Utilizar marionetas suena a su estilo, sí.
Confirmó a las palabras de Sasaki. El resto de preguntas iban respondiéndose, hasta que Caín reaccionó de aquella manera tan vehemente, consiguió arrancar una sonrisa victoriosa y tranquila en el albino, encogiéndose de hombros, como si aquello no importase en verdad, al menos para él.
Es curioso ver esta faceta tan humana -su agrado parecía sincero-. Sólo mencioné mi alias, el resto de involucrados no eran relevantes para la pregunta, y tienen libertad para hablar de sí mismos -parecía no importarle demasiado aquello, más allá de un tono ligeramente tedioso por tener que explicar-, eso lo respeto.
Si eres quien más sabe, lo eres. Indicarlo no es ningún ataque. ¿Quizá debería explicar que con ello se deduce que, en lugar de hablar los que tenemos sólo fragmentos de la información, lanzando preguntas de las cuales ya tienes respuestas, sería más óptimo para el tiempo de todos que alguien con una visión más global y amplia, alguien con más información, nos hiciera una exposición de hechos y rellenar desde ahí? ¿O indicarnos el objetivo exacto de la reunión?
Ladeó la cabeza, curioso. En realidad él había supuesto que aquella pregunta se extraía de sus palabras, pero claramente no había sido así. No entró en las valoraciones personales ni nada de aquello, estaba más concentrado en que, tal vez, debería volver a aprender a comunicarse con los demás. Además, claramente le había dolido al peliverde, aunque era incapaz de comprender por qué sus palabras le afectaban tanto.
Como fuese, todo el foco cambió a una Ariana enfadada, lo cual era raro y agradable a partes iguales. De hecho, aquello le hizo preguntarse ¿estaba alguien amplificando sus emociones? Sería un momento perfecto para un espía, tanto para sacar información como para debilitarlos o romper lazos. En su caso era difícil: apenas existían y, los que lo hacían, estaban por encima de una discusión aleatoria. La reacción del pelirrojo le resultó refrescante y, a su vez, casi parecía confirmar sus sospechas.
Prefería mantener un discreto segundo plano, no obstante le llamó la atención lo rápido que la pelinegra se había adaptado a llamarlo por su apodo de la organización. Consiguió mantenerse en ese segundo lugar. Al menos hasta la intervención de Cuerpo, AKA Aragi.
¿Qué crees que debemos preguntarte, si no conocemos nada de ti? -su pregunta denotaba cierta incredulidad- Si alguien muere a tu lado, desangrado, sólo porque no pidió que le sanases, sin conocer siquiera que tienes tal habilidad ¿la culpa sería del que muere, o tuya?
Estaba explicándose más de lo adecuado, pero había demostrado que era difícil hablar de otro modo, y el albino contrario quería que se lo diesen todo masticado. Ahí tenía dos preguntas más. Y si era inteligente, habían muchas otras que le podrían, quizá, poner en una situación un poco mejor. Tampoco es que fuese a creerle, había demostrado también que no se podía confiar en él, pero lo que decía sonaba incoherente para el pelilargo.
Finalmente, se levantó pausado y se agachó a los pies de la pelirroja y empezó a recoger los trozos de taza. No podía hacer nada por calmarle en su estado, pero quizá aquello pudiera ayudar de algún modo.
Mientras la gente hablaba, ella se mantenía silenciosa y con la mirada fija en el peliblanco. Apunto había estado de abrir los labios para hablar, pero entonces las cosas empezaron a sucederse unas tras otras. El bombardeo de información aturdió durante unos segundos a la albina, la cual se repuso tras unos segundos. Miró a Jin, realmente entristecida por su explosión ante las palabras de Râzvan ¿Cuando habían llegado a esa situación? Viorica se mantuvo a un lado de todo aquello, sentía que el que debía explicarse era su hermano. "Si buscásemos un culpable... Ese sería nuestro padre. " Negó. Sentía cómo si ellos dos fueran cómo una plaga que se extendía allí donde iban. "No... Yo soy la culpable. Yo fui quien acabó con el último hilo de vida de nuestra madre al nacer" Sin darse cuenta había entrado en una espiral de la que le era difícil salir. Su mano apretaba con fuerza la mano de Râzvan, aunque no parecía darse cuenta de ello.
