Partida Rol por web

Sueños de glamour y metal (+18)

Introducción al mundo

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17/03/2019, 20:21
Director

 EL GRAN RENACER

Fue como el mecanismo de un reloj, implacable y preciso. Todos y cada uno de los remanentes del feudalismo y la apolillada monarquía cayeron a lo largo de los cien siguientes años, sentando las bases de un futuro moderno y brillante que pocos imaginaban en aquel entonces...

Roberto Alardes Muérdago, Rector de la Excelentísima Universidad Robles Dorados de Zira.

Por más tiempo del que las gentes podían recordar, los humanos habían vivido en sus pequeños reinos, siempre divididos y enfrentados. La paz estaba a merced del poder de la nobleza y la monarquía, y nunca duraba demasiado. A pesar de compartir el mismo territorio -o incluso la misma lengua- la raza humana parecía condenada a repetir este ciclo una y otra vez.

La llegada de Los Plateados cambió eso. La mitad de su historia son exagerados mitos, pero lo que es seguro es que este grupo de veinte intregrantes surgió en uno de los reinos que hoy día conforman la Región de Kanto. Conformado por humanos y pokémon, buscaban la unidad y el fin de las guerras. Unos dicen que seguían órdenes del propio Arceus, otros que tan solo buscaban venganza por viejos agravios y querían ver el fin del Antiguo Régimen. Cualesquiera que fueran sus razones, la revolución que se extendió desde Kanto pronto alcanzó las demás Regiones.

Habrían de pasar cien años para que todas las Regiones terminaran de perfilarse, pero las bases ya se habían asentado; Hoenn, Jhoto, Teselia, todas ellas fueron forjando su propia identidad nacional, desarrollando su tecnología y acumulando riqueza. Sin el fantasma de la guerra acechando, una era dorada de progreso y colaboración se estableció en todos los teritorios: el Gran Renacer. Zira en aquellos momentos era aún parte de la Región de Jhoto, una pieza insignificante y carente de cualquier importancia en el panorama global.

 

UN NUEVO INVENTO

¿Me tomáis el pelo? ¡Con algo similar a esto juagaba al futbol en mis años mozos!

Mark Lenders, 13º Presidente de Teselia, al sostener su primera Pokeball.

Con la ayuda de los Pokémon, el descubrimiento de los combustibles fósiles y la industrialización se sucedieron a una velocidad pasmosa. El papel de los entrenadores Pokémon, que solo había estado ligado a la guerra, era ahora símbolo de progreso y prosperidad. No había niño que no quisiera ser dueño de su propio Pokémon y por primera vez en mucho tiempo eso era posible. O casi.

Lo cierto es que con los métodos de crianza antigua era casi imposible suplir la demanda existente -en especial de Pokémon tipo Fuego, Agua y Eléctrico. Los Pokémon, salvo excepciones, no eran muy dados a reproducirse en gran número cuando estaban bajo supervisión humana y nadie sabía como remediarlo. Las capturas de Pokémon salvajes se dispararon, pero también lo hicieron el numero de muertes de los intrépidos que las llevaban a cabo. Incluso ya capturados, transportarlos a los sitios donde eran necesitados era una empresa muy costosa y que no siempre acababa bien. Como puntilla, alguna gente temía las consecuencias que esta situación podría traerles; desde los templos se avisaba que quizás Arceus no viera con buenos ojos la invasión de los territorios Pokémon vírgenes.

Nadie esperaba que la solución llegase de la mano de Segismundo Galván. Durante la mayor parte de su vida este hombre solo había sido el conserje de la Universidad Máxima de Jhoto, cuyo mayor logro era mantener a su familia de seis miembros con su exiguo sueldo. Por razones desconocidas, empezó a obsesionarle la problemática existente y quiso ponerle remedio, como atestiguan los registros de familiares y amigos cercanos. Y si bien no poseía estudios superiores, su mente era la de un genio. Le encantaba acumular conocimiento y lo hacía a las mil maravillas, pero era feliz con su sencilla vida.

Al morir, no hizo ninguna gran revelación. La gaceta de ese día solo tenía un pequeño obituario pagado por la familia. Pero un mes más tarde, cuando su testamento se hizo efectivo, los dirigentes de la Universidad simplemente no podían creerlo. Los papeles que su hijo trajo consigo contenían los planos de un invento capaz de convertir capturar y almacenar Pokemon en su interior, con una fuente de energía autónoma y virtualmente inagotable; la Pokeball.

Los días siguientes fueron convulsos. La Universidad avisó de inmediato al gobierno de Jhoto, quienes a su vez confiscaron los planos del invento, conscientes de su enrome potencial. Los primeros prototipos estaban listos apenas unos días después, pero los cientificos se toparon con algo inesperado. Esperaban poder revelar y aprovechar esa fuente misteriosa de energía, pero resultó del todo imposible. No importaba cuantos análisis ni que pruebas se hicieran, no se podía extraer esa energía de las Pokeball ni usarlas como fuente de alimentación de otras máquinas.

