La hermana superiora lanzó un barrido frontal que obligó a Irelia a ponerse a tiro de su pistola bolter. El estruendo del disparo resonó en el pasillo pero falló su objetivo y el segundo ataque fue insuficiente para acertarla.

Irelia, nuevamente trató de esquivar el ataque del que era objeto pero el peso de las heridas, la sangre perdida y el consecuente trauma por un desangramiento profuso, hizo que estuviera torpe de reflejos y no logró evitar la espada de energía que empuñaba Aurelia. 

La hermana superiora logró morder carne, atravesar el extraño campo de energía que la protegía y conseguir que la servoarmadura no bloqueara ni absorbiera todo el daño que le iba a infligir con aquel ataque. La espada hendió el torso de Irelia y esta, con un rictus de dolor y extremo pavor soltó un espumarajo sanguinolento que manchó a Aurelia. Sus ojos se entrecerraron y con la espada aun clavada se desplomó, muerta.

Cuando Aurelia, ayudada por Edgar le dio la vuelta al cadáver de quien se suponía que era su novicia, descubrió que no era así. Nada más darle la vuelta empezó a sufrir espasmos por toda la cara, sus músculos se tensaban espasmodicamente, los huesos chasqueaban de manera horrorosa y violenta. Su rostro estaba cambiando a ojos vista y ya ante ellos dos no estaba Irelia sino una total y completa desconocida.

Tras unos minutos, todos acabaron reunidos en el almacen donde Eva estaba con Isabella y un ceñudo Jonah observaba el lugar con ojo crítico. Todos vieron el cadáver, llevaba la servoarmadura de Irelia, pero no era ella, era una asesina del templo de la muerte, una asesina Callidus. 

-Una agente del oficio asesinorum.-La mente de Aurelia comprendió entonces muchas de las situaciones que su difunta Inquisidora había hecho. Aquél mundo no era como un campo de batalla. Allí los enemigos no los tenías delante amenazándote, sino a la espalda, apuñalándote mientras te servían veneno con una sonrisa.

-Alguien a contratado los servicios del asesinorum para que se infiltrara entre nosotros y nos matara si la traición era llevada a cabo. El archienemigo no pudo ser, su mentalidad es traicionera pero prefieren hacer las cosas de otro modo. Solo alguien interesado en despejar todo indicio de duda, acabar con todos aquellos que puedan descubrir...algo que desea esa persona u organización.-Aurelia cambió su pose meditativa y miró a los presentes.- Esto se ha dejado de ser una traición herética para convertirse en algo mucho mas grande y necesitamos saber de que se trata.-