Partida Rol por web

Su propio infierno

Justo Castigo

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20/08/2009, 09:34
Director

Oscuridad... luego una pequeña luz... ¿Era esto la muerte?

Kathleen intentó despejarse, recordar... Las llamas, el calor... ¡El fuego! Se levantó de un salto y miró confundido a su alrededor. ¿Dónde estaba? Lo último que recordaba era como las llamas los rodeaban... Y aquel individuo más allá de las mismas. ¡El hombre de negro con los extraños piercings! Su corazón latía desenfrenado. ¿Dónde estaba? Una habitación vacía, con una puerta de madera. La humedad carcomía las paredes y el techo. ¿Dónde estaba? ¿Era esto la muerte? Una bombilla iluminaba, con luz amarillenta y enfermiza, aquella pequeña estancia. La pregunta taladraba su cerebro una y otra vez: ¿dónde estaba? ¿dónde estaba?

Al otro lado de la puerta, en la lejanía, se oían voces y música. Risas fingidas. Era un sonido que a Kathleen le traía muchos recuerdos. El sonido que normalmente se escuchaba durante la gala de un estreno en el salón de fiestas.

¿Dónde estaba?

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20/08/2009, 10:13
Kathleen Smith

Calor... Fuego... Miedo... Y de repente nada, sólo una habitación, vacía como su mente. ¿Donde estaban los demás? ¿Donde estaba ella? Las preguntas se afolpaban en su mente junto con imagenes que parecían sacadas de una película de terror pero daban una sensación de autentico recuerdo. Estaba confusa. ¿Estaría muerta? O tal vez todo había sido un sueño... Ojalá, pero algo la decía que no, aquella fría y desolada habitación mal iluminada la decía que no lo había soñado.

Se puso en pie y observó su cuerpo en busca de heridas o quemaduras, en busca de algo que la diera una mínima pista de lo que la había sucedido. Sintió como el estómago se le contraía por el miedo y se preguntó cuanto tardaría aquello en acabar, cuanto más tendría que sufrir.

Miro la puerta, la única salida de aquel lugar y dio unos temblorosos pasos hacia ella. No podía esperar allí para siempre.

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20/08/2009, 11:46
Director

No estaba herida. Llevaba la misma ropa que se había puesto en la casa pero ahora estaba libre de manchas y sangre. Ni rasgaduras, ni marcas de fuego. ¿Qué estaba pasando? Se aproximó cautelosa a la puerta y la entreabrió ligeramente. Unas escaleras de piedra, cubiertas de moho y humedad, ascendían entre las tinieblas provocadas por una iluminación sin determinar. En lo alto de las mismas otra puerta, sólo que la siguiente puerta era de madera maciza, casi lujosa. Al otro lado de la misma se escuchaban las risas y el sonido de la fiesta. ¿Qué fiesta? Kathleen sintió un mareo ante la extraña situación. Ahora que estaba sola - ¿dónde estaban los otros? - se sentía más desvalida que nunca...

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20/08/2009, 12:00
Kathleen Smith

Lentamente comenzó a subir las escaleras. Un peldaño, dos, tres... Y en cada uno una imagen, un recuerdo del infierno por el que habían pasado, por el que aún pasaban: lo seres del quirofano, el hombre viviseccionado, el loco encadenado, el ojo en que se había convertido el techo, el bebé zombie... Se detuvo justo antes de llegar a la puerta, sintiendo como las lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas. Todo aquello, todo aquel infierno era consocuencia de lo que había hechos años atrás. De lo que había hecho ella y de lo que habían hecho quienes la acompañaban. Los mismos que estaba segura que ahora conocían su secreto, pero que acuciados por las circunstancias, no la habían juzgado por el pasado sino por el presente.