Inevitablemente la noticia se acabó filtrando y los representantes de cada Región exigieron la presentación de aquel invento a la sociedad, dada su vital importancia. Acosado y sin obtener nuevos resultados, Jhoto no tuvo más opción que capitular. La patente fue concedida a la familia Galván, que no tuvo problemas en encontrar capital para comenzar una producción en masa de Pokeball. Los beneficios de aquella pequeña bola eran inigualables y pronto todos los entrenadores Pokémon hacían acopio de ellas.

A día de hoy se siguen investigando las Pokeball, pero nadie ha logrado desentrañar la hazaña de Segismundo.

 

EXPANSIÓN Y SANGRE

Ya llegan de nuevo. Ese silbido. Los hombres ya ni siquiera se molestan en apuntar...   solo oímos sus cuchillas, sus malditas cuchillas silbando al viento. El capitán dijo... un escuadrón de Charizards para enfrentarse a estos Bichos, pero llevamos esperando una semana... maldición, no dejo de oír ese silbido... Pueblo Lavanda fue completamente demolido por una fuerza subterránea... ojalá pasase lo mismo aquí. ¡Haced que ese silbido pare!

Fragmentos de una carta anónima de un soldado kantiense.

La competición entre Regiones había sido amistosa desde el Gran Renacer, pero el orgullo patrio y el gran crecimiento hizo que los gobiernos se volvieran ambiciosos. Las fronteras empezaron a tantearse y porciones de tierra menores fueron tomadadas. Ejércitos profesionales empezaban a aparecer e incluso hubo un par de escaramuzas, pero la tensión parecía estar bajo control hasta que, hace once años, Teselia rompió su pacto con Kanto y atacó el Archipiélago Naranja, reclamándolo como suyo.

Pactos y alianzas se pusieron en juego mientras las Regiones se levantaban en armas las unas contra las otras. Una nueva guerra comenzaba, pero mucho más letal que las que se hubieran visto hasta la fecha. Miles de humanos y sus Pokémon fueron llamados a filas, acompañados por ingentes cantidades de maquinaria bélica. Muchas ciudades costeras fueron saqueadas y los bombardeos se volvieron una constante en cualquier ciudad con un mínimo de importancia estratégica. Todas las Regiones pensaban que eran más fuertes que sus enemigos y estaban seguros de que la situación se resolvería en un par de meses.

Por supuesto, se equivocaban.

Zira jugó sus cartas de manera magistral aquellos días. Independiente y neutral, su crecimiento había sido algo lento comparado con las Regiones vecinas, pero con la llegada de la guerra la Cámara de Notables y el Primer Minsitro decidieron intervenir y sacar provecho de los abundantes recursos que acaban de descubrir en su territorio. Así, con una posición estratégica envidiable, Zira empezó a enviar armas, vehículos y aviones a todas las potencias que estuvieran dispuestas a pagar sus costos.

Dos años después, tras haberse desangrado literal y economicamente, las principales Regiones firmaban un armnisticio que establecía el cese del conflicto por un periodo de diez años. Zira recibió estas noticias con horror, pues esperaba un largo conflicto que llenase sus arcas y debilitase a sus enemigos para que no pudieran hacerles frente. Ahora, con la formación del Entete Kanto-Jhoto, el fin de Zira como Región Independiente parece cada vez más seguro...

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17/03/2019, 20:22
Director

EL CAMINO DE UN ENTRENADOR

Resultados. No importa que metodos empleen, si quieren llegar a lo más alto deberán ser excepcionales y alcanzar los mejores resultados. Aunque eso no signifca que vayan a derrotarme, claro.

Sishio Makoto, campeón invicto de la Liga Pokémon de Jhoto desde hace veinte años.

Alcanzados los doce años, niños y niñas reciben su primer Pokémon y pasan a considerarse jóvenes adultos, listos para explorar y enfrentarse al mundo. Esta antigua tradición se remonta hasta los tiempos anteriores a la unificación de Regiones, aunque por aquellos tiempos era mucho más caótica y peligrosa. Hoy día los gobiernos ponen gran parte de sus empeños en que estos viajes resulten seguros y productivos, aunque sigue habiendo accidentes y alguna que otra muerte ocasional.

Aunque ensalzado por la radio y la prensa, muchos jóvenes descubren que mantanerse como entrenadores no es nada fácil. Tras el primer año muchos desisten, volviendo a casa o buscando un trabajo con el que poder sobrevivir. Los que perseveran pueden tardar años en conseguir un puñado de medallas y en ese tiempo muchos maduran y deciden de igual modo empezar a trabajar o estabelcerse porque han encontrado pareja. Unos pocos afortunados llegan a ser Líderes de Gimnasio o a trabajar para ellos, lo que les garantiza una buena calidad de vida.

Los que superan todas estas dificultades ven alcanzado su sueño; llegar a la Liga Pokémon. La competición por llegar a la Liga es el mayor evento mediatico de todas las Regiones. En el caso de Zira, los combates duran tres días y son considerados festivos nacionales. Allí se enfrentarán a los entrenadores más poderosos de toda la región, veteranos en mil combates. El que consigue derrotarlos será nombrado como nuevo Campeón de la Liga, un acontecimiento que suele darse cada cuatro o cinco años. Los que no llegan a tanto a veces tienen la suerte de pasar a ser pupilos de algún miembro del Alto Mando o incluso ocupar su puesto.