Partida Rol por web

Notas de juego

Las dos horas que están en esa cueva de ladrones transcurren tranquilas. Diego hace tiempo dando conversación mientras Eban se cura esas heridas. Pero la mayoría de los ojos tiende a desviarse hacia la cimmeria que devuelve las miradas friamente con la mano en la empuñadura de su arma.

La tensión crece por momentos y requiere de toda la habilidad de Diego para que no estalle una pelea. Algunas bromas, un toque de alabanzas para la vanidad de esos ladrones que ahora se juegan las ganancias de su negocio en una mesa con dados. Y afortunadamente la ayuda de Irka y Rufus que no quieren que les destrocen el local.

Sin embargo, más vale no tentar la suerte... al menos no demasiado, confiando en que los guardias hayan perdido interes, Diego los saca de allí en sigilo y les hace moverse por entre los oscuros y estrechos callejones de Shadizar. Entra en una de las puertas de un viejo edificio de tres plantas y sube por las escaleras que crujen bajo sus pies hasta el ático.

Cuando Hundra va a abrir la puerta el ladrón la detiene a tiempo. Se toma unos minutos y al fin asiente satisfecho, parece que nadie ha entrado. Usando sus herramientas levanta un pequeño trozo de madera y por el hueco suelta el nudo de una cuerda ante la intrigada mirada de sus compañeros. Él no responde a la pregunta sin pronunciar, simplemente abre la puerta y para añadir melodrama a la situación hace una reverencia y un gesto con la mano invitandolos a entrar - Bienvenidos a mi humilde morada - dice sonriente.

Al entrar vén dos ballestas pesadas colgadas del techo, una apunta a la entrada y otra a la única ventana en la otra pared. Atadas a ellas hay cuerdas que deben activarse al abrir tanto la puerta o la ventana. Diego se limita a volver a colocar la trampa que ha desactivado al entrar como si fuera lo más normal del mundo - ¿qué? - dice al ver sus miradas incrédulas - vamos, no me digáis que aún no os habéis acostumbrado a la ciudad. Como iba a dormir alguien tranquilo si no toma ciertas precauciones.

- En fin. Pense, que si Perla es quien nos la había jurado como tu dijiste más valía no volver de momento a casa de Eban... - dice echandose en la única cama del lugar - Hundra si quieres hay sitio para ti, nos podemos apretar - dice sonriendo burlonamente - lo siento Eban, prefiero que no me manches de sangre las sabanas, coge esos cogines de por ahí - dice alzando en un gesto indolente la mano - y usa la alfombra.

Bueno, pues como me has encargado tirar del carro. Diego espera lo que puede en el garito y conduce a sus compañeros a su guarida, Eban le ha medio salvado la vida después de infectarse con el veneno de la araña y Hundra parece de confianza.

En teoría he supuesto que no nos topabamos con guardias en el Maul después de un par de horas (se les supone no muy bien recibidos por estos barrios). Y me he imaginado como sería el cuchitril donde vive Diego.

Si hace falta modifica lo que quieras Master.

Notas de juego

Master no no puedo postear en la escena de La casa de Eban porque la escena está cerrada, así que lo hago aquí. Bueno la idea es tratar de acercarme en silencio para identificar al intruso y tratar de seguirlo sin que me vea a ver si me lleva a alguien o algún sitio interesante.

No se que tiradas hacen falta, pero te dejo todas las que podían serlo, si falta algo tiralo tu mismo. Veo en penumbras y supongo que si está rebuscando entre las cosas algo de luz tendrá.