Alicia, Jim, Quique, Walker... La imagen de Walker demente, arrodillado cogiendo las llaves le vino a al cabeza. Al final daba la impresión de que a todos les había aguardado el mismo destino: Walker se había quedado por voluntad propia y el resto porque ya era tarde, ninguno se había salvado. Agachó la cabeza y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano. Estaba muy cansada, quería que aquello terminase fuera cual fuera el resultado. Decidida, abrío la segunda puerta.

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20/08/2009, 13:27
Director

La puerta se abrió suavamente y la música entró a través de su umbral. Katherine se asomó confundida. Repentinamente se encontraba en un gran salón de baile sobriamente iluminado por lámparas de araña que pendían de un techo inalcanzable. El suelo de marmol le devolvía un reflejo inmaculado de su propio aspecto: no entonaba demasiado en aquella fiesta en la que todo el mundo vestía sus mejores galas. Aunque no era algo extraño: en su vida norma había utilizado su estatus de superestrella para vestir como realmente le diera la gana en cualquier situación, creando incluso tendencia en algunos casos. Su vida normal: que lejano le parecía ahora aquel concepto.

Miro a su alrededor intentando comprender todavía que estaba pasando. De alguna forma sabía que estaba de vuelta en Nueva York y aquella fiesta, posiblemente, pertenecía a los actos de promoción de alguna de sus películas. A su alrededor vio caras conocidas. Aquel del fondo, que charlaba con una joven mujer, era Robert DeNiro. Y más allá estaba Tom Hanks, con quien tenía una amistad especial desde que aceptó ser el productor de su última película. Aquello no tenía ningún sentido... De pronto iba a ser consumida por las llamas y al momento siguiente estaba en una escena cotidiana...

Una mano en su espalda le sacó de su ensimismamiento. Se giró rápidamente, casi buscando de forma instintiva la cadena que había utilizado para defenderse en el psiquiátrico...

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20/08/2009, 13:39
Don Balleys

Sin embargo no era una amenaza lo que le había sacado de su ensimismamiento. Se trataba de Don Balleys, el manager de Katherine. Era un hombre alto, de aspecto cuidado y ademanes tranquilos. Nunca lo había visto nervioso o fuera de lugar, parecía controlar siempre todas las situaciones. Raramente se pasaba con el alcohol y no solía utilizar su posición, como otros, para flirtear con las mujeres bellas pero sin talento que llegaban a diario a Hollywood buscando una oportunidad a cualquier precio. 

Ahora contemplaba a su protegida, como le gustaba llamarla, con una mezcla de humor y desconcierto en su rostro.

- ¿Qué te pasa? ¿Algo va mal?- le dijo tendiéndole una copa de Martini - No te preocupes... No tendremos que estar mucho rato. De cualquier forma podrías haberte buscado un atuendo menos informal. La prensa va a estar más pendiente de tu ropa que de la película.- agregó encogiéndose de hombros, como si estuviera ya acostumbrado a las peores excentricidades de sus actores.

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20/08/2009, 14:03
Kathleen Smith

Su primer impulso fue lanzarse en brazos de aquel hombre y dejarse llevar por las lágrimas, sólo durante un segundo quiso creer que aquello era posible, que de algún modo todo había sido un engaño uns mentira. Pero en el fondo de su alma sabía, sentía, que no era así. Que todo lo que había sucedido era cierto. Se preguntó que les estaría pasando a los otros, al vez estuvieran en la fiesta, tal tuvieran su propia fiesta. Si al menos siguieran juntos todo sería más fácil.

Intentó parecer normal, jugar como había jugado ya en el manicomio y tratar de sacar algo en claro. Con la voz algo trémula atinó a prenutar -¿Qué hora es?- era una buena pregunta para empezar, sólo esperaba tener la suerte de encontrar la forma de continuar.

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20/08/2009, 20:57
Don Balleys

Don Miró su carísimo Rolex y contestó lacónicamente:

- Las tres de la madrugada, querida. Yo también estoy hecho polvo, la verdad. Pero consuélate pensando que mañana tenemos descanso. No tenemos que partir hacia Chicago hasta las 12:00... podremos dormir un poco al menos.

