- ¿Quieres decir que soy uno de esos soldados defectuosos? - preguntó apenas el Jefe terminó de hablar. Cid no sabía que pensar, ni siquiera si podía seguir de pie en estos momentos - Pero tengo recuerdos... - el chico se detuvo a media oración, si lo que decía es cierto sus memorias eran poco fiables - y ¿Cómo que condicionar? ¿Acaso toda mi vida fue una mentira o solo parte de ella? - esta empezando a hiperventilar. ¿Qué era real y que no? esa pregunta estaba recorriendo cada aspecto de la vida de Cid en su mente.
¿Padres? ¿La familia Kagenou? !¿Su propia infancia?! Infancia en la que fue instruido y enseñado tan estrictamente. ¿Qué tanto de eso era real? ¿Desde cuando terminaba lo falso y empezaba lo real? Cid no pudo evitar sentarse en la cama, temeroso de que sus piernas ya no fueran capaces de sostenerlo. La cabeza le daba vueltas y no podía ni siquiera ordenar su pensamientos.
El jefe siguió hablando. Cid aún tenía que decidir si unirse a ellos o no. No obstante, más que una elección, el joven se sentía acorralado, obligado a unirse. No por culpa de ellos, sino por las circunstancias en las que se encontraba ¿Qué más podría hacer? si todo era verdad, lo volverían a secuestrar y sabe Dios que más cosas. Si ya habían jugado con sus memorias antes no había nada que les impidiera hacerlo de nuevo o hacer algo peor. Hasta que los destructores no se hubieran desbandado Cid no podría estar tranquilo.
Además de que no era el único. Según el peliverde, había muchos más como él, soldados defectuosos que estaban siendo cazados ahora mismo. Cid no podía dejarlo todo atrás y darles la espalda. No podía abandonarlo, tenía que ayudarlos.
- Y...yo... - Cid tartamudeo un poco al principio. Toda la información lo había dejado muy confuso, sin embargo, al tener a quienes ayudar le había dado convicción - Yo me uniré a ustedes - dijo finalmente - No se de cuanto podré ser de ayuda. Yo... yo no soy de los que pelean - aunque Aragi difiriera Cid estaba totalmente en contra de la violencia - Ya tienen un doctor, así que no se en que podría ayudar, p....pero ¡hare mi mejor esfuerzo! - dijo intentado encontrar aunque sea un poco de confianza.
Y aunque se había decidido, Cid no pudo evitar sobresaltarse cuando la pistola del peliverde apareció en sus manos. La visión del arma que le había disparado en el rostro le ponía la piel de gallina.
- Con ella, puedo desbloquear tus memorias selladas, pero es tu decisión. Bueno, más bien es decisión de ambos qué hacer. Y Aragi, así podrás saber más sobre la chica de los ojos de colores -.
- L...lo hare - respondió Cid negándose rotundamente a hablar en plural. A pesar de que los dos estaban de acuerdo, cada uno tenía sus propios objetivos para hacerlo, Cid quería ayudar, sin embargo Aragi, quien, aunque se había mantenido en silencio, se podía notar desagrado y adversidad a que lo hubieran manipulado; además de cierta curiosidad por la chica que habían dejado atrás.
- Así es como le llaman a esos experimentos que no cumplen sus expectativas o no cumplen órdenes. Si no los pueden adiestrar por completo, los envían a vivir su vida con recuerdos convenientemente implantados para que tu invocación se desarrolle según lo que ellos necesitan. Eso te pasó a ti y a muchos otros. Tienes recuerdos porque me usaron a mí para implantarlos. Ya viste cómo lo hago - y señaló su arma -. Un disparo y tenías una imagen de este lugar en tu cabeza. Y claro que tienes recuerdos. Unos son falsos, otros son reales. Pero sí puedo decirte que las reacciones agresivas de parte de tu familia son en parte condicionamiento, aunque tu familia tiene cierta historia con los destructores - y sonrió de medio lado cuando dijiste que ayudarías -. Ling es uno solo y la organización crece. Tú podrías ayudar en ello, mientras que Aragi podría luchar. Dudo mucho que no sean de ayuda - y seguía hablando de ambos.