Su semblante se mantenía sereno, incluso daba la sensación de haberse congelado en el tiempo pues no había ningún gesto o movimiento. Ni siquiera parpadeo, si no fuese por el suave movimiento de su pecho al respirar, podría decirse que se trataba de una muñeca de porcelana. "Soy cómo una enfermedad...¿Y si simplemente me entrego? ¿Y si me hago pasar por ella...?" Su respiración se empezó a ralentizar con cada pensamiento de ella, cómo si algo la oprimiese el pecho "Así los dejaría... ¿Verdad? Él quiere a Jenica..." Separó apenas un poco los labios para soltar lo más parecido a un suspiro.
Seguía atrapada en sus pensamientos, sus mayores monstruos habían aparecido hacía días y cada batalla hacía que Viorica se sintiese cada vez más alejada de todo. El estruendo frente a ella consiguió sacarla ligeramente, sus ojos se movieron rápidos buscando el foco del peligro. Aunque se suavizaron al ver que no era más que una diferencia entre dos de ellos ¿Acaso Aragi quería morir? ¿Por qué seguir aquello? ¿Por qué... Tuvo que provocarlo de aquella manera? Soltó la mano de su hermano para llevarla al cabello, acariciándolo de manera lenta en un intento de apaciguar aquella oscuridad.
Jene, a pesar de que Xiao también se le había acercado, no parecía cambiar su postura. Era extraño, pero ella parecía estar luchando por su propia cordura en ese momento. Momentos después, hiciste aquello para ella y para calmar su angustia. Ella apareció al borde de aquel calmo río… o al menos parecía ella. Tenía el mismo atuendo, mas su cabello era rubio y caía con suavidad y elegancia en su rostro. Cuando la viste de lado, notaste además que sus ojos eran de un hermoso y profundo azul que asemejaban a un mar en calma.
La chica ahora rubia se giró hacia ti como si le hubiera costado horrores escucharte en aquella ilusión, mientras que en la realidad ella bajaba sus manos sin dejar de mirar al infinito y con lágrimas en los ojos, te miró con esos profundos iris que ahora parecían rugir como una tormenta.
- Ellos vendrán por mí… - y apenas dijo eso, notaste algo muy extraño, algo que tal vez solo tú podrías haber notado. Desde su vientre, empezaron a emerger una cantidad de hilos rojos que se disparaban y cubrían todo a tu alrededor. El cielo de aquella calma ilusión se oscureció y, justo cuando uno de esos hilos atravesó tu cuerpo, pudiste escuchar lo que ella escuchaba.
La voz de un niño llorando se sumó a la de otro, y otro, y otro, hasta que el sonido se hizo tan insoportable que sentías que debías cubrirte los oídos de tu cuerpo real para intentar apaciguarlos, pero el fuerte llanto no se esfumaba. ¿Era eso lo que ella escuchaba?
Fue tal vez solo un instante, pero viste a Xiao un momento cerca a Jene, aunque se confundía si la estaba abrazando, o algo más íntimo, o en realidad solo sostenía su hombro. Momentos después, desapareció de tu visión.
Para que no te expulse a la fuerza y te genere un penalizador, tira Mente dificultad 15. Si pasas la tirada, solo sales de su mente. Si no, quedarás con una tirada de obstáculo menor para cualquier acción mental.
Inicialmente, Jene no parecía haber reaccionado a tu voz o a tus palabras. Sin embargo, tu idea parecía que cambiaría rápidamente. Sus iris azules, escondidos tras los lentes de contacto, no dejaba mostrar aquel mar feroz que reflejaba la fortaleza de su alma, sino un profundo vacío artificial. ¿Ella realmente escuchaba? Cuando sus ojos se posaron sobre los tuyos, el profundo vacío de sus pupilas te engulló. Por un momento, no te encontraste en aquel lugar con Jin y los demás, sino en un hermoso claro con un lago en calma.
Justo en la orilla, pudiste ver la silueta de Jene, con su hermoso cabello dorado cayendo grácilmente junto a un chico de cabello negro que te resultaba conocido. Era Sasaki. Este parecía hablarle de manera amable mientras la rubia se giraba hacia él con lentitud. Sus labios se movieron y le dijo algo cuando, de la nada, una gran cantidad de hilos rojos parecían salir de su vientre y cubrían todo a su alrededor. El cielo de aquella calma ilusión se oscureció y, justo cuando uno de esos hilos atravesó tu cuerpo, pudiste escuchar lo que ella escuchaba.