Mientras hablaban un ruído de fondo, más allá de la fiesta, fue cobrando fuerza. La copa de Kathleen cayó al suelo rompiéndose en añicos, aunque nadie se volvió para fijarse en ella. Todos estaban muy ocupados en sus asuntos banales, en sus charlas intrascendentes. Sólo Don la miraba con una sonrisa estre apesadumbrada y cariñosa, como intentando transmitirle fuerzas.

- Vaya Kathleen... el niño está llorando. ¿No vas a mirar que le pasa?

El ruído de fondo, amortiguado por la música de la fiesta, era inconfundible: el llanto de un bebé.

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21/08/2009, 09:35
Kathleen Smith

El llanto comenzó a tamborilear en su cerebro... El niño... O tal vez otra aberración. El estómago se le encogió. Intentó mantener la calma mientras su cerebro daba frenéticas vueltas. No podía ser su hijo, de ninguna manera, no estaba... y aunque lo estuviera no sería un bebé. Miró a Don con toda la serenidad de la que pudo hacer acopio y respiró profundamente antes de hablar -¿Dónde está?- no se le ocurría nada mejor que dejarse llevar por la situación, ver a donde le conducía todo aquello. Ahora ya estaba segura de que aún faltaba mucho para que bajase el telón de aquella obra.

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21/08/2009, 09:56
Don Balleys

- En el salón adyacente.- dijo señalando unas puertas dobles al final de la sala - ¿Quieres que te acompañe?

Kathleen miró las puertas que señalaba Don. ¿Cómo era posible que nadie escuchara aquel llanto desesperado? Casi al lado de aquellas puertas Tom Cruise se reía histriónicamente - a Kath le siempre le había precido que sobreactuaba más en la realidad que en la ficción - ante una broma de un individuo mayor que la chica no pudo identificar. Sin embargo el llanto se escuchaba claramente por encima de las risas. ¿Cómo es que nadie se daba cuenta? Sólo Don y ella parecían percatarse del hecho.

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21/08/2009, 10:02
Kathleen Smith

Fuera lo que fuera lo que le esperase al otro lado de aquellas puertas, estaba convencida de que no sería agradable, al menos aquel ensueño, aquellos pocos minutos en un entorno habitual la había dado un respiro, ver a Don la había dado un respiro. Era hora de continuar.

Kaht se colgó suavemente del brazo de Don, casi temblorosa y con los ojos cerrados para evitar que se le escapasen las lágrimas contestó. -Sí, por favor- .

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23/08/2009, 13:01
Director

Don la condujo a la sala del lado, cerrando las puertas tras de sí. Era un amplio despacho sobriamente decorado. Junto a un enorme ventanal había una cuna. Katherine aguantó la respiración mientras se aproximaba a ella. Don permaneció apoyado en la puerta, dejando que la madre se aproximara a la cuna.

Cuando se asomó Kathleen sintió que su estómago se retorcía y el aire le faltaba. En la cuna había un bebé que se retorcía llorando desesperado. Pero era una momia reseca y retorcida. Algunas moscas salían de su oído. Sus manecitas diminutas se habían convertido en garras casi de hueso. Sólo los ojos, aquellos ojos verdes como los de Kathleen, mantenían vida. Ahora estaban abiertos de par en par - sus pestañas resecas no los cerraban - y miraban desesperados a la mujer horrorizada.

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23/08/2009, 13:06
Don Balleys

- Creo que tiene hambre Kath... Deberías darle de comer...- dijo con total tranquilidad Don a sus espaldas, desde la puerta - Las revistas no perdonarían a una actriz que fuera cruel con su bebé. Todo por lo que hemos trabajado se vendría abajo. Y después de todo, la criatura no tiene la culpa ¿verdad?