Al final, cuando elegiste recuperar tus recuerdos, la sonrisa que tenía en su rostro se tornó más siniestra... o tal vez solo era porque tenía el arma en su mano. Lo cierto fue que no dudó en acercarse y apuntarla a tu frente para luego decirte - Nos vemos del otro lado - y sus ojos empezaron a brillar con la misma intensidad que como en el sueño que tuviste esa mañana, mientras que el cañón de la pistola empezaba a brillar con una luz de color blanco. Apuntando directamente a tu frente, el hombre haló el gatillo. Esperabas dolor aunque sabías que no habría, solo que esta vez, lo que sentiste fue el sonido de una cadena romperse mientras esos ojos verdes desaparecían del portón de tu pasado y te dejaban pasar. Como miles de puertas, todo aquello que te había sido negado, se abría ante ti...
El primer recuerdo que viste fue el de tu abuelo, contigo de pequeño, golpeándote sin fin como muchas veces antes, mientras que tus padres observaban sin ninguna esperanza de detenerlo, mas con un profundo dolor en sus ojos. Muchas eran las veces que lo hacía, así que ya no te resistías, dejando que los golpes te hicieran caer en la inconsciencia. Tenías el aspecto de tu familia, el aspecto de esos que habían heredado la invocación familiar, pero parecía que tu progreso no era suficiente para tu abuelo. Sin embargo, como todo niño, querías complacerlos, querías que estuvieran orgullosos de ti y te tuvieran en cuenta. Lo que no te esperabas era que tu abuelo habría tomado una decisión por encima de tus padres a nombre de la familia Kagenou.
Al día siguiente de esa última y tal vez la más brutal de las golpizas, fuiste citado a la oficina de tu abuelo, quien hablaba con un joven de rasgos mestizos. Este te miró con una sonrisa - Hola, Cid. Tu abuelo me ha hablado muchos sobre ti. Al parecer, tienes un impresionante historial, pero tu abuelo dice que aún te falta entrenamiento. Por eso, te irás a una especie de campamento de verano conmigo. Dime, ¿qué opinas? - y miraste a tu abuelo como reflejo. No estabas muy convencido -. Es normal que sientas miedo, pero no te preocupes, te acostumbrarás rápidamente - y aunque quisiste protestar, un guardaespaldas te dio un fuerte golpe en el estómago, dejándote inconsciente. Para ese momento tenías unos tres años, por lo que no era mucho lo que pudieras hacer para evitarlo o luchar. Lo cierto es que cuando despertaras, tendrías cinco años.
No estabas seguro de cuánto tiempo llevabas inconsciente, pero al despertar, estabas en una extraña cápsula de color verde y tenías una mascarilla que te permitía respirar dentro de ese lugar. ¿Qué era ese lugar? Algo entraba por tu mascarilla que te causó un letargo inmediato nuevamente. Un día, despertaste en una habitación bastante sencilla, con una cama y un cuarto de baño. Por lo que te decían los científicos de aquel lugar, ya tenías cinco años. Por eso, eras llevado ocasionalmente a entrenamientos donde te forzaban hasta el límite de tus capacidades. Tú no querías pelear, no querías hacer daño a otros, pero llegó el momento en que casi matas a golpes a uno de tus compañeros de práctica... solo que no recordabas haberlo hecho. En ese momento, había nacido Aragi. Al principio, solo aparecía sin que pudieras recordar nada de lo que te había sucedido antes, pero con el tiempo, ambos se fueron haciendo conscientes del otro... solo que en ese lugar, preferían ocultarse. Corría el rumor que aquellos que se consideraban problemáticos, iban a ANUBIS y nunca nadie los veía volver.