La voz de un niño llorando se sumó a la de otro, y otro, y otro, hasta que el sonido se hizo tan insoportable que sentías que debías cubrirte los oídos de tu cuerpo real para intentar apaciguarlos, pero el fuerte llanto no se esfumaba. El ruido se hacía insoportable y, mientras lo que parecían horas pasó, te encontraste fuera de aquel lugar y de vuelta en el lugar donde se llevaba a cabo la reunión. ¿Qué había pasado?
Lu Feng miraba fijamente a Aragi, quien ahora parecía dispuesto a seguir luchando. Con una sonrisa desafiante y confiada, el pelirrojo respondió – Con gusto te borraré la sonrisa a golpes -, pero antes de que pudiera seguir peleando, Sasaki le habló de esa manera. Estaba bien y este lo miró fijamente, como si estuviera sopesando la opción de no escucharle y seguir con su arrebato. A la final suspiró y se quedó mirando al peliblanco, como si estuviera esperando que le traicionara y atacara. Incluso siguió su recorrido hasta su silla, mas al ver que este parecía no querer buscar más problemas, hizo lo propio y volvió a su puesto. Ariana parecía aún enojada, aunque se sentó también al ver que el pleito había terminado. Eso sí, no se veía precisamente tranquila.
Jin aún se mostraba molesto por los comentarios de Râzvan, pero hubo alguien que lo sacó de su estado encolerizado y esa fue Arachné. Se acercó a este sin miedo y le habló, lo cual causó una reacción afable en el peliverde, cuya mirada se suavizó y sonrió ligeramente de lado – Gracias – le dijo, esperando a que esta hiciera lo que quería hacer.
Aquel momento de comodidad fue opacado por las palabras del pelilargo, quien podía sobar soberbio a oídos de muchos. Jin, aún descontento por sus palabras, se obligó a calmarse para responderle – Hay cosas que conozco, pero no tengo todas las respuestas. Y yo no puedo ver todo lo que ven al salir, así que el compartir información es importante. Tengo sospechas, unas que se van solidificando, pero aún no son más que conjeturas. Si quiero tener certezas, dependo de la información que ustedes puedan recolectar también – y luego, los ojos del peliverde se posaron en Viorica. Su mirada se suavizó un poco mientras se quedaba mirándola como a Xiao momentos antes.
Luego, pasó algo bastante extraño. Primero, Jene pareció reaccionar a la voz de Xiao, quien le había dicho algo en voz baja. Aún con esa mirada de pánico, bajó los brazos y se quedó mirando al pelinegro a los ojos. Segundos después, Ariana soltó un grito mientras se llevaba las manos a los oídos. No faltó mucho para que Jin imitara ese actuar, claro que luego se giró rápidamente a Jene y buscó a Xiao.
- Noquéala – dijo al pelinegro aún con sus manos cubriendo sus oídos y manchando de gotas de sangre su rostro. Sus ojos entreabiertos mostraban el esfuerzo que hacía por no sucumbir a lo que fuera que estaba pasando.
La voz de Jin llegó a tu mente solo un momento, justo antes de que Ariana gritara y Jene mirara a Xiao.
- No pienses eso. Entregarte no es una solución... Y lo siento, mis poderes están f... - sus palabras para ti se vieron interrumpidas abruptamente.
De la nada, justo cuando Jene miró a Xiao, un fuerte pitido llegó a tus oídos. Su intensidad subía con cada segundo que pasaba y aunque cubrías tus oídos, este no se iba ni disminuía. Tu cabeza dolía y sentías que perderías el equilibrio en cualquier momento. ¿Qué estaba causando aquello?
Tira Mente dificultad 15. Si no pasas la tirada, deberás hacer toda tirada de Mente con obstáculo menor.
La atención de Xiao se veía compartida entre varias cosas, y no por voluntad propia, cosa que se le hacía profundamente molesta. Sobre todo en un momento así. Entendía las razones por las que Jin los había decidido reunir a pesar de ese... espantoso día, pero la reunión podía considerarse en su mayoría infructífera, con claras salvedades. Lo de Cid ya tenía de bastante malhumor a Xiao, y Razvan también se estaba ganando unas malas miradas por parte del pelinegro por cuestionar tanto a Jin. Pero aquello no pasaría de ello, pues él tenía sus propias preocupaciones.
