Partida Rol por web

La voz de Walker resonaba como la de un sacerdote en aquella oscuridad repentinamente silenciosa:

- Debe pagar... de todos los que han hecho cosas maslas, muy malas, Walker ha sido el peor...- el doctor tragó saliva, pero a pesar de todo continuó leyendo:- Fue malvado y no tuvo piedad. Y no está con nosotros en el Infierno. Lo estamos esperando. Queremos que venga con nosotros. No queremos otras almas. Lo queremos a EL. Es NUESTRO.

La voz del Dr. interrumpió los macabros pensamientos del deportista y lo obligó a olvidarse por unos segundos de su guardia para mirarlo con curiosidad Que habría hecho para que lo consideraran EL PEOR. Quique conocía su propio pecado, en realidad suS propioS pecadoS y hubiera jurado que eran "de lo peor".

Sin embargo parecía que los del médico eran aún peores. Por lo menos según... alguien. "Pero quien?... Porque...? Como...?" Meneando la cabeza el hombretón solo atinó a comentarle al Dr. - Pero que dices. De que hablas? El infierno... ya estamos aquí! Déjate de decir estupideces y busquemos a Price -

La voz de Walker hizo que Jim se fijara en el doctor, y por primera vez se dio cuenta de que estaba frente a la maquina de escribir, leyendo un papel. Jim bajó la mano que hace unos segundos sostenía con entusiasmo el manojo de llaves, y miró a Walker con el ceño fruncido. El cantante no sabía si la nota se refería al Walker que tenían delante o a su antepasado, pero empezaba a pensar que el doctor tenía demasiado protagonismo en lo que estaba ocurriendo. Tal vez fuese hora de pedir ciertas explicaciones.

-¿Y bien, Doc? ¿Tienes algo que decir? Hasta ahora he respetado tu silencio sobre tu secreto, igual que con los demás, pero creo que es hora de que empieces a contarnos que coño está ocurriendo en este lugar. Todos tenemos nuestro secreto, pero es evidente que el tuyo es el único que nos afecta a todos. ¡Tu y tu jodido antepasado!- Jim miró al resto del grupo, como buscando apoyo- ¡Vamos, Walker, dinos que sabes de ese antepasado, y por qué coño estamos metidos en esta mierda!

-No creo que perder los estribos sirva de nada- en contra de la lógica, la ctriz hablaba en tono frío y casi relajado -Yo no quiero saber el secreto del doctor, como no quiero saber el del resto, pero creo que sí es hora de que nos cuente el de su antepasado. A fin de cuentas, es evidente como dice Jim, que nos está afectando a todos.

Alicia enarcó las cejas y giró lentamente al oir las palabras de Walker, mirando azorada a su colega.

"Vaya, y yo que pensé que era la peor de todos... Me pregunto qué habrá hecho éste hombre..." Fueron sus pensamientos antes de que Jim increpara a Walker.

-Creo que Kathleen tiene razón, Jim. Todos tenemos nuestros secretos y es mejor para todos que permanezcan así.

-Pues yo creo que no- respondió Jim a Alicia- No cuando el secreto de uno de nosotros puede implicarnos a todos. Mi secreto no tiene nada que ver con esta movida, lo mismo daría que lo supieseis que no. No solucionaría nada. ¡Pero el nombre de Walker sale por todas partes, joder! ¡Tiene que saber algo! ¡Al fin y al cabo ha sido su antepasado el que ha liado toda esta mierda!- Jim parecía alterado, sin entrar en razón. Necesitaba respuestas a todo lo que estaba ocurriendo, y estaba seguro de que Walker podía tener alguna…

-Tranquilos todos, ¿de acuerdo? -dijo el doctor, tajante- No tengo la más remota idea de a qué se refiere esta nota, y en mi opinión es tan solo otro de los jueguecitos de Price dejó por aquí perdidos antes de que se le fuera todo esto de las manos.

Arrancó la hoja de la máquina de escribir con fuerza y dio la vuelta a la mesa, acercándose a los demás mientras intentaba olvidarse de lo que habían visto en el techo hacía un rato.

