El bigotón no respondió a Sasaki cuando este planteó que Jene necesitaba ser tratada por Jin, sino que fue la gentil voz de Hira la que les llegó esta vez – Solo regresaron Xiao, Cid, Hana y Sakura, el espíritu de Hana. Los demás están desaparecidos – mencionó con una expresión de tristeza real. Era difícil ver al siempre jovial y amable Hira con un rostro tan gris.
Su Wen miró a Sasaki y le dijo aún con esa expresión triste - Jene Rider y Asher Miracle fueron sedados por ser peligrosos. Si no se hacía, se habrían lastimado más y tal vez a Iris también. Ella está estable, por cierto. Pero no pueden verlos. Están en un área restringida - y se dispusieron a caminar a la enfermería.
Todos fueron llevados en dirección a la enfermería, donde las enfermeras les trataron. Para cuando Sasaki fue tratado, se fue con Su Wen, quien se ofreció a llevarlo a donde el espíritu de Hana descansaba para recuperarse. Mientras tanto, aquellos franceses se fueron ubicando en sus camas, mientras la chica inconsciente despertaba y la mujer mayor de cabellos oscuros la abrazaba. El hombre pelirrojo seguía agotado, pero se veía de mejor semblante, mientras que Ariana… ella solo soltó la mano de Cid con toda la brusquedad que su debilidad le permitía y cerró los ojos fingiendo dormir. Ella no dormía, pero se veía que la chica quería descansar. Con ese panorama, salió Sasaki de la habitación.
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Su Wen te guió sin protestar, sabiendo que no podrías moverte con toda libertad en un lugar desconocido como ese. Por esto, se ofreció a hacerlo ella misma. Sabía que tenías dudas, pero era a quien conocías y parecía saber un poco de la mala relación que tenías con tu padre. Ella te indicó que Sakura-chan no estaba en ese lugar, sino en un ala especial por su naturaleza.
La caminata fue larga para lo agotado que estabas, pero la medicina te había dado suficiente energía como para poder hacer el recorrido sin desmayarte a la mitad. Al parecer, ese lugar era enorme. Tras llegar al ascensor del ala especial, bajaron lo que parecía el verdadero complejo, estando ustedes en el segundo piso por la superficie. Había mucho más hacia abajo. Unos veinte pisos más. Viendo lo lujoso y tecnificado que era el lugar, te diste cuenta que esa sí era una base secreta.
Cuando por fin llegaste al piso -14, Su Wen comenzó a caminar y abrió una puerta con una tarjeta de acceso. Fue entonces que habló - Yo no soy una invocadora, sino una agente especial. Y no te vigilaba o algo por el estilo. Fui contactada después del ataque a la tienda para regresar al puesto. Me había retirado - y se limpió las lágrimas de nuevo. Al parecer, ella se culpaba enormemente por todo lo sucedido con Hana.
Entraron en una habitación donde viste diversos artefactos de muchas culturas. ¿Qué eran? La respuesta llegaría muy pronto, pues hubo uno de esos objetos que sí reconociste: se trataba del adorno de flores que Hana siempre llevaba en su cabello. ¿Qué hacía en ese lugar? Su Wen puso una tarjeta de nuevo en un lector y el panel de vidrio en forma de cúpula que lo protegía se retrajo al instante, dejándolo al descubierto.
- Sakura, te buscan - dijo con suavidad, pero nada pasaba. Su Wen se vio más triste - Un espíritu no se puede mantener demasiado tiempo en nuestro mundo sin un contratante. Si no lo hace, se volverá un espíritu errante y desaparecerá con el tiempo. Por eso usamos esos objetos, para mantenerlos a salvo. Son sellos - y tomó el broche para luego pedirte que extendieras las manos y colocarlo sobre estas.
Justo entonces, empezó a brillar con un suave rosa y empezaste a escuchar un suave llanto. La luz fue tomando la forma de una pequeña hada del tamaño de un canario. Esta lloraba, pero por un momento se detuvo asustada y miró alrededor alarmada. Fue entonces que viste sus ojos y su cabello. Solo mirarla te recordaba al color de los cerezos en flor.
Se sorprendió al verte y con una voz dulce y etérea dijo - ¿Sasaki... senpai? - ¿te había llamado igual que Hana?