Espero expectante, con algo de nervios que no expresaba en su semblante, la reacción de Jene mientras por un momento volteaba a mirar al peliblanco que limpiaba los restos de la taza que la pelirroja había dejado caer. Miró a Jene a los ojos cuando esta la miró sin saber descifrar cuál sería su reacción... y por un momento el mismo pelinegro se desconectó.
Para cuando Ariana gritó y Jin le ordenó eso, Xiao se descubrió llevándose las manos a los oídos también con una expresión completamente perturbada. Dio un paso atrás y le tomó un par de segundos darse cuenta de dónde estaba y qué era lo que Jin le pedía. Se tomó un momento más y miró a Jene completamente alarmado. Vaciló, pero rápidamente recuperó parte de su compostura. Aun así, ¿cómo podía hacerle daño a Jene? Qué irónico; aquel hombre que no vacilaba para matar en el campo de batalla, dudaba a la hora de noquear a alguien que podría poner en peligro a todos. Y es que esa mirada, la mirada en los ojos de Jene, lo paralizaba. Pero aquello no duró demasiado tampoco. Solo apartar la mirada y ver las gotas de sangre lo hicieron reaccionar. Dio un paso hacia Jene y apretó los dientes. —Perdón —y resignado, se preparó para dar un golpe con la fuerza justa en la nuca de la pelirroja y sostenerla.
Motivo: Noquearla
Tirada: 3d6
Resultado: 13(+5)=18 [6, 5, 2]
A Sasaki parecía no afectarle el tono que el alter ego de Cid utilizaba con él, pues el joven no se inmutó ante su discurso, no dando ninguna muestra de si le creía o si no, o simplemente si aceptaba o no su respuesta. En el fondo la pregunta que más importante le parecía en torno al tema de aquel chico de pelo blanco y ojos rojos la tenía clara. Aprovechó el momento cuando Aragi se “ofreció” a responder a aquello que deseara preguntar y también alentado en parte por el comentario de Râzvan, quien también parecía desconfiar del joven, al igual que la mayoría de los presentes. Aquel tipo de piel pálida no le gustaba del todo, estaba de acuerdo con algunas cosas que decía, pero no le gustó en absoluto como se dirigía a Jin. Sin embargo Sasaki no se centró en ese tema y prefirió seguir con el asunto de Aragi- Los problemas de uno en uno.
-Mi pregunta es simple- Comentó con tranquilidad- Aragi ¿Verdad? Pues bien, lo que me deja intranquilo con respecto a tu actuar es una cosa. ¿Qué eres? ¿Compartes cuerpo con ese joven llamado Cid o sois lo mismo?- Formular sus dudas con palabras era más complicado que darle vueltas en su mente- Por lo que decís Cid no hizo nada malo, incluso ayudó en la enfermería, pero tu… al parecer te dejaste llevar y comprometiste a algunos de los presentes. Quiero tener clara una cosa: ¿Tenéis los mismos intereses tu y Cid?
No quería formular sus dudas en su totalidad, aunque estas quedaban implícitas. De nada servía fiarse de Cid y ganarse su confianza si en cualquier momento podía salir ese prepotente llamado Aragi con una forma de pensar y unos fines totalmente distintos. De alguna forma sería tener a un enemigo en tus propias filas.
El interés en Aragi del pelinegro se esfumó de repente, por algo que los demás no podían ver. Su mirada, de alerta, se centró de repente en la pelirroja Jene, justo antes de que Ariana empezase a gritar y a taparse las orejas. Sasaki la imitó al instante esbozando una cara de máxima tensión y concentración.
Solo se quitó las manos de los oídos cuando Xiao dejó inconsciente a aquella mujer. Sus ojos entonces se posaron en Arachné con cierta duda, como si quisiese comentar algo, una duda quizás a juzgar por cierta confusión reflejada en su rostro. Aquella chica había ganado la confianza del japonés y era normal que su primer pensamiento fuese hacia ella.
