Partida Rol por web

Mientras tanto, los monstruos se habían acomodado en la hamburguesería, donde fumaban sin parar. Uno de ellos se puso a fumar del pico de una tetera que encontró en la cocina. Otro se encontraba chupando la pata de una mesa.
La señora Steele se enjugó las lágrimas lo mejor que pudo, pero aún continuaban brotando, no podía evitarlo. Cansada ya de aquella tarea inútil, tomó una bandeja repleta de hamburgesas crudas y salió de la cocina. Las criaturas la recibieron con ojos hambrientos. No estaba del todo segura de si la deseaban a ella o a las hamburgesas. Les sirvió toda la carne, hecha un manojo de nervios. 

-A… aquí tienes… come todo lo que quieras… pero por favor… no me lastimes...

Luego se apresuró a llevarle otra bandeja de comida a una de las criaturas. Esta se veía diferente a las demás, de piel más oscura y una raya blanca en la cabeza. Además, parecía haber crecido hasta el doble de su tamaño.
 

Aquel monstruo más grande parecía ser el líder del grupo, ya que le quitaba comida a los demás y estos, asustados, se apartaban y le permitían tomar todo lo que quisiese. Engulló con una velocidad increíble la bandeja que le trajo la mujer, y entonces la miró, muy enojado, y comenzó a golpear su plato violentamente usando sus pequeñas garras.
 

-No… no tengo más carne. Ya se comieron toda la que tenia… en serio… si… si tuviera más te la daría…

La bestia emitió un rugido aterrador, tomó a la anciana de los pelos y comenzó a arrastrarla fuera de la hamburguesería. Los demás lo siguieron. Todo el grupo salió del pueblo y se dirigió al bosque en dirección a las viejas cavernas. Todo mientras la pobre mujer gritaba, sollozaba y suplicaba por ayuda.