Partida Rol por web

Me pongo a escuchar la conversación al otro lado de la puerta... 

Te acercas a la puerta con sigilo mientras agudizas el oído.

Los dos hombres están hablando sobre la liga de fútbol: parece ser que el Depor ha conseguido entrar en la parte de la tabla que le permite un acceso a la liga de campeones.

Curas y deportes! puaj, que aaaasco de combinación. Subo al piso de arriba a ver si encuentro algo de interés en las otras habitaciones.

Mientras subo al piso de arriba pienso en la información recabada: está claro que el párroco de esta Iglesia es el monaguillo. Y el señor Maltes debe ser el prior... si acaso el pasante. Lo más curioso es ese tal Otto... parece un iniciado con talento... y por lo tanto problemático.

Llego al piso de arriba y me dispongo a examinar habitaciones en ppo abiertas.

La primera que abres es un pequeño escobero, con un viejo cepillo y una fregona con su cubo. La siguiente es una habitación casi igual que por la que has entrado: una cama no muy grande, una cómoda y un armario de dos puertas. Encima de la cama, colgando de la pared hay un cuadro de la Anunciación:

Al fondo, junto a la puerta cerrada de un balcón, ves un escritorio. La luz de un farol se filtra a través de los cristales del balcón, bañando con una luz fría y pálida un montón de cuadernos que hay en el escritorio.

Te acercas, dejando la puerta abierta por si oyes a alguien subir por las escaleras. Los cuadernos son de dibujo: en ellos hay dibujos a lápiz, sanguina y carboncillo. Paisajes, escenas del Rastro y algunos de pájaros llenan las hojas.

-Parece que no se le da nada mal el dibujo, no señor...-piensas mientras vuelves a dejarlo en su sitio.

En la cómoda no hay nada, pero en el armario te das cuenta de que hay un tabla debajo de unos jerseys que parece sobresalir un poco. Coges por una de las esquinas y la levantas son dificultad. Debajo hay una agenda o un diario en una especie de compartimento secreto.

Los coges y empiezas a hojearlo ávidamente. Es un diario escrito en alemán con una letra apretada y redondeada."Mi asociación con el Anillo Negro empieza a dar sus frutos... La muerte del vampiro de las cloacas ha sido muy bien recibida en la Sociedad", reza una anotación de hace unos meses. "Ya he entregado el libro al Anillo...No sé para qué lo querrán, pero a cambio me van a dejar que mate a otro demonio en el Windsor", puedes leer en una anotación de hace unas semanas. Una de las últimas dice así: "El Maltés cree que tramo algo, pero esto hará que pase de ser su mísero iniciado y me haré un nombre en la Sociedad, así que pronto dejaré de soportar sus sermones y sus estúpidas normas".

Como pensaba, este iniciado es mucho más interesante que su prior... ¿qué será El Anillo Negro?. En cualquier caso, debo volver e informar de lo del Windsor. Decido dejar el diario a mi pesar. La misión debe seguir siendo sigilosa y mejor que no sospeche de que conocemos su siguiente movimiento en el Windsor. Coloco la tabla en su sitio y dejo el armario y los papeles tal y como estaban, para que no sospechen de que alguien ha estado husmeando.

Antes de salir de la habitación del iniciado, escucho a ver si alguien sube las escaleras y si los otros dos siguen hablando abajo

Si todo está bien, salgo de la habitación del iniciado tan sigilosamente como he entrado para volver a la ventana de la ducha por la cual he entrado.

Pasas el pasillo hasta llegar a la habitación por la que te colaste. Hasta ti llegan los sonidos de la conversación, lejana y amortiguada por los viejos muros de la iglesia.

Bien, parece que no van a subir aquí. Pienso mientras vuelvo a bajar por la ventana del aseo por donde entre.

Te asomas por la ventana para asegurarte que no hay nadie por la calle que te pueda ver, saltas y te quedas suspendido en el alfeizar, te giras e intentas apoyar los pies en las rejas de la ventana del piso bajo.

El rocío ha humedecido el metal de las rejas y, al apoyar el pie, confiado de tus propias habilidades, resbalas y tu pie golpea sonoramente la ventana. Has tenido suerte al no llegar a romper el cristal, pero ahora mismo te encuentras colgando del alfeizar, sin saber si tu golpe ha dado la señal de alarma.

Mierda!! - se me escapa el susurro - puto rocio de la mañana!!! seguro que lo han oído, tengo que irme rápido - pienso mientras sigo bajando, ahora procurando irme lo más rápido posible para que no me vean sin hacer más jaleo.

Oyes unas voces a través del vidrio de la ventana. Parece ser que has armado demasiado jaleo a esas horas de la noche. Bajas tan rápido como puedes hasta el suelo, pidiendo a Caín que no se acerquen a la ventana antes de que te hayas ido.

Bajo al callejón y corriendo salgo de él esperando que no me vean.

Sales corriendo como alma que lleva el diablo, saltas la pequeña verja y sales a la plazoleta por la que llegaste. A los pocos segundos oyes una ventana abrirse, un par de voces y la ventana volviéndose a cerrar. Después el silencio más denso se vuelve a apoderar de la ciudad.

-Por poco... -piensas.

A un par de calles de distancia, cerca del viaducto de la calle Segovia, llamas a Cortázar. Después de un par de tonos, la Cardenal te coge el teléfono. Le comentas que tienes alguna pista nueva, pero que te gustaría decírselo en persona. Ella accede y te cita la noche siguiente, en la iglesia de Carabanchel.

Antes de colgar te felicita por tu trabajo.