Partida Rol por web

Y una vez más, dos combatientes frente a frente. Esta vez, el reloj marca las doce menos cinco. Cándidamente, Henry ha aceptado atrasar el comienzo de los duelos para que los durmientes disfrutasen un poco más, y las pociones de su chaman médico funcionen mejor. Porque todo el mundo tiene claro que las recuperaciones son milagrosas, para heridas tan tremendas.

Pero bueno, el duelo es lo importante. Chuck "Resucitado" McCoy a un lado. El temible Cesar Corvus al otro. Veamos si al primero le acompaña la suerte que ha tenido todo este tiempo...

A McCoy le temblaba la mano. Estaba casi seguro al cien por cien de que la iba a morir en ese duelo. Corvus nada menos. Ese jodido tuerto se había cepillado con su cañón a tantos tipos como él que seguro que ni recordaba sus caras. Si es que siquiera se molestaba en hacerlo. No, seguro que no lo hacía.

No había bebido aquella noche. Ni se había gastado lo poco que le quedaba en putas. Lo que hizo fue comprarse una camisa limpia, como el día que lo ahorcaron y limpiar y engrasar su revólver. Si había que morir, cagoendiola, que menos que hacerlo de forma decente. Hasta se había afeitado.

Respiró el aire seco del mediodía, llenándose los pulmones con el olor del ardiente desierto que rodeaba el pequeño pueblo. Aguantó la respiración ahí, en su pecho, disfrutando de la sensación. Sonarían doce campanadas y él dispararía en cuanto pudiera. No había plan. No había alternativas. Matar o morir.

Desenfundó y apretó el gatillo sin cesar mientras liberaba el aire retenido en sus pulmones. Cada bala era una expresión de su necesidad por mantenerse con vida y una extensión de su miedo a morir. Mataría a Corvus o caería en el intento.

La piedra que el día anterior le había salvado la vida descansaba en su bolsillo izquierdo...

-Tsk. -Y no parece querer decir mucho más. Más bien parco de palabras, para ser un cabrón tan agresivo que casi se carga a un enano de un solo tiro, y ha metido a Elliot el Joven en una caja de pino. Recuperando su mecánica del primer duelo, pues esta vez ni ha traido su escopeta, desenfunda y abre fuego dos veces, una detrás de otra.

Y... parece que los hados siguen beneficiando al Resucitado. Porque aunque él falla los tres disparos que hace, y mira que es mala suerte, su rival tomándoselo con más tiempo hace exactamente lo mismo, consiguiendo así sobrevivir durante unos pocos segundos más. Quién sabe, quizá sean los últimos... o quizá tenga suerte y salga de ahí con vida. Solo unas pocas balas lo dirán.

Poniendo una mueca de asco ante su propia puntería, y siendo la segunda vez que empieza un duelo fallando, Corvus sujeta con fuerza su revolver y abre fuego vaciando el tambor. Una bala detrás de otra, cuatro tiros en total. Es un condenado festival de balas, eso es lo que es.

-Muere de verdad, "Resucitado" McScum.

- ¡Muerte tu, tuerto de mierda! - McCoy no se creía la buena suerte que había vuelto a tener. Aunque había fallado cada uno de sus disparos, Corvus había hecho lo propio. Y eso le daba una oportunidad de oro.

Fintó hacia atrás y la derecha sin dejar de apuntar a Corvus, esperando que su movimiento pillara por sorpresa al viejo cabrón y le diera la oportunidad de devolverle una bala. Si tenía suerte le hundiría el ojo sano que le quedaba.

Las balas silvan. Pero esta vez el resultado es otro. No llega al nivel del espectáculo obtenido con Elliot, pero tampoco se aleja demasiado de ello. Obviamente, Chuck acaba en el suelo con tres agujeros en el pecho y un precioso recordatorio de por qué habría que disparar en un duelo, en vez de simplemente tratar de esconderse.