Sin embargo, serenándose y volviendo poco a poco a su faceta estoica anterior, dirigió esta vez su mirada hacia Jin.
No dijo nada en voz alta, no sería él quien aclarase qué acababa de pasar.
Motivo: Mente
Tirada: 2d6
Dificultad: 15+
Resultado: 8(+9)=17 (Exito) [5, 3]
Observó la escena, observó cómo perdía el control de su ilusión, o más bien como esta era contaminada por algo que no entendía. Su mirada no se apartó de aquella “Jene” de pelo rubio y ojos como el cielo de su ilusión antes de ser corrompida.
Sus ojos saltaban de un lado a otro, no quería perder ningún detalle, quería entender todo aquello. Un montón de preguntas y teorías surgieron en su mente en aquellos escasos segundos.
¿Embarazada? ¿Los niños son suyos? ¿Esta es Jene o es una representación de algo que ella vio?... No, eso no es posible… ¿No?
Entonces comenzaron los llantos
Es más de uno ¿Los niños que buscan secuestrar? ¿Qué tiene que ver eso con ella? Si fuese una de ellos no tendría tanta importancia- Se dio cuenta de cómo se había puesto al escuchar el nombre del padre de los dos gemelos- Acaso ella y él…
Tenía muchas preguntas y muchas teorías, pero lo que respondió no tenía nada que ver con todas ellas:
-No lo conseguirán.
Y entonces fue expulsado de allí.
(…)
Sin embargo, serenándose y volviendo poco a poco a su faceta estoica anterior, dirigió esta vez su mirada hacia Jin.
Trasladó a la mente de Jin las imágenes que había visto cuando sumió a Jene en su ilusión. Ambos, Jin y Sasaki se encontraban en aquella orilla del lago. Sasaki había representado para él la misma escena que había “vivido”.
-Creí que era la mejor forma de contártelo. ¿Quién es ella?- Fue la única pregunta que formuló, manteniendo su mirada clavada en la rubia en vez de en su amigo.
Motivo: Ilusión
Tirada: 2d6
Resultado: 7(+9)=16 [5, 2]
La actitud de Aragi provocaba que Arachné hiciera sus ojos en blanco en un reflejo único de hastío, pues por otro lado su rostro era sereno y no pensaba desperdiciar más tiempo en él porque para ella, la actitud de él le había dado las respuestas posibles acerca de qué esperar tanto de ese lado del peliblanco como el de Cid. Por otro lado, lo que sí le pareció curioso y llamativo fue cómo los hermanos pasaron totalmente de ella cuando describió al chico que estaba con Hades. ¿Se habría enojado? No parecía; además, aquél tópico quedó atrás con los nuevos sucesos y diálogos expresados por el resto y, sobre todo, porque la pelinegra se enfocó en limpiar las manos de Jin con cuidado para evitar lastimarle de más.
-No sé mucho de esto, pero creo que aprender un poco ayudaría a futuro. No me interesa la medicina, pero con tener conocimientos básicos bastaría-le contestó al peliverde de manera resuelta. Se tensó por un momento con la intervención de Razvan y tuvo que cerrar sus ojos para no decir algo al respecto. Al igual que otros de los presentes, le incordiaba cómo trataban a Jin y solo por cortesía no agregó leña al fuego.
No obstante, a la par que Ariana, Sasaki y Jin, justo cuando Jene miraba a Xiao y murmuraba algo, acciones que se escaparon de la francesa, ésta se tensó y dejó de limpiar las manos del ojiverde para cubrirse sus oídos presionando fuertemente con sus palmas y apretar su mandíbula para no gritar como la pelirrosa. Como estaba de pie, sus piernas temblaron y tuvo que apoyarse en el suelo con una de sus rodillas desnudas mientras se encorvaba por esa terrible sensación en su cabeza, concentrándose en no elevar su voz y esperando que eso acabara pronto.