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Ya con Sasaki fuera de allí, Râzvan sería el siguiente. Para su sorpresa, fue Hira quien lo siguió a su dimensión. ¿Por qué iría el tigre? Este alegó que la medicina ya estaba tratando sus heridas y que sentía curiosidad. Además, así podría recuperarse mientras su hermano era operado y no sería una carga para nadie más. Cid, por su parte, le ofreció su ayuda a Râzvan, quien parecía decidido a irse. Por esto, Cid tenía la opción de ir a la dimensión del peliblanco de cabello largo, por lo que Hira se quedaría de ser el caso. Ariana solo fingía seguir durmiendo, sin tener alientos de participar en todo aquel intercambio. O tal vez sí se había dormido esta vez.
Arachné dio la espalda a todo, pero el pequeño niño no se despegó de su lado e incluso se quedó dormido en su abrazo. La adolescente de cabello negro despertó unas horas más tarde, sin recordar nada de lo ocurrido, mas la mujer pelinegra la abrazó y empezó a llorar a la par que el hombre de cabello rojo sonreía cansado. En un momento, el hombre puso su mano sobre su pecho y una pequeña bola de fuego apareció para luego tomar la forma de un ave con plumas del color del fuego.
La enfermera recibió al pequeño pájaro, quien se fue con esta alegremente y lo sacó de aquella habitación. Los ojos del pelirrojo que, antes de eso, brillaban de un fuerte carmesí, habían vuelto a ser oscuros. La mujer de cabello largo se fue, después de cerciorarse que su hija menor estaba bien a ver el estado de la mayor, quien seguía dándole la pared a todo y le puso una cobija encima a esta y al niño para que se acomodaran. Ese día estaba llegando a su fin y tendrían todo el día siguiente para descansar. Sería al día después de este que se reunirían de nuevo para conocer la gravedad de la situación en la que estaban. Sin embargo, no podrían ver a Xiao hasta después de ese tiempo, así como resultó ser cierta la sospecha del hermano: Viorica también estaba entre los desaparecidos.
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- FIN DEL CAPÍTULO 3 -
Dean, fuera que notara tu dolor o no, solo se aferró a ti, pero hubo un momento en que te acarició el rostro, como si buscara con eso consolarte también. El pequeño se sentía cansado y asustado por todo lo que había pasado, mas en tu estado no fuiste del todo consciente cuándo dejó de temblar para quedarse dormido a tu lado. Era un niño, después de todo.
Cuando tomaste su mano, Ariana solo se vio aún más dolida y sus ojos se llenaron de lágrimas... aunque solo tú podrías haberlo notado por la cercanía.
- Quiero... estar sola. Y lo hiciste... desde ese día... - y fue ahí cuando retiró su mano con "brusquedad", aunque en realidad podrías haberla obligado a no soltarte su así lo hubieras querido. Cerró los ojos mientras sollozaba. Sabías que no dormía, pero también de lo mucho que le costaba mantenerse consciente. Tal vez no había podido luchar con su condición por más tiempo.
Pese a que podía haber hecho un millar de preguntas, el japonés no abrió la boca en todo el trayecto. En su mente trato de quedarse con todos los recovecos de aquel inmenso refugio. ¿Por qué no les habían dado cobijo allí desde un primer momento? Así al menos podrían haber evitado las bajas...
El joven apretó la mandíbula imperceptiblemente.
Fue Su Wen la que finalmente rompió el silencio, llevándose una mirada de Sasaki y unas palabras:
-No tienes que justificarte- hablaba con tranquilidad pese a la situación. Quizás con demasiada tranquilidad- Demuestra valor ofrecerse a participar en esto sin tener un poder como los demás- fue lo único que dijo y a modo quizás de consuelo por las lagrimas de la mujer, puso una mano en su hombro. Sería el único consuelo que Sasaki ofreciese a aquella mujer pues a todas luces no iba a decir más.
Estaba concentrado. Aunque Su Wen no podía saber en qué.
La primera impresión que se llevó al ver todos aquellos objetos fue muy clara: Esa sala era un cementerio. Cada uno de ellos bien podría haber pertenecido a un invocador con un espíritu, al igual que la flor de Hana... Sasaki trago saliva y asintió a las palabras de Su Wen.
-¿Su destino es permanecer ahí encerrados para siempre? preguntó mientras está usaba el lector- ¿No se pueden transferir a otros y crear nuevos invocadores?
Era una pregunta preocupada más por los espíritus que por Hana. Le hizo evadirse por un momento.
Cuando tuvo a aquel espíritu entre las palmas su corazón se hablando ligeramente, mostrando empatía hacia aquel ser que lloraba sobre sus manos.
-Esto es todo lo que queda de ella- pensó justo cuando el espíritu lo miraba.
Sasaki abrió los ojos sorprendido cuando ella lo llamó así. Apretó los labios y frunció el ceño, mirando al hada.
