Partida Rol por web

- Pronto. Muy pronto.- respondió ante la pregunta de la chica.

Ni treinta segundos después el móvil de Tezuka empezaba a sonar a los pies de la cama. Al principio se hizo el remolón pero, pensando que podía tratarse de sus padres para comentarle que llegarían antes o algo por el estilo, decidió que era mejor alargar el brazo moviéndose lo más mínimo y descolgarlo al tiempo que recuperaba la posición cómoda y feliz de antes.

- ¿Si?

La voz de Fukiyose se escuchó claramente:

Fukiyose:- ¡¡ES TARDÍSIMO!! ¿SE PUEDE SABER DÓNDE TE METES?

Tezuka:- No es tarde, es muy temprano...

Fukiyose:- ¡YA ESTÁS MOVIENDO EL CULO HASTA AQUÍ, KUNIMITSU! ¡LA GRAN FINAL ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA! NO HAGAS QUE LLAME A...

Tezuka le colgó a medio grito, se acurrucó más a Yukino, dispuesto a seguir relajado. Pero ahora el teléfono que sonaba era el de Yukino.

Emitió un largo "mmmmmmm" cuando el teléfono de Tezuka empezó a sonar, moviéndose lo justo para permitirle tener el espacio de maniobra suficiente como para coger el teléfono. Fue entonces cuando la voz chillona de Fukiyose le hizo dar un respingo, tapándose la oreja que quedaba al descubierto con una de sus manos. Lo que le gustaba gritar a su capitana.

Pero parte de las palabras empezaron a cobrar sentido para ella. ¿Entrenamiento? ¿Tezuka tenía entrenamiento? ¿Y ella? Creía que no. No recordaba que Fukiyose le hubiera dicho algo al respecto pero claro, estaban demasiado centradas en la competición así que tal vez lo habían pasado por alto.

Fue entonces cuando su teléfono empezó a sonar, haciendo que soltara un gemido lastimero.

- No, por favor - se quejó antes de alargar la mano hasta su bolso y empezar a rebuscar hasta dar con el móvil. Tomó aire antes de descolgar -. ¿Moshi moshi?

El tono de Fukiyose había cambiado radicalmente. Cuando habló a Yukino lo hacía poniendo carita de pena y pucheritos:

- Yukino... llama a Tezuka y dile que tiene que venir a entrenar... a mí no me hace caso...- mientras tanto Tezuka jugaba con la mano libre de Yukino y bostezaba abiertamente.- Me ha colgado y todo... 

Ella misma ahogó un bostezo mientras escuchaba las palabras de Fukiyose. Así que Tezuka tenía entreno pero ella no. Era un alivio saberlo aunque no tanto que la llamara a ella para controlarlo. Se mordió el labio intentando controlar la sonrisa divertida que pugnaba por partir su rostro de lado a lado.

- Ah...hai...cuando me despierte le digo algo... - se esforzó por componer el tono de voz más cansado del mundo. Incluso se dejó de disimulo y bostezó abiertamente -. Buenas noches...

Y dicho aquello le colgó. ¡Le colgó! Miró a Tezuka, con las mejillas convertidas en hoyuelos aún esforzándose por contener la sonrisa aunque de repente no pudo con ella y se puso a reír suavemente.

- Creo que tendrás que ir a entrenar.

Abrió los ojos nuevamente y la miró, aún tumbado y sujetando su mano. Pareció pensárselo unos instantes antes de responder:

- Mmmm... ¡No! 

Imaginaba que Yukino insistiría. ¡Pero a lo mejor lograba que en aquella ocasión no sucediera! Se arrimó a ella, rodeándola nuevamente ahora por la cintura.

- Aún tengo que hacerte el desayuno como mínimo.

En realidad le gustaba ver aquella faceta de Tezuka, adoptando una actitud un tanto infantil y abrazándose a ella como si no quisiera separarse nunca. Si no iba con cuidado se pasaría todo el día sonriendo como una tonta aunque no creía que pudiera hacer nada a aquellas alturas como para evitarlo.

Le acarició el pelo despeinado con una sonrisa que para no ser boba tuvo que convertir en divertida.