Por lo mismo, no se dio cuenta cuando Xiao golpeó a Jene y la desmayó, simplemente percibió que eso terminó y se retiró las manos de sus orejas para darse cuenta que temblaba con un fuerte mareo. Se intentó levantar sola, no quería que la ayudaran y si alguno se ofrecía rechazaría cualquier indicio de apoyo, su orgullo le impediría aceptar alguna mano que sí necesitaba, pero de la que renegaba. Por supuesto, si atención se dirigió en aquellos que pensó estarían afectados como ella, así que miró primero a Jin por tenerlo más cerca y luego a Sasaki, topándose con que él le observaba también y le dedicó una sonrisa amarga, un gesto fantasmal que se desvaneció cuando logró ponerse de pie. Luego se enfocó en Jene y Xiao para luego recargarse en la pared más cercana y llevarse ambas manos a su sien, dudando de si podría llegar sin contratiempos a su silla al lado de Lu Feng y por eso se quedó ahí de momento.
Su rostro se perló de sudor y notó que tenía la tela enrojecida por su fútil intento de minimizar el daño en las palmas de Jin, sintiéndose un poco mal de no haber realizado una tarea que debía ser sencilla. Suspiró y miró al resto con la mirada entrecerrada, pues a pesar de todo le daba curiosidad si entre los peliblancos habría algún invocador mental y si alguien aclaraba qué había pasado, centrándose al último en Xiao.
Motivo: Mente
Tirada: 2d6
Dificultad: 15+
Resultado: 7(+8)=15 (Exito) [6, 1]
Aragi no pudo evitar rodar los ojos ante el continuo interrogatorio de Sasaki y Razvan - Y yo pensando que valdrían la pena - dijo refiriéndose a sus preguntas. Habiendo perdido el interés por sus interrogadores, el peliblanco se dedico a tomar otro dumpling para comer - ¿De que les servirá que les conteste eso? Sea cual sea la respuesta a sus preguntas no lo van a creer así que ¿para que molestarse? - se veía en sus ojos que se había aburrido de la conversación - Mis intereses son míos y solo míos - por como lo decía se podía ver que Aragi quería poner en claro que era diferente a su contraparte - No tengo ningún interés en ayudar a los destructores o como se llamen. Esa es mi respuesta y me importa una mierda si me creen o no- terminó mientras se encogía de hombros.
Dicha su parte, Aragi dejó de prestar atención a los dos. Parecía que el chico se iba a quedar quieto y callado el resto de la reunión, sin embargo, su cuerpo se tensó de repente al escuchar el grito de Ariana. Antes de que pudiera entender que estaba pasando, Aragi se movió de apresuradamente para ponerse en menos de un segundo al lado de la peli-rosa.
Era la primera vez que en el rostro del peliblanco, desde que había cambiado, se veía algo más que chulería o suficiencia. Preocupado Aragi se acercó a Ariana tratando de comprender que era lo que pasaba- ¡Ariana! ¡¿Qué ocurre?! - apenas atinó a preguntar mientras sus manos dudaban entre tocarla o no. No obstante, era muy improbable que la chica le respondiera por lo que Aragi buscó alguna explicación alrededor.
Por ello cuando oyó a Jin decir que noquearán a la chica llamada Jene, Aragi no se tomó ni un momento para pensar. Una de sus manos ya exudaba electricidad y estaba dispuesto a hacerlo por su cuenta cuando Xiao noqueó a la chica. Al ver esto, el peliblanco se calmó y su atención volvió hacía Ariana para ver su estado. Aparte de eso, el chico guardó sus distancias y no dijo nada más.
Estaba recogiendo los pedazos de tazas, a los pies de la pelirroja, cuando la orden del peliverde eclipsó casi cualquier otra cosa que pudiesen decir. Alzo la tez un tanto incrédulo justo para ver cómo uno de los pelinegros obedecía sin rechistar, aquello le hizo parpadear tres veces antes de terminar de asimilar lo que estaba pasando.
Inspiró profundamente, haciendo caso omiso de los alardes de Aragi y cómo había ignorado las preguntas, se puso en pie alzándose frente a Xiao, quien sostenía a la chica que hace unos momentos se erguía frente al albino.
¿Por qué le pides disculpas, exactamente?
Quiso saber, aunque arrepintiéndose casi al instante de haber lanzado aquella pregunta. Dejó los trozos más peligrosos de la taza rota en una esquina de la mesa y regresó a su asiento, tanto si le respondían como si no. Sentía el pulso acelerado y bastantes miradas desagradables, más de las que podía recordar en las últimas semanas, meses inclusos. Hizo un ademán con la mano para continuar, pero en realidad sólo se estaba animando a sí mismo para decir lo que le rondaba por la cabeza.
