Partida Rol por web

James asintió y dio un paso para interponerse entre otra de las criaturas y Jules, que a su vez estaba sobre el cuerpo del joven Mathews, atendiéndolo. 

Giró el cuello haciéndolo crujir mientras sujetaba su fiel revólver con firmeza y apuntando de nuevo, volvió a abrir fuego sobre otra de las criaturas. 

Harry empezó a descender como un zombie, sus ánimos iban y venían cada vez que pensaba en Sara.

Cuando el ataque tuvo lugar, Harry se quedo quieto, mirando la escena. Para él era como si no fuese real, como si fuese un sueño y el lo estuviera viendo desde fuera. Pero entonces la radio que llevaba encima empezó a sonar con más fuerza, y eso actuó como un despertador. La penumbra onírica que envolvía la escena se desvaneció y las voces lejanas empezaron a sonar más fuerte.

El detective vio al chico tumbado en el suelo, desangrándose. A su lado había uno de esos seres voladores derribado. Los movimientos a cámara lenta empezaron a hacerse más rápidos a medida que el detective volvía a la realidad. Jules se puso al lado de el chico, mientras que la pelirroja y James se ponían delante de ellos para cubrirlos. Sin pensárselo Harry sacó su revolver desde la retaguardia donde se encontraba.

-Lo...lo siento -acertó a decir, sintiéndose culpable por su lenta reacción.

El tambor giró, y un disparo volvió a resonar en las escaleras.

Los disparos de Harry y James logran derribar una criatura, la cual cae hasta perderse en el vacío que rodea la escalera. El monstruo alado ni siquiera alcanzó a avanzar un par de metros en su vuelo hacia el grupo.

En cambio el tercer y ultimo monstruo alado sí alcanzó el grupo y la escalera, aterrizando en la baranda de la desvencijada escalera e inclinando los escalones hacia un lado. El brusco movimiento provoca que el cadáver del primer monstruo caiga al precipicio y que todos los demás deban aferrarse a algo para no caer al abismo.

Manteniendo el equilibrio con sus alas desplegadas el Chillador ataca con su pico a Jules, quien se encuentra atendiendo las heridas de Steve. El ataque acaba golpeando una parte de la escalera cuando Jules en su posición estática solo tiene que inclinarse un poco más.

Tras el intento fallido el monstruo observa a Sophie, quien sosteniendo la espada en alto intenta ahuyentar a la voraz criatura.

Sophie se sentía super extraña con la Katana en las manos, en teoría no debía ser difícil manejarla... Así que supuso que si la enarvolaba como un palo podía acertar a dar a algún bicho... Con las piernas temblando rezó todo lo que se le vino a la mente para que James hiciese blanco y se cargara a todos los monstruos voladores... Y el caso es que el hombre tenía buena puntería, pero había más chilladores de esos, demasiados y el superviviente pareció haberse dado cuenta de la presencia de la pelirroja que temiendo que se fuera para ella se puso en la mejor posición que pudo y descargo un tajo al aire... Lo mismo con un poco de suerte al bicho le daba por dejarla por pena... O lo mismo acertaba ella.

Una vez que logra estabilizar a Steve, la rubia observa el entorno mientras frunce el ceño, mucho tiempo no puede estar Sophie moviendo la katana de esa forma. Todos corren peligro con ella a su lado. 

- Dame, gracias por cuidar mis espaldas. Vigila a él, yo me ocupo de estos bichos y despejo el camino. - afirma al tomar la delantera, ya con toda la intención de ir despejando el camino así puede avanzar el resto. - Abro paso, pero debemos decidir si lo cargamos o qué hacemos. Padre, lo dejo en tus manos. 

De esta forma da un pequeño salto, adelantándose apenas al resto mientras avanza despacio y firme, siempre en guardia. 

Uno de los pajarracos cae ante los tiros soltados por los amigos, pero el otro sigue revoloteando alrededor en busca de una presa.

El detective vuelve a accionar el gatillo, para ayudar a la hija de James que se adelanta para envestir a la criatura mientras Sophie mueve la katana en el aire sin demasiada destreza.

Como no podía ser de otra forma, más de esas criaturas aparecieron, y aunque a una de ellas consiguieron matarla a tiros antes de que pudiese acercarse, la otra logró llegar hasta la escalera, amenazando con su pico a quienes más cerca de ella estaban.

¡Tenemos que largarnos ya!- grité, agitando de nuevo el remo para intentar golpear a aquel ser mientras esperaba que esta vez me hiciesen caso… aunque mucho me temía que seguirían sin hacerme caso, por mucho que eso les llevase a todos directos a la tumba.

Los esfuerzos de James por proteger a Jules no surten efecto. La criatura consigue sobrepasarlo y aproximarse peligrosamente a la muchacha. Todo lo que puede hacer James es pegarle un tiro a bocajarro para que muera en su intento, pero el disparo falla de lejos.

Pero por suerte la criatura tambíen falla su ataque.

Los tajos al aire de Sophie solo mantienen al monstruo alejado del resto, el cual salta de una baranda a otra y con ello provocando que la escalera comience a zarandearse e inclinarse peligrosamente en ángulos de hasta cuarenta y cinco grados. Todo esto trae como consecuencia que el grupo deba aferrarse a algo o mantener el equilibrio para no caer al vació al igual que el monstruo anterior.

