Sin más dilación empezaron a caminar hacia el despacho del director en medio de un tenso silencio. Kototsu no decía nada pero desde luego parecía estar pensando muchas cosas. Tenía esa mirada concentrada que hacía ver que más de una idea desagradable se estaba formando en su cabeza.
Finalmente llegaron al despacho del director donde había un poco de overbooking. El director en su silla tras el gran escritorio de madera, Tezuka sentado en la silla del otro lado con dos policías de pie, un hombre y una mujer. No parecían muy amistosos y continuaban en sus trece de intentar hacer confesar a Tezuka:
Policía:- ... y al confesar tendrás menos problemas, chaval. Es culpable es un varón de preparatoria de tu estatura aproximadamente y viendo tu historial...
Tezuka:- ¡... ya se lo he dicho! Yo no estaba ahí. Y repetiré lo mismo por mucho que...
Kototsu:- Con permiso. Kazehaya-san- comentó señalándola con la mano abierta- Estuvo con él esa noche.
Los policías se miraron, algo callados. ¿Alguien que confirmaba su coartada? Tezuka, dentro de su estado de enfado total, parecía aliviado por ver a Yukino allí.
Policía:- Te escuchamos, chica.
Durante todo el camino tuvo tiempo de ponerse nerviosa y de contagiarse de la tensión de Kototsu aunque no imaginaba que cuando llegara al despacho se iba a encontrar con una escena tan poco cordial. Imaginaba a los policías haciéndole preguntas a Tezuka pero no creía que le estarían acusando de forma tan directa. Cuadró los hombros, intentando disipar el nerviosismo.
Le dieron el turno de palabra, momento que aprovechó para mirar a los policías, cuidándose bien de no mirar a Tezuka para que de algún modo no creyeran que se lo estaba inventando.
- Él no pudo ser. Estuvimos con Otoya Ittoki en el restaurante X* hasta la una de la noche y entonces Kunimitsu-sempai me acompañó hasta mi casa, en la calle X** - deseaba que su casa estuviera muy lejos del lugar del robo -. Entonces se marcho pero estuvimos hablando por teléfono hasta que llegó a su casa. Eso debía ser sobre las dos o dos y media de la madrugada. Pueden consultar mi móvil si hace falta para ver el registro de llamadas.
Había dicho la verdad sin vacilación, intentando transmitir sinceridad pero se daba cuenta de que dicho así parecía que fueran novios y que si estaban dispuestos a no creer a Tezuka creerían que ella mentía por amor. Ojalá supiera si su padre les había visto.
- Además... - se había acordado súbitamente del incidente del centro comercial -. Hará cosa de un mes el ladrón atracó una tienda del centro comercial X***, yo estaba allí y me pude cruzar con él; me sonrió de un modo bastante desagradable - frunció el ceño, cerrando los puños ante sí -. No era Kunimitsu-sempai.
*Nombre
**Nombre
***Nombre
Sin interrumpirla, los policías no solo la escucharon si no que tomaron nota de ello. Si aquello era cierto, debían corroborarlo antes de seguir presionando al chico que parecía bastante más aliviado al ver la intervención tan perfecta de Yukino. Lo cierto es que no había nada que temer, porque él no había sido, pero el comprobar que las palabras de la chica funcionaban a favor le había relajado bastante.
Tras terminar de tomar las notas, miraron de nuevo a Tezuka que alzó las cejas en señal de "¿VEIS?" provocando que el policía frunciera un poco más el ceño. Le habría encantado, sin duda alguna, poder llevarse al culpable y terminar con todos aquellos problemas que estaban causando. Ahora ya metiéndose en casa de los demás. Las cosas se estaban complicando.
Policía:- Bien. Nos iremos de momento. - miró al director- Gracias por atendernos.
El director, cansado por todo aquello y claramente preocupado, les permitió a los tres estudiantes que se marchasen. Una vez fuera, Tezuka tendió la mano a Kototsu que se la estrechó:
Tezuka:- Arigató.
Kototsu:- Mira que me das problemas, Kunimitsu... Marchad a clase. No quiero saber más de vosotros en una temporada.
Y se marchó, dejando a solas a Tezuka y Yukino que emprendieron el camino a la clase de la chica.
Tezuka:- Arigató. No tenías por qué involucrarte y lo hiciste.
Sintió un enorme alivio al ver cómo sus palabras parecían calar en los policías, que parecían desanimados. Yukino supuso que estaban llegando al punto de desesperación que les llevaba a querer tener un culpable, fuera éste quien fuera. Pero no podéis apresar a inocentes, por más desesperados que estéis.
Se cuidó mucho de no sonreír ante el director ni los policías, así que hasta el momento en que salieron del despacho permaneció seria y hermética, momento en el se desinfló, haciendo una mueca involuntaria que pronto se convirtió en un gesto preocupado.