Nos mentimos, nos atacamos, nos leemos las mentes sin permiso, nos golpeamos en mitad de una crisis hasta dejarnos inconscientes. Y lo que te molesta -miraba a Jin- es que diga que sabes más que nosotros sobre Hades -suspiró, bajando los hombros, casi derrotado-. Tengo dudas sobre qué es más seguro, si este refugio o el exterior. Al menos de ellos sé qué esperar.
Lanzó una mirada a su hermana, quizá lo único que le hacía no tomar una media más drástica en aquel instante.
Meditaré en las próximas horas qué hacer.
Concluyó. No sabía cómo actuar, pero desde luego le hubiese gustado tener el poder para borrar aquel momento que estaban viviendo de la existencia.
Cuando la voz de Jin retumbó en su cabeza, esta alzó la mirada saliendo por primera vez de aquella espiral de oscuridad que la había absorbido. Su corazón latía acelerado, no se había dado cuenta hasta ese mismo instante. Tomó aire lentamente para ser ella la que controlase a su cuerpo y no al revés, quiso mirar a Jin en un gesto de preocupación por sus movimientos y palabras. Pero esta se giró hacia Cid con un aire lúgubre, parpadeó lentamente y finalmente habló pausadamente.- ¿Por qué no dejas de adelantarte a los hechos? ¿Acaso eres vidente? Nos corresponde a nosotros decidir si te creeremos o no. Está claro que con cada ausencia de respuesta, la balanza se inclina más en tu contra.-Ayudándose de los pies empujó la silla en la que se sentaba hasta hacerse un hueco y poder salir.
Miró a su hermano en completo silencio mientras este recogía cada pedazon de la taza, nuevamente sus ojos fueron viajando de unos a otros. Había tanta molestia por parte de los que “serían” sus compañeros, que dudaba que algún día los aceptasen cómo parte de ellos. Se humedeció los labios ¿Tanto odio? Sólo habían sido vistos así cuando estaban encerrados en aquellas instalaciones. Los humanos tenían tanta facilidad para ser consumidos por la oscuridad...Sacudió su cabeza a la par que se dirigía hasta Arachné y Jin. Había escuchado cómo la primera se preocupaba por las heridas del primero.- ¿Me permites? -Preguntó a la par que tomaba las manos de Jin en silencio. Observó las heridas, no eran más que rasguños... La ira contenida siempre salía por algún sitio.-Furie (Sana).-Le hizo mantener las palmas expuestas y deslizó sus dedos con delicadeza sobre las heridas del peliverde, haciendo que éstas cicatrizaran lentamente hasta no quedar nada.
Su hermano habló, y sin soltar las manos de Jin lo miró unos segundos. Entendía su dolor, su frustración. En realidad ella se sentía igual en ese instante, se aseguró de que hubieran cicatrizado y soltó las manos del joven con cuidado de no lastimarlo.-Creo que nuestras respuestas nos han llevado a un sin fin de malentendidos esta noche...-Estaba cansada, estaba siendo un día largo en muchos sentidos.- Siento si las palabras de mi hermano te hicieron pensar que te culpábamos o que insinuabamos que escondías información. Nunca quisimos hacer ver eso.-Su frente se arrugó ligeramente a la par que se giraba hacia Râzvan para ir hasta este. Con suavidad le colocó la mano sobre el hombro y le apretó con suavidad.- Quizás te equivocaste con nosotros al traernos... “Llevamos toda la vida viviendo solos, socializar no parece nuestro fuerte”
Motivo: Curar
Tirada: 2d6
Dificultad: 12+
Resultado: 12(+11)=23 (Exito) [6, 6]
La pelirroja no pareció escuchar lo que le dijiste mientras los hilos te atravesaban y su fuerza te sacaba de allí junto a Xiao. Había sido una onda muy fuerte, por lo que no era difícil concluir que ella era una invocadora fuerte. Sin embargo, la pregunta sobre su identidad aún gravitaba en el aire.