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24/08/2009, 08:56
Kathleen Smith

El descanso había terminado, aquella abominación con forma de bebé retorciendose en la cuna hizo que el estónmago de Kath se contrajera violentamente. Las lágrimas afloraron de nuevo a sus ojos y se las enjugó con el dorso de la mano mientras se volvía hacia Don y daba la espalda a la cuna.

-¿Quien eres?- la imagen del hombre entre las llamas empezó a materializarse en su mente mientras miraba al falso Don con una mezcla de miedo y odio. -Tu no eres Don y esto no es mi hijo...

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24/08/2009, 12:13
Nefarita

Los rasgos de Don fueron mutando paulatinamente. Su rostro sereno se convirtió en una mueca de ironía mientras dolorosos clavos surgían de su cabeza. La ropa iba tiñéndose de negro al convertirse en el tipo de traje que llevaría un sadomasoquista en plena sesión. Sus manos adoptaron unos dedos largos, como garras. Pero su rostro, su cabeza rapada, era lo que denotaba su inhumanidad: cientos de clavos de metal clavados sobre toda la superficie de su rostro y cabeza, sobresaliendo varios centímetros. Y aquellos ojos carentes de piedad...

- Oh... Bueno, pensé que estarías más cómoda con alguien cercano.- dijo el inviduo con una voz que recordaba al susurro de las ramas de árboles muertos en un bosque nocturno - No soy Don, de acuerdo... Pero ése es tu hijo. Lleva años sufriendo en el infierno por tu culpa ¿sabes? Supongo que su alma inocente tiene la esperanza de que su mamá la acoja de vuelta... O quizás dé algo a cambio de la suya. ¿No lo quieres recuperar Kath? No te culpo... Supongo que la carne muerta no es del gusto de los humanos.- su risa era gélida, hiriente como un trozo de hielo - Pero ¿qué culpa tiene él? Quizás podamos llegar a un trato.

Se acercó a Kath. La mujer sintió una punzada de miedo ancestral, atávico, pero fue incapaz de moverse. Aquellos ojos la mantenían inmovilizada, indefensa.

- Digamos que te ofrezco algo para salvar el alma de tu hijito... ¿Qué te parece un cambio? ¿Sí? Dejarías de tener esas pesadillas... El alma del niño renacería en otro cuerpo. Quien sabe: quizás algún día estés preparada. Pero pasarías cuenta... Alguien, por supuesto, tiene que pagar los platos rotos.

Se aproximó a la cuna. La inmóvil Katherine continuaba mirando fijamente la puerta, pero podía escuchar su voz a su espalda. Tan cerca... Y escuchaba también el llanto contenido del bebé muerto. Todos los poros de la muchacha querían gritar de terror, pero no podía hacer nada. Su cuerpo no la obedecía.

- ¿Qué te parece un cambio? Dame el alma del compañero que menos te haya gustado en tu viaje... ¿El enorme rugbier? ¿Sabías que mataba gente y comía sus hígados para obtener la fuerza? O quizás la doctora con su nobel ganado a base de infectar a unos aborígenes inocentes para luego intentar curarlos... al menos a unos cuantos. ¿O puede que el cantante? ¿Sabes que le pone asesinar groupies? Las drogas no le dejan pensar con claridad... Tiene un bonito historial tras él... El médico queda fuera de lugar. Aún nos hace falta y su alma, sinceramente, ya nos pertenece. Otro nos la ofreció hace mucho, mucho tiempo... Escoge Kahterine... Escoge...

Notas de juego

No puedes mover ni un músculo, pero puedes hablar.

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24/08/2009, 12:25
Kathleen Smith

Las lágrimas caían por sus mejillas, inmóvil sentía como su alma se rompía en mil pedazos, como un dolor lacerante empezaba a atravesarle el pecho. El bebé, allí tendido, llorando. Aquel bebé que años a trás no le había importado sacrificar ahora le reclamada la vida que ella le había arrebatado, ¿a cambio de qué? A cambio de un alma. De un alma que en el fondo ya estaba condenada, porque si lo que aquel ser decía era cierto, todos ellos eran culpables y ninguno merecía salir de aquel infierno.

