Partida Rol por web

Abrí los ojos como platos. En un instante el pdoeroso Gibble casi había acabado con Duro y apenas quedaba tiempo para más.

¡Duro Puño Drenaje!, No me engañaba, Duro no tenía nada que hacer contra un pokémon descansado, pero al menos sabía que no se dejaría fatigar sin hacer lo propio con su contrincante.

Golurk había quedado muy mal herido tras los últimos ataques de Gible y tras las condiciones climatológicas del campo de batalla. Pero aún se resistía a caer. Clavando sus rodillas en el suelo y poniéndose en pie con firmeza, hizo que su puño comenzase a brillar y fue directo hacia el pokemon dragón.

El impacto lo lanzó por los aires haciendo que se golpease contra una de las paredes heladas del estadio. Golurk aprovechó para succionar parte de la energía vital que había arrebatado, pero lo que no se esperaba es que un pokemon tan pequeño tuviera una piel tan dura. Aquello provocó que el propio Golurk se mirase el puño que estaba francamente dañado.

Finalmente el aciago clima terminó por debilitar al pokemon fantasma. La temperatura era sumamente baja y ya no fue capaz de resistirlo durante más tiempo. Golurk cayó junto a Gible, haciendo que Morti no tuviera necesidad de sacar a su último pokémon.

¡Morti había ganado por segunda vez consecutiva el torneo mundial! Esta vez no lo había tenido tan fácil como en la edición anterior, puesto que la pequeña I'ill Erika había sido una dura rival, que acabando de llegar a este tipo de torneo, había logrado llegar hasta lo más alto.

El público estaba sorprendido y contento por el increíble espectáculo que habían dado aquellos dos entrenadores. Desde luego que estaban encantados de haber pagado aquellas entradas, y sabían que la tercera edición sería igual o más emocionante que la siguiente.

¡Enhorabuena a los participantes y en especial a Morti! ¡Todos y cada uno de ellos habían hecho un gran trabajo! ¡Y todos podían estar orgullosos del equipo que habían entrenado, pues les había hecho llegar muy lejos!

Morti debía escoger a su último pokemon, éste debía darle la victoria, y aunque el clima y la situación no estaban a favor de la muchacha, de sobra era sabido, que quizá la jovencita guardase un as bajo la manga que pudiese soprender a todos. Morti no debía mostrarse confiado con su último pokémon, porque como cometiese un solo fallo, podría hacerle perder la copa de este duro torneo.