-Y ahora no me vengas de angelito, Jim, que todavía no estoy senil y recuerdo el cuarto de baño lleno de sangre con tus letras en plan graffiti -miró al resto y continuó con su discurso improvisado-. No estamos aquí para juzgarnos unos a otros, sino para salir de este sitio y, si es posible, hacerle tragar toda esta mierda a Price en el proceso. Si mis contribuciones, o las de mis antepasados, deben ser puestas en tela de juicio, que así sea. Pero no por vosotros. A vosotros no os debo explicaciones, igual que no me las debéis a mi. El futuro dirá.

Le entregó la hoja escrita a Jim, y se dirigió al recién descubierto botiquín.

-Por cierto -dijo de pasada-, el supuesto poder sobrenatural que lo sabe todo y conoce mis secretos necesita prácticas de mecanografía: ha escrito maslas con dos eses. Menuda gilipollez...

Jim no dejó de mantener el ceño fruncido mientras Walker hablaba.

-No jodas, Walker. Yo no seré un angelito, pero nada de lo que yo haya hecho os afecta a vosotros. ¿Puedes tu decir lo mismo? Pero, tranquilo, no colabores, no nos cuentes que tiene tu antepasado que ver en esto, aunque pueda ayudarnos a salir de aquí. Eso si, no esperes que yo mueva un dedo para salvarte el culo esta noche- Jim cogió el papel que le alargaba el doctor, y haciéndolo una bola lo lanzó al suelo con rabia. Salió de la enfermería, pasando junto a Quique.

-Parece que no somos el equipo que te gustaría- comentó a este último, mientras giraba la vista hacia el pasillo por el que habían venido, intentando ver la pesada puerta metálica que anteriormente habían intentado abrir. Tal vez en el manojo de llaves estuviese la de esa puerta.

- No, no sé si este equipo es el que me gustaría, pero es el que hay - contestó el rugbier en medio de un ataque de sentido común - Yo no opino sobre vuestros secretos, cada uno tiene el suyo, por algo estamos aquí. Pero creo que esto va más allá de eso. Quizás el "secreto" del antepasado del buen doctor SI nos afecte a todos -

Quique tomo el papel y deshizo el bollo para leerlo - Sabeis... no creo que esto tenga que ver con ninguno de nosotros. Ni siquiera con Nicholas. Creo que este mensaje está dedicado a su antepasado. No me creo que el "infierno" sea la sala con llamas que nos inculcaron desde pequeños - Pensativo, Quique intenta desarrollar su idea - Debe ser... no se, un loquero quizás. Parece que alguien lo busca. Si, e incluso la falta de ortografía puede ser por eso, no creo que un loco escribiendo a máquina sea el mejor redactor. Parece que "ese" Dr. Walker escapó de sus perseguidores... pero que tiene que ver eso con nosotros... y con Price? No lo se. No lo entiendo -

Mientras mueve la cabeza de un lado a otro Enrique no pierde de vista la sala oscura. Está preocupado por el papel, pero se auto-impuso la obligación de hacer guardia y sabe que en este equipo, como en cualquier otro, el intentará cumplir su tarea.

Jim deshizo el camino hacia la puerta de metal. Estaba furioso: furioso con el doctor Walker y sus secretos, furioso con Price y sus locuras, pero sobre todo furioso consigo mismo. ¿Cómo había dejado meterse en aquel fregado? Lanzando maldiciones volvió junto a la puerta de metal tras la cual aquel ruído monótono continuaba casi burlándose de ellos. Con una ansiedad produto de la rabia interna probó todas las llaves. ¡Ninguna encajaba! Sin poder contenerse golpeó aquella puerta intraspasable. ¡Se estaban burlando de ellos! ¡Más de una docena de llaves y ninguna abría aquella maldita puerta!

-Mantengamos la calma. Estoy de acuerdo con Quique, aquí hay algo más de lo que creíamos en un principio, pero quedarnos aquí discutiendo no nos llevará a nada. Nosotros somos cinco y ellos... sean lo que sean... Seguro que son muchos más. Tenemos que evitar volvernos unos en contra de otros- Jim salió de la habitación y la actriz dudó en seguirlo o no, esperando a ver como reaccionaban el resto de sus compañeros

Al ver los fallidos intentos del cantante con la puerta metálica, Quique optó por no decir nada. Evidentemente Jim estaba de mal humor y no era necesario incrementar este más de lo necesario.

Simplemente esperó que este levantara la mirada y le señaló, con la vista, la puerta que había conseguido trabar con el hacha y la barreta. Quizás esas llaves si sirvieran de algo.