- Tan mal estás las cosas... - segundos después, se despidieron de Kototsu, momento que aprovechó Tezuka para darle las gracias -. ¿Cómo que no tenía por qué involucrarme? - preguntó con incredulidad -. ¡Por supuesto que tenía! La verdad es muyyyy importante, sobre todo en un caso así, ¿de qué habría servido que te apresaran si el culpable seguía libre? - era muy consciente del valor de la verdad, era una de las cosas que su padre le había instaurado desde pequeña -. Además, no quiero que te pase nada... - suavizó el tono de voz y entonces sí sonrió -...¿quién haría de Romeo conmigo? - tras aquella broma su expresión volvió de nuevo a la preocupación -. Pero, ¿por qué te han acusado?
Aunque intentó no mostrarlo, le había hecho feliz el hecho de que la chica se preocupara por él. Caminaban al lado por los desiertos pasillos mientras la luz del sol penetraba por las ventanas. Hacía un día fabuloso.
- Están desesperados. Se les está yendo de las manos y supongo que buscan cualquier cosa. Había una nota con mi letra que ponía "no debo meterme en líos" dejada en el suelo, pero eso lo he escrito mil veces por los castigos desde hace mucho. Simplemente alguien la puede haber robado de la mesa del profesor o algo. Desde luego lo que está claro es que alguien intenta inculparme a mí y pienso averiguar de quién se trata para que me dejen tranquilo.
No sería nada sencillo, pero debía averiguar de quién se trataba. Ya era molesto cuando escuchaba noticias acerca de ese ladrón, pero ahora que encima lo relacionaban con él se había convertido en algo personal.
Su padre no contaba demasiado del tema en casa, sobre todo por no alarmar a Kotaro, pero Yukino sabía que a pesar de que las cosas iban a más no estaban más cerca de apresar al culpable. Alguien que, por lo visto, quería o bien desviar la atención de sí mismo o bien culpar a Tezuka de forma expresa. Su expresión era una mezcla entre pensativa y sombría.
- Quizás que te hayan intentado inculpar ha sido casualidad pero lo que está claro es que o es un alumno de este colegio o tiene mucha facilidad para entrar en él. De todos modos, dejar una pista tan obvia que te apuntara no parece muy lógico porque si fueras el ladrón está claro que cuidarías que tu identidad permaneciera oculta - le miró unos segundos de reojo, sin demasiadas ganas de entrar en clase. ¿Qué le contaría a Hayane? Aquello iba a ser un fastidio -. ¿Por dónde vas a empezar a investigar?
- Supongo que empezaré observando a los que me rodean. Si hay algo raro lo averiguaré. - estaba decidido a lograrlo y si le habían intentado inculpar expresamente quizás tendría más probabilidades de acertar quién era el ladrón que la mismísima policía.- Si fuera él ahora me andaría con cuidado y no molestaría, pero claro, ¿y si tiene un cómplice?- el asunto era complicado.- Bah, ya se verá cómo van las cosas.
Terminaron por llegar al aula de ella, aún cerrada. Se escuchaba a la profesora explicar la lección. Los alumnos parecían ya estar calmados de nuevo, en silencio.
- Bueno, ánimo con las clases. Lamento haberte molestado. Cuando te aprendas el guión más o menos quedamos para practicar, ¿te apetece?
Lo cierto es que como decía Tezuka, era todo tremendamente complejo y ella no veía la forma de que pudieran obtener pistas para averiguar algo más pero no iba a quitarle las ganas de involucrarse en aquello. Con todo aquello, se había olvidado de todo lo sucedido en el teatro pero Tezuka no tardó en recordárselo con una alusión a los ensayos. Se llevó un dedo a los labios, pensativa.
- Es cierto, siendo los protagonistas casi todo el guión de la obra estará a cargo nuestro, deberíamos ensayar. Hoy mismo me pondré con ello - le dirigió una sonrisa amistosa antes de añadir -. Oye, ¿qué les digo a tus hermanas de esto? Porque Hayane seguro que me pregunta por qué he tenido que salir y si se lo cuento sabrán dónde nos vimos el domingo.
Y que estuvimos solos, pensó para sí .
Ahí parados, mirándola desde arriba y a pesar de las cosas que le habían enfadado muchísimo momentos antes, no pudo evitar sonreír, divertido. Le colocó la mano en la cabeza como tantas otras veces, pero en esta ocasión se dobló hasta quedar a la altura de ella, y le dio un beso en la mejilla:
- La verdad. No seré yo quien te haga mentir por mí. Cuéntales lo que creas adecuado, Kazehaya-san.
Le revolvió un poco el pelo de la coronilla antes de apartarse y apartar la mano.
- ¡Pórtate bien y no te duermas en clase!
Tal vez le hubiera sorprendido más el hecho de que dijera que contara la verdad sino fuera porque le acababa de dar un beso en la mejilla que la dejó demasiado abrumada. Ruborizada y con los ojos muy abiertos se lo quedó mirando sin reaccionar en absoluto, excepto cuando él se fue, que se llevó una mano a la mejilla, justo en el lugar en que le había besado, y la otra la depositó sobre el corazón, que latía de forma apresurada.
No juegues conmigo, por favor, hubiera querido decir. Le había gustado demasiado aquel beso, no podría soportar que él no tomara en serio sus sentimientos. En algún momento tendría que hablar con él pero de algún modo nunca parecía un buen momento.
Se quedó ahí parada varios segundos, viéndole marchar, hasta que finalmente entró a clase.