Un día, saliste a caminar por ahí. Era tu día de descanso de los entrenamientos. Ya tenías unos seis años, así que ya conocías mejor las instalaciones, pero lo cierto era que no dejaban a nadie deambular por allí sin más. Claro que Aragi era muy inquieto, así que ya conocían varias formas de escabullirse para no ser descubiertos. En alguna de esas incursiones, llegaste a un lugar que tenía una señal no demasiado visible que decía:
Corredor Alfa. Solo personal autorizado. Alto riesgo.
A pesar de tus reservas, Aragi decidió entrar y fue entonces que vieron a un chico de cabello y ojos verdes que resultó muy familiar para tu "yo" actual. Este lucía una sonrisa triste, además de tener un extraño collar gris en su cuello... pero eso no era todo. Corriendo, venía una niña de cabello azul con unos ojos que cambiaban de color. Parecía tener tu misma edad. Ella no te vio y chocó contigo. Apenas lo hizo, su cabello cambió a un profundo negro. Chocó contigo y se vio angustiada por algún motivo. Ella llevaba un vestido bastante básico de color blanco y lloraba un poco. Pasos venían tras ella y ya sabías lo que eso quería decir: problemas. El peliverde, quien se veía por lo menos diez años mayor que tú, les hizo una señal a los dos para que entraran a su "habitación". Tú dudabas, pero la pequeña te tomó la mano y entró, empujándote allí. Los miró a ambos y se concentró un segundo cerrando los ojos. Puso su mano sobre los hombros de ambos y les pidió que ninguno se soltara. Por algún motivo, ambos comprendieron que lo mejor era escuchar a aquel chico y, cuando los guardias pasaron, aguantaron la respiración casi que sin notarlo. Para cuando sus pasos ya no se escuchaban, el chico los soltó y suspiró aliviado - ¿Están bien? - dijo en un tono amable. La celda de ese chico era diferente a la tuya: solo tenía lo que parecía la silla de un dentista en la mitad de la habitación.
La pequeña de ojos tornasol te miró y pudiste ver por ti mismo cómo cambiaban constantemente. Te habló con rostro inocente - Gege, tengo miedo de ser atrapada de nuevo. Estaba explorando y me perdí. ¿Podrías ir conmigo? ¿Por favor? - a la final, su insistencia fue tal, que accediste. Esta se mostró emocionada.
El chico de cabello verde les indicó cuándo podían irse, pero antes de marcharse, le preguntaste al peliverde su nombre. Este, con una expresión triste, respondió - Jin - y después, corrieron antes de ser descubiertos. Después de ese día, no sería tan sencillo regresar al corredor alfa, pero la pequeña no se separaba de ti. Había descubierto tu habitación y se pegaba de tu brazo en el comedor. Incluso quería estar contigo en los entrenamientos... hasta un día en que no volvió a tocar tu puerta. Ya había pasado un año más en esa dinámica, así que era extraño. Sabías que se llamaba Du Xia, pero más allá de eso, no sabías nada de ella, solo que ella decía haber vivido toda su vida en ese lugar. ¿Sería cierto?
Una noche, mientras dormías, en sueños viajaste hacia el Corredor Alfa. Corrías porque escuchabas que alguien te llamaba. Entonces, escuchaste los sollozos de una pequeña que estaba en una celda. Te acercaste poco a poco y entonces, la viste. La pequeña Du Xia, con su vestido blanco, estaba en cuclillas en el suelo con diferentes heridas en su piel. Te acercaste para curar tus heridas, pero no funcionaba. Al sentir una presencia, ella se sobresaltó, aunque el alivió se vio en su rostro cuando notó que eras tú. Lloraba - ¡Gege! ¡Tengo miedo! - y notaste, ahora que estaba cerca, que llevaba un collar parecido al que tenía Jin. ¿Qué era ese collar? Justo cuando ibas a hablar, sentiste que algo te halaba, algo quería alejarte de allí, mientras que Du Xia se aferraba a ti con toda su fuerza - ¡Gege! ¡Espera! - y entonces, abriste los ojos agitado. Estabas aún en tu habitación, así que aquello había sido un sueño, pero... se había sentido demasiado real. ¿En verdad era solo un sueño?
