Jin se mostraba ligeramente confundido por tu reacción, mas siguió escuchándote con paciencia. No dijo nada, solo te permitió hablar y decir lo que sentías, aunque no se mostró precisamente afectado o herido. ¿Sabía algo acaso? Con tu última declaración, Jin dijo - Es posible que aparezca, o incluso que ya lo haya hecho, ¿no crees? - sonrió de lado, mostrando de nuevo aquella expresión maniaca que habías visto en tus sueños.
Por un momento, Jin se llevó una mano a su rostro y lo presionó con fuerza, como si algo le doliera, pero no dijo nada. A pesar de esto, notaste la presión que hacía en su faz. Tras unos segundos de forcejear con algo, retiró la mano de su rostro y te miró de nuevo con esa faz tranquila y taciturna que tenía cuando llegó.
El favor le tomó por sorpresa y asintió para luego cerrar sus ojos - Creo que eres la primera en pedirme algo así, pero claro que lo haría - y esperó pacientemente a que hicieras lo que fuera que tenías en mente. Jin no se movió, ni tampoco intentó espiar.
Ileana esperaba a un Jin que le sonriera condescendientemente o de manera taciturna cuando le contó por qué se había sentido incómoda con ese gesto; pero cuando tocaron el tema de quién había sacado sus rastreadores y vio esa sonrisa desquiciada no pudo evitar tensarse y recordar cómo la había tratado en sus sueños. Sin embargo, lo que le causó más curiosidad fue ver cómo se sujetaba el rostro para... ¿Controlarse? ¿Calmarse? Y así volver a su expresión "tranquila"; pero él sí que tenía un racionamiento obvio: la posibilidad de que lo hubiese conocido ya era latente. ¿Quién habría sido?
-Si se pudiese saber cuándo me los extrajeron, tal vez...-eso ayudaría enormemente a determinar el tiempo en el que ocurrió y así reducir los sitios y conocidos para determinar de mejor manera los sospechosos. Pero no sabía si alguien tendría la capacidad de averiguar esa información tan detallada-. No te haré nada.... creo.
Y cuando lo vio cerrar sus ojos, se quedó observándolo mejor notando más cómo su físico era una sombra de cómo lo conoció.. y eso que la primera vez que lo vio ese Jin joven parecía ser una sombra de su pasado. Sus ojeras, su porte descuidado... lo cual contrastó cuando lo vio roto e ido en esa celda. Dejándose llevar por el análisis que hacía, no se dio cuenta que poco a poco su observación atravesaba un plano que ni ella misma conocía y así sintió una especie de... ¿Ondas? Era lo mejor que pudo definir, unas ondas que chocaban entre sí y le dio la sensación de que varias mentes chocaban hasta que de pronto dejó de percibir. Aquello fue como escuchar una discusión de energías que inmediatamente la sacaron, si es que podía darle definición.
Su boca se entreabrió dándose cuenta de lo que acababa de hacer y, antes de que Jin pudiese decirle algo... Ileana lo abrazó con fuerza, así como lo había hecho la primera vez. No era lo mismo como abrazar a sus hermanos o incluso a Alexandre; con éste hubo intimidad y cierta complicidad, pero con Jin era similar a con Iris, compartían experiencias y penas que nadie más entendería si no vivieron lo que ellos. Ella, por lo menos, sintió nostalgia y cierta calidez triste. Duró así unos segundos hasta que ella se alejó con cuidado y se llevó nuevamente cabello detrás de su oreja.
-No era mi intención... lo siento, Jin-se refería a cuando casi invade su mente, cosa que ni ella misma sabía que podía hacer-. Gracias por todo. Y... si necesitas algo, puedes venir a hablar conmigo. Quisiera retomar contigo y con Iris lo que estábamos construyendo en ese sitio... si es que quieren, claro-usualmente no se mostraría tan insegura, pero había hecho algo impropio y eso la dejaba fuera de su comportamiento usual.
Motivo: Mente
Tirada: 2d6
Resultado: 8(+8)=16 [5, 3]
Saber cuándo habían sido extraídos... Por su rostro, podías ver que estaba intentando pensar en las posibilidades y contemplarlas. La verdad era que su rostro mostraba lo difícil que era aquello - Dudo mucho que pueda hacerse. Ni siquiera Ling, quien es el mejor invocador biológico que conozco, podría determinarlo. Es como si una droga se mantuviera en tu cuerpo por siempre. No funciona así. El cuerpo la elimina tarde o temprano - meditó en ello -. Lo siento -.
Jin cerró los ojos confiando en ti y viste cómo, mientras intentabas entrar a su mente sin notarlo, él arrugaba su ceño. Como si de un empujón se tratara, fuiste sacada con algo de brusquedad. Eso te dejó un leve dolor de cabeza, aunque también podría atribuírsele al esfuerzo que acababas de hacer. Cuando lo abrazaste, Jin dudo, pero segundos después te devolvió el abrazo - Esto no es algo que pase a menudo - y apretó un poco el abrazo abrazando tu cabeza con delicadeza. Dejó que te alejaras y luego te miró mientras hablabas.
Jin sonrió con mirada triste - Sé que no es el caso contigo, pero para nosotros siempre has sido especial. Nunca pude agradecerte por traerme de vuelta esa vez, así que gracias. Solo te pido que no lo intentes de nuevo. No por mí, sino por ti. No tienes idea de lo horrible que sería si lograras entrar - mencionó triste y te revolvió una última vez el cabello antes de invitarte a descansar. El recordar todo, el esfuerzo de ese día, el haber casi invadido su mente... Todo eso te agotó demasiado, por lo que resultaste durmiendo de nuevo en la cómoda cama que Wuying había creado para ti.
Despertaste a la mañana siguiente con ropa limpia y un desayuno junto a tu cama. Sea que decidieras quedarte o ir a la universidad, Lu Feng te había esperado como prometió y, cuando saliste de esa habitación, te lo topaste. Él te confesó emocionado cuál había sido su hazaña. Lu Feng se inscribió a la universidad y estaría estudiando artes escénicas. No era lo mismo, pero sabías que estarían muy próximos el uno del otro. Además, divulgó que estaba saliendo con alguien y que iban a casarse... Claro que ese alguien eras tú. ¿Te ponía en el ojo público? Claro. Si algo te sucedía, todos lo sabrían.
Los dos primeros días, los paparazzis no los dejaban en paz, pero ya al cuarto y quinto día, la euforia bajó. Claro que pasaste de ser una Don Nadie a ser una celebridad entre tus amigos, pero al menos podías asistir a tus clases e irte con Lu Feng de vuelta al refugio.
Pasarían dos semanas desde que llegaste al refugio, pero no habías visto a Jin sino dos días después de ello y luego había desaparecido. ¿Le había pasado algo? Si le preguntaste a Wuying, ella dijo que era normal que él se ausentara por algunas temporadas. Eso era sobre todo cuando no se sentía bien, por lo que se aislaba a sí mismo. A Wuying no la veías mucho tampoco, pero era porque ella parecía estar bastante ocupada, aunque era comprensible, siendo ella la artífice de ese refugio. Lu Feng se empezó a quedar también allí y fue asignado como tu refuerzo. El chico había mostrado ser muy entusiasta, pero también muy atento y servicial. Así, esas dos semanas se fueron en un abrir y cerrar de ojos.
- FIN DEL PRÓLOGO -