- Yo creo que aún tenemos por lo menos una hora o dos hasta que llegue el momento en que supuestamente te llame - una idea peregrina hizo que su sonrisa se ampliara -. ¿Me traerás el desayuno a la cama?

¡Bien! Había conseguido dos horas más de lo esperado. No estaba nada mal a decir verdad. Sonrió satisfecho mientras dejaba que Yukino le acariciara el cabello hasta que le preguntó acerca del desayuno. Lo cierto es que él también tenía hambre, por lo que se terminó de levantar.

Tras desperezarse decidió que sería buena idea ponerse al menos una camiseta.

- Hai. Espera aquí, ¿vale?

Un nuevo beso y desapareció hacia la cocina.

Unos minutos más tarde se escucharon pasos subiendo de nuevo y Tezuka apareció con una bandeja repleta de cosas riquísimas. Zumo, té, leche, cereales, crepes, tostadas, gofres... ¡¡Y qué buena pinta tenían!!

Cuando Tezuka desapareció de la vista Yukino aprovechó para incorporarse en la cama y probar uno a uno todos los músculos de su cuerpo, haciendo recuento de los que dolían horrores y los que suponían una molesta aceptable. Cervicales, hombros, piernas y lumbares pertenecían al primer grupo mientras que brazos y abdomen al segundo. ¿Qué dolores serían por el deporte, qué por lo otro y qué por los dos? La verdad es que no tenía ni idea pero tampoco le importaba mucho.

Se estaba recogiendo el pelo en un moño cuando llegó Tezuka cargado con una bandeja que parecía dispuesta a satisfacer todos los caprichos de su apetito o quizás a alimentar un regimiento entero.

- Pero... cómo...¿me he vuelto a dormir? No puedes haber tardado tan poco en preparar todo esto.

Su sorpresa no le evitó servirse un vaso de zumo que bebió a cortos sorbitos, espantando los últimos retazos de sueño de su organismo.

Se sentó en la cama y le quitó un trozo de gofre con chocolate.

- Ya lo tenía todo preparado de ayer. Solo había que hacerlo o calentarlo.- terminó por comentar su secreto. Ahora sí que tenía un hambre voraz. Creía que necesitaría de un buen desayuno para aguantar todo el entrenamiento de Fukiyose. Lo cierto es que su cuerpo estaba muy relajado; casi sin fuerzas por así decirlo.- ¿Qué harás hoy?

- Mmmm... dormir - bromeó mientras seguía comiendo, disfrutando del placer del chocolate extendiéndose por la totalidad de sus papilas gustativas -. No, en realidad no lo sé, haré las tareas de casa, los deberes, pasaré un rato con Kotaro... no tengo nada en mente - era verdad. En aquel momento era como si cualquier atisbo de agenda mental hubiera desaparecido -. ¿Y tú, a parte de entrenar a tenis?

Pensar en ti. Como siempre.

Continuó masticando el nuevo trozo de gofre que se había llevado a la boca antes de contestar:

- Ni idea. Quizás Yui me tenga todo el día ahí como castigo. ¿Quién sabe?

El móvil sonó de nuevo con un mensaje de Fukiyose para Tezuka. Él suspiró.

- Creo que se acabaron las dos horas que me prometiste. Eso sí, antes de irnos, te quiero decir que... espero que quieras volver a dormir conmigo.- en resumidas cuentas: Que lo había pasado muy bien. Que había sido especial, placentero y único. Que la quería y que la echaría de menos.- Y... eso sonaba mejor en mi cabeza.

Se dijo que si Tezuka seguía entrenando por la tarde se dejaría caer desinteresadamente para entrenar ella también, o por lo menos para fingir que lo hacía pues no confiaba en que sus músculos estuvieran mejor por la tarde. Fue entonces cuando el móvil volvió a sonar, finalizando con su rato de descanso. Esbozó un mohín triste por unos segundos hasta que Tezuka soltó aquel comentario que la hizo parpadear tontamente y ruborizarse un poco hasta que con la última frase logró que soltara una risita.

- Me lo creo. Pero sí, a mí también me ha gustado.

Si la próxima vez dolía menos, mejor.