Aquí tienes otro pasajero, predicador. Trátalo bien.
Se acerca considerablemente a ti , como si prefiera hablar en confidencia. Sus dos hombres escoltan al prisionero acercándolo al transporte.
Me parece que los que faltan no van a venir, así que podéis salir ya. En su sonrisa hay confianza, algo te dice que lo que ocurra no es al márgen de su voluntad. Te habla a ti y al cochero.
Al Predicador no le gustan los tejemanejes del Sheriff, nunca le ha gustado demasiado Eackley, pero menos aún cuando se pone intrigante. Le mira muy serio directamente a los ojos cuando le habla.
¿Donde esta Dakota?, creía que era necesario para nuestra misión, prefiero esperarle algo mas aunque signifique salir con retraso.
El Comisario de policía asiente como si hubiera olvidado ese tema.
Se reunirá con vosotros a las afueras de la ciudad. Prefirió esperaros fuera, no dijo por qué pero me fio de su criterio.
Dirige su atención al reportero, que le mira con aire de suficiencia.
Parece que el señor Eckhardt no ha tenido problemas para llegar a la diligencia, cuánto me alegro. Le dedica una sonrisa hostil.
Así es, Sheriff. Gracias por su interés.
Se toma de buen humor el comentario de Eackley, sin cambiar su postura siquiera, apoyado contra la puerta de la diligencia.
Tras el cruce de saludos entre el reportero y el Sheriff, el predicador vuelve a dirigirse a Eackley, con la misma cara de fría seriedad sin mostrar enojo aparente, aunque cualquiera podría pensar que le falta poco para desenfundar.
¿Y quien es el prisionero?, ¿que es lo que ha hecho?, ¿no podíais esperar a la siguiente diligencia para trasladarlo?, No se quien quieres que lo vigile en este viaje Eackley, pero si esperas que yo me haga responsable de él, ten por seguro que lo soltaré cuando hayamos salido varias millas de la ciudad...
Tras lanzar la sentencia, Dunn se queda con el gesto fijo e impertérrito tan habitual en el Predicador.
Te responde en voz aún más baja, pidiéndote discreción con un gesto de la mano, como si hubieras dicho algo inoportuno.
Eso es precisamente lo que quiero que hagas con él, predicador... pero mientras tanto, oficialmente, el prisionero va a ser escoltado a la prisión de Yuma.
Mira a su alrededor, acabando la ojeada en el mestizo encadenado.
Te lo explicaré, pero vamos a acomodarlo primero. Dirige sus pasos hacia la puerta de la diligencia.
Esta bien, pero espero que me guste la explicación...
Se limita a decir taxativo el Predicador mientras acompaña al Sheriff hasta la puerta de la diligencia.
Mientras los otros hombres de la Ley acercan al cautivo hacia la diligencia, el Sheriff se asoma al interior.
Hola vaquero saluda al tipo de dentro ¿será posible que no le haya reconocido? olvidabas esto.
Tras lanzarle una pistolera con su Colt, Eackley vuelve a darse la vuelta con una sonrisa en el rostro y señala a los otros que metan al chino.
No tardan en cumplir la orden y el Látigo agarra un bonito rifle con el que los cubre. Mientras el silencioso cochero apunta con su arma, los representantes de la Ley sientan al chino inmovilizándolo mediante una cadena que une sus esposas con una anilla de acero del suelo del habitáculo. Muchas precauciones para pretender soltarlo, ¿todo esto es teatro? y dejar irse al vaquero que adorna todas las paredes del villorrio bajo el lema Se Busca... ¿a qué viene eso? Cada vez entiendes menos Tomsbtone y no te desagradará salir una temporada de este nido de intrigas.
No te pasa desapercibido que el periodista no le quita la vista de encima a Eackley, se hará las mismas preguntas que tú o más. Al reportero no se le escapa una, de eso estás seguro.
En todo caso, el Sheriff no le da a Eckhardt la misma oportunidad de saciar algunas dudas que a ti. Mientras los hombres cumplen su orden se te acerca mucho y habla en voz baja.
Tendiéndote la pequeña llave de las esposas del bandido, el Sheriff comienza a dar las explicaciones debidas, siempre en voz discretamente baja.
Recuerda la reunión de esta mañana, no podemos evitar que se haga el viaje públicamente, ni que vengan pasajeros. Pero podemos elegir esos pasajeros.
Mira a su alrededor comprobando la intimidad de vuestra charla una vez más.
No ha habido forma de pararle los pies a Eckhardt para que no se presentara, pero los demás no vendrán. Con la excusa de transportar el peligroso criminal hasta la prisión de Yuma mandaremos la diligencia con el plan intacto y solo meteremos en todo esto a un par de criminales que nadie echará de menos... mirando con mal humor al periodista, que no quita ojo a vuestro encuentro, añade: y al maldito reportero ese, pero no hemos podido hacer otra cosa. Además, él se lo ha buscado, y no será peor que si le dejáramos ir con su expedición suicida.