Lamentablemente Steve, que gravemente herido se encontraba, pierde el equilibrio luego de la ayuda de Jules y cae sin remedio al vacío sin emitir un misero sonido. Su caída libre también es tragada por la inusual oscuridad que todo lo rodea.

Jules logra herir al monstruo alado y tomar distancia antes que James y Harry disparen nuevamente, aunque la puntería de Harry le concede el acierto. También Jane asesta un golpe al monstruo y este acaba también precipitado al abismo.

El camino ahora se encuentra libre pero la débil escalera amenaza con arrojar a todos sus ocupantes al vacío...

James intentó agarrar a Steve cuando éste se percipitó al vacío sin éxito. Casi pierde el equilibrio, pero tras un trastablilleo peligroso, consigue aferrarse a la escalera y recuperar el equilibrio. La estructura parecía tan debilitada que seguir avanzando se antojaba como algo peligroso.

Aunque no conocía mucho al muchacho, lamentaba su pérdida enormemente. Además, les recordaba que esto no era un juego y que cualquiera podría ser el siguiente.

-Se...será mejor que bajemos de uno en uno. Yo iré delante.

Hubiera querido decir algo sobre lo sucedido a Steve, pero no se le ocurría el qué. Revisó el tambor de sur revólver y repuso las dos balas que faltaban antes de continuar y con la linterna apoyada sobre el revólver, apuntando hacia abajo, siguió bajando, muy despacio.

Aunque los movimientos de Sophie con la espada parecían tener más probabilidades de cortarnos a alguno de nosotros que a la criatura, por lo menos le sirvieron para mantenerla alejada de ella... claro que eso también implicó que aquella bestia empezase a saltar de una barandilla a otra, haciendo que la escalera temblase peligrosamente. Y, aunque a pesar de ello, eso no impidió que lográsemos abatir a la criatura y hacer que cayese al abismo, el temblor en la escalera amenazaba con hacernos seguirla.

Rápidamente y sin ni siquiera pensar de manera consciente en ello, enganché el remo entre los postes de la barandilla, falcándome a él con fuerza para mantener el equilibrio mientras veía como Steve, malherido como estaba, no conseguía mantenerse y caía, precipitándose hacia el abismo.

¡Tenemos que salir de esta maldita escalera!- grité, extendiendo una mano para intentar ayudar al resto y evitar que nadie más siguiese a Steve -¡Hay que subir!- añadí.

Con el ataque conjunto, finalmente el engendro se fue abismo abajo, pero no fue el único. El chaval también se precipito hacia la oscuridad. A Harry le sorprendió la sangre fría con la que se tomo esa perdida. Pero es que apenas le había conocido. Casi no habló ni se relacionó con nadie. Además, había tenido la peor perdida que podría tener... y ese pensamiento le llevo hasta Jane.

-Con cuidado...Jane. Esto parece inestable. -le dijo. Y se puso a bajar detrás de ella, vigilando a su hija.

El hecho de haber perdido a uno del grupo no es algo que le agrade a Jules, ya es la segunda persona que va quedando detrás y pese a no haber tenido relación siquiera con Steve, el hecho de morir tampoco es algo que sea bien recibido. Así que tras escuchar la indicación de su Padre, le indica a través de un gesto que ella encabezará aquel recorrido ya que se encuentra adelante y hacer que James pase sobre ella, podría ser peligroso. 

- Estoy adelante Padre, sigue detrás mío.-  afirma determinante, con su katana en la mano. - Si te tranquilizas ayudas. - sermonea a su hermana que la escucha un poco más atrás.

Y de esta forma, ya avanzando lentamente a sabiendas de la inestabilidad que presenta la escalera, continúa con aquel objetivo presente de llegar a un suelo firme al menos. 

La pelirroja pese a sus nulas nociones de lucha y su miedo, fue capaz de mantener a raya al monstruo volador, lo que consiguió darle un poco de autoestima a pesar de lo rápido que le quitó Jules la katana... lo cierto es que tampoco iba a juzgarla mal, ella también se habría quitado al katana a sí misma, podía haberle sacado el ojo al alguien...

El caso es que la caída de Steve si que no se la esperó, la joven Stark no pudo evitar chillar cuando vio al chico precipitarse al vacío, consternada se tapó la boca con ambas manos siendo consciente del funesto final del muchacho que apenas unas horas antes tanta ayuda le había prestado.

- ¡STEVE!... Dios mío...

Sin embargo la escalera era demasiado inestable por lo que no tenían tiempo para el duelo, así que trató por todos los medios de no seguirlo, aferrándose como pudo a la baranda. 

Lentamente la oscuridad mengua a medida que cada escalón acerca más y más al grupo al punto definitivo, al nivel inferior de las catacumbas de la cárcel.

Una hora, según criterios humanos, es aproximadamente el tiempo que le lleva a todos bajar por la maltrecha escalera, y al llegar una bienvenida sanguinolenta les aguarda.

Tan solo un pequeño recinto abierto al abismo circundante es lo que encuentran. La pequeña recamara construida en ladrillo negro mate contiene una puerta de hierro fundido. Junto a ella una macha de sangre marca el punto de caída de Steve y una linea roja continua por debajo de la puerta de metal. A un lado descansan restos de cabello y un zapato del muchacho. 

Junto a la escalera el bolso del muchacho pende sobre un gancho de acero.

Desde luego la escena montada es la creación de una voluntad, la misma que teje el destino de los presentes…

Tirada de Entereza 10 (1/m)