Partida Rol por web

Ninetales entra en el campo de combate dispuesto a llevar a la victoria a su entrenador. Entonces miró fijamente a su rival entre la densa capa de granizo que caía ante ellos. El suelo estaba sumamente mojado y congelado, algunas partes deslizaban más de lo habitual pero el pokémon de Zimmer comenzó a echar una mirada siniestra a su rival, de pronto una energía de pensamientos negativos brotó de su cabeza quedando tendida en el aire.

Quilava, que daba saltos sin parar y se movía a una gran velocidad logró actuar antes de que Ninetales descargara la bola de oscuridad sobre él, de entre sus pequeñas patas salió una poderosa bola eléctrica que dañó gravemente a Ninetales.

El pokémon de nueve colas se sacudió la sacudida y mandó el pulso umbrío directamente contra Quilava que lo dejaba gravemente debilitado y tendido en el suelo.

Todo el estadio vibraba de la emoción, sin duda todos pensaban que Quilava había sido derrotado y aplaudían la victoria alcanzada por Zimmer, pero aquello no duró mucho. Quilava era un pokémon muy poderoso y se levantó sacudiéndose el polvo. Sus ojos brillaban con un rojo intenso parecido a un mar de llamas. 

El granizo dañaba a ambos contrincantes, pero Quilava sin duda aparentaba estar en peor estado, aunque su recuperación parecía haber aumentado su poder, y eso preocupaba en parte a Zimmer. Posiblemente había llegado el asalto final, si Quilava lograba hacer un ataque tan poderoso como el anterior lograría equilibrar un poco la balanza y quizá alcanzar la máxima puntuación en la siguiente ronda, pero lo más probable es que Ninetales se protegiera y acabara descargando un poderoso ataque contra su rival dejándolo tendido en el suelo definitivamente.

Lo tenía, ya había ganado, aunque su Ninetales acababa de recibir un fuerte golpe había logrado contraatacar conforme tocaba, el unico problema ahora es que el pokemon rival diera otro buen golpe como antes, podía llegar a cambiar las tornas, o al menos tenía miedo de que eso pasara. Pero tenía un arma secreta.

-Ahora, ¡ataque rapido!-Gritó animado, ya había terminado. 

Quilava no pudo reaccionar a tiempo, ya fuera por lo debilitado que estaba o bien porque el ataque de Ninetales fue mucho más rápido que sus propios movimientos. Sin duda aquel último golpe por parte del pokémon de Zimmer golpeó a Quilava y lo dejó completamente debilitado.

El árbitro levantó el banderín, Ninetales era el vencedor, Quilava estaba fuera de combate.

El novato de Zimmer había sudado en aquel combate, pero haber derrotado a una de las casi finalistas del torneo anterior debía ser motivo suficiente como para estar orgulloso de sí mismo. Desde luego que el público lo estaba y tan solo con escuchar los vítores y los gritos de emoción le hacían sentirse a uno más animado.

Para Lilly también había, muchos la animaban a seguir adelante, a seguir compitiendo para conseguir alcanzar una buena posición en esas clasificaciones.