Decidiste ir hacia allí de nuevo. Tomaste todas las precauciones y llegaste. Jin te vio pasar y te indicó que debías irte, que era peligroso, pero no lo escuchaste y seguiste el camino que habías recorrido hasta llegar a Du Xia. La viste en aquella celda y ella seguía llorando. Te ibas a acercar, pero ella te dijo - Tengo miedo, Gege. Quiero salir de aquí - intentaste sacarla, pero por algún motivo, ella ya no podía pasar del portón de aquella habitación con solo una cama. Si lo forzabas demasiado, el collar le soltaría una descarga eléctrica que la dejaría aturdida. Sin embargo, no querías rendirte, por lo que tu actuación activó las alarmas. En cuestión de segundos, había guardias por todo el lugar y aunque tanto Du Xia como Jin intentaron ayudarte, fuiste noqueado de nuevo.
Despertaste perezosamente para verte en un lugar con una luz roja que parecía un búnker. Aunque intentaste moverte, tus manos estaban sujetas por cuerdas que parecían especiales, pues no te sentías capaz de usar tu poder. Mientras reaccionabas, viste que Jin estaba atado igual que tú y en una silla frente a ti. Sin embargo, él llevaba un dispositivo en su cabeza, un extraño dispositivo que parecía obligarlo a mirarte de frente. Al verse allí y verte sentado frente a él, empezó a forcejear. Aunque este luchaba y rugía con todas sus fuerzas, no podía liberarse. Entonces, escuchaste una voz que te resultó familiar.
- Oh, vamos, Jin. No pierdas tu tiempo. Sabes bien que no puedes soltarte - y rio suavemente mientras Jin gruñía. Notaste entonces que este estaba amordazado, como si se tratara de un animal salvaje. El hombre de cabello lila pálido se te acercó con esa sonrisa glacial y dijo - Bienvenido a ANUBIS. Supongo que no lo sabías, pero Anubis es el nombre clave de Jin, así que él será el instrumento que te reinicie - y te dio la espalda con las manos cruzadas -. ¿Sabes? Tu abuelo es uno de nuestros mayores inversores, por lo que queríamos darte un trato privilegiado, pero no has dado la talla. Eres solo un niño problemático. Por eso, tendremos que regresarte a casa, pero claro, con algunas diferencias. Primero, no recordarás nada de esto y, segundo, verás que tu único camino es siempre regresar con nosotros, Cid. Los Kagenou han sido nuestros aliados por generaciones, así que tarde o temprano, deberás volver. Ya lo verás. Te pondrán a nuestra merced al enviarte a nuestro territorio de nuevo - y rio fuertemente para luego hacer una señal con su mano y la máquina que sujetaba a Jin parecía activarse.
El collar de Jin empezaba a brillar intensamente. El chico gritaba, pero la máquina esa parecía estar amplificando su poder. Sus ojos no solo brillaban, sino que ahora emitían fuego. Te miró mientras lloraba y escuchaste algo en tu mente - Perdónenme... - y sentiste cómo entraba a tu mente. Había intentado resistirse, pero esa máquina estaba obligándolo a usar su poder, aunque él no quisiera. Esos brillantes ojos verdes se incrustaron en tu mente... y luego despertaste en tu habitación en casa. Tu abuelo seguía siendo brutal, pero ahora, ni tus padres intercedían por ti. La presión de la familia aumentaba y te viste obligado a seguir creciendo tu invocación a la fuerza.