Fue solo un momento. Quique tenía claro que a veces era más importante que un jugador se sintiera util que la verdadera utilidad de sus acciones en el juego. Aunque en este caso no se tratara de un jugador ni de un juego y abrir las puertas fuera MUY util, el principio, suponía, sería el mismo. Sin embargo no quería dar instrucciones, solo miró fijo hacia la puerta por un momento y esperó que el cantante tomara su decisión.

Dándose vuelta volvió a clavar la vista en la sala que se mantenía a oscuras. Quizas abrían una puerta, quizás no. Pero el seguía sospechando que si había algún peligro vendría de ese lado

El doctor Walker salió de la enfermería tras los demás sin prodigarse en palabras. Se sentía incómodo y aturdido por lo sucedido. Confrontaciones estúpidas y discusiones que brotaban fruto del estrés de la situación. No hacía falta ser psicólogo para saber que las posibilidades de acabar a torta limpia con alguien eran elevadas dadas las circunstancias.

Tenía que relajarse, tranquilizarse. Respiró lenta y profundamente, luchando por dominar el tic de su ojo que volvía, implacable, a recordarle que su conciencia seguía ahí para recordarle sus... ¿pecados? ¡Bobadas! Religiones y pamplinas nunca habían hecho mella en él o en su causa y no iba a empezar ahora solo por haber tenido un encontronazo con el cantante.

Debe pagar...

Apartó el pensamiento. Tenía que concentrarse en el presente.

Queremos que venga con nosotros...

Controló la respiración, cerrando los ojos. Le costaba mantener el equilibrio.

Lo queremos a él...

Un escalofrío le recorrió el espinazo. Notaba la garganta seca y tenía dificultades para tragar. Abrió los ojos y miró al techo una vez más, aterrado ante lo que pudiera ver.

ES NUESTRO...

-Abran la puerta por el amor de Dios... -susurró con un hilo de voz, casi una súplica.

Jim, tras intentar infructuosamente abrir la puerta metálica, volvió hacia el grupo, maldiciendo entre dientes. Hace unos pocos minutos estaba celebrando haber encontrado las llaves, pero ahora caminaba malhumorado, sintiéndose desgraciado en aquel lugar. ¿Qué coño hacía allí cuando podía estar tocando con su grupo, o lo que es mejor, emborrachándose en su casa? Todo esto es una mierda…- pensó el cantante, mientras sus camperas resonaban en el suelo del pasillo.

Jim observó el gesto de Quique, que le señalaba hacia la puerta que había trabado con el hacha. Asintió con la cabeza, pero aún con gesto serio. Probó de nuevo las llaves en esa cerradura.

Kath miraba hacia la oscuridad que Quique seguía vigilando mientras Jim trataba de abrir la puerta. Se preguntó que habría allí escondido. Su mente desconecto por un momento del grupo que la acompañaba y sigió con la mirada perdida en la negrura, sumida en sus pensamientos.

Alicia tomó una botella de desinfectante y un poco de algodón del armario de la enfermería y se acercó a Walker.

-Tome, dr. -Le dijo a su colega tendiéndole la botella y el algodón. -Tal vez quiera pasarse un poco de esto por ahí. -Señaló a la mancha de sangre en su costado, luego se volvió hacia el resto de suis compañeros.

Lentamente se acercó a la puerta donde estaba Enrique y se quedó allí esperando a ver si Jim tenía suerte con las llaves.

Jim probó un par de llaves en la puerta. Su malhumor crecía por momentos mientras pensaba que tendría más de lo mismo: llaves inútiles. ¡Estaban jugando con ellos! Maldijo nuevamente el momento en el que recibió la invitación de Price y justo entonces una llave entró con suavidad en la cerradura. No era tan satisfactorio como el abrir la puerta de acero, pero podía decirse que algo sí que era. Probó a girarla levemente: cedía sin problemas. Era la llave correcta.

Jim hizo un gesto a sus compañeros, sobre todo a Quique, para que se acercaran. No quería estar solo frente a la puerta cuando la abriese. Además, la ayuda del rugbier no vendría mal para quitar el hacha que el mismo había clavado.

-He encontrado la llave- les comunicó, sin demasiado entusiasmo-. Quique, intenta desclavar el hacha, para que pueda abrirla.