Poco a poco se relajó y mostró una tenue sonrisa, amable.
-Hola... Sakura- Su voz sonó dulce- Me alegro de conocerte al fin- Por un momento dudó. Aquella criatura parecía afectada por la situación. ¿Cuanto más podían dolerle las preguntas que él quería hacer? Pero debía saber una cosa, aunque solo fuese una. Abordó la situación con el mayor tacto que pudo- Siento tener que preguntarte esto pero... ¿Sabes quién le hizo esto a Hana?
Esperó la respuesta, y espero también que no le afectase negativamente a Sakura el hecho de hablar de lo sucedido.
La castaña había sonreído un poco ante tu gesto amable y tu intención de consolarla, lo cual se le hizo enternecedor. No dijo nada, pensando que tal vez mancillaría la inocencia de esas palabras.
Su Wen te miró cuando le preguntaste eso - Sí, pero no es fácil para un espíritu hacer un contrato con otro invocador. Muchos de ellos deciden solo quedarse sellados después de perderlo. Para los espíritus... es un vínculo inquebrantable - y se notó triste mientras esperaba que Hana decidiera salir a hablarte.
Ya cuando lo hizo, la voz etérea de la pequeña hada se quebró un poco - Llámame Sakura-chan. Así me llamaba Hana-chan - y empezó a llorar de nuevo. Claro que se sobresaltó cuando le preguntaste por fin aquello que querías saber. Tembló. Al parecer, no sería fácil para ella decirlo -. No sé cuánta energía me quede porque usé la mayoría trayendo a algunos aquí, pero... te contaré - y se puso de pie, mirándote con ese pequeño rostro lleno de tristeza -. Fue Du Xia. Ella se infiltró en el refugio, aunque no sé cómo. Hana fue la primera en notarlo y, aunque ella intentó encerrarla en su habitación, esta... casi la mata. Pude curar parte de sus heridas, pero ella insistió en seguir luchando. Tus... amigos Xiao y Cid estaban luchando con ella y con... una especie de robot que Xiao llamó Abel. Y Catlea. Ella llegó después. Casi los tenían, Hana iba a matar a Du Xia, pero Cid intercedió por ella y... Du Xia aprovechó la distracción para... - y se detuvo allí. Las lágrimas aparecieron de nuevo. Sollozó un poco y tomó fuerzas para continuar - y luego, Caín perdió el control, He creó un vórtice que se los tragó y yo traje a Hana junto con tus dos amigos, Du Xia e Iris. No tenía poder para salvar a más - y siguió llorando.
¿En verdad Hana había muerto, entonces? ¿Du Xia la había matado?
Asintió a la explicación de Su Wen. Desde su punto de vista no podía haber nada peor que permanecer en una de aquellas vitrinas, encerrado durante años. Pero entendía lo que le decía, solo había que ver cómo afectaba a Sakura la muerte de Hana. La unión entre el espíritu y el invocador debía de ser muy... Personal.
Sasaki seguía con el hada entre las manos, observando su pequeña figura.
-Sakura-chan- pronunció manteniendo aún aquella sonrisa amable, dando a entender que la llamaría así si eso la agradaba.
Se quedó en silencio mientras ella respondía a su pregunta.
-Du Xia...- Guardó aquel nombre en su mente y siguió escuchando.
Sus ojos se abrieron de par en par y su boca se entreabrió mientras que durante la narración, la culpabilidad de la muerte de Hana caía sobre Cid. Aquel crío del cual Sasaki no se había fiado, aquel al que expuso como alguien carente de confianza ante todos durante la cena. Le molestó haber tenido razón. Aquel chico, ya fuese por traición o por estupidez había ocasionado la muerte de Hana.
Tensó su rostro, se contuvo. Apagó todo lo que sentía. La rabia, la frustración y el dolor. Pero no olvidó. Iría a por Cid y esta vez no se contendría. Sabría de una vez por todas a quien le era leal aquel joven y si no le satisfacía la respuesta, lo solucionaría.
-¿Ileana lo aprobaría?- Se le pasó aquella duda por la cabeza, pero no duró mucho.
-¿Sabes a donde enviaron a Caín?- Preguntó preocupado por su amigo- ¿A qué te refieres con que perdió el control?- Sasaki tenía un vínculo con Cain y no le complacía el hecho de que hubiese sido arrojado a un vórtice del cual no sabía nada. Esperaba poder sacarlo de allí y quizás ayudarlo de nuevo a recuperar la mente.