Reaccionaste mientras aún temblabas y tu cuerpo se sentía aún más magullado que antes, solo que ahora el dolor de cabeza era intenso. Estabas aún en esa habitación oriental, solo que ahora la luz que entraba por las rendijas era luz de luna. Dándote espacio, pero aún vigilándote, estaba el peliverde. Este solo dijo - Bienvenido de vuelta - y sonrió ligeramente.
Si quieres ampliar alguno de los recuerdos, lo podremos hacer en Efemérides una vez se termine el prólogo n.n.
Por cierto, vuelve a tirar a ver quién despierta: si Cid o Aragi.
Cid retrocedió un poco con pánico al ver la pistola del peliverde frente a él otra vez. La vista del cañón del arma frente a él lo hacía temblar de forma involuntaria. El chico quiso decir algo, había cambiado de opinión. no quería.....
-¡BLAM!-
El jefe disparó y la pesadilla comenzó.
Todos sus recuerdo sellados explotaron e inundaron su mente en cuestión de segundos. Cid y Aragi vivieron una vez más todo lo que había sucedido hace años. Cuando lo vendieron, cuando Aragi nació, cuando conocieron y perdieron a Duxia. Toda una vida perdida recuperada en instantes.
Los sentimientos y emociones al ver esas imágenes se arremolinaron. Como un maremoto que amenazaba con ahogarlos en cualquier momento. Duda, tristeza, ira, desesperación, rabia, decepción, amargura, deseos de venganza y mucho más llenaron a ambas consciencias. ¿Cuáles pertenecían a cada quién? No se sabía, la amalgama de sentimientos se mezclaba y se retorcía de tal forma que ninguno de los dos estaba seguro de que era suyo y que era del otro.
Las imágenes seguían y seguían, y ellos no podían hacer más que observar impotentes lo que ya había pasado. Pronto llegaron al final, al momento en el cual habían sellado sus memorias. Había sido él, el peliverde, Jin. Ahora recordando su nombre, podían ver que le habían obligado hacerlo. El collar, la sala, los hombres que lo encerraron, Jin, todos se desvanecieron al final en una luz verdosa provenientes del entonces chico de pelo color verde.
............
- Aaaaaaargh - exclamó Aragi al volver en sí. Su cabeza estaba por explotar, su mente llena de nuevos recuerdos se sobrecargaba, amenazaba en apagarse en cualquier momento y su cuerpo empapado de sudores fríos. El chico se sentó bruscamente, moviéndose para agarrarse la cabeza e intentar resistir su retumbar.
Recuperando el aliento, trató de ubicarse. Estaba de vuelta, en la habitación que le había dado Iris y donde le habían disparado por segunda vez.
- Bienvenido de vuelta -
Cuando escuchó esas palabras, Aragi levantó la mirada. Frente a él estaba el peliverde en bata, quien le había devuelto sus recuerdo pero también el que se los había quitado, Jin. Aragi lo vio y otra ola se emociones entraron en su mente. ¿Decepción? ¿Rencor? ¿Alivio? ¿Nostalgia? ¿Alegría? Todas se mezclaban sin poder definirse en una sola.
De pronto, Aragi se abalanzó sobre Jin con una mano en alto. Antes de que pudieran decir nada, el puño de Aragi cayó sobre la mandíbula de Jin. Sin embargo, el golpe aunque rápido y contundente no tenía mucha fuerza detrás ni intención de dañar. El chico solo dio un golpe amistoso para luego sonreír mientras se enderezaba
- Maldito - lo miro con una sagaz sonrisa - Tardaste demasiado Jin -
Motivo: Cid/Aragi
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
Jin no dijo nada, no intervino ni interrumpió tu proceso de aceptación. Él se veía serio, pero aliviado al mismo tiempo de ver que todo parecía estar en su lugar nuevamente. Cuando te abalanzaste sobre él, Jin ni siquiera pestañeó, no parecía asustado. El golpe dio en su mandíbula, pero al ser suave, no sintió dolor. Una sonrisa de medio lado apareció en su rostro - Lo siento - dijo en tono de broma. Luego, fuiste empujado unos cuantos centímetros hacia atrás por una fuerza invisible, la cual era muy posible que proviniera del peliverde. Se enderezó para luego decir - Ahora tienen algunas respuestas. Como dije, tu familia fue condicionada para que su presión sobre ti aumentara, de modo que tu abuelo tuviera al invocador que quería. Ellos son los que los persiguen, y a ellos queremos detener - dijo más seriamente.
