Partida Rol por web

El último duelo antes del gran duelo. Henry King está expectante, junto con el resto de la gente que ahí se ha reunido para ver el acontecimiento. El chamán de Henry se ha esforzado todo el día por curar a los dos contendientes, y ninguno sabe muy bien cómo, pero ambos están en perfecto estado. Demonios, casi se diría que les han curado viejas heridas que ya habían cicatrizado, y todo.

Y así, frente a frente, una vez más a cinco minutos del toque del medio día. La tensión se corta en el ambiente, todo el mundo observa expectante. El minutero se mueve lentamente, hasta que llega a ponerse junto a la otra manecilla marcando las doce. El reloj suelta la primera campanada, y luego once más. Y mientras tanto, dos pistoleros abren fuego uno contra el otro.

Era mi ultimo duelo antes de vermela con el maldito de King, lo miro y luego a Corvus, esto iba hacer el duelo decisivo si caia aqui iba hacer logrando su cometido, llego al ultimo combate.

- CORVUS NO VENGO POR TI PERO SI DEBO MATARTE QUE ASI LO SEA.

Mientras desenfunda y dispara, luego de eso intenta esquivar

Esta vez, ante la cercanía de su duelo con Henry y sintiéndose mejor que en mucho tiempo, Corvus ni se esfuerza por insultar a su rival. Solo suelta una risa siniestra un instante antes de que suene el toque del campanario, extrae su revolver y dispara dos tiros metódicos y directos a su rival. Y acompaña todo el proceso manteniendo la expresión de loco asesino psicópata que le ha dado las historias que cuentan sobre él.

El tuerto Corvus demuestra una vez más que la pérdida de su ojo no ha causado en ningún momento, desde hace ya más de una década, problema alguno con ser de los más rápidos del oeste. La campana suena mientras los dos pistoleros se mueven parejos, solo que Corvus desenfunda y dispara antes que su rival. Y ese movimiento es el que le permite abrir fuego dos veces, en vez de una sola.

El resultado, sangriento en todos los sentidos. Las balas son certeras, todas ellas, en casi todos los sentidos. El loco es el primero en recibir un tiro tremendamente doloroso en un costado, pero lo devuelve con fiereza causando un daño aún mayor en su oponente. Sin embargo, el último tiro es definitivo y definitorio. Corvus dispara, guiado por quién sabe qué fuerzas, y causa un impacto crítico en el pecho de su rival, acertando en el corazón y acabando así en un suspiro con la vida de su rival.

Sangre gotea en la arena, un cuerpo cae. El último duelo antes del gran enfrentamiento... y a la vez, el duelo más rápido de todos. Los espectadores siquiera han podido darse cuenta de lo ocurrido. A un lado, se puede ver a Melisa sacando su revolver de una cartuchera en la pierna. Cuando se da cuenta de que todo ha pasado y de qué manera, vuelve a enfundar, tratando de que nadie la vea. Henry King empieza a aplaudir, y pronto todos sus hombres lo acompañan.

-Cesar... nos veremos las caras mañana.