Te echa una mirada, es evidente que el Sheriff sabe que no te gusta un pelo el asunto. Posiblemente hace mucho tiempo Walter Eackley fuera un perro de la Ley como otro cualquiera, un pistolero al servicio del Orden, un hombre de acción. Todo este tiempo no le ha reblandecido, no le ha hecho un político como las eminencias con las que se junta, pero le ha hecho aceptar el sistema.
Mantén la farsa todo lo posible, sigue con el plan protegiendo además, dentro de lo posible, a los pasajeros. Haz tu trabajo y tendrás tu pago más un extra que ha prometido Salazar si regresáis enteros.
En ese momento los secuaces del Marshal salen de la diligencia, terminado su cometido, y uno de ellos te tiende una segunda llave más grande que la otra, la del candado que cierra la cadena.
El Predicador escucha al Sheriff con su cara de poker habitual. Como intuye que la explicación sera algo larga aprovecha para encenderse uno de sus puros al mismo tiempo. Cuando concluye Eackley, Dunn le vuelve a hablar con cierta calma aparente, aunque haciendo gala de su mirada petrificadora.
Te recuerdo que no estoy aquí para hacer de niñera o para custodiar prisioneros. Acepté este trabajo con unas condiciones en un principio que no se han mantenido. Cuento con ese extra que me comentas por que la situación no hace mas que empeorar cada hora que pasa. Lo que no pienso hacer y da igual el dinero que me queráis pagar es llevar en este viaje a alguien que no venga voluntariamente. ¿El chino sabe hacia donde se dirige y conoce la farsa de la que es parte? Hace una mirada rápida hacia donde se encuentra el prisionero. Te repito que cuando hayamos salido varias millas de la ciudad le quitaré las cadenas y sera libre para hacer lo que quiera, puede que eso haga que Eckhardt sospeche algo, pero no pienso tener que preocuparme por mas cosas que la misión principal.
Así es. El chino no sabe nada de lo que os proponéis, claro, pero está más que satisfecho con seguir el juego y salir en la diligencia si con eso recupera la libertad.
Se encoge de hombros y asiente a tus palabras.
Es inevitable que lleguen las sospechas y ciertas explicaciones, en un momento u otro. Eckhardt acabará enterándose, pero cuanto más tarde sea, mejor. Que sea fuera de los límites de la ciudad donde ya no puede alterar aún más con sus editoriales, al menos hasta que la situación ya esté solucionada.
Hank se acerca interrumpiendo la conversación, ahora te das cuenta de que ha llegado alguien más, un hombre de aspecto muy humilde carga con varias maletas. Sin esconder su impaciencia el cochero os pone al día.
Chicos, ha llegado un bracero de nosequé hotel con el equipaje de un pasajero. En todo caso el tipo en cuestión no ha llegado y ya son las 11:30, salgamos antes de que acusen a mi jefe de incumplir eso de "nada de retrasos".
Además del látigo, el mayoral sostiene aún el rifle para cazar bisontes con el que apuntó al chino mientras lo entraban.
Esta bien, salgamos ya, prefiero que no venga nadie mas, el dueño del equipaje perderá la diligencia por no ser puntual y por ser afortunado....
El Predicador se acerca hasta su caballo decidido a montar y marchar lo antes posible, mientras lo hace cavila sobre la situación en la que se encuentra.
Mmmmmm, todo esto no me gusta, estaba de acuerdo con montar una farsa para que no viniera nadie más aparte de Dakota y Bully, pero esto de utilizar convictos....puede que lo hagan por propia voluntad, pero no saben a lo que se enfrentan.....¡un momento!, ¡yo tampoco se a lo que me enfrento!. Bueno, supongo que eso es lo normal en mi caso, pero de todas maneras el medio indio me debe una larga conversación...
Genial.
Contesta brevemente el cochero ante tu respuesta y al ver que el Sheriff no hace otra cosa que asentir y alejarse de la diligencia. El mayoral hace entrar al rezagado reportero, al que no parece desagradarle la idea, y se asoma al interior sin acercarse mucho.
Caballeros les dice a los ocupantes salimos inmediatamente, soy Hank Bully, vuestro mayoral. Gracias por viajar con la Wells Fargo.
Ascendiendo hasta el asiento del conductor, el hombre grita, como si pretendiera que le oyera también el público reunido.
¡DILIGENCIA A BRONCO PUEBLO - CASA GRANDE - PHOENIX - COACHELLA Y LOST ANGELS! ¡¡EN MARCHA!!