Te miró con intensidad, recordándote en parte la mirada que tenía en esa sala y te dijo - No queremos obligarte a quedarte, pero ellos vendrán por ti, y por los demás que aquí están. Pueden volver a su casa o pueden quedarse aquí. Este lugar es creación de Iris, así que no habrá mucho problema en que te quedes, pero no tienes que hacerlo. Te asignamos a Ariana como compañera para que ella te asista en caso de ataque. Lo dejo en sus manos - y guardó silencio, esperando tu decisión.
La cabeza aún dolía a Aragi. Los recuerdos que había recuperado de golpe seguían procesándose dentro de su cerebro. Aún así, el chico se sentía bien por recordar a Jin y gran parte de su vida, sin embargo, esto también vino con los recuerdo de Du Xia, la niña que se había quedado en la instalación cuando a él lo sacaron. Aragi sentía una pizca de responsabilidad por ella, pues cuando se encontraron era él quien estaba al mando y quién pasaba la mayor parte de tiempo con la niña. Además que fue en esta época en la que Aragi estuvo al mando la mayor parte del tiempo debido a trauma de Cid de que experimentarán con él.
Aragi recordó a la Du Xia que se había encontrado hace poco. No podía negar que había crecido estupendamente, pero se preguntaba que tanto quedaba de esa niña indefensa que se pegó a él hace tiempo. El joven quería verla otra vez, para decidir que hacer. Si intentar devolverle recuerdos tan dolorosos o solo dejarlo así. Tomaría su decisión una vez se encontrasen de nuevo.
Por otra parte, volviendo al presente, Aragi miró al peliverde que acababa de alejarlo con su mente - Si de verdad lo sientes me invitarás a comer un día de estos para ponernos al día- bromeó divertido, aunque era verdad que quería saber sobre que le había pasado luego de que a él le borraran la memoria.
- No queremos obligarte a quedarte, pero ellos vendrán por ti, y por los demás que aquí están. Pueden volver a su casa o pueden quedarse aquí. Este lugar es creación de Iris, así que no habrá mucho problema en que te quedes, pero no tienes que hacerlo. Te asignamos a Ariana como compañera para que ella te asista en caso de ataque. Lo dejo en sus manos - y guardó silencio, esperando tu decisión.
- Sigues hablando como si tuviera opción - Aragi exhaló - No volveré con los malnacidos que me vendieron - se podía notar el rencor en su voz - y si salgo de aquí volverán a cazarme - al salir el insulto de su boca, Aragi sintió un pinchazo en el cerebro que lo fastidió pero ignoró - No me agrada la idea de que vuelvan atrapar. Así que creo que abusare de vuestra hospitalidad - hablo alegremente, sin mucha preocupación en su voz.- Ah y Ariana....me sorprende que una idol este metido en esto. No es que me queje la verdad, hasta lo prefiero - dijo de manera picara - Además tendré que ir a verla en algún momento, la capturaron vigilándome así que al menos debo decirle algo supongo - su objetivo era muy claro, hablar con una hermosura como Ariana valía la pena para Aragi.
- Dicho esto, creo que estaré a tu cuidado - terminó el joven con una desenfadada venia.