-Gracias, Sakura-chan, sé que no ha sido fácil- De repente sintió otra vez empatía hacia aquel ser al pensar en el destino que le aguardaba. Hizo un repaso de todas las personas que conocía, buscando quizás un invocador al que Sakura pudiese querer anclarse, al menos le daría una alternativa. No lo encontró. ¿Como iba a hacerlo? Él apenas conocía a nadie. Maldijo para sí- Yo... ¿Puedo hacer algo yo por tí?
Sakura sollozaba a medida que hablabas, pues ella sabía bien que su invocadora y amiga se había ido. ¿Podría siquiera recuperarse de aquella pena? Sin embargo, sonrió cuando la llamaste así – Gracias – dijo con esa voz etérea y suave como una ventisca.
Cuando preguntaste por Caín de nuevo, Sakura bajó la cabeza – No. Tao He es el único que sabe a dónde llevaba ese vórtice. Puede ser a otro lugar de la Tierra o incluso a un lugar en otra dimensión – se sentía mal de no poder ayudar, aunque lo siguiente le causó curiosidad. Te miró con sus ojos rosas – Caín es un monstruo, tanto para guardianes como para destructores. Al haber sido expuesto a los experimentos de los destructores por tanto tiempo, su poder se salió de control y crece día a día sin límite alguno. Llegará el día en que su poder lo consumirá y por eso debe inhibirlo, para retrasar el proceso – se mostró triste de ser quien te dijera eso -. Así que, a pesar de que había tomado esa droga, perdió la razón. Si nos quedábamos ahí, nos habría matado a todos. Por eso He congeló el tiempo y me pidió sacarlos. Sé que… Caín es amable, pero su poder es muy inestable. Es posible que haya abusado de su poder, incluso estando este inhibido. Mientras más lo usa, más daño se hace – y esa pequeña explicación le sirvió para distraerse.
Claro que volvió a recordar todo cuando le preguntaste aquello. De cierta manera, podía notar tu propia frustración. Cerró los ojos y negó con la cabeza – El poder que me queda… no es mucho. Al estar lejos de mi hogar y no tener a mi invocadora, no tengo cómo recuperar mi energía. Por eso me pusieron en ese broche, para poder conservar lo que me queda… pero yo no quiero regresar a casa – y esta vez, viste determinación en su rostro. Voló un momento y se alejó de los dos. Por un momento era fácil olvidar que Su Wen los observaba de cerca, pues ella no intervenía.
Cuando estuvo algo alejada de ambos, cerró los ojos y su cuerpo desprendió una luz. Fue en ese momento en que Su Wen se alarmó - ¡Sakura! ¡No! -.
Y sea lo que fuera que quería evitar, continuó, pues la luz se expandió hasta revelar una silueta de tu mismo tamaño, pero aún con ese aura sobrenatural. Sakura estaba frente a ti, pero su tamaño era el de una mujer japonesa promedio, su cabello largo y su vestido, además de sus iris profundamente rosas y aquella extraña sensación de ver los cerezos florecer… era la misma, solo que su presencia era mucho más atrayente, como una serpiente que quiere atrapar a su objetivo. ¿Esa era la verdadera forma de la pequeña hada? Sin duda, sentías su poder.
El hada sonrió – Tú no eres un invocador biológico como Hana-chan, pero podría prestarte el poco poder que me queda. Sé que… ella lo habría querido así. Moriré de todas maneras sin un invocador. Y la otra forma es la manera que tenemos de ahorrar energía. Mi verdadera forma me agota mucho en este plano – y te miró a los ojos -. No te obligaré, pero quiero ayudarte a luchar. Al menos… para vengar a Hana-chan antes de desaparecer – y extendió una mano para darte un apretón, pero esperó sin tocarte mientras te miraba a los ojos directamente -. Solo si quieres la ayuda de un espíritu moribundo -.
He... Tenía que preguntarle a él. No creía que aquel chico de pelo blanquecino se hubiese intentado librar de Jin, seguramente lo habría enviado a otro lugar para protegerse.
Sasaki miró al hada cuando llamó monstruo a Jin. Frunció el ceño ante aquellas palabras, no enfadado con Sakura, sino con esa realidad, pues en verdad él mismo creía comprender el peligro que albergaba aquel chico. Relajó sus facciones antes de responder.
-Puede ser pero... Es mi amigo- Sonaba demasiado sentimental, demasiado iluso para él- De alguna forma siento que estoy en deuda con él. Intentaré ayudarle- el hada seguía entre sus manos- Su poder es mental, quizás un usuario mental pueda... Bloquear ese crecimiento- no lo sabía. No sabía nada. Pero tener esperanza era lo único que podía hacer. La otra opción sería verlo todo con raciocinio. Y eso condenaría a que buscase el final de su amigo, usándolo para causar el mayor daño posible antes del fin.