Jin se veía cansado tras haber sufrido aquel repentino ataque, mas no tuvo problema en mostrarse en aquel lugar mucho más sereno. Te miró mientras le mostrabas todo lo que había pasado en esa leve ilusión y, justo cuando los hilos salieron de su vientre, pudiste ver cómo este abría más los ojos. Una vez terminada la reproducción de los eventos, se giró hacia ti. Al ver que no lo mirabas, el peliverde se giró hacia la rubia que estaba allí - Ella es Jene Rider. O al menos antes de que tuviera que ocultar su apariencia. Esos hilos son una representación de su poder. El poder de hilar mentes - y luego te miró de nuevo con seriedad. No había vacilado ni un poco en sus palabras.
- Pero no creo que deba ser yo quien hable de ella. Puedes preguntarle a Xiao - y con ello, se marchó antes de que pudieras decirle algo más.
Sasaki
Jin miró a Aragi – Creo que no has querido comprender en qué situación estás – dijo sin moverse para no hacerle difícil la tarea a Arachné, a quien miró con una sonrisa amable. Fue entonces que se vio obligado a llevar sus manos a su rostro y que parte de su sangre se quedó en sus mejillas. Una vez Xiao golpeó a la pelirroja, esta solo emitió un leve quejido antes de caer lánguida sobre el pelinegro. Aún estaba sentada, pero ahora su cabello caía hacia adelante y su torso estaba apoyado en el del espadachín.
Lo siguiente fue la pregunta de Râzvan, lo cual llevó a que el peliverde lo mirara y le respondió - ¿Lo harías si tuvieras que noquear a Viorica? – y luego observó a esta acercarse para sanar sus heridas. Por un momento arrugó el ceño, mas todos lograron ver cómo las laceraciones cerraban y ahora, solo quedaba limpiar su sangre. Ya la francesa había hecho una parte, pero aún quedaba otro poco.
Hablando de esta, Lu Feng se puso de pie para ir con ella, aunque al ver cómo se comportaba, se mostró preocupado. Sin embargo, no hizo ademán de ofrecerle ayuda. Solo se quedó junto a ella en caso de que necesitara ayuda.
Ariana se había ido calmando poco a poco y para cuando Cid se acercó, esta estaba abriendo los ojos. Al verle cerca, esta le dedicó una mirada fiera, como pocas veces se había visto en la chica, para luego decirle – Ni siquiera lo pienses – dejándole muy claro que no le quería cerca.
Por último, vinieron las intervenciones de los dos hermanos, mas el desconcierto se vio claramente en el rostro del peliverde – Le pedí que la noqueara porque era necesario. ¿O acaso crees que eso también es una estratagema? – y aún se mostraba molesto por lo dicho, aunque sí que suavizó su rostro al escuchar a la peliblanca. Después, le respondió con más calma – Creo que el malentendido principal es que creas que eres tú quien ha causado el malentendido. Todo nació de las palabras de tu hermano. Nunca dije que me hayas culpado, es más, has sido de gran ayuda y por eso te agradezco. Por el contrario, tu hermano no muestra signo de arrepentirse de sus palabras y las sostiene. Tanto así que ahora amenaza con irse, como si fuéramos nosotros quienes se perjudicarán por ello – y aunque se dirigía a Viorica, su mirada alternaba entre ambos -. Puede que tú no lo quisieras, pero él no ha dicho que no sea ese el caso. Y si lo que nos darán es un ultimátum, está bien. Todo siempre ha sido para ayudarles. Solo recuerden que, si deciden irse, borraremos sus recuerdos de este lugar y de lo que han visto en estos últimos días. Aquí no son prisioneros, pero no podemos arriesgarnos solamente porque él no es capaz de enmendar sus propios errores – y luego miró a los tigres que lo habían escoltado hacia allí.
Con rostro cansado, miró a Xiao – Llévala a su habitación, por favor. He se encargará de Wuying por el momento. Y los demás, pueden seguir hablando si así lo desean. No podremos compartir información en las circunstancias actuales, así que, si quieren hacerlo, será entre ustedes. Yo me iré por el momento. Pueden terminar de comer lo que gusten – y se puso de pie para irse.
El peliverde caminaba un poco más despacio porque se veía agotado, pero se fue poco tiempo después, seguido de cerca de una enojada Ariana, quien se marcharía sin permitir que Cid o Aragi le dijera algo más. Fuera que se quedaran ahí o se marcharan a su habitación, vendría un tiempo bastante tranquilo… Al menos hasta el comienzo del verano.
- FIN DEL CAPÍTULO 2 -