El peliverde se sonrió ante tu comentario de irse a comer - Este lugar es seguro, así que podemos comer aquí. Yo no dejo el refugio a menos que algún asunto requiera mi intervención directa, y eso tiene un motivo, el motivo que lleva a que los destructores estén reclutando a tantos invocadores... pero aún son hipótesis, por lo que no puedo hablarte de ello con seguridad - mencionó con un tono sereno.
Jin nuevamente dejó entrever una sonrisa ante tus palabras - Siempre tienes opción de irte y no puedo obligarte a ello, ¿sabes? - se encogió de hombros -, aunque me complace que se nos unan, así que bienvenidos - y correspondió a tu reverencia. Con respecto al comentario de Ariana, este dijo -. No es la única celebridad en nuestras filas y es más conveniente de esa manera, pues ellos están siendo vigilados por el ojo público, además de tener contactos en otras esferas. Es todo por los guardianes. Y bueno, es una buena chica y es talentosa - y aunque se iba a ir, agregó -. Por cierto, Du Xia no sabe nada de ti, ni de mí. Y a menos que ella sea capturada y decida unírsenos, debe quedarse así. Por fuera de este refugio, Jin no existe. Hay motivos para ello. Así que si no quieres decirme "jefe", puedes decirme "Caín". Ese es mi nuevo nombre clave - sonrió de medio lado y se dispondría a marcharse.
Una respuesta más de tu parte y cerramos el capítulo n.n.
- No me iré hombre - respondió Aragi alegremente - Esto es lo más interesante que me ha pasado desde que ... bueno desde que me comiste el coco supongo - bromeó pero no tardo en aclarar de manera animada- Pero ¡eh! que no te culpo por ello -
- Por otro lado, me gustaría escuchar la historia de como una idol termino en envuelta en todo esto y ¿dices que no es la única? - rió - Parece que el mundo pasó de ser lo más aburrido a totalmente loco en un par de días -
Por último, cuando escuchó sobre Du Xia, Aragi arrugó la frente. - Entiendo, no soy tan tonto para andar de bocazas por mucho que quiera - dijo con un tono de voz mucho menos animado. Quería volver a hablar con ella al menos una vez más.
- Por fuera de este refugio, Jin no existe. Hay motivos para ello. Así que si no quieres decirme "jefe", puedes decirme "Caín". Ese es mi nuevo nombre clave -
- Bueeno si así lo dices... - Aragi se encogió de hombros - Estaré por aquí si me necesitan...Jefe - termino con un saludo militar bastante rápido.
Perdon por la demora y lo corto.
Jin se veía complacido por el hecho de que te quedarías, así que dijo - Esta será tu habitación mientras estés con nosotros. Siéntete libre de traer lo que necesites y, si tienen alguna idea de cómo lidiar con su familia, los podremos ayudar - aunque que lo llamaras "jefe", se llevó una sonrisa un tanto divertida, aunque podías notar algo de tristeza en su mirada.
La rubia a la cual conocías como Iris te dijo que ese lugar era una dimensión que ella había creado, así que por eso era un lugar salvo. Si querían salir, tendrían que pedirle ayuda a ella para que abriera un portal para ustedes. Ariana estaba en la enfermería bajo el cuidado de Ling, lo cual implicaría ir allí para verla, pero al menos ya había despertado. Y así, comenzaba un tiempo de cambio para ambos, o tal vez era mejor decir de regresar a lo que se era antes.
Pasarían dos días más para que pudieras conocer a los demás, así que tanto Jin como "Iris" te instaban a retomar tus actividades. Te darían además sus números de teléfono para comunicarte en caso de tener que salir y regresar, así como tener a Ariana cerca disfrazada para poder asistirte en caso de ser atacado. Todo parecía tomar un cauce mientras noticias de personas desaparecidas, atentados terroristas y desastres sobrenaturales inundaban las noticas. Sea lo que fuera que estaba por comenzar, ya se veían los atisbos de ello. Ya estaban sonando los cuernos de guerra.
- FIN DEL PRÓLOGO -