Tras eso Sakura voló de sus manos y de repente, con aquel fulgor rosa, ante él estaba una mujer hermosa, que hizo que el japonés tragase saliva. En parte por la belleza, si, pero en parte también por aquellos rasgos y aquel color, que le provocaron un honda nostalgia.
Su concentración al observar la figura de la Sakura a tamaño real hizo que su fachada de apatía se rompiese al decirle aquello.
-No quiero consumirte- buscó la mirada de Su Wen, como buscando consejo- Si enlazarte a mí evita que mueras... Lo acepto. Sin ninguna duda- clavó sus ojos en Sakura y aceptó aquella mano, cogiéndola delicadamente. Su amiga había muerto y de ella solo quedaba aquel ser que de alguna forma le transmitía algo cercano, quizás por haber estado vinculada a Hana. En su interior se debatían la lógico y el sentimiento- No puedo dejar que mis sentimientos me frenen, o pondré en peligro a otros - Eres mucho más que un espíritu moribundo- Y asintió dando a entender que aceptaba aquel ofrecimiento. Sería raro no depender de su propia fuerza sino también de la de aquel espírituo.
Si lógica le decía que aquel poder le ayudaría en su causa. Con él podría ayudar a los demás. Pero su sentimiento tenía miedo. No sabía si había entendido todas las implicaciones de aquello. Quería poder prolongar la vida de Sakura, pero no sabía si lo que le ofrecía la consumiría y le permitiría seguir existiendo. Espera que fuera lo primero.
- Lo entiendo - dijo con tono triste al escucharte hablar de Jin -. Caín es amable y se preocupa por los suyos. Ojalá lo consigas - y sonrió triste.
Miraste a Su Wen, quien se veía conflictuada. Te miró de vuelta, mas parecía rehuir tu mirada. Chasqueó los dientes y dijo - Sakura morirá de cualquier manera porque se niega a volver a su hogar, así que... estar contigo extenderá su vida un poco. Al menos es así porque tus poderes no son del todo compatibles con los suyos -.
Fue entonces que esperó pacientemente a que tomaras o no su mano. Cuando lo hiciste, viste un brillo verde salir desde su palma y unas raíces de luz crecieron para luego cubrir tu mano. Apenas lo hiciste, empezaste a sentir el puro poder de Sakura correr por tu cuerpo a la par que las raíces te rodeaban por completo. Los iris rosas del hada te miraban fijamente y, cuando las raíces alcanzaron tu cuello, también ella los cerró. Lo que siguió sería inesperado. Todo el cuerpo del hada brilló y parecía adentrarse a tu ser. ¿Así era el contrato con un espíritu? La sensación de plenitud y calor que aquella pureza era tan abrumadora que perdiste consciencia de tus alrededores, incluso de la presencia de Su Wen, quien no se había alejado de tu lado en todo ese tiempo.
Parpadeaste un par de veces y lo que viste fue un hermoso campo lleno de árboles de cerezo en flor. Los pétalos de algunas de estas flores volaban con el viento, arrastrando su aroma consigo. Esperabas ser como esos hermosos árboles algún día... ¿Algún día? Oh, sí. Apenas eras un pequeño brote en el suelo, mas guardabas la certeza de la belleza a futuro que tendrías.
El tiempo en realidad no importaba, por lo que solo sabías que había pasado mucho tiempo. Los cambios en el panorama alrededor del bosque era notorio y las casas de bambú antiguas eran reemplazados por bloques de piedra gigantes a quienes los humanos llamaban edificios. Sabías bien que no todos los árboles podían pensar como tú, pero también que habías nacido como ellos.
Un día, dormías cuando escuchaste los gritos de una niña. Una niña harapienta, con el cabello castaño largo y una mirada bastante muerta. Tenía heridas por sus brazos y piernas, además de estar abrazando sus rodillas mientras sollozaba - Papá... Mamá... ¿Por qué...? ¿Fui... mala? - y a pesar del dolor de sus palabras, su tono era muerto. Querías acercarte, pero tal vez la asustarías. Pasaría mucho tiempo antes de verla de nuevo.
Para cuando volviste a verla, había crecido un poco y se recostó en tu tronco. Se giró a mirarte y te dijo con esa misma expresión muerta - No te preocupes, no dejaré que te hagan nada - y se puso de pie. Viste un grupo de hombres que venían con hachas. ¿Iban a cortar el bosque?
- ¡Quítate, niña! - gritaban los hombres que parecían obreros.