Imaginó como sería aquel niño de haber vivido. Imaginó como hubiera sido su vida si no lo hubiera matado. Imaginó tantas cosas en tan escasos segundos, que las lágrimas en sus ojos terminaron por secarse, porque no había lágrimas suficientes para redimir lo que había hecho. Pero no cometería el mismo error dos veces.

-No te puedo dar aquello que no es mio. Sólo puedo ofrecer mi alma a cambio de la del pequeño. Que mis compañeros lidien con sus propias pesadilla...- las lágrimas regresaron, inútiles, goteando sobre su ropa y el suelo.

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24/08/2009, 12:56
Nefarita

Una risa sin humor resonó a las espaldas de Kathleen. Luego el aliento fétido del nefarita se deslizaba como agua emponzoñada por su cuello mientras una voz cargada de odio susurraba en su oído, siempre a sus espaldas:

- Que noble... Que gesto tan hermoso... Estoy seguro de que tu niño te daría las gracias si pudiera olvidar todo lo que pasó en el infierno mientras tú disfrutabas de tu fama... Tendrás que disfrutar lo que puedas de tu vida porque luego viene una eternidad de sufrimiento y dolor... ¿Estás segura de que estás preparada? ¿Estás segura de que vas a querer pagar tú? Los humanos no entendéis demasiado la palabra eternidad... Puedes vivir una vida con culpa pero ¿una eternidad? Los otros no son más inocentes que tú...

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24/08/2009, 13:05
Kathleen Smith

-¿Preparada?- Kath río amargamente -No estaría aquí si hubiera estado preparada.- meditó durante un segundo y continuó. -No hay hermosura en mi gesto, no es noble. Es puro egoísmo.- hizo acopio de toda la frialdad que pudo (bastante poca a decir verdad) antes de exponer su planteamiento. -Llevo años sin dormir, sin descansar y sin disfrutar de nada de lo que tengo por lo que hice. Si hago lo mismo, ahora que además sé que las consecuencias son mayores de lo que imaginé en un principio, no conseguiré sino repetir los mismos errores, multiplicar el dolor, las pesadillas... Y a fin de cuentas, ¿quien me asegura que a los demás no les ofrecerás el mismo trato? ¿quien dice que no me habrán vendido ya? No, esta vez no quiero mancharme de sangre, ni de culpables ni de inocentes.

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24/08/2009, 13:26
Director

Nadie contestó a las palabras de Katherine pero, repentinamente, fue consciente de que volvía a controlar su cuerpo. Casi de forma instintiva se giró y retrocedió unos pasos: el nefarita ya no estaba allí. Sólo la cuna, ahora vacía con sus sábanas revueltas dejaba constancia de lo sucedido. Tras la puerta el ruído de la fiesta continuaba mientras un reloj marcaba los cuartos. Las tres y cuarto.

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24/08/2009, 13:33
Kathleen Smith

Volvió a acercarse a la cuna. Lás lágrimas se negaban a dejar de salir y empaparon las sabanitas. Imaginó a un niño normal allí, a un niño vivo, y acarició la ilusión que su mente creaba. -Algún día...- Las palabras salieron de su boca dejando entrever algo de esperanza antes de volver a la realidad en la que se encontraba. Aún seguía la fiesta, pero no sabía que tipo de fiesta la esperaría al otro la do de la puerta.

-Es tarde, hay que continuar. Vamos, Kath, ultima función- volvió a secarse las lágrimas con el dorso de la mano mientras trataba de autoinsuflarse un poco de fuerza -Don siempre dijo que la última función debía ser las más espactacular y no quieres defraudarle. Vamos, Kath- Caminó hasta la puerta de nuevo y tomó aire, antes de enfrentarse al infierno que le esperase fuera, porque ahora sí sabía que aquello era parte del infierno, o al menos parte de su infierno.