- No - y solo se paró frente a ti. Viste cómo los hombres se acercaban y golpearon a la pequeña hasta que perdió el conocimiento por los golpes. Por la gravedad de sus heridas y la cantidad de sangre que se extendía en el suelo bajo ella, sabías que moriría. Esos hombres prometieron regresar con máquinas al día siguiente. Por la lástima que sentías, la curaste para salvar su vida, saliendo por primera vez de tu tronco en esa forma humanoide que buscaba de cierta manera imitar a los humanos que habías visto. Solo que podías tomar diferentes tamaños.
El día siguiente llegó y las máquinas llegaron. Asustada como estaba, la niña lloró tan fuerte que sentiste tu propia base temblar. ¿Qué pasaba? Movió sus manos y los árboles cercanos, tus hermanos, obedecieron, moviendo sus raíces para atacar. Tú sentías que era lo que había que hacerse, por lo que cediste al final. Lo que no esperabas era ver que las raíces habían no solo atravesado las máquinas, sino que algunos de esos hombres murieron. La niña cayó de rodillas en el suelo mientras lloraba perpleja porque...
- Lo hice de nuevo... Sí... sí soy un monstruo - y lloró de nuevo.
Saliste por fin, dejándote ver de esta y abrazándola, reconfortándola...
Antes de ver más, la escena se alejó y te viste en la enorme oscuridad. ¿Dónde estabas? Abriste por fin los ojos cuando estos no pesaban tanto y te viste junto a Su Wen, aunque parecías estar cómodo, mientras ella parecía dormitar en una silla. Si alzaste tu mano derecha, viste un anillo de color negro con un grabado de flores de cerezo. Por algún motivo, tenías la certeza de que Sakura estaba allí.
La habitación en la que estabas era sencilla, con cama, baño y algo de ropa que parecía elegida para ti. Al parecer, habías sido llevado a ese lugar mientras estabas inconsciente.
Para poder usar los poderes de Sakura, necesitarás el atributo "Compañero".
Sasaki acepto la explicación se Su Wen con una inclinación de cabeza. Al menos al aceptar a aquel espíritu no sólo aumentaba su propio poder, sino que le proporcionaba mayor esperanza de vida. Aquello si podía hacerlo. Fue entonces cuando ambos se dieron la mano y el japonés fue víctima de aquella visión
En ella reconoció a Hana y como había hecho el pacto con Sakura. Una infancia dura, como la mayoría de ellos, eso no le sorprendía en exceso, pero sí se encontró afectado al verla de pequeña, sabiendo que nunca más volvería a verla en persona.
Puso toda su atención en aquella visión, como si de un cuento se tratase. Lo hacía como si fuese un compromiso con Sakura el que lo arrastraba a escuchar y a verlo.
Sin embargo no podía dejar de verse afectado por volver a ver a la chica. Quizás no tanto como podría haberlo estado otra persona, pero para él era una sensación nueva... Y desagradable.
-¿Para esto quiero hacer vínculos? ¿Para sentir esto cada vez que los pierda?...- Sasaki nunca habia desarrollado demasiada amistad con nadie, nunca había sentido empatía hacia otros. Quería salvarlos y ayudarlos, pero jamás porque sintiera tristeza por ellos. Por Hana había sido distinto. Y ahora la perdía. Y le dolía.
¿Y si le sucede lo mismo a Jene? ¿Y a Jin?
¿Y si hubiese sido Ileana? Un escalofrío le recorrió toda su espalda. Aquellos vínculos le hacían débil.
Salió de aquellos recuerdos y con un dedo se quitó algo húmedo que recorría su mejilla. Miró su dedo, extrañado.
Su rostro se contrajo un instante antes de volver a su aparente calma. En su mirada aún seguía la tormenta de emociones y conflictos internos.
-La vengaremos a ella y ayudaremos a los demás. Lo prometo, Sakura-chan- Y cogió aquel hermoso anillo, poniéndoselo en el dedo índice de la mano derecha.
Apenas había prestado atención a donde se encontraba. No le parecía extraño observar que había pasado más tiempo del que creía. Se vistió con la cabeza en otra parte, con la ropa que le habían dejado y cuando estuvo listo dejó la habitación, frotando el anillo con los dedos libres de la mano. Se acostumbraría a él, aunque primero debería de investigar cómo utilizar mejor aquel nuevo poder prestado.
Te dispusiste a salir, aún algo aletargado y tal vez un poco desorientado, hasta el punto en que ignoraste la presencia de Su Wen allí. La mujer se dio cuenta cuando te levantaste y se sobresaltó al verte moverte así - ¡O-oye, Sasaki! ¡Espera! - y aunque te llamaba, no parecías haberla notado. ¿Tal vez estabas aún muy absorto en el recuerdo que te había mostrado Sakura que no podías escucharlo?
Se giró cuando te cambiaste para respetar tu privacidad y luego, al darse cuenta que ibas a salir, te tomó de los hombros para que no salieras - ¡Sasaki! - y estaba decidida a no dejarte ir. Si la miraste a los ojos, se veía preocupada y sus ojos empezaban a llenarse de lágrimas -. Debes descansar... Acabas de hacer un contrato y ya te veías mal desde antes. Si no lo haces, no podrás seguir. Llevas inconsciente varias horas y es de madrugada. ¿Qué tal si lo dejas para mañana? - aunque en realidad no parecía dispuesta a dar su brazo a torcer.
Tal vez fueron sus palabras, pero por fin te hiciste consciente de tu cansancio. No era como si hubieras descansado apropiadamente, en realidad. Y, por alguna razón, sabías que tu vínculo con Sakura era uno de los factores de ese agotamiento. Su Wen tenía razón. Si salías allí, corrías el riesgo de caer inconsciente de nuevo -. Si... de verdad es urgente, te llevaré a cuestas. Si no lo es, yo podría intentar responder algunas de tus preguntas, pero debes prometerme que descansarás apropiadamente, ¿está bien? - y apretó tus hombros un momento.
Había iniciado el proceso de cambiarse aún sumido en su mundo, en parte quizás aletargado por todo aquel proceso con Sakura y en parte por el propio agotamiento que había ido acumulando durante la batalla. Solo cuando Su Wen le cogió por los hombros, fue que el japonés se dio cuenta de que la mujer no estaba tan dormida como había supuesto. La miró algo sorprendido- ¿Estaba aquí despierta mientras me cambiaba?- El cansancio le evitó sentir excesiva vergüenza y se centró en lo que estaba diciendo la chica.
-Lo… lo siento, Su Wen- Respondió algo confuso aún, llevándose una de sus manos a su cabello- No me había dado cuenta de que estabas aquí- Mintió parcialmente- Yo…- Se cortó. Iba a ir a por Cid sin dilación, a exigirle responsabilidades. No lo había pensado bien, simplemente fue un impulso- Tienes razón- dijo finalmente y se quedó observando a la mujer con una sonrisa cansada- ¿Se preocupa por mí porque es su trabajo o siente algún vínculo?- Se preguntó- Los vínculos llevan riesgos- Llevó una de sus manos a las de la chica y la acarició para indicarle que ya no era necesario que lo agarrase.
Con calma, cuando ella cesase aquel agarre, Sasaki se dirigió a la cama en la que había despertado y se sentó, sintiendo entonces lo verdaderamente agotado que se sentía. Se llevó una mano a la frente y observó la otra, en la que tenía el anillo.
-Quería salir de aquí y empezar a hacer cosas y sin embargo aún no sé cómo usar esto- ¿Tanto me sobreestimo que creo que puedo llegar a dominar algo sin conocerlo? ¿Solo con la fuerza de mi voluntad?- Me… harías el favor de explicármelo un poco. Si es que sabes algo de esto. Tranquila, te prometo que no haré más insensateces. Estoy demasiado cansado para ello.
Tenía más preguntas, por supuesto, sobre Jene, por qué no había vuelto a aquel lugar, sobre Jin y como encontrar a quien le había enviado a donde fuese que se hallase. Y también sobre Ileana, pues ella le había dicho que quería hablar con él y aún no se había dado el momento.
La castaña se vio realmente aliviada cuando por fin la notaste y más aún cuando decidiste no irte a esa hora por ahí. Soltó un suspiro de alivio y sonrió mientras se limpiaba las lágrimas con velocidad - Está bien. Has pasado por mucho - y te siguió para volver a sentarse en la silla en que dormía momentos antes. ¿Era de sueño ligero o tal vez solo dormitaba?
Te escuchó preguntar por los poderes de Sakura y te miró de nuevo - Yo no lo sé muy bien, solo sé que debes confiar en Sakura. Como tu tipo de invocación no es del todo compatible con ella, sé que no podrás usar todo tu poder. Por ejemplo, el ataque de Hana, "arboleda" - y decir eso último hizo que se le quebrara la voz de nuevo, por lo que se quedó un momento en silencio y respiró profundo para recuperar la compostura -. Ella lograba no solo hacer crecer un bosque entero, sino hacer de sus ramas venenosas. Du Xia, la destructora que la mató, está aquí, pero sigue envenenada. Es un veneno muy potente que mata a su víctima en cuestión de minutos y le quita la posibilidad de usar su poder, por fuerte que sea. Esa toxina la desarrollaron juntas, aunque dudo que puedas hacer uso de ella. Tal vez... curarte y algunas habilidades menores. Todo depende de tu vínculo con Sakura - puede que no fuera mucho, pero Su Wen te estaba respondiendo con lo que ella conocía.
Entonces, con algo de ansiedad en tu rostro, la castaña te preguntó - ¿A dónde pensabas ir? -.
Después de esta conversación con Su Wen, cerramos el capítulo. Para que lo tengas presente n.n.
Sasaki escucho paciente la respuesta de Su Wen. Ella tampoco era experta en aquel tema, como era lógico, pero la mujer intento ayudarle, aunque no respondió mucho más de lo que el propio Sasaki ya podía haber supuesto.
-No importa- dijo con tranquilidad al hecho de no poder utilizar todo el potencial de Sakura- Cualquier ayuda que me preste es bien recibida- respondió mientras pasaba los dedos por su anillo- A fin de cuentas también lo he hecho por ella.
La tranquilidad del japonés se rompió cuando aquella mujer mencionó que la asesina de Hana aún seguía allí. Se puso en pie:
-¿Como? ¿La tenemos aquí prisionera? ¿Por qué no me lo habíais dicho antes?- al notar de nuevo su cansancio, Sasaki volvió a sentarse a la par que se calmaba de nuevo. No era propio de él mostrar sus emociones así- Hablaré con ella la primera entonces, si es que aguanta.
Finalmente Su Wen le pregunto sobre sus intenciones, algo que creía haber evitado. Sin embargo le respondió con sinceridad.
-Asegurarme de una vez por todas de a qué bando le es leal ese tal Cid
Sonrió cuando dijiste aquello sobre Sakura y asintió - Me alegra que lo último que quedara de Hana esté en tus manos - y miró el anillo con atención por un momento.
Para cuando te sobresaltaste, Su Wen se alarmó e hizo amague de levantarse a sostenerte, mas se detuvo a medio camino cuando lo hiciste tú también. Se mostró aún más preocupada - Te lo dije cuando te mencioné que Sakura había agotado sus energías trayendo a algunos de tus amigos acá. Mencioné que también había traído a Du Xia. Según tengo entendido, fue petición de Caín traerla viva, aunque claro que no le suministramos el antídoto para el veneno, sino un retardante de su efecto. Así que, aunque la rescaten, morirá - y se mostró abatida. ¿Por qué ya no mostraba esa fachada segura y fuerte que siempre te había mostrado a ti? Tal vez por lo de Hana. Asintió cuando dijiste que hablarías con ella - Iré contigo. Se necesita de supervisión para llegar a donde la tienen -.
Lo último que dijiste la hizo mostrarse indecisa y sus ojos se movían rápidamente de un lado a otro. Luego suspiró - Te entiendo y más después de lo que dijo Sakura, pero... ese chico se veía muy triste cuando llegó. Ahora mismo está con Ariana, quien sigue en estado crítico. Realmente es un milagro que sobreviviera - explicó mirándote -. No te detendré, solo te digo que no te precipites - y sonrió tristemente, poniendo una mano sobre tu cabeza de forma maternalo.
- Por ahora, duerme un poco - y se levantó para acercarse a una tetera eléctrica que tenías en una pequeña mesa junto a la cama y sirvió el agua caliente para dejar caer el té. El olor era relajante y gentil, acallaba tu mente con suavidad. Te acercó una taza de té -. Es té de manzanilla. Tómalo y, una vez hayas descansado apropiadamente, te llevaré con Cid y con Du Xia. Lo prometo -.
Tal vez sería por la preocupación que mostró Su Wen, pero decidiste descansar. Ya a una hora más decente irías a buscar a Cid y a algunos más. Después de todo, también debías descansar si querías tener energía para luchar. Por lo mismo, te quedaste. El té que te dio sirvió para que pudieras recuperar algo de paz. Podía ser su aroma relajante o el calor que te brindaba, pero te sentías listo para descansar. ¿Tendrías pesadillas?
Ese día había llegado a su fin y tendrían todo el día siguiente para descansar. Sería al día después de este que se reunirían de nuevo para conocer la gravedad de la situación en la que estaban. Sin embargo, no podrían ver a Xiao en todo un día, así como resultó ser cierta la sospecha del hermano: Viorica también estaba entre los desaparecidos.
- FIN DEL CAPÍTULO 3 -